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ESPECIE de Susana Martín Gijón

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Editorial: Alfaguara
Fecha publicación: enero, 2021
Precio: 19,90 €
Género: Thriller
Nº Páginas: 464
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) es autora de la serie policiaca Más que cuerpos, compuesta hasta la fecha por dos trilogías. Su novela Expediente Medellín (2017) fue ganadora del Premio Cubelles Noir 2018 a la mejor novela publicada en castellano. Su novela Náufragos fue finalista de varios premios y sus derechos fueron vendidos para una adaptación audiovisual. Licenciada en Derecho, fue directora general del Instituto de la Juventud de Extremadura y presidenta del Comité contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia. Con Progenie (2020), novela finalista del Premio Valencia Negra, Alfaguara Negra dio inicio a la publicación de su obra, que continúa ahora con Especie.

Sinopsis

Es verano en Sevilla. La inspectora Camino Vargas sigue de jefa de Homicidios. Paco Arenas, su mentor y amor secreto, está de baja y ella no tiene ganas de liderar a su equipo y menos aún de formar a la joven agente Evita Gallego. Cuando los cuerpos de un hombre desollado, de otro molido a palos y de otro inflado de comida hasta reventar aparecen abandonados en lugares emblemáticos de la ciudad, los indicios apuntan a un misterioso asesino en serie. Solo Gallego sabrá leer en los cadáveres el macabro mensaje y acompañar a Camino en una nueva bajada a los infiernos.

[Información tomada directamente del ejemplar]



En 2020, Susana Martín Gijón publicó Progenie, lo que sería la primera entrega de la saga de la inspectora Camino Vargas. Sobre aquella novela (cuya reseña completa puedes leer aquí) comenté que, si bien hubo algunos detalles que no me terminaron de convencer, para mí Camino Vargas fue un gran acierto y un personaje que me encantó. En líneas generales, aquella novela me gustó porque había cumplido lo que esperaba de ella, entretenerme y hacerme pasar un buen rato. Ahora, regresa Camino Vargas y yo que me alegro. Con Especie, novela que me ha gustado más que la anterior, la autora sevillana retoma a este personaje tan irreverente, para enfrentarla a un nuevo caso. 

Todo se inicia cuando Gerardo, un empresario de la hostelería, no regresa a casa después de su jornada laboral. La voz de alerta la da Laura, su esposa. Pero esta no será la única desaparición que el Grupo de Homicidios tiene entre manos. Aún están sin cerrar otros expedientes pasados, como es el caso de Gabi, un hombre de 42 años que desapareció hace un mes. En paro, y víctima de una depresión, a Gabi no se le conocía novia ni amigos. Por otra parte, tampoco se sabe nada del paradero de la joven Sara Guerrero, ni de Justo Mejías.  ¿Qué ha pasado con ellos? Y tales desapariciones se irán convirtiendo, poco a poco, en cadáveres hallados en diversos lugares de la ciudad. Cada uno de ellos aparecerá bajo una singular puesta en escena que tendrá mucho que ver con la obsesión, la reivindicación o la paranoia del asesino, porque «un asesino usa a su víctima para contar una historia».

Camino tendrá que investigar esas desapariciones y posteriores asesinatos. Para ello, cuenta con el equipo que ya conocimos en la novela anterior: Fito, Lupe, Pascual. Pero también nos encontraremos caras nuevas como la de Aguedo, que se ha reincorporado al servicio, después de una baja laboral, o la de Eva Gallego, una joven llegada a la comisaría para sustituir a Teresa, que se acaba de jubilar. 

Si Progenie ahondaba en el mundo de las clínicas de fertilidad y en la maternidad / no maternidad, Especie pone el foco de atención sobre el mundo animal. Por estas páginas circularán asociaciones animalistas, ong's, refugios animales, empresas cárnicas, o toda aquella industria que está relacionada de algún modo con el maltrato animal. Leyendo Especie, el lector se mete en un mundo sobre el que seguro que no reflexiona cuando se sienta a comer y, en ese sentido, me ha parecido un tema original, que termina por impulsar al lector a hacerse diversas preguntas. ¿A qué clase de vida son sometidos algunos animales antes de llegar a nuestro plato? 

Para mostrar todo ese mundo, no cabe duda que Martín Gijón ha hecho los deberes, en lo que a documentación se refiere. Ya nos lo contaba en la entrevista que le hicimos (puedes leerla aquí): «...he realizado entrevistas, y he visitado un santuario de animales, donde he pasado varios días, para conocer a los animales que viven allí, o a las personas que lo han dejado todo, para rescatar animales que han sufrido, cuidarlos y regalarles amor en ese tramo que les queda de vida. Pero también me he ido al otro extremo, conociendo granjas intensivas y mataderos. Ha sido una inmersión de la que he salido diferente». Así que, la autora nos va a hacer un retrato muy real de ese mundo animal. Pero no queda ahí la cosa, sino que también tendrá mucha importancia la historia de la ciudad de Sevilla, escenario principal de la trama. Aunque de ello os hablaré más abajo. 

En cuanto a los personajes, sigue sobresaliendo Camino Vargas. Cuando la conocimos en la novela previa, me pareció una mujer algo promiscua, con muchísimo carácter, irreverente, a la que no le importaba dar respuestas abruptas. No obstante, en Especie me ha parecido que su carácter se suaviza un poco. Sigue siendo lenguaraz y soez, pero la noto más centrada y, quizá, un poco más convencional. Probablemente, este leve cambio en su forma de ser se deba a la reaparición de Paco Arenas en su vida. El que fuera inspector del Grupo de Homicidios y jefe de Camino, ha despertado del coma que lo tenía metido en un hospital, en la novela anterior. Paco está fuera de juego tras el alta hospitalaria pero echa de menos el trabajo. La vida doméstica no va con él, y menos aún cuando entre las paredes de su domicilio se siente como animal enjaulado -bonita metáfora para la trama que nos ocupa-. Así que, los únicos momentos en los que se siente más vivo es cuando Camino, saltándose todo el protocolo, lo pone al corriente de los detalles de la investigación. Y habrá más, pero eso dejo que lo descubráis vosotros mismos.

Y sobresale igualmente el nuevo fichaje del equipo. Eva Gallego no entra con buen pie en la comisaria. Sus compañeros recelan de la nueva, a la que consideran una desaboría«Habla como una señorita, toda fina ella». La presencia de Eva en las reuniones matinales despierta las miradas de reojo del resto del equipo, y cada palabra o acto de la joven será mirado con lupa. ¿Quién es esta Eva? ¿De dónde sale y, lo que es más importante, de qué va?



Eva Gallego, a quien Camino considera inicialmente una piedra en el zapato, tendrá una gran protagonismo en esta trama, tanto en lo referente a su lado profesional como el personal. Pero ahí lo dejo. Solo os diré que, alrededor de este personaje, flotará constantemente una nube de suspense.

En cuanto al resto de los personajes, van a seguir en la misma línea que ya vimos en la novela anterior. Lupe y sus ganas de promocionar laboralmente, que se reconozca su valía como policía, mientras que su vida personal le parece totalmente insatisfactoria. Pascual, su divorcio y su relación con su hija, a la que ve poco. O Fito, quien parece que empieza llevarse mejor con Camino. Es decir, Martín Gijón no se limita a colocar a los personajes en el ámbito laboral, sino que también incide en lo personal, para lo cual, dedica algunos capítulos a la esfera más íntima de cada uno de ellos. Dicho lo cual, debo reconocer que me gusta la manera en la que la autora construye estos personajes. Por ejemplo, me ha resultado muy real la forma de manejar los sentimientos entre Camino y Paco, teniendo en cuenta el estatus que ocupa cada uno, o la forma en la que unos personajes ayudan a trazar el perfil psicológico de otros. 

Pero si hablo de personajes, he alucinado con el protagonista de uno de los capítulos. Empiezas a leer esas páginas y, al principio, con las primeras líneas, no lo tienes muy claro. Lo ves pero no lo quieres creer. Hasta que llega un momento en el que tienes que claudicar ante la evidencia. Sí, el protagonista de ese capítulo es el que crees que es. No digo más.  

Especie sigue teniendo como escenario principal, la ciudad de Sevilla. Junto a los personajes, el lector visitará calles y lugares como la Plaza de la Alfalfa, la Cuesta del Rosario, la Alameda de Hércules, o el Parque de los Príncipes. Pero antes decía que la historia de la ciudad tendrá un papel muy determinante en la trama. Tengo que alabar el trabajo que ha hecho Martín Gijón para enseñarme esa otra parte de mi tierra que yo desconocía; esa que, -seguro que no me equivoco-, muchos sevillanos desconocen. Sobre los lugares actuales, antaño se erigieron otros edificios que han dejado cierta impronta en la ciudad. Son ubicaciones por las que pasamos habitualmente pero que, por culpa del ritmo de vida que llevamos, jamás nos paramos a contemplar con detenimiento. En cualquier caso, la acción de esta novela se traslada fugazmente a otros rincones del planeta, para dejar otra ristra de crímenes. ¿Están relacionados con los que investiga Camino Vargas? Bueno, eso lo tendréis que descubrir con la lectura.

La novela, narrada en tercera persona, está estructurada en cuatro partes más un epílogo, a lo largo de las cuales se distribuyen un total de 125 capítulos. Jugando con la alternancia, todos esos capítulos son muy breves, y corresponden prácticamente a un capítulo por escena. Sabéis que eso imprime mucha velocidad lectora y que, a favor de la novela, se cuela esa frase tan típica en las historias adictivas que acostumbrados a decir cuando estamos enganchados a una trama: «un capítulo más y apago la luz». Cada bloque se inicia con un capítulo en cursiva que atañe directamente al asesino. Obviamente, sin desvelar su identidad, veremos al ejecutor de las víctimas, interactuar con ellos, o las propias víctimas tratando de entender lo que les está ocurriendo.  Por otra parte, señalar que la acción transcurre entre el 6 y el 15 de octubre -el año lo desconocemos-, aunque el epílogo tendrá lugar tres semanas después del último capítulo.

Poco más os quiero, u os debo contar de esta novela. Decía al principio que Especie me había gustado más que Progenie y realmente es así. Me ha parecido más sólida en su urdimbre, más compleja, y mejor resuelta, aunque deja la puerta abierta hacia la tercera entrega que, en lo que a mí respecta, esperaré con ganas. 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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