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MIKEL SANTIAGO: 'Lo poco que sé de contar historias, lo he heredado de mi madre'

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Si eres lector de thrillers, el nombre de Mikel Santiago no te puede resultar indiferente. Llegó arrasando con La última noche de Tremore Beach (Ediciones B, 2014) y desde entonces no ha dejado de regalarnos historias llenas de suspenses, de intriga, con personajes interesantes que transitan por entornos cargados de misterio. Adentrarse en una novela de Mikel es olvidarse del mundo durante las horas que te dura la lectura, pues son novelas absolutamente adictivas, difíciles de abandonar.

Este verano, extraño y anómalo donde los haya, al menos tendremos la oportunidad de leer una nueva novela del autor de Portugalete. Y es que llega El mentiroso, una historia que, por primera vez, Mikel sitúa en España, en el País Vasco, con Álex Garaikoa como protagonista, un joven que sufre amnesia, y un escritor, Félix Arkarazo, del que todo el mundo recela. El mentiroso promete convertirse en una lectura vertiginosa desde las primeras páginas y bien que lo cumple. Mientras os cuento mis impresiones sobre el libro, ahí va la conversación que tuvimos.


FotoMikelHOTELLETRAS.jpg
[Fuente: Mikelsantiago.info]

M.G.- Mikel, quinta novela. Dicen los incondicionales, los que siempre te leen, entre los que me incluyo, que esta es tu mejor novela. ¿Qué tiene esta de especial para que los lectores piensen de este modo?

M.S.- Nunca sabes cómo van a reaccionar los lectores. Siempre me esfuerzo a tope en cada novela. Pero creo que, en esta, hay varias cosas que están gustando mucho. Por un lado, tiene una trama muy rápida. Es un thriller muy inmediato, en el que todo ocurre en dos semanas. Al protagonista le doy poco respiro porque, desde la primera página, no deja de estar metido en un problema tras otro. Además, es una trama muy sencilla de entender. El protagonista se despierta en el interior de una fábrica, hay un hombre a su lado, al que han asesinado. No recuerda nada de lo que ha pasado porque sufre un episodio de amnesia. No sabe por qué está allí, cómo ha llegado hasta ese lugar, ni conoce a ese hombre que está a su lado. Ni siquiera sabe si lo ha matado él o no. Este inicio, golpea fuerte al lector, y le genera muchísimas preguntas. Todo esto, contribuye a provocar adicción y atracción por la novela. 

Por otro lado, también está gustando mucho la elección de los personajes y el entorno familiar de Álex, el protagonista. Jon Garaikoa, el abuelo, está calando mucho entre los lectores porque lo ven rudo pero vulnerable. Es un marinero que empieza a tener achaques, un hombre mayor que ya comienza a tener problemas con la memoria. Empieza a padecer los primeros síntomas del Alzheimer. Él se resiste a la idea porque no quiere terminar dependiendo de nadie, pero está claro que la vejez está pudiendo con él. Y Álex es un digno nieto de su abuelo porque, ante el problema que se le presenta, el misterio de ese asesinato, decide resolverlo por sí mismo. No quiere salpicar a nadie, ni pedir ayuda. Pero la novela nos enseña que, por mucho que nos empeñemos, no siempre podemos solucionar los problemas por nosotros mismos.

Y por último está el escenario, mucho más cercano que en las novelas anteriores. Hay muchos lectores que conocen la zona, y eso siempre contribuye positivamente. 

M.G.- Lo que está claro es que tus novelas son todas muy adictivas y los lectores nos las bebemos. Y yo me pregunto, ¿de dónde sacas la inspiración para estas historias? 

M.S.- No sabría decirte. Lo que me ocurre es que se me aparecen las imágenes.  A veces voy caminando por un bosque, o conduciendo, y veo algo que me llama la atención; o leo un libro o veo una película, y se me queda algo grabado. En esos casos, mi mente se activa. Se podría decir que todo empieza con el típico "Y si esto..." o "¿Qué pasaría si...?". Por ejemplo, tengo un amigo pintor que me regaló el otro día un cuadro del que hay otra copia. Pues llegué a casa con el cuadro y, de repente, me pregunté qué pasaría si un día, mi hija se hace mayor, va a una fiesta y en esa casa ve un cuadro idéntico al que ha tenido en la suya toda la vida. Son ideas que van surgiendo y las voy anotando. Un día me da por revisar esas notas y voy conectando unas cosas con otras, hasta que la historia comienza a cobrar grosor. Con El mentiroso tenía la premisa de la amnesia y la idea del escritor la tenía guardada para otra historia que no terminé de desarrollar, así que la he usado para esta. 

M.G.- El título es muy directo. Aquí hay personajes que mienten más que hablan.

M.S.- Pues sí. Hay un asesinato y un montón de sospechosos. Lo que tendrá que hacer Álex es descubrir qué motivo o motivos tienen el resto de personajes para haber asesinado a la víctima. En Ilumbe, este pequeño pueblo de Vizcaya donde se desarrolla la historia, todo el mundo tiene algún motivo, algún secreto inconfesable, alguna historia terrible que, además la víctima conoce, ha destapado en un libro o va a destapar en su próxima novela. Álex irá descubriendo, poco a poco, que todos mienten, que ocultan cosas. Esa es una constante en el libro.

M.G.- Y nos hablas de Álex, que sufre amnesia, o de su abuelo que empieza a tener lagunas mentales. Habrás tenido que indagar cómo funciona la mente en esas circunstancias. 

M.S.- Sí. Lo fundamental ha sido conocer los aspectos más importantes de estas enfermedades, para no liarla, ni describir algo que no tuviera ni pies ni cabeza. Del Alzheimer hay muchos estudios. En cuanto a la amnesia, creo que es un grandísimo recurso en literatura, especialmente para mí, que tengo protagonistas en primera persona, que te hablan y que te cuentan su historia. Pero claro, Álex no puede contarte nada porque desconoce lo que le ha ocurrido. Así que, cuando se despierta en mitad de la fábrica, sin recordar nada, se mira los bolsillos, revisa su móvil, en busca de cualquier cosa que le dé una pista sobre lo que le ha ocurrido. Es una parte del libro que me parece divertida porque Álex investiga su amnesia igual que lo haríamos nosotros.

Por otro lado están los recuerdos del pasado. Cuando el protagonista despierta junto a la víctima, lo primero que piensa es que no pinta nada allí, que el hombre es un extraño, que él pasaba por allí y no tiene nada que ver. Pero luego empieza a saber cosas del pasado, de su madre, de las amigas de su madre, de lo que ella nunca le contó, y entiende que todo eso tiene mucha relación con lo que ha ocurrido en esa fábrica. 

M.G.- Álex tiene mucho de ti, ¿no? Hay muchas cosas de tu vida, que conocemos, y que le has prestado al personaje.

M.S.- Bueno, tú sabes que me gusta crear detalles reconocibles en mis novelas. Es una forma de establecer un vínculo con el lector, que le haga sentir que conoce un poco la historia, que es un universo conocido. 


Ilumbe, ese pueblecito que he creado para  El mentiroso, también nace con un propósito parecido. Me gustaría que Ilumbe se convirtiese en una especie de pequeño universo, que fuera creciendo libro a libro. Serían novelas distintas pero tendría sus efemérides, el lector reconocería sus lugares, y así se sentiría, de algún modo, identificado con el lugar. Me apetece crear ese universo. 

M.G.- Y de la víctima, ese escritor con tan pocos escrúpulos, ¿qué me dices?


M.S.- Que es un mal escritor. Es un tipo que no tiene imaginación.  En mi caso, voy anotando aquello que escucho o que me cuentan, que me resulta interesante. Lo voy guardando todo. Luego hago criba y descarto lo que definitivamente no me sirve. Sin embargo, el escritor debe hacer el esfuerzo de camuflar el material que ha conseguido. Pero Félix coge todo lo que sabe de los demás, lo que ha averiguado con medios poco ortodoxos, y lo suelta en sus libros tal cual. Por eso le va tan mal la vida y todo el mundo lo odia, porque todo aquel que le ha confiado un secreto, se siente traicionado. Félix se aprovecha de la confianza de los demás para hacerse famoso y hacer dinero. Bueno, es una manera de reírme de mi propia profesión. 


M.G.- Y hablando de personajes, hay uno que me gusta mucho. Uno que está pero no y que, según leo en Agradecimientos, es muy especial para ti. Me refiero a Begoña, la madre de Álex. 

M.S.- Es un homenaje a mi madre. Mi ama estaba muy enferma. Tenía la la ilusión de que leyese esta novela pero no pudo ser. Decidí usar tanto su nombre como su apellido. Garaikoa es una desviación de Garaikoetxea, el apellido de mi madre. En la novela se habla de muerte, de cáncer,... No es algo agradable pero el escritor, además de escribir novelas entretenidas y divertidas, debe contar cosas de verdad, aunque esas cosas duelan. Y así lo hago en El mentiroso. Con esta novela me he sacado unas cuantas cosas de encima. Mi madre era una grandísima contadora de historias. Cuando mi madre abría la boca y empezaba a contarnos algo, nos quedábamos todos embobados porque tenía mucha magia. Le pasaba no solo con sus hijos, sino con todo el mundo. Lo poco que sé de contar historias, lo he heredado de mi madre. 

M.G.- Pues es un homenaje precioso. Además, Álex tiene unos sentimientos muy profundos por su madre. Me parece que son pasajes muy entrañables. 


Otra cosa. ¿Tenías claro que ibas a ubicar la historia en España, en el País Vasco, desde el primer momento?


M.K.- Sí, como te digo tenía muchas ganas de crear un universo que pudiera repetir. Después de unas novelas muy deudoras con la tradición anglosajona, con personajes que tuvieran nombres ingleses o americanos, quería comprobar si era capaz de crear una historia aquí, más cercana para los lectores españoles, con personajes con nombres del País Vasco. Creo que ha quedado bien, ¿no?


M.G.- Hombre, pues sí. Los lectores disfrutamos mucho más de los escenarios cercanos. Aunque Ilumbe no existe, y has ubicado lugares en otros puntos geográficos, también hablas de Bermeo, o de Guernica. Son pueblos que muchos lectores seguro que conocen. Pero una curiosidad, la fábrica Kössler, donde aparece Álex junto a la víctima en el primer capítulo, sí existió, ¿verdad?


M.K.- Sí, sí, existió una fábrica Kössler. Es lo que te cuento, que me voy documentando para otras historias, me quedo con algún dato, algún nombre, y luego voy tirando de ellos. Pero esto me pasa con la fábrica y con los nombres y apellidos de algunos personajes. Por ejemplo, Txemi Parra es un actor de verdad y Félix 
Arkarazo es mi vecino.

M.G.- ¡Sí, hombre! (Risas)


M.K.- De verdad. Es un vecino de mi edificio. Es que veía su nombre todos los días en el buzón, y como me gustaba, lo usé para el escritor. Claro le tuve ve preguntar a mi vecino si le importaba que usara su nombre para uno de los personajes de la novela. 


M.G.- Oye Félix, vecino, ¿te importa que te mate? (Risas)

M.K.- Eso, eso... Claro me miró de un modo (Risas). Pero bueno, luego le he dado un libro firmado y le he regalado una botella de vino. Para compensar un poco. (Risas) 


M.G.- Es una anécdota divertidísima. Pero vamos, que tiene que estar contento. No todo el mundo sale en una novela. 


M.K.- Bueno. Habrá gente a la que no le guste. 

M.G.- Sí, puede. Y otra cosa, mira que te encanta crear esas atmósferas tan maravillosas en las que está presente el mar, los acantilados, los cielos de nubes negras, las tormentas, el viento soplando,... 


M.K.- A mí me acojona lo que me acojona. Me acuerdo de un viaje que hice en coche antes del confinamiento. Sería por febrero... Era un día de tormenta, con una galerna terrible. Iba por un camino como muy de thriller, flanqueado de árboles, el viento soplaba fuerte, los árboles se movían de un lado a otro, y el azpigarri, la hoja de los pinos, caía por todos lados. Tenía la tormenta encima, caía una lluvia intensa y sonaban unos truenos tremendos. Ese tipo de situaciones me pone muy en tensión y son atmósferas que transmiten muy bien ciertas emociones, como la depresión, o la ansiedad. Por eso, para mí, la meteorología es fundamental en mis novelas. Mira, el director de cine Akiro Kurosawa hacía algo así. Tú ves una película suya y siempre hay algún elemento meteorológico por detrás de la escena principal. Creo que esos ambientes crean dinamismo y consiguen que las escenas sean mucho más vívidas. Por eso, suelo utilizar esos recursos porque aportan mucho a la trama. 


M.G.- Para ir terminando Mikel, le he echado un ojo a tu página web, donde hay material adicional, vídeos y fotos. Me ha hecho gracia una en la que se recrea la escena del crimen de la novela.  ¿A quién le ha tocado hacer de muerto? (Risas)

M.K.- (Risas) Se llama Javi. Es un amigo de Asís Ayerbe, el fotógrafo amigo que se ha encargado de las fotos. Le pedí que hiciéramos algo chulo y se vino con su amigo, al que le tocó hacer de todo, sujetar focos e incluso hacer de muerto. (Risas) 


M.G.- Son chulas las fotos. Y luego también hay un teaser, que está genial. A mí esto del material adicional de las novelas, siempre me ha gustado. Hacen que la novela cobre otra dimensión.

M.K.- Creo que todo lo que podamos aportar al lector, beneficiará la lectura.

M.G.- Así, es. Bueno Mikel, no te robo más tiempo. Un placer volver a hablar contigo, como siempre.

M.K.- Igualmente. Muchas gracias, Marisa. 

Sinopsis: Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira.

En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie.

Así arranca este thriller que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie.


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