Este fin de semana veremos a mucha gente disfrazada por las calles. Si el tiempo lo permite, claro, porque parece que se aproxima bastante agua en los próximos días. En tal caso, ¿hay algo mejor que quedarse en casa leyendo? Para mí es uno de los mayores placeres, pero seguramente este fin de semana no me acercaré a un libro. Salgo de viaje y el blog quedará inactivo hasta el martes. No obstante, no quería dejar pasar la oportunidad de comentaros esos libros con los que he pasado verdadero miedo.
El primero de ellos está leído y reseñado en el blog. Me refiero a Entre los muros de Crickley Hall de James Herbert. Lo editó Plaza y Janés en 2012 y de diciembre de ese mismo año data mi reseña (podéis leerla aquí aquí). La trama no es que sea de terror propiamente pero sí aporta muchísimo suspense y la narración es tan visual, que todavía perdura en mi memoria algunas de las escenas. Releyendo la reseña vuelvo a recordar ahora que mencioné la adaptación televisiva. Creo que nunca la llegué a ver y la verdad es que ahora me han entrado muchísimas ganas de hacerlo. Si no has leído esta novela y te gusta el género, te animo a que viajes a Crickley Hall. Norah de En el rincón de la cantina (puedes leer su reseña aquí) y yo lo hicimos en su día, y las dos lo pasamos terroríficamente bien.
Sinopsis: Una tragedia familiar se entrelaza con lo que podría haber ocurrido en la casa de Crickley Hall hace muchos años.
Para dejar atrás la devastadora desgracia que han sufrido, Gabe, Eve y sus dos hijas dejan Londres y se instalan en Crickley Hall, una casona encaramada en un barranco, a merced del viento y la lluvia
Durante la primera noche todos oyen crujidos y pisadas que provienen de la buhardilla vacía, y ven misteriosas figuras que se recortan contra la escasa luz que se filtra por las ventanas. Pero Gabe cree que todo se debe a la fragilidad emocional en que está sumida su familia. Sobre todo Eve, incapaz de superar el sentimiento de culpa por haber perdido de vista a su hijo Cam en el parque. Fueron apenas cinco minutos, pero desde entonces nadie ha vuelto a saber nada de él.
Y parece que Crickley Hall también está marcada por la tragedia, por un suceso terrible que se remonta a los años de la Segunda Guerra Mundial. La casa albergaba a un grupo de refugiados huérfanos y durante una terrible noche de tormenta, esos críos perecieron ahogados.
Pero si hay un libro que con el que he pasado auténtico pavor ha sido con El traje del muerto de Joe Hill, digno hijo de su padre Stephen King. Hill no tiene nada que envidiarle ni a su padre ni a su madre, porque él solito se las compone para contar historias tan terroríficas como las que nos tenía acostumbrado King tiempo atrás. Y digo tiempo atrás porque las últimas publicaciones del de Maine no me han parecido tan impactantes como aquellas primeras o será que ahora estoy más curtida.
Editado por Suma de Letras, recuerdo aquella lectura de la que jamás hablé en este blog. La trama es absolutamente asfixiante. Te sientes dentro de un círculo del que no puedes huir por mucho que te lo propongas. Así que, este título también es muy recomendable si no lo has leído todavía. Si haces una búsqueda por Internet, encontrarás unas cuantas reseñas que inciden en la atmósfera opresiva.