Nacionalidad: España
Director: Sergio Dow
Reparto: Richard Armitage, Amaia Salamanca, Fionnula Flanagan, Paul Freeman, Paul Guilfoyle, Alicia Borrachero, Joe Manjón, William Keen, Carlos Cuevas, Unax Ugalde
Género: Thriller
Sinopsis: Ciudad del Vaticano, 1995. Un hacker informático irrumpe en el ordenador personal del Papa dejándole un mensaje en el que asegura que la Iglesia de Nuestra Señora de las Lágrimas mata para defenderse. Intrigado, el Santo Padre ordena que se investigue el asunto. Monseñor Spada (Paul Guilfoyle) asignará la misión a su mejor agente, el sacerdote Quart (Richard Armitage), poseedor de una larga experiencia en los asuntos oscuros de la Santa Sede. Entre tanto, en Sevilla, la aristócrata Macarena Bruner (Amaia Salamanca), una hermosa divorciada que es dueña de los derechos sobre el terreno donde se alza Nuestra Señora de las Lágrimas, escandaliza a la ciudad con sus amores inapropiados con un bailaor flamenco, mientras coquetea por Sevilla y hace parte principal de un grupo que se resiste a dejar demoler la Iglesia.
Vaya por delante que no he leído la novela de Arturo Pérez-Reverte. Si no me equivoco, anda por casa desde que se publicó pero, hasta el momento, no me dio por leerla. Cosa rara, porque siempre me han llamado la atención las novelas que transcurren en mi ciudad. Sin embargo, sí me interesé mucho cuando supe que este título iba a ser llevado al cine. Quise ir a verla en sala, pero se me fueron pasando las semanas y al final, estas navidades, me topé con la grata sorpresa de encontrarla en Amazon Prime. La he visto dos veces. Pensaréis que es porque me ha gustado tanto que he querido disfrutarla doblemente, pero no. En realidad, La piel del tambor no me ha gustado demasiado. La primera vez que la vi me perdí un poco con los nombres, las relaciones entre los personajes, y el desarrollo de la trama. No me parece que el guion esté bien hilado. Se habla mucho y se muestra poco, y eso hace que te sientas un poco desorientado. Así que le he vuelto a dar una segunda oportunidad estos días atrás. Aunque mi percepción de la película no ha cambiado, al menos sí he conseguido terminar de completar el puzle que nos plantea. Os cuento.
La trama de La piel del tambor se desarrolla en Sevilla.La Iglesia de Nuestra Señora de las Lágrimas está en peligro. Es un edificio viejo y venido a menos, donde se venera a la imagen de Nuestra Señora de las Lágrimas, una talla del siglo XVIII, esculpida, nada más y nada menos, que por Martínez Montañés. Se la llama así porque veinte perlas traídas de América en el siglo XIX simulan sus lágrimas. La iglesia tiene una larga historia que se remonta al siglo XVII, cuando el duque Gaspar Bruner de Lebrija cedió los terrenos para construir la iglesia y el convento anexo. A su muerte, el duque fue enterrado en la cripta y, para que la familia conservara los derechos sobre la propiedad, impuso la condición de que se celebrase una misa por la salvación de su alma cada jueves del año.
Al frente de la iglesia está el padre Ferro, un sacerdote testarudo y aparentemente maleducado que trata de defender su iglesia de las fauces de los lobos. Pero el arzobispado de Sevilla tiene otros planes para los terrenos sobre los que se levanta el inmueble. El Banco Cartujano ha ofrecido una importante suma de dinero a la archidiócesis sevillana por esos terrenos, donde pretende construir un proyecto inmobiliario que generará grandes ganancias a los de siempre. Así que, la iglesia y Ferro sobran.Los obstáculos pondrán en peligro la culminación de la operación y estos obstáculos tienen nombre y apellidos. Por un lado, Macarena Bruner (Amaia Salamanca) es una joven aristócrata sevillana, último bastión de la estirpe de los Bruner que quiere defender el legado de su familia. Son los Bruner los que se encargan de mantener la iglesia en pie, invirtiendo dinero en su restauración, para lo que han contratado a Gris Marsala (Alicia Borrachero), una mujer con pasado. Para Macarena, la historia familiar es importante. Su familia lleva siglos vinculada a esta iglesia y no está dispuesta a permitir que la derriben para una nueva construcción. Por otro lado, el propio padre Ferro se opone. Este es su lugar, un lugar santo al que muchos feligreses acuden a venerar a la virgen. El cura estará apoyado en todo momento por la restauradora, a la que le parece un sacrilegio demoler la iglesia.
A todo esto hay que unir que en el interior de la iglesia se han producido dos muertes sospechosas en tan solo dos meses. Se desconoce si han sido meramente desafortunados accidentes o la cosa ha sido intencionada. Y todo esto que ocurre a nivel local, llegará a oídos del Vaticano. Un hacker se introduce en el ordenador personal del Papa y le deja un mensaje, advirtiéndole de los sucesos que están teniendo lugar en la ciudad de la Giralda. La posición de la Iglesia se tambalea en los últimos tiempos, ha perdido poder y se cuestiona la institución con tantos escándalos como han salido a la luz. El Papa cree que lo que ocurre en Sevilla puede ser un nuevo golpe para el prestigio eclesiástico, así que, a través de Monseñor Spada, director del Instituto de Operaciones Exteriores, envía al padre Quart (Richard Armitage) a la capital hispalense. Su misión es averiguar lo que está ocurriendo en la ciudad, si tras los sucesos acaecidos en la iglesia hay una mano negra.
¿Qué me ha gustado de la película?
Si os digo la verdad, al visionar los créditos sentí que la película prometía ser un buen producto pero ya os digo que no ha sido lo que esperaba. En cualquier caso, debo admitir que los pilares sobre los que se sustenta la trama sí me han resultado interesantes. Por un lado, la imagen de la Iglesia como institución poderosa, en cuyo seno no todo es fraternidad y amor. En la curia hay topos y cardenales sibilinos que anteponen sus intereses por encima de los de la comunidad eclesiástica. Los tentáculos de la Iglesia llegan lejos. El dinero que maneja no siempre tiene nívea procedencia, hay secretos y enigmas, todo ello debidamente encriptado. Un jugoso pastel para esos hackers que les gusta husmear en papeles ajenos, o que son capaces de traspasar barreras informáticas supuestamente infranqueables. Para todo ello, el Vaticano cuenta con un servicio de seguridad informática espectacular. Una sala donde un grupito de curas de alzacuellos y dedos ágiles, expertos en ciberseguridad, teclean en sus potentes ordenadores protegiendo los secretos de la iglesia contra los lobos. Quizá lo que muestra la película sobre los servicios de seguridad de la Iglesia no sea verdad, o sí, quién sabe. De todos modos, si no es así, debe parecerse mucho.
Por otro lado, el dinero es una tentación incluso para los que visten sotana. La piel del tambor nos deja ver cómo algunos arzobispos, deseosos de ampliar la caja de caudales, no solo se dejan tentar, sino que también sucumben ante las suculentas ofertas económicas de un grupo bancario que pretende enriquecerse con un proyecto urbanístico. Me ha gustado esta trama financiera, la implicación de la iglesia en la misma, la especulación urbanística, e incluso los escándalos sexuales que salpican a sacerdotes. Todas estas cuestiones, que han estado y siguen estando al día, son la base de la película.
¿Qué no me ha gustado de la película?
Pues hay varias cosas. Algunas tienen más enjundia y otras son meramente banalidades. Por empezar, os diré que todo lo que gira en torno al proyecto urbanístico, que lleva por nombre Santa Cruz, parece como muy grandilocuente. Desconozco si en la novela será así pero da la sensación de que se ha pretendido imprimir a la trama un aire internacional que descoloca bastante. A mí me dio la risa al ver a árabes y asiáticos sentados alrededor de una mesa, cuando los directivos del banco trataban de explicar a los inversores lo que se pretendía hacer en Sevilla.
Además, al guion le falta pulido. En la redacción del mismo no ha participado Pérez-Reverte, -al menos, eso he leído-, y, a mi juicio, cuesta trabajo seguir el hilo de la narración. Como hay mucho que dar a conocer al espectador, los personajes se lo cuentan unos a otros, y asistimos a diálogos a los que es complicado seguir la pista. Ya os digo que yo la he tenido que ver una segunda vez para enterarme bien de todo.
Por otra parte, la película está rodada en inglés. Eso, para los personajes que no son de origen español está bien, pero resulta rarísimo escuchar a Amaia Salamanca con otra voz que no es la suya. La actriz no se dobló a sí misma. El motivo, ni idea. Probablemente lo encuentren en San Google. La primera vez que vi la película, esta circunstancia me escupía de la historia en cada una de sus escenas. Mi cerebro se negaba a conectar el cuerpo de la actriz con esa voz que no era la suya. Sin embargo, en el segundo visionado, parece que mi mente había asimilado el cambio. De todos modos, es algo que me suele incomodar.
Añadiendo algo más, la trama cuenta con un leve toque romántico. A mí en los thrillers me sobran los amores. Me ha pasado de siempre. No me interesa ver a los personajes enrollándose porque lo que quiero es que descubran el misterio. Pero en este tipo de historias el amor es un adorno. Cierto es que en la película, el amor se explota poco -y lo agradezco-, pero si hubieran omitido alguna escena amorosa tampoco hubiera pasado nada.
Y ahora me voy a meter en un "fregao". Lo he dicho muchas veces. Soy una mujer puntillosa, en mi día a día, y una lectora / espectadora quisquillosa. Me gusta fijarme en los detalles más pequeños y sacarle punta a todo. Entiendo que hay que tener un poco de manga ancha y no ser tan meticulosa pero, en cine y literatura, me gusta creerme la historia, que me parezca lo más verosímil posible. Y también me gustan las novelas o las películas que transcurran en Sevilla, mi ciudad, y que me muestren a los personajes moviéndose por sus calles y plazas, desplazándose por sus vías empedradas. Pero eso es un arma de doble filo porque, con Sevilla como escenario, soy más puñetera aún. Pues bien, en La piel del tambor, hay escenas en las que los personajes se desplazan en coche y el espectador puede ver las calles por las que el vehículo circula. Si os enseñara el recorrido que hace el coche en un mapa, pensaríais que el conductor es uno de esos taxistas con mala praxis que, cuando cogen a extranjeros como clientes, les hacen un tour por toda la ciudad con tal de aumentar el precio de la carrera. Que sí, que no hay que ser tan tiquismiquis, pero es que no lo puedo evitar. Que un vehículo salga del aeropuerto y acto seguido esté circulando por el puente de Triana en dirección al centro de Sevilla no puede ser. Que además, enfile el Paseo Colón y en el cambio de plano veamos de fondo el hotel Abba Triana, tampoco. O que el Banco Cartujano tenga sus oficinas en un edificio que, en el momento en el que se desarrolla historia, no existía, me chirría. ¡Aims! Bueno, son tonterías, lo sé, pero, como vecina de esta ciudad, no puedo evitar fijarme en esas cosas. Imagino que esto ocurrirá también en películas que transcurran en Madrid, Barcelona, Nueva York,... y que los que vivís en tales ciudades estáis a la caza de incongruencias como estas.
Reparto e interpretaciones
En una trama donde la Iglesia está implicada hay mucha sotana de por medio. Para empezar, el protagonismo principal lo ostenta el Padre Quart, un cura que antes fue soldado y que llegó a la iglesia sin vocación alguna. Simplemente como medio para subsistir. Es alto, joven, espigado, de ojos verdes. Un curita guapo y resultón, la mano derecha de Monseñor Spada, el director del Instituto de Operaciones Exteriores del Vaticano, o lo que podría ser lo mismo, el MI6 de la Iglesia. Quart es como el James Bond eclesiástico, el agente especial que hace flexiones con el torso desnudo y se mete en peleas callejeras. Como todos los tipos de este calibre es un hombre que se protege del exterior con una coraza dura, difícil de penetrar, y una aparente frialdad. Bueno, alguien habrá que se acerque a su corazoncito. Quart es un personaje lastrado. De hecho, lo primero que sabemos de él es que fracasó en una misión anterior, en la que alguien perdió la vida. No se dan muchos detalles al respecto pero es un episodio de su vida al que se hace referencia en más de una ocasión y que le provoca un gran sentimiento de culpa.
Macarena Bruner es un joven guapa, perteneciente a una familia aristocrática sevillana. Su posición es altamente complicada porque, por un lado, es miembro de la familia fundadora de la iglesia. Pero por otro, también es la exmujer del vicedirector del Banco Cartujano, Pencho Gavira (Rodolfo Sancho), entidad bancaria que se encuentra tras el Proyecto Santa Cruz. Entre ambos se establece un tira y afloja, cada uno batallando por sus propios intereses. Los de ella son de tipo sanguíneos y religiosos. Los de él, de tipo económico. ¿Cuáles son más válidos? Macarena es una mujer vapuleada por su pasado. Al igual que Quart tiene un trauma, un dolor interno que la hace tremendamente desdichada, y que será desvelado en su momento.
La relación entre Pencho y Macarena aporta un plus a la trama. Me gusta verlos juntos, en un duelo de miradas y de puñaladas por la espalda. Esta parte de la trama, en la que cada uno de los personajes mueven sus fichas, aporta un toque de suspense curioso.
En cuanto a las interpretaciones, poco que aportar. Ni chicha, ni limoná. A mí, el drama del padre Quart me importa entre nada y cero. Tampoco me inquieta ni me angustia las preocupaciones de Macarena por el futuro de su iglesia. Ni Richard Armitage ni Amaia Salamanca me convencen. No me conmueve, ni me impresionan, ni me sorprenden. Personajes fácilmente olvidables.
Y por nombrar a otros dos actores conocidos en este país, os diré que aparecen Unax Ugalde y Jorge Sanz. Ambos con un papel minúsculo. El primero está a cargo del equipo de curas informáticos. El segundo es un matón de poca monta que no tiene ni una sola línea de guion. No es que sea un actor extraordinario pero sorprende verlo en un papel tan secundario.
Localizaciones y música
Como digo, la trama principal se desarrolla en Sevilla pero también hay escenas rodadas en Roma. Para representar la iglesia de la discordia, el equipo se desplazó a un pueblo sevillano, cercano a la capital. En Carmona se ubica el convento de la Concepción, el inmueble en el que tienen lugar las misteriosas muertes de la película.
[Fuente: Twitter @SevillaInsolita] |
Y en cuanto a la música, obra de Roque Baños, debo decir que me ha gustado. He leído que los temas no son acordes a la trama pero a mí me han parecido que encajan perfectamente en cada secuencia.
A Arturo Pérez-Reverte le ha gustado esta adaptación de su novela. Lo ha confesado en varios medios, tildándola de gran película (lee un artículo aquí). Me parece fantástico que esté conforme con el resultado, pero no se la puede catalogar de gran película. Me atrevería a decir que, y sin haberla leído, la novela será mucho mejor. Y esta adaptación al cine, que pudo ser pero se quedó en el intento, quedará en el olvido más pronto que tarde.
En definitiva, La piel del tambor es una película, -primera del director-, que entretiene, y punto y pelota. Abarca mucho, hay escenas que no se explican bien, que se escapan incluso viéndola dos veces, con unos personajes bastante planos. Interesa la trama llena de chantajes, amenazas, coacciones, blanqueo de capitales, intrigas eclesiásticas, muertes misteriosas e intereses económicos, pero también de amores imposibles y de legados familiares. Todo ello con mi preciosa ciudad de Sevilla de fondo, que será solo reconocible en un par de planos cenitales y alguna breve escena. Como película es muy pasable, aunque hay que reconocer que todos los misterios importantes quedan debidamente explicados. Bueno, todos menos el que esconde el título. Me han soplado que en la novela sí se explica el origen del título. En la película, es una cuestión que el guion omite.
Y por cierto, me entero ahora de que hay una serie de la que no había oído hablar. Quart, el hombre de Roma es una miniserie de Antena 3, que se emitió en 2007. Tiene seis capítulos y al leer su argumento descubro ciertas variaciones en la trama. Su valoración por los espectadores es incluso inferior a la de la película, así que creo que me la voy a ahorrar. No obstante, si sientes curiosidad, aquí puedes ver las primeras secuencias.
Poco más os puedo contar.
La tenéis en Amazon Prime.
Tráiler: