Autora
Beatriz Rico nació en Asturias hace no tantos años como indica Wikipedia (según ella). Conocida actriz de teatro, cine y televisión, también se dedica al rock desde hace un tiempo. Sus miles de seguidores la han convertido en todo un referente de redes sociales. De miss a más sin pasar por Albacete es su primera novela.
Sinopsis
Increíble, lo sé. Yo, Miss Albacete, convertida en Miss España. Para que luego digan que hay tongo. Lo vi difícil desde el principio porque qué hacía yo entre tanta mujer de piernas infinitas, pómulos marcados y delgadas como sílfides. Me ves y piensas que soy una gorda adelgazada. Hay personas respiracionistas, que se alimentan de aire, o las que hacen dieta perpetua. Y luego estamos las gordas adelgazadas.
Ahora tengo la sensación de ser un fraude, pero un fraude con corona al fin y al cabo.
Después del reinado de Miss España (a Albacete no vuelvo) los contratos me perseguían: la tele, las convenciones (sí, hombre, seguro que me has visto en alguna), jolgorios mil, pero yo quise ser monologuista. El batacazo fue terrible, así que tuve que escuchar a mi representante: yo a ti te veo de mocatriz. Sí, claro. Modelo, cantante y actriz.
Y ahí estoy. ¿Se puede ser una mocatriz con un hijo de siete años, un ex en Italia, un ligue apretadito y una madre en Albacete?
[Información tomada directamente del ejemplar]
Primera novela que publica Beatriz Rico. Actriz, monologuista, y cantante de rock, la asturiana se lanza ahora al mundo de las letras con una novela divertida. ¿Y por qué escribir ahora? Nos los cuenta ella misma en el prólogo, con la misma gracia que va a caracterizar el resto del libro. Y mientras os asomáis a ese prólogo, ¿os cuento un poco lo que me ha parecido De miss a más sin pasar por Albacete? Ahí va.
Elvirita, o Rita, como le gusta que la llamen, es una joven de Albacete, que un buen día se presenta a Miss Albacete y gana. Pero ahí no queda la cosa sino que, envalentonada, también se presenta a Miss España, una competición en la que tienen cabida las purgas en los baños y el handicap de responder con un mínimo de inteligencia las preguntas del jurado, y resulta que se lleva la corona, no sin las correspondientes amenazas por parte de sus rivales. Pero como miss que es, tiene que enfrentarse a los problemas de su estatus, al delicado asunto de la esbeltez y la báscula. Según Rita, ella es una gorda adelgazada o delgada tipo B «("B" de ¡Booooomba!), que somos las que, por mucho peso que perdamos, se ve que no es nuestra constitución». Pero haya tranquilidad, porque todo se reduce a la disformia, es decir, un trastorno mental que impide que veamos la perfección de nuestro cuerpo en todo su esplendor.
Alzarse con la corona de Miss España le abre las puertas de la televisión y el faranduleo. Entra en contacto con managers como Víctor Ladrón de Guevara, quien representa a lo más de lo más en lo que a famoseo se refiere. Pasará por diversos trabajos entre los que figura presentar una sección en «Sábado y Confetti», el programa de José Luis Moreno. También hará sus pinitos como monologuista o ejercerá de cualquier otra cosa que le sirva para meter cabeza. En definitiva, se convierte en una «mocatriz», es decir, en modelo, cantante y actriz. ¿Qué aventuras o desventuras le esperan a Rita? Bueno, todo lo tenéis en esta novela, que se lee en dos tardes y se disfruta para siempre.
Qué difícil es que un libro te haga reír. Para mí es una de las cosas más complicadas. Pero con esta novela he soltado unas cuantas carcajadas. No hay más que abrir el libro para darse cuenta que esta historia tiene mucha guasa, como decimos en mi tierra. Tanta que ya figura en la propia dedicatoria.
Yo siempre digo que, los mejores regalos son los que se hace una misma. ¿A que sí? Y aunque el humor está siempre ahí, también es una novela en la que se habla de cosas muy serias. El alcoholismo, la enfermedad o la muerte asoman entre las páginas de este libro porque, como nos dijo la propia Beatriz Rico en la entrevista (puedes leerla aquí): «Me encanta hacer reír a la gente pero, ya que tengo un altavoz, tengo el deber moral de hablar de ciertos temas. Necesitaba transmitir un mensaje porque, de otro modo, sentía que el libro se quedaba cojo». Hay algunos pasajes que transcurren en el interior de un hospital que a mí me han parecido tremendamente emotivos, y que me hicieron recordar algunos momentos delicados que he pasado con mis familiares en esos edificios en los que, difícilmente, alguien quiere poner un pie. He sentido verosimilitud en estas líneas, lo que me ha permitido conectar fácilmente con los personajes y la situación. En todo momento he tenido la sensación de que la autora los ha vivido en primera persona y, bueno, no andaba muy descaminada porque ella misma nos hace una confesión en Agradecimientos.
De miss a más sin pasar por Albacete se mete de lleno en ese mundo de las misses y de la televisión, como si Rita quisiera llevar de la mano al lector, para que conozca realmente qué se cuece detrás de bambalinas y de las cámaras. Por eso vamos a ver personajes reales pululando por estas páginas como Belinda Washington, Miriam Díaz Aroca, Cristina Pedroche o Concha Velasco. Ahora bien, en esta novela se desmitifica mucho a las misses, nos ofrece una imagen lejana de esa idea preconcebida que todos tenemos cuando pensamos en una miss, imaginándonos siempre un cuerpo escultural con cerebro de mosquito. Nuestra Rita no es así. Le he cogido un cariño tremendo a este personaje porque me parece muy entrañable y con muy buen fondo. Para mí Rita es lo que se dice una buena persona, que trata de ayudar a los demás, a la vez que mantiene su vida. Nuestra Rita tiene hijo, madre y hermano. El primero se llama Bruno, y ya alcanza la edad de 7 años. Es como a ella le gusta decir «el motor de mi vida», esa pequeña personita por la que es capaz de «dejar la fluoxetina, las benzodiacepinas y los bolsos de imitación». La segunda se llama Asunción, esa madre a la que «le sube la tensión y se le dispara el colesterol y no sé cuántas cosas más» si se lleva más de dos semanas sin ver a su nieto. Y el tercero, es un profesor de yoga y meditación en un ashram, un retiro espiritual, cuya paz interrumpe Rita cuando lo llama a través del móvil, ese instrumento del demonio. Y Rita también tiene exmarido, un italiano de nombre Sandro, un «Chayanne mediterráneo» de pelo negrísimo y dientes blanquísimos, con el que se lleva bien; y una pareja nueva, Jaime, que la apoya incondicionalmente. En definitiva, que esta mujer me ha parecido un personaje muy divertido, que no deja de hablar consigo misma, intercalando tacos en sus monólogos interiores, por los que se recrimina constantemente. Es natural, sencilla, honesta, sincera y cariñosa. Pues eso, que me ha gustado mucho.
Estructurada en veintiún capítulos más un epílogo, algunos de los cuales vienen encabezados por títulos de canciones del hoy y del ayer, la novela está narrada en primera persona, en la voz de Rita, por eso el lector estará siempre ubicado en el interior de su mente, viendo pasar uno tras otro, todo tipo de pensamientos que se le ocurre a Rita. A esta mujer no solo le importa lo físico porque, como veréis, tiene un corazón enorme, sino que también le preocupan otras muchas cosas. De ahí que la novela cuenta con su dosis de crítica social, acompañada de importantes reflexiones, sobre lo que verdaderamente importa, y un buen puñado de consejos que nos regala en el Epílogo.
De miss a más sin pasar por Albacete es una lectura desenfadada, divertida, simpática y muy fresquita. No pensaba que me fuera a aportar tanto esta novela, pero lo cierto es que, a pesar de ser una historia sencilla, y con el único objetivo de entretener y hacer reír al lector, tengo que admitir que la he disfrutado mucho.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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