Hace unas semanas, Noemí Casquet visitó Sevilla para promocionar su última novela, Cuerpos (Ediciones B), primer título de una bilogía, cuyo segunda entrega, Almas, ha visto la luz hace tan solo unos días. Noemí Casquet es periodista y escritora, especializada en sexualidad. Lleva muchos años divulgando sobre sexo a través de diferentes medios pero fue en 2020 cuando se lanzó al plano literario con una trilogía, tres novelas que llevaban por título Zorras, Malas y Libres. Casquet quiere naturalizar el sexo, romper con lo establecido y hablar sin tapujos. Lo hace a través de redes sociales, YouTube y televisión. Y también a través de sus novelas.
Marisa G.- Noemí, un placer tenerte en Sevilla. Muchas gracias por venir.
Noemí C.- Gracias.
M.G.- Como nunca hemos hablado, a mí me gustaría saber cómo empezaste a meterte en este mundo. He leído que tenías un blog, tenías un canal de YouTube,...
N.C.- ¿En el mundo literario?
M.G.- No, en el mundo sexual.
N.C.- En el mundo sexual empecé siendo muy joven. Siempre he tenido mucha curiosidad por el sexo. Tengo la maravillosa suerte de que mi madre es una mujer que siempre me ha hablado con total naturalidad. Ella me resolvió muchas dudas, que a su vez yo resolvía a mis amigas. Yo era como un canal. Hablaba de sexo de forma natural, como debe ser porque el sexo no es algo raro. A la gente le gustaba mi manera de hablar y con diecisiete años empecé a escribir en un blog. Por entonces, me encontraba en un momento de impass, sin saber hacia dónde dirigir mi carrera personal, si estudiar publicidad o periodismo. Me tomé un año sabático pero empecé a escribir artículos sobre sexo en el blog. Era un tema que me interesaba, investigaba mucho, me gustaba leer sobre el tema.
Al final estudié periodismo y todo lo enfocaba en la misma dirección. Los profesores estaban hartos de mí porque todo lo que les presentaba eran artículos o reportajes de sexo. En tercero de carrera empecé a escribir en un medio nacional, con una sección propia. Luego vinieron un par de programas locales y, al terminar la carrera, escribí en El País, en La Vanguardia,... Poco a poco me fui centrando en redes sociales y hace cinco años abrí el canal de YouTube, donde empecé a hablar sobre poliamor. A día de hoy soy periodista especializada en sexualidad.
M.G.- Noemí, por mencionar un momento la trilogía, te voy a hacer una pregunta complicada. Los títulos de aquellos libros eran Zorras, Malas y Libres. Títulos muy llamativos, muy provocadores pero, ¿no crees que quizás lancen un mensaje no muy positivo sobre la mujer?
M.G.- Estamos acostumbradas a que los hombres utilicen estos términos tan despectivos, pero te he oído decir que este tipo de agravios también vienen de mujeres y eso sí me resulta más preocupante.
N.C.- Bueno, no tanto. Como siempre voy diciendo que soy una guarra... Vivo mi sexualidad como me da la gana. Es mi cuerpo, es mi coño, y con él voy a hacer lo que me da la gana. Me lo voy a llevar a la tumba todo lo usado que yo quiera. Nadie tiene que meterse en si eso está bien o está mal. Siempre y cuando todo esté consensuado, a ti qué te importa con quién me acuesto o a quién le como yo lo que le tenga que comer. Es que no te tiene que importar nada. Son solo prejuicios. Y tu vida es tan miserable que, en vez de mirarte a ti mismo o a ti misma, te pones a mirar a los demás.
No recibo tanta crítica pero sí que es cierto que hay un poco de todo. El porcentaje de mujeres que me llama por estos términos tan despectivos es muy, muy, muy pequeñito. Y si me lo llaman es en términos,... tú sabes... Es que he escrito una trilogía que se llama Zorras. Por eso, las seguidoras me llaman zorra pero en ese plan...
M.G.- Ya te entiendo.
De todos modos, hace treinta o veinte años, ya existían programas de divulgación sexual en los medios de comunicación. Recuerdo a Elena Ochoa, y luego también tuvimos a Lorena Berdún. Sin embargo, el sexo sigue siendo tabú. ¿Por qué?
N.C.- El sexo es una de las mayores armas de manipulación que tiene el sistema. Si manipulan el origen de la vida, manipulan todo lo que deriva de la misma. El sexo es una revolución masiva, una de las herramientas de meditación más poderosa que tenemos. Durante esos segundos o minutos, esta de aquí (se señala la cabeza) hace clic y deja de funcionar. Y cuando se produce ese clic en la cabeza, el corazón hace clac. Es entonces cuando empiezas a conectar.
El sexo me cambió la existencia, a nivel profesional y a nivel personal. A través del sexo he podido saber quién soy. He experimentado mucho a través del sexo, que yo concibo como algo muy espiritual. Siempre digo que, a través del sexo, he conseguido follar con Dios, un Dios que en mi caso no es cristiano. He vivido esos momentos álgidos de trance y de plena expansión a través del sexo. Pero como te digo, también es una herramienta brutal de manipulación. Es algo tan del ser humano que es muy sencillo decirnos cómo tenemos que follar para adentrarnos en un sistema capitalista, en el que se nos bombardea con mucha publicidad, un sistema que le interesa tener a la ciudadanía bien controladita. ¿Por qué tenemos tanto problema con el tema de la diversidad? Porque no interesa, porque no nos podrían encasillar y sería mucho más difícil vendernos ciertas cosas o hacer con nosotros ciertas otras.
M.G.- ¿Y por qué hablas del resurgimiento de la sexualidad, añadiéndole el adjetivo ancestral?
N.C.- En occidente tenemos un ombligo tan grande que no podemos ver más allá. Esto es algo que me da muchísima rabia. En los últimos años hemos aprendido palabras como slow sex o mindfulsex, prácticas que ya recoge el tantra desde el siglo IV a.C., o el taoísmo. Nos creemos muy grandes en occidente y realmente tenemos muchísimo que aprender. Por eso hablo de filosofías ancestrales que datan de muchos siglos atrás que, o bien han sido occidentalizadas, o bien han sido ignoradas por venir de lejos. Quiero dedicar parte de mi carrera a la investigación de la sexualidad ancestral. La sexología clínica me ha servido para asentar unas bases buenísimas, en cuanto a cómo funciona el coño, la polla, las relaciones,... pero la revolución de mi vida sexual ha sido a través del tantra, del tao,... Ahora mismo estoy investigando el método kunyaza.
M.G.- Por centrarnos en la novela, en esta nueva bilogía. Cuéntame un poco qué va a encontrar el lector en Cuerpos y en Almas.
N.C.- En Cuerpos y Almas se narra la historia de Ruth. Tiene unos treinta años y está en la mierda. A Ruth le van a dar una mala noticia que será un golpe muy doloroso a nivel emocional. Para paliar el dolor necesita desfogarse y desconectar. Ruth encontrará la salida de emergencia con la ayuda de unas pelucas.
Esta es la historia de una mujer que habitó tres cuerpos y se olvidó de volver al suyo. En todas esas escapadas, Ruth vive una liberación sexual, pero también tendrá contacto con las drogas. Va a experimentar un proceso de introspección hacia sus entrañas.
No obstante, la novela tiene una base de thriller porque hay alguien que la sigue. Aunque esta parte se desarrollará más en Almas.
M.G.- Hasta donde sé, Ruth tenía un estilo de vida del que intenta huir. Muchas veces me pregunto, ¿somos rehenes de nosotros mismos?
N.C.- Nosotros construimos nuestra vida en base a cómo nos dicen que tiene que estar construida. Nos preguntamos muy pocas veces quiénes somos y qué queremos hacer. Son preguntas que intentamos evadir porque generan mucha ansiedad. En este sentido, somos rehenes de nuestra propia vida porque aceptamos que el sistema diseñe nuestra propia existencia. No nos paramos a pensar en eso y tiramos para adelante hasta que un día te preguntas qué he hecho con mi vida. Intento sacar de esa rueda a todas las personas posibles para que, en vez de vivir por y para los demás, empiecen a vivir por y para ellos mismos y ellas mismas.
M.G.- Comentas que estas novelas tienen un componente de thriller, de thriller erótico porque el sexo es un elemento importante en la trama. ¿Qué otros temas tocas en esta bilogía?
N.C.- Las drogas y la sociedad o la relación con los hombres serían dos temas importantes de la novela. Por ejemplo, y ahí me identifico con Ruth, muestro esas veces en que la mujer hace cosas que no quiere hacer simplemente por conseguir la aprobación masculina. A pesar de que me considero una mujer muy deconstruida y muy despierta sigo siendo víctima de un sistema que me ha educado para esa aprobación de lo masculino. Muchas de las mujeres que tenemos poder o que estamos en situación de responsabilidad adquirimos actitudes masculinas para protegernos.
Ruth tiene que lidiar con ciertas etiquetas que siempre nos han puesto, -chica fácil, enrollada o mojigata-, etiquetas que nos constriñen, y de las que es muy complicado librarse. Sobre todo, en edades como la adolescencia, en la que cualquier etiqueta puede marcar nuestro camino de manera nefasta.
Otros temas interesantes que toco en la novela son la muerte, y su vinculación con la soledad y el dolor, y la relación con la familia.
M.G.- ¿Existe alguna similitud entre la Ruth del libro y la Noemí del pasado?
N.C.- Me veo muy reflejada en las reflexiones de Ruth. En el libro, una parte de mí está muy presente. Mi relación con los hombres no es indiferente. Es algo en lo que llevo trabajando muchos años y que he querido plasmar. También he hecho cosas que no me apetecían simplemente por conseguir esa aprobación masculina. Desgraciadamente, a día de hoy, si un hombre valora mi trabajo, yo valoro más la palabra de un hombre que la de una mujer. Eso es algo que tengo que seguir deconstruyendo, pese a que llevo puestas las gafas violetas del feminismo y pese a que estoy dentro del movimiento de manera activa. Pero cuesta mucho deconstruirse porque lo hacen muy bien. Romper con esos vicios y esos pensamientos es muy difícil.
M.G.- La novela incluye en las primeras páginas un código QR que nos permite escuchar la música que escucha Ruth. ¿Qué tipo de banda sonora tiene la novela?
N.C.- Es una música de ambiente muy sórdido, muy oscuro, con un toque, para mí, un poco quinqui. Y luego hay otra parte más emocional, que también podemos encontrar en la protagonista.
M.G.- ¿Dónde encuentras la inspiración, Noemí?
N.C.- Parto mucho de una base personal. Uso parte de mis vivencias en las que los personajes pueden verse reflejados. Pero también hago uso de las experiencias de mis amistades. Escucho mucho a la gente que siguen mi trabajo, me escriben y me cuentan ciertas cosas. Todo el contexto externo e interno, estos dos universos que confluyen, son primordiales y básicos en el desarrollo de una historia.
M.G.- ¿Qué debería significar el sexo para el ser humano?
N.C.- El origen, una herramienta de poder para conectar con Dios y el universo. El sexo es una herramienta sagrada. Sin embargo, no lo concebimos así. Puedes follar con una persona en un baño, dos horas, y no la vuelves a ver. Pero, al menos, si esa persona va a entrar en tu templo o tú en el suyo, hazlo con respecto, mirándonos a los ojos desde el corazón y desde el alma. Aunque sean solo dos horas. Aunque no lo vuelvas a ver. Aunque sea un desconocido. Creo que eso es algo que estamos perdiendo.
Nos venden que estamos liberadas a través del sexo pero seguimos en la rueda del capitalismo, seguimos consumiendo cuerpos. Estamos mal hipersexualizados. De repente, nos sentimos más vacíos que nunca cuando el sexo está mucho más al alcance de nuestra mano. Algo está sucediendo. En ese hiperconsumo de cuerpos, el masturbarnos con otros cuerpos nos sigue generando vacío porque no lo estamos haciendo desde el lugar que realmente le pertenece al sexo.
M.G.- ¿Y tú crees que las personas que dicen ser asexuales, lo son realmente porque existen, o simplemente no han encontrado aquello que les haga disfrutar de verdad?
N.C.- Existir, existen. Desde nuestra mirada hipersexualizada, creemos que todo el mundo tiene que estar follando todo el rato y tener deseo sexual constante. No. Hay diferentes tipos de deseo sexual, hay diferentes interacciones sexuales y tenemos que aceptarlas. Hay personas que básicamente no se sienten cómodas y no se debe a que haya algo traumático, sino que simplemente, su deseo sexual es muy bajo, o requieren de un vínculo romántico para empezar a sentir deseo sexual. Pero nos han vendido que en cuanto vemos a un tío o a una tía muy buena, nos tenemos que poner muy animal. No tiene por qué ser así. Limitar el deseo sexual a un patrón es un error.
M.G.- Con la trilogía anterior, te leí en una entrevista decir que estabas segura de que los hombres no te leerían. No sé si eso ha podido cambiar.
N.C.- Me leen hombres pero no tanto como mujeres. Me siguen hombres pero no tanto como mujeres. A los hombres les cuesta mucho aceptar que no lo saben todo sobre el sexo.
M.G.- Llevas mucho tiempo divulgando en redes, con tus libros, y acabas de empezar un programa de televisión, si no me equivoco.
N.C.- Sí, Llámalo X, para la parte digital de Televisión Española, Playz. Hemos lanzado cinco capítulos donde entrevistamos y ponemos sobre la mesa diferentes temáticas de interés sexual y social. Hemos hablado de las nuevas masculinidades, sobre si el perreo nos empodera, la sexualidad trans, la asexualidad, el poliamor, el tantra,...
M.G.- ¿Tu forma de ser impone a los hombres?
N.C.- Muchísimo. Las mujeres muy directas, o que tienen poder o responsabilidad social imponen. Yo soy muy directa. No me ando por las ramas. Si quiero algo lo digo. Aunque no soy experta en sexo, se me presenta como tal. Y encima, tengo éxito. La sombra que genero es muy grande porque cada vez me voy acercando más a la luz. Tú decides en el lado que quieres estar.
M.G.- En los tiempos más complicados de la Covid-19, el sexo se ha visto trabado. Salvo las relaciones estables, las otras fluían regular.
N.C.- Sí, claro. El confinamiento y la pandemia han modificado mucho la sexualidad y van a transformar la sexualidad. Durante tanto tiempo, hemos estado limitados a tantos niveles que ahora, con la apertura de las discotecas y el ocio, la gente está desfasando. Cuando esta situación se haya calmado, y estemos mucho más seguros, habrá una gran liberación en el ámbito de la sexualidad.
M.G.- Noemí, no te robo más tiempo. Muchas gracias por atenderme.
N.C.- Nada, muchas gracias a ti.
Sinopsis: ¿Quién quieres ser esta noche?
La nueva novela de Noemí Casquet, autora de la trilogía «Zorras».
Más de 150.000 ejemplares vendidos.
¿Quién eres cuando no eres? ¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?
Ruth está en caída libre. Acaba de descubrir que la vida, un día cualquiera, puede golpearte tan fuerte que todos los problemas anteriores te resulten insignificantes.
Será entonces cuando Ruth se refugie en un juego muy especial, cuyas normas solo puede marcar ella misma. Es un juego antiguo y peligroso, que casi todos hemos probado o deseado probar alguna vez. El juego de dejar de ser ella y convertirse en otra por las noches.
Electra lleva una peluca roja y sabe atraer todas las miradas. Sus noches se miden por orgasmos y la invitan a las fiestas más salvajes. Electra no tiene miedo de nada, mientras que Ruth vive muy asustada; por eso le cuesta tanto volver a ser ella al quitarse la peluca. Cuanto más profundo es el dolor, mayor es el engaño. ¿O es al revés?