«Sevilla solo me trae buenos recuerdos, literarios y personales», apuntó el autor como primera intervención. En un primer compás, Vigorra y Huerta recordaron aquella noche de primavera en la que se otorgó el premio, lo que dio pie a entrar en cuestiones íntimamente relacionadas con el argumento de la novela.
La figura de la madre
«Mi madre hubiera sido más feliz si yo no hubiera nacido». Esta es una de las frases contundentes que podemos leer en Adiós, pequeño.Máximo Huerta recalcó que esta novela no hubiera existido si su familia hubiera sido feliz y modélica.«Y tampoco hubiera leído tanto porque el hecho de nacer en una familia en la que había dos planetas que orbitaban en dos órbitas absolutamente distintas me hizo ser muy lector». Confesó además que en su habitación encontró ese refugio necesario pero, a la vez, aquel espacio se convirtió también en una prisión. «Resultado de aquella familia soy lo que soy».
La figura de la madre, la madre en esta novela y la madre del autor, estuvo muy presente a lo largo de toda la conversación que Huerta mantuvo con el presentador del acto. El autor compartió con los asistentes las manías de su madre, la de romper todas las fotos que retratan el pasado posterior al nacimiento del hijo. «Mi madre era una chica feliz y alegre antes de nacer yo. Pero en la primera foto que aparezco, dejó de sonreír». Sin embargo, manifestó que el amor que madre e hijo sienten el uno por el otro es incondicional, un cariño y una devoción que fácilmente se advertía en las palabras del autor, cuando nos hablaba de su madre. Señaló además que en muchas ocasiones se había preguntado qué hubiera sido de su madre si él no hubiera nacido, si ella no se hubiera quedado embarazada del que después sería su padre, si su madre hubiera continuado su viaje con Alejandro, aquel joven con el que ella quiso bailar una canción de Raphael en un baile de pueblo. «Estoy seguro de que muchos lectores, cuando acaben la novela, se preguntarán qué habría sido de sus madres en otras circunstancias».
¿Por qué escribir esta historia justo ahora?
Cuando se llega a los 50, «en esa falsa mitad, uno se encuentra más libre y ha leído más». Declaró que, en un arranque de vanidad, y viendo que Luis Landero o Fernando Marías ya habían escrito sobre su padre, él pensó que también podía escribir la historia ya escrita en su interior.«Las grandes historias tienen personajes invisibles, de los que nunca nadie ha hablado». Aseguró que resulta muy fácil hablar de los hombres y mujeres importantes del mundo pero que era muy difícil hablar de una señora a la que, posiblemente, no le había ocurrido nada significativo en su vida. «Yo nunca vi a mis padres cenar juntos, nunca los vi darse un beso, nunca le vi a él regalarle algo a ella». Sin embargo, a Máximo todo aquello le parecía normal. Es lo que había conocido toda su vida. «Yo creía que las familias funcionaban así. Y resulta que algunas no».
Destacó que en esta novela, la palabra más importante es el silencio, el silencio de su madre, de su abuela, ese ahínco porque todo lo que ocurriera quedara en casa, que nada se supiera en la calle. «Hay pueblos que han sobrevivido gracias al silencio. Hay familias que han sido felices gracias al silencio y el mantener las cosas en silencio ha sido su único patrimonio».Como escritor, narrar ese silencio que se respira en la novela ha sido lo más difícil. «Aunque llegados a los 50, lo mismo uno tiene más soltura para caminar por esa historia que me parecía bonita de contar, dura, complicada». Son muchos los lectores que se han visto reflejados en esta historia, «los que cuidan a sus padres, los que dejaron de cuidarlos, los que algún día los cuidarán». Toda esa universalidad es la que la convierte en una novela atemporal.
Este libro lo escribo por miedo a la muerte
Máximo Huerta se ha convertido en el cuidador de su madre, de Clara Hernández. «He escrito este libro antes de que a ella se le olvidara la historia. Este libro lo escribo por miedo a la muerte». Se queja el autor de que, los seres humanos, a pesar de ser tan conscientes de que la muerte llega, no sabemos aprovechar los años de vida, no decimos «te quiero», ni todo aquello de lo que luego, cuando es tarde, nos arrepentiremos de haber guardado dentro. Pero, «en este libro no se juzga a nadie».
La infancia
Añadió que siempre se piensa que en la infancia nada malo puede ocurrirte. «Bienaventurados los niños felices». Cree que tenemos idealizada la infancia, que pensamos que todo es dicha y felicidad en esos años tiernos pero muchos niños viven con unos padres complicados, con miseria, con dificultades, con pobreza. «Hemos construido unas infancias que solo son de Disney».
Frases de la novela
Antes de terminar, el autor aclaró que esta novela es una ficción. Es la historia de una mujer y un hombre, cuando ella, paseando por el pueblo, descubre que está embarazada. «A él apenas lo conocía de tres bailes. Y, a partir de ahí, tienen que empezar a vivir juntos sin conocerse». Los nombres de aquellos a los que realmente amaron también figuran en la novela. Incluso, uno de ellos aparecerá en el último día del relato. Adiós, pequeño es una historia que le salió de las tripas, aunque no tenía intención de publicarla. «La escribí por el mero hecho de hacer conservas, y lo que ha pasado es que cada lector ha abierto su propio bote de conservas».
Así llegamos al final de esta presentación, en la que Máximo Huerta habló libremente, manifestando un gran sentido del humor, incluso en los temas más delicados. Un encuentro que estuvo lleno de anécdotas familiares y viejos recuerdos.
Sinopsis: Cuando el pasado vuelve cargado de silencios.
«Mi madre habría sido más feliz si yo no hubiera nacido.» Así arranca el desgarrador testimonio de un escritor enfrentado a la más dura de sus narraciones, la de su propia vida. Asaltado por los recuerdos mientras cuida a su madre enferma, el pasado se le presenta con vacíos que no logra llenar.
A través de silencios y de un gran talento para la observación, el autor desnuda su intimidad y nos obsequia, con belleza y maestría, el retrato de un país y una época desde su propio universo familiar. Lo acompaña como confidente su vieja mascota, una perrita leal y encantadora.
Descubrir por qué elegimos amar a quien no amamos exige una sinceridad implacable, y eso es lo que no falta en este hermoso relato de despedida. Adiós, pequeño es la reconstrucción emocionante de una infancia en la que todos, abuelos, padres e hijos, han callado demasiado.
Cuando el pasado vuelve cargado de silencios.