Editorial: Planeta
Fecha publicación: Septiembre, 2020
Precio: 18,90 €
Género: Thriller
Nº Páginas: 352
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 9788408233206
[Disponible en eBook y Audiolibro]
Autor
Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) es un escritor y abogado que ha trabajado como presentador en la Televisión de Galicia y como guionista de diversos proyectos. En la actualidad colabora en los periódicos La Voz de Galicia y El Mundo así como en la Cadena Ser y Onda Cero.
Su primera novela, Apocalipsis Z. El principio del fin, comenzó como un blog en Internet que escribía en sus ratos libres. Debido al gran éxito que alcanzó (se transformó en un fenómeno viral con más de un millón y medio de lectores on line), fue publicado en 2007, convirtiéndose en un best seller. Sus siguientes obras, Los días oscuros, La ira de los justos, El último pasajero, Fulgor y Veinte, han sido un éxito de ventas no solo en España, sino en otros muchos países del mundo. Manel Loureiro es uno de los pocos autores españoles contemporáneos que ha conseguido situar sus libros en la lista de los más vendidos de Estados Unidos.
Sinopsis
El hallazgo del cadáver de una joven, asesinada mediante una antigua forma ritual a los pies de la mítica Puerta de Alén, desconcierta a sus investigadores. La agente Raquel Colina es una recién llegada a ese rincón perdido de Galicia para tratar de salvar a su hijo, al que la medicina ya no puede curar. Sin otra alternativa, y llena de dudas, Raquel había recurrido a una menciñeira local, que prometía su sanación.
Sin embargo, la misteriosa desaparición de la curandera y el descubrimiento de la víctima de la Puerta hacen sospechar a Raquel que ambos casos pueden estar relacionados. Con la complicidad de su compañero, en un ambiente mágico y rural que no acaba de comprender y donde todo el mundo parece guardar un secreto, la agente comenzará una desesperada cuenta atrás para resolver el caso y así hallar la última tabla de salvación que le queda a su hijo.
[Información tomada directamente del ejemplar]
El último pasajero, Fulgor y Veinte son tres de las obras de Manel Loureiro, que residen en casa. Si echas un vistazo a la reseña de las dos primeras te darás cuenta de que, en líneas generales, fueron lecturas que me gustaron. Lo más destacable para mí fue el buen arranque, el punto de partida y la fabulosa ambientación. Loureiro es un autor que acostumbra a echar mano de la fantasía y a incluir en sus obras elementos sobrenaturales. Quizá esa sea la parte que menos me atrae de sus libros. Aunque me gusta el terror y lo sobrenatural, no siempre consigo conectar con los hechos fantásticos que se incluyen en novelas y películas. Aún así, suelo disfrutar de las historias de este autor porque me resultan entretenidas, amenas y ágiles de leer. Precisamente, este tipo de lecturas es lo que más necesito en estos momentos. Por eso, al tener conocimiento de la publicación de La puerta, no quise resistirme. La nueva novela del autor gallego cuenta con una sinopsis atractiva y sugerente. Y ayuda enormemente encontrar la siguiente Nota de Autor, nada más abrir el libro.
Muchos de los lugares que aparecen en este libro existen, así como varios de sus protagonistas. A la mayoría se les ha cambiado el nombre, por motivos obvios.
Parte de los eventos que se narran en esta historia han sucedido en la realidad.
Alguno de ellos aún continúa teniendo lugar.
Ahora mismo.
Raquel Colina es una joven guardia civil. Es la madre de Julián, un niño de 9 años, que se ha pasado la mitad de su corta vida, entrando y saliendo de hospitales. El pequeño está muy enfermo y apenas le quedan entre tres y seis meses de vida. Desesperada y sola -pues su marido los abandonó cuando supo de la enfermedad del niño-, Raquel se agarra a clavos ardiendo en forma de curaciones milagrosas. Conocerá a Ramona Valongo, una menciñeira de la pequeña localidad gallega de Arufe, a la que se le atribuye el poder de sanar a los enfermos. Tras mantener un primer contacto con la enigmática mujer, que le asegura que puede curar a su hijo, Raquel deja su trabajo en Madrid y pide traslado a la comandancia más cercana al lugar de residencia de Ramona. Su nuevo destino será la Comandancia de Viascón, un destartalado y ruinoso cuartel, ubicado en un remoto lugar de Pontevedra, donde los únicos altercados suelen ser las disputas vecinales y algún que otro robo esporádico. Allí conoce a sus compañeros de trabajo, el sargento Nogueira y el agente Juan Vilanova. Buscando un lugar donde residir, Nogueira intercede para que Ágata, una vecina de la cercana localidad de Fosco, la acoja en su enorme casa, la Casa Grande de Fosco. Pero Raquel está más interesada en la curación de su hijo que en empezar a trabajar. Así pues, al visitar Arufe para que Ramona conozca a Julián, se encuentra con un pueblo fantasmagórico, donde no parece residir nadie. Ramona no da señales de vida, no hay forma de localizarla. Ninguno de los medios de contacto que la joven tiene para contactar con la menciñeira dan resultado. ¿Dónde se ha metido la menciñeira?
A ello se une que, en el próximo Monte de Seixo se han encontrado el cadáver dos personas. Por un lado, un operario del parque eólico que subió al monte para hacer unas reparaciones en un aerogenerador. Por otro, el cuerpo de una joven,"vestida con un prenda blanca que recordaba a un vestido de novia de los años veinte, con un corte anticuado pero elegante". Con las manos cruzadas sobre su regazo, la muchacha sostiene entre ellas algo que dejará atónitos a Raquel y a su compañero Juan. Además, la joven aparece junto a un monumento de piedra, unos túmulos de la Edad del Bronce, conocido como Porta do Alén (Puerta del Más Allá), un lugar sagrado para los celtas que hace tres mil años enterraban allí a sus jefes tribales. La identidad de la joven es desconocida para los habitantes de la zona. Nadie sabe quién es y cómo ha llegado hasta allí. Sin embargo, Raquel sí conoce a la muchacha, e inmediatamente conectará este asesinato ritual con la desaparición de Ramona Valongo.
A todo ello, hay que añadir que en la Casa Grande de Fosco comienzan a ocurrir hechos insólitos desde el primer momento. Hay cosas que cambian de sitio de manera inexplicable, se oyen voces, y Julián cree ver a una niña de aspecto triste, con la que habla. Además, otros personajes colaterales mueren de manera inexplicable.
¿Quién es la chica que aparece muerta en el monte de Seixo? ¿Por qué ha desaparecido Ramona Valongo? ¿Qué es exactamente la Porta do Alén? Todas estas incógnitas y otras tantas irán acompañando al lector a lo largo de una trama que va ganando en intensidad. El componente fantástico y sobrenatural propio de Manel Loureiro seguirá estando presente en esta historia, especialmente en el desenlace. El final es aceptable si entiendes cómo son las novelas de Loureiro, pero no es de lo que más he disfrutado. Para mí, el desarrollo de la trama es más interesante que el cierre de la historia. Aun así, hay que reconocer que La puerta juega con un elemento a favor que distingue esta novela de las restantes. Bajo mi punto de vista, el punto fuerte de esta historia reside en su ubicación. Galicia, su cultura, tradición y principalmente sus mitos y leyendas siempre me han resultado especialmente atractivas. Saber que el enclave de la Porta do Alen es real consiguió que mi curiosidad e interés adquirieran mucha más intensidad.
Ahora bien, a Loureiro hay que aplaudirle (siempre) su capacidad para atrapar al lector en atmósferas opresivas y oscuras. El autor sabe manejar muy bien los pasajes descriptivos en los que la climatología adversa -caracterizada por lluvias torrenciales, niebla y bajas temperaturas- constituyen casi un personaje más. Y esa ambientación maravillosa es la que recibe al lector nada más abrir las primeras páginas del libro, con un capítulo introductorio que te sabrá a poco.
En cuanto a los personajes, sobresalen la figura de Raquel y su compañero Juan. Por un lado, con ella, en su papel de madre, es muy fácil empatizar. Raquel se enzarza en una lucha contra el reloj con el único objetivo de salvar la vida de su hijo. Sabe que de su perspicacia e intuición depende, no solo la resolución del caso, sino las únicas posibilidades que le quedan a Julián de permanecer con vida. Por otro, la relación entre Raquel y Juan va ganando en intimidad, sin que el autor fuerce el fluir natural de la conexión entre ambos. Algo que agradezco muchísimo.
En definitiva,La puerta engancha desde el minuto uno. La narración está llena de suspense e intriga. Estamos ante uno de esos libros difícil de abandonar (al menos, es lo que me ha pasado a mí), y por el que estás deseando llegar a casa para sentarte un ratito a leer. Con un ritmo constante, La puerta es una recomendación inevitable si buscas una lectura entretenida y adictiva, con la que sumergirte en la Galicia más rural, con leyendas milenarias y sucesos sobrenaturales.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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