María Hesse (sevillana de adopción, 1982) se convirtió en ilustradora a la edad de seis años. Ella aún no lo sabía, pero su profesora y su madre sí. Unos buenos años después, tras acabar sus estudios de Educación Especial, agarró los lápices y se lanzó a la piscina de la ilustración de manera profesional.
Ha trabajado como ilustradora para distintas editoriales, revistas y marcas comerciales, y su obra ha sido exhibida en varias exposiciones. Tras el fenómeno editorial que supuso su primer álbum ilustrado, Frida Kahlo. Una biografía (Lumen, 2016), traducido en dieciséis idiomas y ganador del Premio de la Fundación Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Brasil, Lumen ha publicado Bowie. Una biografía (2018), El placer (2019) y Marilyn. Una biografía (2020). Su obra está presente en diecinueve países.
Fran Ruiz (Málaga, 1981) es profesor de Geografía e Historia en un instituto de Secundaria. Estudió Historia del Arte en la Universidad en Málaga, donde trabajó un año como becario de colaboración. Ha escrito en la revista universitaria La Buhardilla y colabora habitualmente en la revista Manual de Uso Cultural.
Bastante antes de todo eso, un día no fue al colegio porque estaba enfermo y se topó con el videoclip Ashes to Ashes de Bowie. Todavía no ha conseguido salirse de él.
[Biografías tomadas de la web de la editorial]
Sinopsis
No muestro lealtad a ningún estilo. Simplemente escogeré aquel que me permita transmitir lo que quiero en ese momento.
David Bowie es mucho más que un cantante que vendió ciento treinta y seis millones de discos, mucho más que un artista que experimentó con multitud de estilos y definió la cultura pop. Como dijo su biógrafo David Buckley, «cambió más vidas que ninguna otra figura pública». Con su perturbador alter ego, Ziggy Stardust, y canciones como «Starman» o «Space Oddity», desafió las reglas de la música y se convirtió en icono de su generación y referente de las generaciones presentes y futuras.
Su larga carrera artística está íntimamente ligada a su biografía personal. Este libro se adentra en todos los aspectos de su vida, en sus enigmas y anécdotas. Como un jeroglífico, Bowie es un misterio que todos queremos desvelar, y nadie mejor que María Hesse, la autora del fenómeno Frida, para acometer este desafío. Hoy Bowie sigue fascinando más que nunca.
[Información tomada directamente del ejemplar]
¡De vuelta! Bueno, el blog ya se activó este fin de semana con un flamante multi-sorteo en el que puedes conseguir varios libros. Si todavía no lo has visto, en este enlace tienes toda la información sobre los libros que se sortean y de qué manera puedes conseguirlos. ¡No te lo pierdas! Pero inicio un nuevo ciclo de reseñas con un género que me encanta, los ilustrados.
Recientemente me he comprado una estantería móvil que voy a usar únicamente para colocar todos los volúmenes ilustrados que tengo por casa. Cada vez me gustan más y he pensado en agruparlos en un único lugar. Así que he adquirido una estantería con ruedas. Bueno, en realidad, no es una estantería en sí, sino un carro de Ikea que lo mismo sirve para un roto que para un descosido (visité alguna biblioteca municipal que lo usaba para transportar libros de un lugar a otro). En unos días subiré una foto a Instagram para que podáis ver cómo quedan ahí los libros. Buscaba algo que tuviera movilidad para colocarlo donde quisiera y para que no me molestara a la hora de abrir muebles o tener acceso a ciertos espacios de la casa. No es que me permita almacenar muchos volúmenes pero algo de alivio sí me da. En fin, en este «vehículo literario» he colocado todos mis libros llenos de color y bellas ilustraciones que tengo por casa. Y justo ahí es donde descansan todas las publicaciones de María Hesse. Concretamente, el libro del que os quiero hablar hoy: Bowie. Una biografía.
Reconozco que no he sido nunca muy fan de David Bowie. Me suenan muchas de sus canciones más míticas y tenía una vaga idea de cómo había sido su vida y su muerte. Volúmenes como el que firma Hesse junto a Fran Ruiz, encargado de redactar el texto que acompaña a las ilustraciones, nos permiten adentrarnos en esa parcela más personal del cantante británico, al que apodaban el Duque Blanco y del que destacaban su sorprendente capacidad de transformación.
A través de una introducción, Hesse nos desvela que este libro es el resultado de tres factores. Por un lado, de las «muchas horas de documentación sobre uno de los artistas más emblemáticos de nuestro tiempo». Por otro lado, la autora confiesa que ha pretendido recrear la biografía de una persona a la que le costaba hablar mucho de sí mismo y que, «cuando lo hacía, solía mixtificar lo que contaba». Por último, tanto Hesse como Ruiz, han querido rendir homenaje a la música y a la trayectoria de David Bowie a través de este libro, por ser un artista por el que siempre han sentido una gran admiración y cuyas canciones han influido mucho en sus vidas.
Sin embargo, no todo lo que se cuenta en este libro es real. Los autores nos lanzan una advertencia y nos explican que, en cierto modo, una biografía no deja de ser una obra de ficción. Por eso, y tratándose de una personalidad tan carismática como la de David Bowie, han decidido introducir elementos fantásticos en la vida del artista. Hesse y Ruiz han optado por «imaginar qué pudo pensar y sentir la persona de David Robert Jones en diferentes momentos de su vida», o lo que le ocurrió en momentos puntuales de su existencia. Una prueba muy patente de esa parte de ficción que han introducido en la obra tiene mucho que ver con la peculiaridad que caracterizaba los ojos de Bowie, cada uno de un color. A mí me dejó un poco atónita la explicación que se nos da sobre por qué el cantante tenía un ojo de color claro y otro de color oscuro, pero también es una versión llena de ternura y que conecta con esa esencia tan sideral que emanaba este artista. Si os animáis a leer este título, ya me diréis qué os parece esta teoría.
Tras esta introducción, lo primero que el lector se va a encontrar al abrir el libro es una breve cronología que recoge los hitos más importantes en la vida de David Bowie. En este conciso repaso cabe una pincelada de todo lo que se desarrollará más tarde. A partir de aquí, el volumen se divide en once bloques, siendo el primero de ellos Absoluto principiante. En este primer capítulo nos vamos a encontrar con el Bowie niño. Se nos hablará de su nacimiento, ocurrido el 8 de enero de 1947, con el nombre David Robert Haywood Jones. Estas primeras páginas nos presentan a su familia -padre, madre y hermanastro-, algunos con problemas mentales. Concretamente su hermanastro Terry será un exponente importante a lo largo de toda su vida y sobre esta figura se profundizará un poco más a medida que avancemos en la lectura. Pero en ese entorno familiar, del que él tratará de huir a temprana edad, surgirá su pasión por la música.
«Cuando yo tenía nueve años, mi padre trajo a casa un montón de vinilos estadounidenses. Eran de 45 revoluciones; nuestro aparato reproducía a 78. Sonaban de forma rara, pero esa música me cautivó».
Música y juegos infantiles entre los escombros de una Londres todavía destruida por los bombardeos alemanes, las series de televisión que hablaban de seres venidos de otros mundos y la aparición de Z (del que mejor no os cuento nada) son los elementos que marcaron sus primeros años y la adolescencia.
Bowie. Una biografía no pretende ser un resumen de la trayectoria musical del artista. Al menos, no se centra únicamente en esa parte de su vida. Lo que Hesse y Ruiz pretenden es que descubramos al individuo, al hombre. Por eso, de su faceta más personal, conoceremos sus primeros amores, lo que supuso para él el fallecimiento de su padre, -«la persona que más había creído en mí»-, de qué manera se desarrolló su relación con su hermanastro quien, tras regresar del servicio militar, «comenzó a comportarse de una manera demasiado excéntrica». El libro nos muestra que la enfermedad de Terry lo angustiaba. Aunque trataba de ayudarlo, sentía que no podía hacer nada por él, y volcó toda aquella frustración en una canción, All the Madmen. Su muerte lo dejará muy marcado, así como las traiciones de los que consideraba sus amigos, quienes participaron en la composición de un libro que recogía detalles íntimos del artista. Pero, como a todo el mundo, la vida le dio una de cal y otra de arena. Tras la ruptura con Angela Barnett (Angie), con la que tuvo un hijo, Bowie conoció a la que sería el gran amor de su vida, la modelo Iman Mohamed Abdulmajid. Fruto de esta unión nacería el segundo hijo del cantante.
Sin embargo, a pesar de la intencionalidad de los autores de este libro, de aproximarnos a la persona que había detrás de canciones tan conocidísimas como Space Oddity, Starman, Let's dance (con un curioso vídeo con el que el cantante quería poner el ojo sobre el racismo en Australia) o incluso su versión de Dancing in the street, junto a Mick Jagger, es inevitable que se nos muestre también parte de su trayectoria profesional. En esta línea, el lector conocerá sus primeras formaciones musicales, cómo surgió el cambio de nombre, la dificultad con la que se topó para hacerse un hueco en el mercado discográfico, o esos primeros discos que nunca llegaron a funcionar bien. No obstante, este volumen nos muestra a un hombre tan enamorado de la música que no quiso rendirse y poco a poco fue encontrando su espacio, siempre dentro de esa faz camaleónica que lo caracterizaba, reinventándose una y otra vez. Así llevó su música a Estados Unidos, donde conoció a Andy Warhol, Lou Reed o Iggy Pop, quien se convirtió en una figura muy presente en su vida. Y llegarán las drogas, los contratos abusivos de sus representantes, las películas -El hombre que vino de las estrellas, Dentro del laberinto, La última tentación de Cristo, en la que interpreta a Poncio Pilatos, o su estancia en Berlín o Suiza.
Uno de los brevísimos pasajes que más me han gustado es aquel en el que se narra su colaboración con Queen para la composición de la canción Under Pressure, pero también resulta muy interesante saber cómo conoció a John Lennon y Yoko Ono, y lo que supuso para él el atentado contra el componente de The Beatles.
Muchos más detalles sobre su vida, fuera y dentro de los escenarios, se irán desgranando con el pasar de las páginas, hasta llegar al final de su existencia. Su cuerpo le estaba dando toques de atención cuando en 2004, subido al escenario durante un concierto en Alemania, sufrió un infarto. Con el tiempo llegaría la visión borrosa, los dolores en el pecho y los desmayos, hasta su fallecimiento en 2016, cuando tenía 69 años. El hombre camaleónico viajó definitivamente hasta las estrellas, de donde parece que había venido. El volumen finaliza con dos anexos: su discografía y la bibliografía usada por la autora para escribir este libro.
Últimamente me he aficionado a las biografías, en cualquier formato. Pero estos libros ilustrados suponen una manera amena y divertida de acercarse a la vida de otra persona. De María Hesse he leído el volumen dedicado a Frida Kahlo y el de Marilyn Monroe, siendo este último mi preferido. Con respecto a su aproximación a Bowie, admito que hay momentos de la vida del artista que no he sabido entender bien. Me refiero a todo lo relativo a Ziggy Stardust, un supuesto alter ego del cantante que me ha descolocado un poco. Seguramente, si eres muy fan de Bowie sabrás comprender esta parte mucho mejor que yo. En mi caso me he sentido un poco desorientada con esa figura que, hasta donde yo sé, creo que trata de mostrar el supuesto desdoblamiento de personalidad del artista. Por otra parte, tampoco he conectado mucho con los puntos de fantasía que se introducen en el volumen, aunque entiendo perfectamente la intención con la que se ha hecho.
Eso sí, este libro merece mucho la pena por las ilustraciones de Hesse. Mirad qué cubierta tan fabulosa nos presente el libro. Solo por eso, cualquier lector, al que le guste o no David Bowie, disfrutará mucho de este volumen. Sus dibujos son fácilmente reconocibles, con figuras de ojos enormes y corazones palpitantes, realizados con colores vibrantes y atractivos. Y acompañando a los dibujos, los textos de Ruiz suponen un buen soporte, aportando datos y anécdotas sobre la vida del cantante. No puedo dejar de mencionar que tenemos una narración en primera persona, como si fuera el mismo Bowie quien nos contara su vida, desvelándonos qué era aquello que le apasionaba, de qué tenía miedo, o lo que sentía en algún momento puntual de su existencia.
Me ha gustado leer este libro aunque dura un suspiro en nuestras manos. Eso es lo malo de estos volúmenes, que los leemos en poquísimo tiempo pero se disfrutan un montón. Espero que María Hesse siga poniendo el foco de atención en biografías de este tipo. Me encantan y leeré todas las que publique.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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