Autor
Robin Sloan creció en Michigan y ahora divide su tiempo entre San Francisco e Internet. Es escritor e inventor de medios digitales y formó parte del equipo de Twitter.
Sinopsis
Una divertida y excitante novela sobre una conspiración global, encriptación de códigos, amores de juventud, travesuras y aventuras y el secreto de la vida eterna... que sucede en una pequeña librería de San Francisco.
La crisis económica obliga a Clay Jannon a dejar atrás su vida como diseñador de páginas web en San Francisco y las casualidades, la curiosidad más absoluta y la habilidad de subir escaleras como si fuera un mono le llevan a empezar su nuevo trabajo en la librería permanentemente abierta del señor Penumbra. Después de unos días trabajando, Clay se da cuenta de que la librería es un lugar mucho más extravagante de lo que su nombre indica. Solo hay unos cuantos clientes, pero van continuamente y nunca compran nada. Lo que hacen es llevarse libros prestados, ejemplares misteriosos que se encuentran en los lugares más recónditos de la librería, todo de acuerdo a un trato especial que mantienen con Penumbra. Clay concluye que la tienda no es más que una tapadera para otro negocio y su curiosidad pronto le lleva a ponerse a analizar el complejo comportamiento de los clientes y a arrastrar a sus amigos para que le ayuden a descubrir qué es lo que realmente pasa en la librería. Sin embargo, cuando le llevan sus descubrimientos al Sr. Penumbra, acaban por descubrir que los secretos se extienden mucho más allá de las paredes de la librería...
Siguiendo con las reseñas del Mes de los Libros os traigo hoy una sobre una novela que, desde primer momento, me llamó la atención. La palabra «librería» en el título de un libro siempre ha supuesto para mí un talismán, así que no me lo pensé mucho.
Con un título tan peculiar, lo primero que me pregunté es cómo sería la versión original porque el nombre «Penumbra» no es que sea muy común que digamos, pero fíjate por donde que la traducción al castellano es prácticamente un calco del título original.
En El señor Penumbra y su librería 24 horas abierta conoceremos a Clay Jannon, un chico actualmente en paro tras perder su empleo en una empresa de bollería. Afortunadamente para él encuentra pronto un trabajo bastante especial. La librería del señor Penumbra permanece abierta las 24 horas del día por lo que se requieren tres turnos para atenderla. A Clay le tocará el turno de noche (de 10 de la noche a 6 de la mañana), algo que no le supondrá mucha actividad porque, teniendo en cuenta el tipo de librería (pocas novedades y mucho libro de segunda mano para préstamos), ya es difícil que un comercio como este tenga clientela durante el día, así que por la noche se supone que menos aún. Clay cree que las noches serán soporíferas pero, aunque es cierto que la afluencia de público no es masiva, sí contará con algunos clientes fijos y nocturnos, ancianos casi todos: Tyndall, Fedorov, Lapin,...
La librería del señor Penumbra es un negocio poco fructífero y con particularidades que dejarán noqueado a nuestro protagonista. Por cada venta o préstamo, Clay tendrá que anotar en un libro de registro datos cómo la descripción del comprador o prestatario, su aparente estado de ánimo e incluso su indumentaria. El por qué de este curioso proceder es algo que iremos descubriendo más adelante.
La mercancía que se vende o presta en esta librería también tiene su aquel. Estanterías altísimas muestran una colección de libros de aspecto poco habitual que no cuentan ni con ISBN a los que Clay, en principio, tendrá el acceso denegado. En ningún momento puede abrir ni ojear su contenido. Sin embargo, y por mediación de su compañero de piso Matthew Mittelbrand, rarito como él solo, descubrirá que esos volúmenes están llenos de glifos imposible de descodificar.
Movidos por la curiosidad más absoluta Clay dará con una sociedad secreta (El Lomo Intacto) con más de 500 años de antigüedad y que busca el secreto de la eternidad, de la que Penumbra es miembro, una biblioteca subterránea y un enigma por resolver relacionado con un tipo de fuente y su creador, la Gerritszoon. Para ello hará uso de la más actual tecnología ayudado por sus compañeros de piso y por su novia Katt, una programadora que trabaja en Google.
Estamos ante una novela en la que se respira amor por los libros y por la tecnología, incluso me atrevería a decir que más por lo segundo que por lo primero.
Estructurado en 29 capítulos repartidos en tres secciones (La librería, La biblioteca y La Torre) más un Epílogo, esta novela está narrada en primera persona en la voz de Clay con un estilo fresco, joven y actual. Los diálogos son simpáticos pero no considero que sea un libro con una narración brillante, al menos para mi gusto.
A pesar de que El señor Penumbra y su librería 24 horas abierta es una novela entretenida con algo de suspense pero sin llegar a ser adictiva yo no he sabido conectar bien con la historia. He leído muy buenas opiniones de este libro, cuyos enlaces os dejaré más abajo, pero yo me esperaba algo distinto, más amor por los libros, las librerías y los libreros. Quizás el uso de tanta tecnología para resolver el enigma que se plantea y tanta descripción de maquinaria me ha saturado un poco. Se entiende que el autor, que formó parte del equipo de puesta en marcha de Twitter, sabe lo suyo de esta materia pero para una neófita como yo tanto código de programación me resultó pelín aburrido. En cualquier caso y dado que con mis opiniones jamás deseo sentar cátedra, creo que esta novela es idónea para aquellos lectores que busquen una buena aventura en la que se combine pasado y presente, libros y tecnología, con una cierta dosis de intriga y humor.
Aquí os dejo los enlaces a otras opiniones más entusiastas que la mía:
- Mi realidad de tinta.
- Pluma, espada y varita.
- Serendipia
- Entre montones de libros.
Reto: