Año: 2021
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Shari Springer Berman, Robert Pulcini
Reparto: Amanda Seyfried, James Norton, Karen Allen, F. Murray Abraham, Natalia Dyer, Rhea Seehorn, Alex Neustaedter, Jack Gore, Olivia Boreham-Wing, Kelcy Griffin, Emily Dorsch, Cotter Smith, Ana Sophia Heger
Género: Terror
Sinopsis: Una pareja de Manhattan se muda a una aldea histórica en el valle del Hudson y acaba descubriendo que su matrimonio oculta una siniestra oscuridad que rivaliza con la historia de su nuevo hogar.
Ha llegado el momento. La semana pasada amenazaba con hablaros de la última película de terror de Netflix. Pues, para vuestra desgracia, aquí vengo. A ver si os puedo contar alguna cosa buena porque este largometraje empezó a descender desde lo alto de una colina y se hundió en el más profundo de los abismos.
La apariencia de las cosas lleva por título original Things heard and seen. Es decir, cosas escuchadas y vistas. Para ser sincera, me gusta más el título en castellano. Y no solo eso, sino que después de haber visto la película, entiendes que es un título que encaja mucho mejor con la trama. En cualquier caso, estamos ante la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Elizabeth Brundage. La apariencia de las cosas narra las vivencias del matrimonio Claire. George y Catherine, padres de la pequeña Frannie, se conocieron en la escuela de arte. Amantes de la pintura, cursaron sus estudios y ahora ella se dedica a restaurar obras mientras que él se ha centrado en la docencia. En su día trató de ganarse la vida como pintor pero pensaba que no tenía suficiente talento y prefirió decantarse por la teoría.
Tras el cumpleaños de Frannie, la pareja comunica a sus familiares y amigos que van a mudarse al valle del Hudson. A él le han ofrecido una plaza de profesor en una pequeña universidad. A ella no le hace mucha gracia la mudanza porque implicará dejarlo todo atrás, su trabajo y sus amigos. Sin embargo, cree que se lo debe a George. Él siempre se ha estado sacrificando por la estabilidad de la familia. Además, necesitan dinero y ese nuevo trabajo supondrá un soplo de aire fresco. Así que meten sus cosas en un coche y se mudan a una casa enorme, destartalada y cochambrosa, de finales del siglo XIX, que ella tratará de adecentar, mientras él imparte sus clases y se codea con sus alumnos y compañeros del departamento.
Catherine no tiene más ocupación que su hija y la casa. Conocerá a los Vayle, Eddie y Cole, dos jóvenes que viven con su tío en la casa de enfrente. Son amables y la ayudan a instalarse, y a arreglar la casa. Los días se le pasan colocando todo en su sitio hasta que empieza a presentir cosas extrañas. Un reflejo se pasea por los objetos de la casa. También encontrará una vieja partitura y una biblia antigua en cuyo interior, hay un registro familiar con algunos nombres tallados, junto a los cuales figura la palabra «maldito».
Sí, la casa está encantada. La casa cuenta con una historia lúgubre. Hay presencias, antiguas almas que vivieron en aquel lugar y que, por algún motivo, han quedado atrapadas en una especie de limbo. Catherine quiere saber de quién se trata y cómo puede ayudar. Para ello indagará en el pasado de la casa y también organizará sesiones de espiritismo. Pero no queda ahí la cosa. Realmente lo que me resulta más interesante de esta película es una subtrama que tiene que ver con la verdadera identidad de uno de los personajes. La película explora la naturaleza de algunas personas que sustentan su vida en la mentira. Empiezan contando una pequeña trola un día y aquella bola crece y crece, hasta convertirse en algo incontrolable. El problema está en que la mentira tiene las patitas muy cortas y claro, te pillan en un renuncio.¿Y qué haces? Pues... Bueno, no te lo cuento. Sinceramente esta es la parte que más me ha gustado de este largometraje. ¿Tiene vinculación con la trama de la casa encantada? Hasta cierto punto sí, pero la conexión no me parece sólida.
En cuanto al desenlace, fue ahí donde ya me tuve que tirar de los pelos. No sé cómo definir este final. Tanto es así que hasta he encontrado un vídeo que explica lo que ocurre. En su favor, diré que se produce un hecho que no suele suceder en este tipo de largometrajes. Ya sabéis aquello de los buenos sobreviven y los malos arden en el infierno. Bueno, algo de eso puede haber. No obstante, es un cierre que tiene mucho que ver con el mundo de la pintura, pero que a mí me parece un doble salto mortal con dos tirabuzones y que termina en un rotundo planchazo. Me pareció rizar mucho el rizo, pasar de lo sobrenatural a la fantasía o a la ciencia-ficción. En fin, ya me diréis si la veis.
La apariencia de las cosas salta de un cliché a otro.¿Cuántas veces hemos visto en las películas de terror esos juguetes infantiles que parecen tener vida propia?¿Y cuántas veces se ha recurrido a esas mecedoras que se balancean por sí mismas? Tantas, tantas veces que hasta me cansa formular la pregunta. Por no hablar de las luces y velas que se apagan y se encienden, o de los electrodomésticos que se encienden solos. O por no mencionar esas presencias sobrenaturales que siguen en este mundo para ayudar a los mortales más indefensos. No sé. Esta película no me ha aportado nada nuevo, ni original, ni meramente interesante.
En cuanto a los personajes, Catherine es una joven que se siente sola en su nuevo hogar. En favor de su marido, ha dejado toda su vida atrás y eso la hunde en cierta desazón y tristeza. Su círculo de amistades se reduce a los Vayle y a un par de compañeros de su marido que tendrán bastante protagonismo en la historia. A ello se une que sufre de bulimia. Su marido no lo sabe y ella intenta ocultar su situación, fingiendo que come y toma batidos de proteínas. ¿Tiene esto algo que ver en el desarrollo de la historia? No. Es simplemente una manera de definir al personaje pero hubiera sido lo mismo que Catherine fuera bulímica que adicta al chocolate. Es un dato que no aporta nada.
El papel de Catherine está interpretado por Amanda Seyfried. Bueno. No es que sea un trabajo memorable pero tiene un pase. A mí me han gustado mucho más otros trabajos de la actriz.
En cuanto a él, es un tipo encantador. George se pavonea en sus clases derrochando sabiduría sobre los pintores americanos como George Innes, cuyas obras tendrán bastante presencia en esta película. Los alumnos admiran a su profesor. Es un tipo atractivo, inteligente, seductor. Así que se gana el beneplácito de alumnos y compañeros de trabajo.
Me ha resultado muy curioso que una personalidad como la de George Claire sea interpretada por James Norton, al que no puedo dejar de imaginar con alzacuellos desde que lo vi encarnando a Sidney Chambers, el personaje protagonista de la serie Granchester, basada en los libros de James Runcie. Entre este trabajo y el que el actor hace en la película hay un contraste abismal.
La acción se inicia en la primavera de 1979 aunque las primeras escenas avanzan al invierno de 1980 para mostrar una escena que será parte del desenlace. Se trata de una secuencia que adelanta un suceso terrible que ocurrirá en la casa.
En definitiva, acuarelas que desaparecen, conversaciones que alguien escucha por error, anillos, biblias, partituras, extrañas cosas latentes que salen del fregadero y un pasado de violencia dan pie a un argumento que ni provoca terror ni prácticamente suspense. Lo nuevo de Netflix en terror no me ha gustado nada. ¿Entretiene? Sí. Pero quizá te pongas a mirar el Whatsapp, mientras unos se matan a otros en la película.¿Es predecible? Bueno. No creo que lo previsible sea el peor error de esta película. ¿Es olvidable? Totalmente. Nada más empiecen a salir los créditos de cierre tu mente borrará las dos horas previas. ¡Ah!, ¿que no dije que dura dos horas? Pues sí.¿Y se hace larga? Larga no. Aburrida, sí. Al menos, a mí me lo pareció. Dicho lo cual,La apariencia de las cosas es una película prescindible. Tú decides si la ves o no.
La tenéis en Netflix.
Tráiler [subtitulo en español]: