Quantcast
Channel: Lecturápolis
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

BORJA VILASECA: ❝Este es un libro de misticismo y espiritualidad laica❞

$
0
0

No conocía a Borja Vilaseca. No lo seguía por redes. No conocía los libros que había escritos, ni los proyectos en los que está embarcado. Escritor, divulgador, conferenciante, profesor, emprendedor y empresario, ha publicado un total de cinco libros, algunos de ellos firmados con seudónimo. Y ha creado diversos proyectos pedagógicos como La Akademia y Terra. Experto en Eneagrama, acaba de salir a la luz su última publicación Las casualidades no existen. Espiritualidad para escépticos. Hablamos con Vilaseca a su paso por Sevilla, hace unas semanas. 

Marisa G.- Borja, no te conocía. Si te soy sincera, no he leído ningún libro tuyo, no te seguía por redes, pero he visto que has escrito muchísimo y tienes grandes proyectos. Me gustaría que me contaras en pocas palabras quién es Borja Vilaseca.

Borja V.- Soy un «motivao» de la vida. Estoy felizmente casado con una mujer maravillosa hace diecisiete años. Soy papá de dos almas que me están revolucionando la vida. Toqué fondo con diecinueve años. A raíz de una adolescencia conflictiva empecé mi búsqueda filosófica y conocí el Eneagrama, una herramienta de autoconocimiento que me marcó. Con veinticinco años tuve como un despertar. Se me desvaneció el ego y sentí mucha paz, una conexión muy profunda. Más tarde me di cuenta de que eso que sentía era dios, pero no el dios creencia que me había contado la religión. Fue una experiencia muy transformadora. 

Y como desde muy jovencito me gustó la filosofía y escribir, a nivel profesional soy escritor, divulgador, imparto cursos, doy conferencias. También, desde muy joven, se me despertó una vena muy emprendedora que me ayuda a montar proyectos revolucionarios para cambiar la educación, cambiar el sistema educativo. Por eso lidero la Akademia, un movimiento ciudadano que promueve una educación emocional gratuita. Luego está Kuestiona, una comunidad educativa de empoderamiento, reinvención, de cambio, y desarrollo personal y espiritual. Y también lidero el proyecto de una escuela consciente que se llama Terra. Todo lo que hago en mi vida tiene que ver con fomentar el despertar de la consciencia.

M.G.-  Has mencionado Enegrama. Nunca lo había escuchado. Cuéntame más.

B.V.- El Enegrama es una herramienta de autoconocimiento muy práctica que describe nueve tipos de personalidad. Hace una radiografía, a grandes rasgos, de nuestro lado oscuro y de nuestro lado luminoso, del ego y de la parte más esencial, de nuestros miedos, carencias, ignorancias, inconsciencias, traumas, y de nuestras fortalezas, potencialidades, cualidades esenciales. Cuando conocí esta herramienta fue como recibir una gran bofetada a mi ignorancia. Lo que estaba viendo en el mundo era un reflejo de lo que me estaba pasando por dentro. Es una herramienta que me ayudó y me ayuda mucho hoy para conocerme, para saber cómo funciono, qué necesito, para autogestionarme emocionalmente y poder salir de mí, y entender a las personas que me rodean. De todas las herramientas que he conocido me parece la más útil y práctica para empezar el camino del autoconocimiento. Por eso, me he especializado mucho en el Eneagrama porque mi función social es abrir caminos para que más personas puedan beneficiarse de lo que a mí personalmente me ha cambiado la vida.

M.G.- ¿Y por qué escribes algunos libros con seudónimo?

B.V.- Es una historia larga pero te la resumo. El nacimiento de mis dos hijos fueron dos sacudidas muy fuertes en mi vida, que me pillaron en dos momentos de cierta crisis. Mi manera de sublimar esas crisis fue escribiendo. Esa es mi terapia, escribir, dar la chapa, compartir,... Es algo que me sana. El primer libro que escribí con seudónimo es El prozac de Séneca porque siempre digo que el gran enemigo de la espiritualidad es la industria farmacéutica. Las personas necesitamos sufrir, tocar fondo, entrar en crisis para tener la necesidad de salir de ahí. Da mucho miedo mirar hacia adentro pero es necesario para despertar. Sin embargo, si tú te anestesias, algo muy legítimo, impides que llegues a ese punto de saturación que es lo que realmente fomenta el cambio de verdad.

En algún momento de mi vida estuve a punto de tomarme un ansiolítico pero no lo hice. Lo que hice fue volver a mis orígenes orientales y escribí El prozac de Séneca. Ese prozac es una metáfora, es la sabiduría.

El segundo libro se llama Ni felices ni para siempre, que surgió a raíz de una ruptura con mi pareja. Nos separamos una temporada. Yo estaba muy desencantado con el matrimonio convencional, con la pareja convencional. Este libro dinamita por completo ese molde de pareja. Ahora mi pareja y yo hemos construido una nueva forma de relacionarnos.

M.G.- Un nuevo camino.

B.V.- Sí, con nuestros propios acuerdos que no tienen nada que ver con los que nos propone la sociedad. Y los escribí con seudónimo porque, en aquel momento, quería escribir todavía más desde las entrañas. Son libros muy provocadores, unas gamberradas. Pero como no puedo estar mucho tiempo dentro de un armario, decidí salir y hacerlo público.

M.G.- ¿Las casualidades no existen es autoayuda?

B.V.- Claro. Así que es como lo van a catalogar. Hoy en día, para mí hay tres grandes palabrejas y entornos, a la hora de posicionarnos existencialmente hablando. La primera, religión, -las creencias religiosas, las instituciones religiosas-. Nos venden un prozac espiritual, nos anestesian con las creencias, y eso nos lleva a un borreguismo, a una credulidad. La segunda, es el ateísmo, el nihilismo, el racionalismo. Nada tiene sentido y todo lo justifican abrazándose a la ciencia, al método científico. Esto nos lleva a un sinsentido, a una decadencia de valores en occidente, a un vacío, a una nada muy profunda. La tercera es la autoayuda, un gran cajón desastre. Son herramientas y enseñanzas que te ayudan a conocerte a ti mismo pero que están corrompidas por el ego y por una industria que busca lucrarse gracias a la desesperación de las personas. 

Las creencias religiosas son un parche. Las creencias nihilistas te liberan del parche pero te dejan con una gran nada. La autoayuda está muy demonizada, muy ridiculizada, y es muy merecido porque, en el fondo, son recetas y consejos superficiales, banales, que lo que intentan es ofrecer grandes promesas para resolver grandes conflictos existenciales pero que muchas veces se quedan también en nada, o en otro tipo de parches cortoplacistas. Se dice que la autoayuda es la nueva religión del siglo XXI.


[Si prefieres escuchar nuestra conversación, dale al play]

Ahora bien, si me permites, y ahora te habla el ego del autor, este libro no tiene que ver con la religión, ni con el nihilismo, ni con la autoayuda. Este libro tiene que ver con una cuarta vertiente que ahora mismo está metida dentro de la tercera, dentro de la autoayuda. Te hablo del misticismo, de la espiritualidad, del autoconocimiento. Este es un libro de misticismo y espiritualidad laica. Estos son los conceptos que vengo a propugnar. El camino místico no es agradable. Te confronta. Es un camino doloroso, sin anestesias ni tiritas, pero de verdadera curación y de verdadera transformación. El problema está en los prejuicios. Cuando se habla de espiritualidad, la metemos en el cajón de la religión. Cuando hablamos de autoconocimiento, lo metemos en el cajón de la autoayuda. Y cuando hablamos de misticismo, los ateos se ponen muy nerviosos porque lo confunden todo por los prejuicios. Lo sé porque yo he sido creyente, he sido ateo y he estado en la autoayuda. Este libro, como todos los que escribo, expresan el momento evolutivo en el que me encuentro porque solo puedo escribir desde la verdad que estoy experimentando.

M.G.- ¿Y a qué tipo de lectores va dirigido este libro?

B.V.-Este libro es muy ambicioso porque se dirige a todos los lectores, sin importar sin son creyentes, ateos, si están en la autoayuda, o si están verdaderamente en ese viaje místico de autoconocimiento que nos conduce a la verdadera sanación, conexión y despertar, que es la espiritualidad laica. Espiritualidad que no tiene nada que ver con las confesiones religiosas. Este libro pretende rescatar la espiritualidad del secuestro de la religión. También pretende inspirar a los ateos porque estamos de acuerdo con vuestras críticas a las creencias religiosas, pero hay que ir un paso más allá. Hay que empezar a meditar, empezar a conoceros. Y, por último, trata de conseguir que, los que están en la autoayuda y que lo quieren todo masticadito, confronten sus egos y sientan el dolor de la transformación. 

El objetivo de este libro es dirigirse a todo el mundo. Por eso, el subtítulo, Espiritualidad para escépticos

M.G.- Hay un capítulo muy llamativo, titulado Mi relación con dios. ¿Cómo ha sido esa relación a lo largo de los años?

B.V.- Nací en un entorno católico y cristiano. Mis padres eran católicos no practicantes. Bueno, eran católicos porque sus mentes estaban condicionadas. Tú no puedes ser católico, ni judío, ni cristiano, ni musulmán. Solo puede serlo tu mente. Porque fuiste educado así y te contaron esa historia. Tú no lo elegiste. No fue un descubrimiento sino una imposición cultural y educativa. Bueno, me bautizaron, hice la primera comunión, e incluso me confesé una vez porque hice una gamberrada tremenda y mis padres me obligaron. Pero luego, cuando toqué fondo, sentí tanta angustia, vacío y sufrimiento que, en un momento dado, dejé de creer en dios. Me declaré ateo militante, y me metí en el existencialismo. Por eso entiendo muy bien la mentalidad de los ateos. Pero cuando llegó el Eneagrama fue cuando viví una experiencia de reconexión. Me zambullí en todas las filosofías orientales. Fue cuando me di cuenta de que dios está dentro y que todos formamos parte de esa misma conciencia y esa misma unidad. Ahora mismo tengo una enorme complicidad con la vida. No siempre estoy conectado con esa fuente de dicha, pero ya sé por qué me desconecto y sé cómo reconectarme. Tengo mis hábitos y mis rutinas que me permiten conectar con el cuerpo, sentir el espíritu y domesticar la mente. Siento mucho la presencia de dios pero no un dios creencia, sino un dios experiencia, cuando comunico, cuando hablo en público, cuando escribo y estoy en vocación de servicio.

M.G.-  A ver, ese dios del que me hablas es tu esencia, tu espíritu, ¿no?

B.V.- Exacto. En lo más profundo de cada ser humano hay un ser esencial, que no está separado de todo lo que existe. Por eso, cuando conectas con ese ser, con el espíritu, con el alma, llámalo como quieras, inmediatamente te conectas con todo. Te sientes conectado con la gente que te rodea, con la realidad, y no sientes soledad. No sientes vacío, sino dicha. Son momentos efímeros. Vivimos en una sociedad muy enferma y muy neurótica, por eso hay una inercia que nos arrastra hacia fuera. Sin embargo, cuando cultivas esa dimensión interior y laica, sucede que esa conexión, tarde o temprano, aparece.

M.G.- Fijándonos en la estructura del libro, cada capítulo viene precedido como por una fábula o un cuento. ¿De tu invención?

B.V.- No. Bueno, solo hay uno, que nos hemos inventado mi mujer y yo, el que prologa el capítulo 6. Los demás son cuentos orientales y filosóficos. 

M.G.- ¿Vas utilizando todas estas fábulas que has ido leyendo porque ejemplarizan lo que tú cuentas en el libro?

B.V.- Sí, porque tenemos dos hemisferios. Una parte del hemisferio izquierdo se centra en las palabras, la lógica. Luego hay una parte del hemisferio derecho más metafórica, más creativa, mística y espiritual, a la que llegan estos cuentos filosóficos. 

M.G.- También dices que este libro es una farsa.

B.V.- Sí, porque nada de esto se puede explicar bien con palabras. Hago malabares para responder a todas estas preguntas fantásticas que me estás haciendo, pero es que soy consciente de que no lo puedo explicar porque el lenguaje está totalmente limitado. Este es un gran obstáculo en el camino del despertar y de la espiritualidad. Sobre todo en un momento tan intelectual y racional como el que nos encontramos. 

M.G.- De todos modos, el mensaje que transmites debe llegar a mucha gente. No hay más que asomarse a tus redes. ¿Crees que cada vez hay más gente interesada en este tipo de libros?

B.V.- Sí. También hay que decir que llevo quince años trabajando full time, absolutamente comprometido con todo esto. He visto mi propia evolución, la evolución de mi entorno y la evolución de la sociedad. Como explico en el libro, estamos en un desierto espiritual. Debido a esos tres cajones que te comentaba antes, la humanidad está tocando fondo. Estamos en un momento de profunda enfermedad y profunda inconsciencia. Hay muchísimo culto al ego, mucho sufrimiento. 

Yo comparto con toda la pasión. No soy ningún gurú. Soy una persona que ha sufrido mucho y que todo esto le ha cambiado la vida, por eso no puedo evitar compartirlo. Creo que la gente conecta con mi naturalidad, mi honestidad, mi simplicidad. En todas las charlas siempre pongo ejemplos personales, hablo de mis mierdas y humanizo mucho todo este mensaje. Creo que cada vez se está sumando más gente a este cuarto entorno porque los otros tres no le funcionan. 

M.G.- Borja, muchas gracias. Un placer conocerte.

B.V.- Igualmente. Gracias.

Sinopsis: Estamos viviendo un hecho histórico imparable: cada vez la gente cree menos en las instituciones religiosas y -sin embargo- está cada vez más en contacto con su dimensión espiritual. Y esto se debe a que se está democratizando la sabiduría, provocando que los buscadores occidentales se adentren en la filosofía oriental. Como consecuencia de este viaje de autoconocimiento se está produciendo un despertar masivo de consciencia. Es decir, un profundo cambio en nuestra manera de concebirnos a nosotros mismos y de relacionarnos con la vida.

Todas las personas que han despertado -creyentes, ateas o agnósticas- comparten una misma vivencia: que no sucede lo que queremos, sino lo que necesitamos para aprender y evolucionar espiritualmente. De ahí que las casualidades no existan. Este libro explica cómo liberarnos de la «pecera mental» en la que nuestra mente sigue encerrada para sentirnos nuevamente unidos y conectados con la vida, recuperando la alegría innata que nos provoca el simple hecho de estar vivos. No te lo creas: atrévete a experimentarlo.

La religión es para quienes tienen miedo de ir al infierno, mientras que la espiritualidad es para quienes ya hemos estado en el infierno.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

Trending Articles