Autora
Mucho antes de empezar su trayectoria en Instagram (@aracaeli_), ya representaba su día a día en viñetas humorísticas que compartía con sus amigos. Fue en 2018 cuando decidió empezar a subir sus ocurrencias a las redes sociales y en poco tiempo alcanzó una gran popularidad en Instagram con más de 90 000 seguidores. Tiene su propia web, aracelipaz.net, donde se pueden encontrar productos con sus ilustraciones y además, está activa en la plataforma Twitch. Sus dibujos se caracterizan por ser dulces con una buena dosis de humor y buen rollo. Con sus viñetas pretende demostrar que los dramas no lo son tanto y pone en valor la importancia de encontrar el lado positivo de las cosas. Entre sus temas habituales encontramos el feminismo, el respeto hacia los animales y las situaciones que atormentan a su generación. Ha realizado trabajos de todo tipo como portadas de libros, ilustraciones personalizadas, ilustrar escaparates y ambientar la planta de pediatría del hospital Teresa Herrera de La Coruña. Tras demostrar lo polifacética que es, en marzo del 2021 publicó su primer libro, Konichi ¡Guau!
Sinopsis
Una historia de humor donde los dramas y los fantasmas internos salen a pasear.
Cumplir sueños y lograr llegar a fin de mes, teniendo que lidiar con una conciencia que disfruta atormentando a su humana, no es fácil.
Esta peculiar pareja se enfrentará a los problemas habituales de los jóvenes en la actualidad, asumiendo que intentar vivir de lo que te gusta significa precariedad laboral o pluriempleo, que ser torpe es una condición con la que se nace y que, a pesar de todo, mantener el positivismo es una cualidad.
Empieza un nuevo año, eso significa crear una larga lista de objetivos que cumplir durante los próximos meses, pero parece que la vida está conspirando para que todo le salga mal, o quizás es ella misma quien se pone piedras en el camino.
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
Ya os comenté en un post previo que me apetecía ir leyendo cosas diferentes y no tanta novela. En este sentido, sigo de cerca la línea editorial de Oberon Libros. Si le echas un vistazo a su catálogo, te encuentras publicaciones muy dispares, entre las que puedes seleccionar libros de gastronomía, como los libros de cocina de las Happy Fit Sisters o Saúl Craviotto; de desarrollo personal, como Educar sin pantallas de Marta Prada; divulgación, como Filósofas o barbaries de Guillermo Gallardo Morán; deportes, como Los secretos del yoga de Clémentine Erpicum; estilo de vida, como Ojalá de Lola Ortiz; ilustrados, como Galdós, un escritor en Madrid de Carmen Fernández Etreros; o libros singulares, como El Grimorio absoluto de Lidia Pradas.
Y dentro de su línea editorial figura el libro del que os hablo hoy, No nací princesa de Araceli Paz, con el que me he asomado a la difícil empresa de una joven por hacerse hueco en el mundo laboral, dentro de la gran ciudad.
En No nací princesa vamos a conocer al alter ego de Araceli. A la autora la podéis seguir por Instagram (@aracaeli_) donde se encarga de poner color a su día a día, a través de viñetas cómicas, que nos arrancan una sonrisa. También tiene una web, tal y como se indica en su biografía, donde es posible adquirir algunos productos con sus ilustraciones.
Dicho lo cual, ¿qué vamos a encontrar entre las páginas de No nací princesa? Pues, como dije antes, la propia experiencia de Araceli Paz, con sus momentos felices y otros más dramáticos, pero siempre vistos desde la óptica del humor, contada a través de un personaje entrañable. Nuestra Araceli ilustrada comenzará presentándose y no explicará que vive en un piso de doce metros cuadrados, tiene un trabajo, como camarera en una cafetería, con el que a duras penas paga las facturas y el alquiler. Pero también es freelance porque le encanta escribir. Su sueño es ser escritora, convertirse en una J.K.Rowling española, y escribir un best seller. Pero mientras ese anhelo se cumple, se saca un sobresueldo escribiendo para revistas y periódicos. Araceli se ha propuesto cambiar su suerte y hacer todo lo posible para que este año sea SU AÑO. Lo que ocurre es que, por mucho que ella se empeña, todo se pone en su contra, como si la vida se hubiera obstinado en ponerle un obstáculo tras otro. Así que la iremos viendo de desdicha en desdicha, mientras contempla cómo a sus amigos la vida les sonríe. A ella ni siquiera le aguanta una minúscula planta del dinero que compró para alegrar su diminuto piso por el que seguro paga un alquiler altísimo. A todo ello, no se le ocurrirá otra cosa más que hacerse cargo de un gato callejero (otra boca más que alimentar), al que pondrá de nombre Leonardo da Michi. Las facturas se suceden, Hacienda llama a su puerta como cada año, y los cobros no llegan. Sin ingresos, la joven no tendrá ni para salir a cenar con sus amigos, ni para marcharse de vacaciones en verano. Araceli tocará fondo y tomará una decisión importante porque «a veces hay que parar, o incluso retroceder, para buscar el camino correcto». Aprenderá que, en los momentos de crisis también pueden surgir las mejores ideas y que, aunque sea solo un poquito, a veces la vida te sonríe.
Pero, si hacer frente a todas las adversidades que ella se encuentra para subsistir es complicado, lo es aún más al tener que aguantar a la Conciencia, y lo escribo así, en mayúsculas, porque es un personaje más de este libro, con un carácter tremendo. La Conciencia (de Araceli) es el personaje más divertido del libro. Es el pepito grillo de la autora, con un sentido del humor muy mordaz. Es el que la machaca, la desequilibra, la humilla, la desorienta, la incordia, la incomoda, la altera, la aturde,.... y el que le pide que, encima, le compre galletas porque le encantan. La Conciencia no dejará dormir a Araceli por las noches, le recordará a cada minuto lo mal organizada que es, lo mal que lo hace todo, lo fantástica que es la vida fuera de ese piso enano en el que el gato se ha convertido en el rey. Página a página veremos a Araceli aguantando los reproches de su conciencia, entablándose entre ellas un juego de confrontación que, igualmente, nos arrancará una sonrisa.
No nací princesa no solo es un libro de humor ilustrado, también es un retrato de las dificultades de hoy día, de la precariedad laboral a la que se enfrentan los jóvenes, de los salarios escuálidos que no dan ni para vivir, de sueños que se rompen y del resurgir de las cenizas. Araceli, como la inmensa mayoría, no es una princesa pero lucha como una guerrera por encontrar el camino de la felicidad y la estabilidad, aunque en ese sendero tenga que dejarse la piel y renunciar a ciertas cuestiones. Pero es un libro con final feliz, al menos es lo que se intuye en la última viñeta.
Y aunque los temas son de enjundia, el volumen está cargado de humor. En cada página encontraremos una situación, una escena que, en ocasiones, tiene continuación en las páginas siguientes. Se lee con suma agilidad porque la ilustración predomina sobre el texto. Y en cuanto a los dibujos, son todos muy simpáticos, con una paleta cromática en la que abundan los tonos pasteles.
En definitiva,No nací princesa es un libro simpático con el que he pasado un rato divertido y entretenido de lectura. Es idóneo para aquellos lectores a los que les gusten los cómics y los libros ilustrados. Si además son lectores jóvenes, en situación parecida a la de Araceli, se van a sentir muy identificados. Como ya os he comentado en otra ocasión, me encanta este género y ya tengo en la pista de salida dos volúmenes más de los que me gustaría hablaros.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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