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LOS INMORTALES (FANTÁSTICO - 1986)

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Año: 1986

Nacionalidad: Reino Unido

Director: Russell Mulcahy

Reparto: Christopher Lambert, Sean Connery, Roxanne Hart, Beatie Edney, Clancy Brown, Alan North, Jon Polito, Sheila Gish, Hugh Quarshie, Christopher Malcolm, James Cosmo, Billy Hartman, Celia Imrie, Edward Wiley, Anthony Fusco

Género: Fantástico.

Sinopsis: Los Inmortales son seres de una raza especial que sólo pueden morir decapitados entre sí. Viven desde hace siglos entre los hombres, pero ocultando su identidad. Unos defienden el Bien, otros, el Mal. Una maldición los obliga a luchar entre sí hasta que sólo quede uno de ellos. El escocés Connor MacLeod (Christopher Lambert) es uno de los supervivientes del clan de los Inmortales que ha llegado hasta nuestros días.

[Fuente: Filmaffinity]


En realidad, hoy pretendía hablaros de otra película, de una de terror estrenada recientemente en Netflix. Pero empecé a verla y no hacía más que encontrarme un cliché tras otro, y tras otro. Me aburrí y opté por quitarla sin llegar al final. En su lugar, tomé el libro que estoy leyendo estos días. Recordé la película de la que os había hablado hace unas semanas (puedes verla aquí), y que suscitó algún comentario interesante. Visioné algún documental encontrado en YouTube. Empecé a tararear una melodía (esta de aquí). Y así, una cosa me llevó a la otra. No sé si hice bien al dejarme guiar por las señales porque, volver a ver Los inmortales, después de tantísimos años, no ha sido lo que esperaba. Y sí, el libro que estoy leyendo es la biografía de Freddie Mercury, que viene a ratificar algunos de vuestros comentarios a la reseña de Bohemian Rhapsody. Pero de el libro -me tiene maravillada-, os hablaré más adelante.

Los inmortales, dirigida por Russell Mulcahy, se estrenó en cines en 1986 y recaudó casi trece millones de dólares. Gustó mucho. Narra la historia de una súper raza, un grupo de elegidos, envestidos con una fuerza sobrenatural que los hace inmortales. Una voz en off nos recibe nada más comenzar a correr el metraje:


«Del amanecer de los tiempos venimos. Hemos ido apareciendo silenciosamente a través de los siglos, hasta completar el número elegido. Hemos vivido en secreto, luchando entre nosotros, por llegar a la hora del duelo final. Los últimos que queden, lucharán por el premio. Nadie jamás ha sabido que estábamos entre vosotros... hasta ahora».


Connor MacLeod (Christopher Lambert) es un joven guerrero de un clan en las tierras de Escocia. Sus enemigos son los Frazer, capitaneados por Kurgan (Clancy Brown), un guerrero sanguinario y despiadado que quiere enfrentarse cuerpo a cuerpo con Connor. Ambos clanes entran en combate, mientras suenan las gaitas, y Kurgan hiere de muerte al joven del otro clan, sin embargo, este no muere. Cuando parecía que estaba a punto de fallecer por la gravedad de las heridas, los MacLeod contemplan atónitos la milagrosa recuperación del joven. No lo entienden. Sienten miedo y creen que son malas artes del demonio. Terminan por expulsarlo del clan. Connor vagará en solitario hasta que se asienta en otro lugar y conoce a la joven Heather. La vida transcurre de forma placentera hasta que aparece Juan Ramírez Sánchez Villalobos (Sean Connery), espadero real de su majestad el rey Carlos I. Será él quien le revele a Connor su verdadera naturaleza, su inmortalidad. Le explicará que es uno de los elegidos, al igual que él, pero que, a partir de ahora, cada uno de ellos sentirá un deseo irrefrenable de combatir con su otro igual y arrebatarle la vida, sesgando de cuajo la cabeza. El último que quede se llevará el premio.

Pero la película no se inicia en tierras escocesas, sino que arranca en el presente. Lo hará concretamente en el año 1985, cuando Connor, -que ahora se hace pasar por un anticuario de nombre Nash-, se topa con otro inmortal en el aparcamiento del Madison Square Garden. La lucha será a muerte. Espadas en ristre, el combate es descarnado, pero Connor conseguirá cortar la cabeza a su enemigo. Una fuerza poderosa se desata en el aparcamiento, arrasando todo a su paso. Llegará la policía y con ella Brenda Wyatt, la forense experta en espadas antiguas. Ella será la que encuentre la espada de la víctima bajo un coche, y al analizar el acero descubrirá que es de otro tiempo. Intrigada por lo sucedido andará tras la pista de lo ocurrido y llegará hasta Connor y su leyenda.

Así pues, la acción se irá alternando entre el pasado y el presente. Por un lado, iremos viendo cómo transcurre la vida de Connor junto a Heather, el entrenamiento al que le somete Ramírez, sus encontronazos con Kurgan e incluso, con el tiempo, veremos al joven pasar de puntillas por la II Guerra Mundial, momento en el que conocerá a la única mujer que sabrá de su verdadera identidad. Por otro, en el presente, el tiempo irá pasando y el duelo final se irá acercando cada vez más. Con el paso de los siglos, un inmortal ha ido arrebatando la vida al otro hasta que, en el siglo XX, solo quedan dos: Connor y Kurgan. Por supuesto, el desenlace de la película será el enfrentamiento entre ambos, tras el cual, al espectador se le ofrece un epílogo en el que sabremos en qué consiste el premio final. 

Fantasía. Un género con el que yo no me llevo muy bien y sobre el que se sustenta todo este largometraje. Y aunque suelo huir de todo lo fantástico y fantasioso, recordaba de otro modo esta película. Tenía algo más que unos hombres capaces de desafiar las leyes de la naturaleza, de combatir con una fuerza inusitada, empuñando extrañas y milenarias espadas, que atraviesan el hormigón. No. Como dije antes, volverla a ver no ha sido lo que esperaba. A mi juicio, creo que es una película que no ha envejecido bien, aunque se la ha catalogado de objeto de culto. He intentado verla con los ojos del pasado, tratando de comprender que los medios que se tenían en los 80, no son los actuales. Incluso así, no he podido evitar aburrirme a ratos, a pesar de que cuenta con numerosas escenas de acción. Los efectos especiales me parecen hoy un juego de niños y el cartón piedra se nota demasiado. Además, la lucha entre los inmortales es torpe, zafia, con poca técnica. Por otra parte, también pensaba que la banda sonora, de manos de Queen, tenía más presencia. En mi imaginario recordaba una escena épica y romántica, con la melodía Who Wants To Live Forever sonando de fondo, de esas escenas que te hacen suspirar de puro dulzor, y no. Bueno sí, hay una escena así pero no es la que yo tenía en mi cabeza. No me preguntéis de dónde la he sacado.

Eso sí, las localizaciones son maravillosas. Los MacLeod moran junto al Castillo de Eilean Donan, uno de los símbolos del país y famosísimo enclave, porque no solo ha salido en esta película, sino también en otras tantas. Incluso fue la imagen del anuncio de un whisky. En este artículo se dice lo siguiente: 


«El castillo está enclavado en una pequeña isla en la confluencia de tres lagos, el Duich, el lago Long, y el lago Alsh, y sólo es accesible por barco o atravesando un estrecho puente de piedra, lo que convertía a esta fortaleza en un lugar muy difícil de conquistar».


Mirad qué pasada.



Por otra parte, hay grandes acantilados y escenas rodadas sobre grandes salientes rocosos, que le dan un aire muy épico a toda la trama.

La fotografía estremece. La ambientación también está muy conseguida, tanto en el presente como en el pasado,con una atmósfera nebulosa que envuelve a los personajes. Por no hablar de todo el ritual que gira alrededor de las espadas, armas afiladas fabricadas en otros siglos, en otras tierras y que han ido pasando de unas manos a otras. Magia y leyenda.

Pero, estoy llegando al final de la reseña y no os he hablado de las interpretaciones. A mí Christopher Lambert no me impacta. Nada en absoluto. No puedo decir lo mismo de Sean Connery que, en el papel de espadero real de Carlos I, dice ser egipcio de nacimiento. En cualquier caso, Connery es un gigante al lado de Lambert. Y también me gusta mucho Clancy Brown en su papel de bestia parda pero claro, juega a su favor una estupenda caracterización que da miedo.

Los inmortales es la historia de unos hombres que pagan un precio muy caro por esquivar a la muerte, que buscan lo que los demás rehúyen, que sienten ansias de ser uno más, con una vida normal, con mujer e hijos. Porque, ¿quién quiere vivir para siempre?

Creo que esta película es para dejarla reposar tranquilita. Es decir, que si la viste como yo, cuando eras adolescente, y la vuelves a ver ahora, probablemente se te caiga un mito. Y si no la has visto, pues lo mismo piensas que tiene lagunas, y que, como dije antes, los efectos son de juguete. Solo te la recomendaría si te gusta mucho el género fantástico. En lo que a mí respecta, la película, hoy por hoy, no aprueba. 

Por cierto, que hay secuelas, pero a esas ya no me apunto. Eso sí, de la película de terror de Netflix no os libráis la próxima semana. 




Tráiler:                                                                                          Puedes adquirirla aquí: 

      


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