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LA CASA DE LA PIEDAD de Aurora López Güeto

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Editorial: Algaida
Fecha publicación: octubre, 2021
Precio: 20,95 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 416
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788491895756
[Disponible en ebook;
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Aurora López Güeto (Sevilla, 1971) es doctora en Derecho por la Universidad de Sevilla (2016) e imparte clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Ha publicado las monografías Pietas romana y sucesión mortis causa (Tirant lo Blanch, 2016), Madres e hijos en el Derecho romano de sucesiones (Tecnos, 2017) y El derecho romano en femenino singular (Tecnos, 2018) así como numerosos artículos de su especialidad en revistas científicas españolas y extranjeras. También es autora del ensayo De Poniente a Roma, La huella clásica en Juego de Tronos (Tecnos) y de la novela La casa de la Piedad (Algaida Editores). Es divulgadora de cuestiones relativas al mundo clásico, y, en particular, sobre la vida de las mujeres romanas, a través del blog El derecho romano en femenino singular y la cuenta de twitter @mulier_romana

Sinopsis

Roma, verano del año 9 d.C. La ciudad despide con respeto a Antonia, hija, esposa y madre de prestigiosos políticos y una de sus más ilustres benefactoras mientras que Marcela, hija del jurista Labeón, llora a quien ha sido su protectora desde la infancia. Pero el duelo pronto torna en escándalo. El testamento de Antonia, muy alejado de lo que se espera de una matrona de su posición, destapa un entramado oculto desde hace décadas de mentiras, traiciones y crímenes. La ejemplar Casa de la Pietas, epicentro de la vida social romana y sustento propagandístico de la moral impuesta por el Principado de Augusto, oculta una verdad insoportable. Marcela luchará por defender la última voluntad y el honor de Antonia y de su propia familia con la ayuda de sus fieles Paulo y Aulo Sentio, y de las sacerdotisas y devotas de Bona Dea, enfrentándose a todos aquellos que han conducido a Antonia a su repentino y trágico final.

[Información tomada directamente de la web de la editorial]



Aurora López Güeto es doctora en Derecho. Nos conocimos en 2018, cuando me propusieron acompañarla en la presentación de su libro El Derecho romano en femenino singular, una obra divulgativa en la que la vida de «siete ciudadanas de diversa condición sirven de hilo conductor en este viaje por las diferentes etapas de la Historia de Roma y del Derecho Romano». Desde entonces nos hemos seguido la pista. La pasión que esta profesora y autora siente por la civilización y la cultura romana queda retratada en sus obras, y solo a ella se le podía ocurrir escribir un ensayo curiosísimo que sirve de homenaje a la serie basada en la obra de George R.R. Martin, y al que puso por título De Poniente a Roma: La huella clásica de Juego de Tronos.

Aurora tiene esa capacidad innata para divulgar que no muchos docentes poseen, esa facilidad para enseñar casi sin darnos cuenta, y prueba de ello son sus libros. Adentrarse en sus escritos te traslada inmediatamente a los tiempos en que Roma era el centro del universo pero, ¿cómo se manejaría en una historia de ficción? Ese fue el reto que le propuso la editorial Algaida y no puedo decir más que la prueba la ha superado con una nota extraordinaria. A finales de 2021 vio la luz La casa de la piedad, una novela que no pudo ser presentada hasta el primer trimestre de este año, por causas que ahora no son necesarias señalar. Y de nuevo, Aurora y yo, coincidimos. Primero lo hicimos en la Feria del Libro de Tomares. Después, en la Fundación Cajasol. Dos encuentros en los que ambas estuvimos acompañadas por lectores, amigos y familia, interesados en saber más sobre esta novela que, sin duda, se ha convertido en una de mis mejores lecturas de este 2022. Os cuento.




Permitidme que inicie esta reseña con la introducción que utilicé en las presentaciones. Poned a volar vuestra imaginación y trasladaros mentalmente a Roma, al año 9 d.C. Soñad que estáis en el foro romano, ese centro neurálgico de la ciudad, donde ocurría todo lo importante, donde se tomaban las grandes decisiones gubernamentales, se hacían los negocios más lucrativos o se administraba justicia. Es una zona de edificios imponentes, donde encontramos el templo de Saturno, que guarda el tesoro de Roma; el templo de Jano, el dios de las dos caras; el Templo de Cástor y Pólux o el propio Coliseo. Dejaos impregnar por el bullicio de ese espacio, donde la vida se mostraba en todo su esplendor.

Caminad ahora hacia el sur y adentraos por las calles del barrio de Aventino, una de las trece demarcaciones de la orilla izquierda del río Tíber. Allí se alza gloriosa la Casa de la Piedad. Se la conoce así porque un impactante relieve corona su entrada. Cruzad el umbral, avanzad hacia el atrio desde donde se accede a las distintas estancias de la casa, separadas unas de otras por ligeros cortinajes que se mecen con la brisa. Hay quietud en la casa. Entre esos muros vive Antonia, hija de Antonio Máximo y Emilia. Esposa del senador Marco Papio. Hermana de Sabina. Madre de Mutilo, cónsul de Roma, de Fulvia y de Octavia. 

Antonia, a sus cincuenta años, no es feliz. Marco Papio, además no ser un marido ejemplar, tampoco es el hombre con el que a ella le hubiera gustado contraer esponsales. Y con sus hijos, mantiene una relación dispar. Mutilo es un hijo amado y amantísimo. Fulvia es una joven entregada al ocio, a la vida disoluta, al lujo y a la ostentación. Y Octavia, ¡ay, Octavia!, fue entregada al Templo de Vesta y falleció a los 16 años. Antonia sufre un gran pesar desde entonces. 

Como matrona ejemplar, esta mujer jamás hizo ostentación de su posición, y siempre trató de forma afable a sus esclavas Briseida y Secundila. Pero la vida no la va a recompensar. Una mañana, sus esclavas la encontrarán sin vida sobre su lecho. Llanto y desesperación para algunos habitantes de la casa. Tras la muerte, llegará la lectura de su testamento y el hallazgo de unos codicilos que sacará a la luz una red de mentiras, traiciones y crímenes que han convertido la vida de Antonia en una mentira. Su hijo Mutilo y sus grandes amigos, como el jurista Labeón o Marcela, la hija de este, tratarán de averiguar si la muerte de Antonia ha sido natural, intencionada, o bien, ha sido asesinada.

Este es a grandes rasgos el argumento de La casa de la piedad. Lo que ocurrirá en Roma, en los meses en los que transcurre la trama y dentro de la familia de Antonia, tendrás que averiguarlo tú, si te acercas a esta lectura. Te lo recomiendo.

¿Qué me ha gustado de la novela?

Lo vuelvo a repetir. La casa de la piedad será una de mis mejores lecturas de este año. Y lo será no solo por un argumento lleno de suspense y misterio, pues la muerte de Antonia, como eje central de la trama, conllevará una investigación con no pocas sorpresas. Será también una de mis mejores lecturas porque Aurora López Güeto me ha regalado un viaje a Roma totalmente inolvidable.La casa de la piedad nos va a permitir no solo transitar por una historia de ficción, y disfrutar de los secretos y conspiraciones que se desarrollaran en la trama, sino también nos va a descubrir muchos aspectos de la vida romana, de su sociedad, de su forma de hacer gobierno e impartir justicia, de sus costumbres y ritos. 

La muerte de Antonia dará pie a una serie de acontecimientos. Para empezar, el funeral. A pesar de que la Casa de la Piedad ha sido golpeada por la muerte, en Roma era costumbre agasajar a los asistentes al funeral con un esplendoroso banquete. Lopez Güeto nos llega de la mano a ese momento en el que, lo mejor de la ciudad, se persona en casa de Antonia para rendir respeto. Todo aquel que cruce el umbral de la casa se topará con estancias engalanadas en la que se exhiben las riquezas y tesoros de la familia. No puedes perderte esa parte de la novela en la que se explica cómo se desarrollaban los banquetes funerarios, o cómo se enterraban a los muertos, o los incineraban poniendo en práctica unas costumbres realmente llamativas. 

Pero interesantísimo también es todo lo que nos cuenta sobre el testamento de Antonia, sobre el derecho hereditario. Sin darte cuenta aprenderás un sinfín de curiosidades con respecto a esta materia, actos y procedimientos que, en palabras de la autora, han llegado en parte a nuestros días. Conocerás qué pasaba con las posesiones de aquellos fallecidos que no habían hecho testamento, o quién podía heredar, en qué circunstancias, y qué requisitos debían cumplir.

Esto es solo una pequeña muestra de lo mucho que nos ofrece esta novela. A lo largo de unas cuatrocientas páginas, que se leen en un suspiro, el lector irá adentrándose en todo aquello que era común en Roma. Asistiremos incluso a un juicio y, como espectador privilegiado, tendremos la oportunidad de ver cómo se llevaban a cabo los interrogatorios. 

La familia de Antonia

Lo decía en la introducción a esta reseña. Antonia es hija de Antonio Máximo y Emilia, esposa de Marco Papio y también es la madre de Mutilo, Fulvia y Octavia. Antonia siempre fue una buena mujer, que trató de ayudar a todo aquel que lo necesitaba. A sus esclavas las trataba con ternura y además ejerció de mecenas para los poetas y escritores que buscaban patrocinio. Aunque Antonia ya no podrá hablar por sí misma, pues el hallazgo de su cuerpo sin vida tendrá lugar en las primeras páginas de la novela, sí sabremos a través de sus escritos, y de otros personajes, lo mucho que hizo por los demás. Antonia siempre fue una mujer conocida y respetada por su apoyo a la cultura y a las artes. En su casa organizaba veladas literarias donde se congregaban aquellos que querían hacerse oír y aquellos otros que disfrutaban de los escritos de los demás. Ella será un personaje omnipresente en esta historia, pero no ostentará el protagonismo absoluto.  Otros personajes irán entrando y saliendo de escena  Y es que La casa de la piedad es una novela muy coral. A ella asomará también Sabina, la hermana gemela de Antonia, o Marcela, la hija del jurista Labeón. Una es la noche. La otra es el día. La primera será ese personaje oscuro y algo siniestro que despertará inmediatamente la curiosidad del lector. Desconfiada y soberbia, Sabina esconde grandes secretos que solo desvelará en sus cartas a Julia, la hija del emperador. 

En cuanto a Marcela, Antonia era para ella como una madre. La hija del jurista se corresponde con esos personajes femeninos que no se conforman con lo que se espera de ella. Para una joven como Marcela, el futuro pasaba por contraer matrimonio y tener hijos. No obstante, la joven quiere para sí otro destino. Marcela quiere romper con los cánones. Su principal deseo es aprender de leyes y llegar a ser una gran oradora como su padre. Desde niña, ha estado rodeada de términos jurídicos e incluso ha puesto en práctica una singular táctica para acudir a las lecciones que su padre impartía a los jóvenes romanos. 

Y estoy hablando de muchos personajes femeninos pero los masculinos no se quedarán atrás. Destacaría a Aulo Sentio, un joven discípulo del jurista Labeón. Será pieza clave en la investigación de la muerte de Antonia. Y no me quiero olvidar de Sexto Popeo, para mí el personaje encargado de restar tensión dramática a la trama. 

Todos estos personajes están bien definidos, por dentro y por fuera, porque la autora narra la historia de tal manera que podamos introducirnos en los pensamientos de los personajes. El narrador omnisciente, que también emite juicios de valor, nos abre ocasionalmente la puerta a la mente de los personajes más importantes, de tal manera que el lector tiene acceso a todo aquello que piensan pero que no se atreven a decir.

Ahora bien, no todos los personajes de esta novela son ficticios. Lo explica muy bien Aurora López Güeto en la Nota de Autora, donde menciona que Marco Antistio Labeón, fue un jurista que murió entre los años 15/20 d.C. También existió Marco Papio Mutilo, el hijo de Antonia. En realidad, fue «descendiente de Cayo Papio Mutilo, uno de los lideres samnitas durante la guerra social de 91 a.C a 88 a.C.». Figurarán otros e incluso veremos entre estas páginas a Poncio Pilatos y a la que posteriormente será su esposa, Claudia Prócula. Si el primero no tiene excesiva presencia en la historia, la participación de la segunda en la trama sí tendrá un peso específico.

Roma

De la lectura de esta novela se desprende que Roma era un nido de víboras. Los rumores y los chismorreos corrían como la espuma, por eso los personajes tratan de mantener a buen recaudo sus secretos. La familia de Antonia intenta llevar en secreto la investigación sobre la muerte de la matrona porque, si alguna sospecha se filtrara entre los muros de la casa, el prestigio de este linaje quedaría en entredicho. 

Roma es esa sociedad que critica en público lo que tolera en privado. De la ciudad se llegará a decir en esta historia que está «corroída por la envidia y la maledicencia».

Otras cuestiones

La casa de la piedad es una novela completísima de la que se puede extraer numerosas enseñanzas. Por poner algunos ejemplos más de lo que podéis encontrar entre sus páginas os diré que se explica brevemente los útiles de escritura que se utilizaban, la situación jurídica en la que quedaban los hijos nacidos por cesárea, de qué forma se gestionaba el divorcio, la división de la ciudad en barrios, cómo era la vida de las vestales, qué método utilizaban la mujeres para teñirse el cabello, los trucos que se empleaban para evitar los embarazos no deseados,... Os garantizo que no os vais a aburrir con tanta anécdota y curiosidad.

En definitiva, La casa de la piedad es una estupenda novela, interesante, amena, instructiva que te encantará leer. Al menos, a mí me ha gustado tantísimo que, a pesar de haberla leído en marzo, la tengo todavía fresca en mi memoria. Anímate a dar un paseo por Roma y vivir durante la lectura dentro la Casa de la Piedad.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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