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DELPARAÍSO de Juan del Val

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Editorial: Espasa
Fecha publicación:1986
Precio: 19,90
Género: Narrativa
Nº Páginas: 303
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788467061130
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]

Autor

Juan del Val (Madrid, 1970) ha trabajado en obras (de construcción, no de teatro), en periódicos, en revistas, en radio y en televisión; director, productor, guionista y presentador, comenzó su andadura profesional en Radio Nacional de España en 1992 y desde entonces ha desempeñado su labor en TVE, Antena 3, Telecinco, Canal 9, Onda Cero y Melodía FM. En la actualidad es guionista y colaborador de El Hormiguero.

Delparaíso es su quinta novela después de Para Ana de tu muerto, Lo inevitable del amor, Parece mentira y Candela, con la que recibió el Premio Primavera de Novela en 2019.

Sinopsis

Delparaíso es un lugar seguro, vigilado las 24 horas, lujoso e inexpugnable. Sin embargo, sus muros no protegen del miedo, del amor, de la tristeza, del deseo y de la muerte. ¿Acaso tiene sentido protegerse de la vida?

Juan del Val dirige su mirada, lúcida e implacable, a este mundo tan hermético como inaccesible para construir una narración absorbente, a veces divertida y a menudo incómoda. Bajo su aparente sencillez, prácticamente en cada página el lector tendrá que enfrentarse a un dilema moral que le hará leer con el corazón en un puño.

[Información tomada directamente del ejemplar]



Esta es la cuarta novela que leo de Juan del Val, una cara televisiva y radiofónica que se inició en esto de las letras junto a su mujer, Nuria Roca. Con ella escribió Para Ana (de tu muerto) y Lo inevitable del amor. Pero en 2019 quiso dar un paso más y se lanzó al vacío en solitario. La acrobacia era doblemente arriesgada. Primero, porque se expuso como única cabeza responsable. Segundo, porque aquel Parece mentira fue un acto de valentía, que supuso desnudarse ante los demás, contando hechos muy personales de su vida. Y más tarde llegaría Candela, con el que ganó el Premio Primavera 2019, una novela sencilla, con un personaje pegado al asfalto, con sus miserias pero que intenta poner buena cara cuando hace mal tiempo. 

No nos vamos a engañar. Todos sabemos que los lectores, en general, sentimos cierta aversión a leer novelas escritas por personajes mediáticos. Hemos visto ya muchos lanzamientos tras los cuales encontramos una cara bonita, un personaje polémico, una voz de moda,... El experimento no siempre sale bien. Además no nos gustan las estrategias comerciales, esos pactos tácitos en los que se produce el quid pro quo menos interesante y más zafio del mundo editorial. Y claro, terminan pagando justos por pecadores y, al final, metemos a todos en el mismo saco. Al hilo de lo que os comento, Christian Gálvez me dijo hace unos años, y no le faltaba razón, que una cara conocida puede publicar el primer libro por ser eso, alguien conocido, pero que el segundo libro se lo tenía que ganar a pulso. Las editoriales son un negocio y, por muy conocido y famoso que seas, si tus libros no gustan y no vendes, no eres rentable para tu editorial. Así que, si Juan del Val acaba de publicar su tercera novela en solitario, será porque hay lectores a los que le gusta lo que escribe, lectores que piensan que no lo hace mal. 

Pues bien, yo me voy a lanzar a la piscina. A mí me gustan las novelas de Juan del Val. Admito que no son memorables, pero están impregnadas de realidad, y cuentan con personajes que perfectamente puedes ser tu mismo, tu pareja, tu primo o tu vecino del quinto. Las novelas de Juan del Val están llenas de vida, con sus alegrías y sus penas, con universos luminosos y otros anclados en la oscuridad, con personajes que tienen un mundo interior que no siempre corresponde con lo que muestran al exterior. Así somos todos. Y ahora, hablemos de Delparaíso.



Delparaíso es el nombre de la urbanización en la que ocurren los hechos de esta novela. Se trata de una «urba» de lujo, con casas enormes, jardines kilométricos, coches de alta gama aparcados frente a las viviendas, residentes con un nivel adquisitivo de muchos ceros, y seguridad privada. En ese lugar inalcanzable para la mayoría, y en el que a muchos nos gustaría vivir, residen las siguientes parejas, protagonistas de esta novela:

* Luis Prado y su esposa Eli. Él trabaja en un despacho de abogados junto a su cuñado Borja. Actualmente se encarga de la mayoría de los asuntos porque Borja no pasa por un buen momento. Ella trabaja en una galería de arte. Conforman una pareja de sexo rutinario y metódico. Tienen tres hijos: Cristina (adolescente), y Luis y Martina (los pequeños gemelos).

* Luca Sandovich y su esposa Lorena. Él es un futbolista rumano y famoso, pero ya retirado. Abandonó la pelota tras una lesión, cuando empezaba verdaderamente a despuntar. Ahora se dedica a la representación y a las negociaciones en los despachos. Ella no trabaja. Bueno, lo que trabaja es su cuerpo, pues se pasa los días haciendo bikram yoga y spinning, y pensando en operaciones de estética. Tienen una hija: Jimena, amiga de Cristina. 

* Sergio Goicoetxea y su esposa Yolanda.Él es empresario, dueño de una empresa de construcción que está hasta arriba de deudas. Sergio tiene grandes problemas de liquidez, y Hacienda le pisa los talones. Se asfixia y busca un respiro a través del sexo. Yolanda conoce el secreto de su marido y, desde entonces, solo puede sentir asco por él. El matrimonio duerme en habitaciones separadas. Tienen dos hijos: Alfonsito y Cayetana.

* Marcos Espinosa y su esposa Clara.Él es un investigador privado, agobiado porque la nueva vivienda en esa urbanización de lujo le va a salir por un ojo de la cara. Y más, teniendo en cuenta que a Clara, caprichosa por naturaleza, se le ha ocurrido reformarla entera. No tienen hijos porque, aunque lo intentaron, no funcionó. 

* Pablo y su esposa Gloria. Se mudaron a Delparaíso huyendo de su anterior núcleo residencial, donde sufrieron una agresión. Él es muy sociable. Ella es muy guapa. Tienen un hijo de siete años. Sabremos muy poco de sus profesiones. 

* Mayte. Setenta años, muy diferente al tipo de mujer que reside en Delparaíso. «Divorciada dos veces y viuda otra dos», fue actriz de teatro y cine. Siempre se hace acompañar por su caniche. Cuenta unas historias increíbles sobre los grandes amores que vivió de juventud. 

Pero la novela no está protagonizada únicamente por los residentes de Delparaíso. En claro contraste, también asomarán algunos que no pertenecen a esa burbuja elitista, como: 

* Mariano. Jefe de seguridad de la urbanización. Está divorciado. Su hija Carolina, de veintiún años, se saca algún dinero haciendo de canguro para los matrimonios de la urbanización. Mariano mantiene actualmente una relación con su vecina Carmen. Está muy enamorado de ella. Su mejor amigo es Andrés, un colega al que le ha echado una mano.

* Pascual Ramírez y su esposa Dolores.Él es director de un banco. Odia a los ricos pero solo por el hecho de no ser uno de ellos. Así que, cuando un ricachón se sienta en su despacho con el estómago encogido por problemas de dinero, Ramírez disfruta como un niño pequeño con su juguete nuevo. Ella es un ama de casa por la que su marido siente muy poco interés. Vive una vida gris y apática. Siente que el tiempo pasa y no lo está aprovechando. Tienen una hija: Lola, de estilo gótico, con problemas de sobrepeso y unos pensamientos algo retorcidos.

* Razvan, Ferka, Cosmin y Mihai. Son jóvenes rumanos que llegaron a España en busca de un futuro. Viven en Vallecas, en un piso compartido con otros inmigrantes, y se dedican a hacer reformas. Arrastran el estigma de los desheredados, de los inmigrantes. Cualquier problema que ocurra a su alrededor, ellos serán los causantes. De los cuatro, Mihai es el que más protagonismo tendrá.

* Patrick y su esposa. Él es dueño de la galería de arte donde trabaja Eli. De ella solo sabremos que es francesa y no está muy bien de los nervios. Es «una mujer permanentemente a la defensiva».

* Julio Urquijo. Padre de Eli y Borja. Es notario de prestigio. Siempre ha sido un padre muy exigente con sus hijos. A Borja lo consideraba un nenazas y, con respecto a Eli, nunca se preocupó por los intereses de su hija. Siempre se ha considerado muy superior a sus vástagos. 

* Borja Urquijo. Hermano de Eli. Divorciado y padre de Carlos, un adolescente del que apenas sabe nada. Tiene problemas graves.

A simple vista, podemos pensar que, tras las puertas de Delparaíso, «una de las urbanizaciones más seguras de Europa», una fortaleza inexpugnable, donde nada malo puede pasarte, la vida se dibuja con los colores del arcoíris pero ¿es realmente así? Eso lo iremos viendo a medida que avancemos con la lectura, porque como dice la faja que acompaña al libro, esta novela «nos abre las puertas de uno de los lugares más exclusivos, donde todo parece perfecto, pero... pasen y vean».




Delparaíso arranca con la presentación de todos los personajes. En su inicio, cada capítulo se centra en una pareja concreta, en un personaje concreto. De este modo se ofrece al lector la radiografía del lugar, el quién es quién. Es como si Juan del Val estuviera planteando la mise en place, antes de ponerse a cocinar. Pero llega un momento en el que te planteas a dónde te quiere llevar con esa sucesión de personajes, y poco a poco se empezaran a establecer conexiones, a tejer las relaciones entre unos y otros, para descubrir todo un entramado en el que tienen cabida los recelos, las sospechas, las infidelidades, los adulterios, los problemas de adicción, las depresiones, los reproches, el dolor, el sacrificio, el miedo y la muerte, en más de una de sus concepciones. Llegará un primer golpe de efecto. A partir de ahí, la narración va saltando de un personaje a otro, incluso dentro del mismo capítulo, como si el ojo del narrador quisiera ir abarcando todo, y conceder unos minutos de observación a cada uno de los personajes de manera inmediata. Ya nos lo explicó Juan del Val, en la entrevista que le hicimos (puedes leerla aquí).

Delparaíso habla de la vida, abordando otros temas como las relaciones entre padres e hijos, el despertar sexual, el amor sincero y palpitante, o la verdadera identidad sexual. Todas ellas, cuestiones que salpicarán más concretamente a los personajes más jóvenes de la novela. 

Como veis, estamos ante una novela muy muy coral, en la que hay personajes masculinos muy potentes e interesantes. Sin embargo, siento especial predilección por los personajes femeninos de Juan del Val. Me gusta encontrarme con mujeres que se miran en el espejo y no siempre están a gusto con lo que ven, o no están contentas con su vida. No importa sin son de clase baja, media o alta. El desánimo no siempre lo arregla el dinero, y el tiempo, por mucho que queramos batallar contra él a base de bisturí, siempre gana la partida. Eli, Yolanda y Mayte tienen una vida que, a priori, parece modélica dentro de Delparaíso, pero no es así. Y fuera de ese reducto privilegiado, también tenemos a Dolores, a la que admiro y por la que siento tristeza a la vez. Ella es esa ama de casa, sacrificada, que lo ha dado todo por su familia, abandonándose a sí misma. Me gusta que, en un momento dado, plante cara a su situación, pero ¿conseguirá su objetivo?

En Delparaíso, Juan del Val lleva a sus personajes al límite. A veces los vamos a ver extenuados, desgastados, cansados, a punto de sucumbir. Unos caerán definitivamente, porque es muy complicado mantenerse constantemente sobre la cuerda floja. Estamos ante una novela en la que, como ya ocurrió con las anteriores, los personajes priman por encima de la trama. Pero, a mi juicio, también estamos ante una novela más madura que las previas, más profunda, en la que he dejado de percibir aquella dubitativa mano del autor. Para mí, Juan del Val es un gran narrador de la cotidianeidad, del día a día, de lo mundano y lo terrenal, de todo eso que ocurre entre los entreactos de la vida. Es decir, se centra en el ser humano per se, despojándolo de lo superficial, para mostrar su verdadera naturaleza. Del Val tiene habilidad a la hora de narrar con acierto el desasosiego, la apatía, la melancolía y se pega al alma de los personajes, para mostrar que sus vidas no son, ni por asomo, lo que un día soñaron. 

Escrita en tercera persona, empleando el tiempo presente, con capítulos cortos y sin enumerar, el punto de partida de la novela, con ese escenario que supone ser la urbanización Delparaíso, un lugar que se mantiene al margen de la realidad exterior, y donde viven gente de clase alta, me recordó un poco a la película mexicana La zona (Rodrigo Plá, 2007), protagonizada por Maribel Verdú y Carlos Bardem. Me recuerda únicamente en el escenario, como ese lugar idílico donde, como dije antes, nada malo te puede pasar hasta que algo irrumpe y desequilibra ese bienestar del que disfrutan sus residentes. Los hechos son luego muy distintos a los que acontecen en la novela de del Val. 

Poco más os puedo contar de Delparaíso. Insisto, no será la novela del año pero a mí me ha gustado. Sus personajes están muy bien construidos y luego, algo que no he mencionado hasta ahora, la trama tiene su puntito de suspense e intriga. En definitiva, la he disfrutado y la recomiendo.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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