A Santiago Díaz lo conocí vía Zoom hace unos años, cuando en 2021, a través de un club de lectura, coincidí con otros lectores para comentar lo que fuesu segunda novela, El buen padre. Aquella historia suponía la puesta de largo de una particular inspectora de policía. Su personaje, Indira Ramos, no tiene pelos en la lengua. Cuenta con una moral intachable, que le permite dejar de lado el compañerismo y la amistad, si es consciente de que se está actuando contra la ley o contra los principios sociales más básicos. Pero Indira, mujer obsesionada por la limpieza hasta límites insospechados, es un personaje que ha ido avanzando a lo largo de la serie. Porque, lo que empezó en una primera novela, se convirtió en una segunda entrega -Las otras niñas-, y en una tercera, -Indira-. Y es precisamente por esta tercera entrega por la que Santiago Díaz visitó Sevilla hace una semana. Hablamos de la trama de esta nueva novela, de la evolución de Indira Ramos, y de una posible y futura adaptación al cine o televisión. Me comentó Díaz que, en caso de que la novela se convierta en un formato audiovisual, le gustaría que el papel de Indira lo encarnara la actriz Alexandra Jiménez. No sería mala elección. A mí también me gusta esta actriz. Además, me doy cuenta ahora, redactando esta entrevista, que Jiménez ya interpretó a una mujer con el mismo toc que tiene Indira, con la obsesión por la limpieza, en la película Toc Toc. Tiene tablas en el asunto. Sea como fuere, y mientras se termina de decidir si veremos a Indira en el cine o en la tele, de momento tenemos la novela. Y de momento, esta entrevista.
Santiago D.- Sí, escribí Taurus, que gana el Premio Jaén de Narrativa Juvenil 2021. Me encantó. Es una experiencia maravillosa. Yo tenía muchas ganas de escribir algo juvenil, lo que pasa es que nunca encontraba tiempo. Y bueno, un verano que tuve libre, como ya tenía la idea y la había madurado, la escribí. Y bueno, tuve la suerte de que mi agente lo presentó a los concursos, a los premios de literatura juvenil, y gané el Jaén 2021. Fíjate, qué alegría me pegué.
M.G.- Hablemos de Indira, que es la tercera parte de esta serie, que se inició con El buen padre y le siguió Las otras niñas. Te tengo que confesar que, como no he leído la segunda, aunque la primera sí, no he empezado esta porque quiero saber si me hace falta leer la segunda antes de leer esta.
S.D.- Pero, ¿por qué no quieres leer la segunda? Porque no quieres...
M.G.- No, no, no es que no quiera leer la segunda. Es que no he tenido opción.
S.D.- Vale, vale, vale. No, es que hay gente que no la quiere leer por el tema que trata. ¿Tú sabes de qué trata la segunda?
M.G.- Sí, lo sé. Si, en realidad, es un tema que me interesa mucho. Ese caso...
S.D.- Vale. Bueno, realmente trata de la fuga de este hombre, no del caso Alcàsser.
A ver, ¿es necesario leer la segunda? No, te vas a enterar perfectamente, porque además yo procuro que sea así, para el que no la haya leído. Pero, si te gusta leerme y no lo haces por compromiso, sino que te apetece leerme, léete entonces la segunda, porque la evolución de los personajes, y sobre todo de Indira y de Lucía Navarro, vas a verla en plenitud habiéndote leído antes Las otras niñas. Ahora, sí tú me dices que no te apetece leer Las otras niñas por los motivos que todos sabemos, entonces te digo que puedes leer Indira perfectamente porque lo he hecho de tal manera que puedas leerla sin problemas. Pero, mi recomendación es que sí leas Las otras niñas.
M.G.- Claro, porque es normal que en las sagas siempre haya referencias a las novelas previas, con lo cual es interesante que el lector conozca.
S.D.- Exacto. En la primera novela, Indira era un personaje que estaba supeditado a su toc, era algo que la incapacitaba. Y luego estaba su honestidad, a prueba de bomba. Si tenía que denunciar a un compañero por pruebas falsas, lo hacía. Luego, en la segunda, esos pilares se tambalean un poquito porque es madre. De repente, ella ve que hay algo más importante, su hija. Y ahora, en la tercera, lo único que te puedo decir es que, por primera vez, Indira miente. Para que tú aprecies ese momento, tienes que haber visto su evolución. Entonces, ¿puedes leer esta sin leer la anterior? Perfectamente. ¿Te vas a enterar? Perfectamente. Pero yo te recomiendo que leas la anterior también.
M.G.- Vale. ¿A qué caso o casos se va a enfrentar Indira en esta novela?
S.D.- Hay dos casos principales, aparte de todas las tramas en continuidad y las que no son en continuidad. Uno, el hallazgo de unos cuerpos en un solar que está en construcción. Se darán cuenta de que son cinco cuerpos enterrados en diferentes etapas de los últimos dos años, de personas de diferentes edades, y de diferentes procedencias. Aparentemente no les une nada. Tendrán que bucear en el pasado de estas víctimas, algo que tú sabes que me gusta por El buen padre. Me gusta eso de irme y contar la historia de cada personaje. Y tendrán que averiguar cómo eran, qué les ha llevado a coincidir en algo para que les hayan condenado a morir así. Ese es uno de los casos.
Y después hay otro caso, que será el más personal de Indira, su gran encrucijada. Será el caso más difícil de su carrera, más incluso que cazar a Anglés. Está relacionado con su vida personal, con Walter Vargas, un colombiano que ya fue personaje en la primera entrega, al que ella dispara para salvar a su compañero Iván Moreno, y le arranca la mano del disparo. Vargas ha estado en la cárcel todo este tiempo. Y durante todo este tiempo ha estado alimentando sus ansias de venganza y preparando la venganza más cruel contra Indira e Iván. Ha decidido que es momento de llevarla a cabo y no te voy a decir mucho más. Bueno sí, que esto será algo que cambiará su vida para siempre. La Indira del principio jamás volverás a verla en ninguna otra novela, ni en ningún lado. Pero no te puedo decir mucho más porque todo lo demás es spoiler.
M.G.- Obviamente, Indira tiene muchos compañeros de trabajo. Has mencionado, por ejemplo, a Iván Moreno. En esta novela, vamos a ver a dos equipos de policías que rivalizarán un poco entre ellos, ¿no?
S.D.- Claro, es que en la anterior novela, Indira tuvo que elegir entre el corazón y la razón. No te voy a contar qué eligió porque lo tienes que leer. Solo te diré que si alguien elige la razón, pero lo que le tira es el corazón, y se lo cruza diario por los pasillos de la comisaría, resulta muy complicado vivir así. Parece muy típico pero es real como la vida misma, sentir ese amor-odio por la misma persona. Odio porque te han hecho dado, porque te han hecho sentir mal. Y amor porque es algo inevitable. Ese roce provocará altibajos en la relación entre ellos dos. Además, cuando se unen en la investigación de este caso tan personal, los roces serán inevitables porque cada uno tiene su equipo, y rivalizan para demostrar quién es el mejor. Es una rivalidad muy infantil pero muy divertida.
M.G.- Has mencionado a Walter Vargas, colombiano. En esta novela vamos a tener drogas, poder, violencia, pero a ti te gusta mucho compensar. Igual hablas de cosas muy oscuras que también hablas de cosas más luminosas.
S.D.- Antiguamente los géneros literarios relacionados con la novela negra eran independientes y cada uno tenía unas características propias. Estaba el de Agatha Christie, que era el del enigma. Había un asesinato, te presentaban una serie de posibles sospechosos y tú tenías que adivinar cuál era. Después estaba la novela negra pura, donde ocurría un asesinato pero no era nada especial porque se producía en un lugar donde habitualmente hay asesinatos, en los bajos fondos de una ciudad, en el lumpen. Ese tipo de novelas era muy oscura y dura, se ceñía mucho a ese tipo de trama y no se salían de ahí. Pero, ¿qué ha pasado? Pues que la evolución de este tipo de novelas ha hecho que todos esos géneros se unan en uno solo, incluido el romántico. Por eso, en una novela negra actual puedes encontrar asesinatos, bajos fondos, investigación policial y amor. Y me parece que eso es lo que hace que este género haya crecido tanto, porque ya no es para un target tan limitado que solo quería esa oscuridad, sino que el que busca esa oscuridad la tiene, pero también llega gente que le gusta un poquito de amor o que le gusta un poquito de investigación. Se ha convertido en un género muy amplio y por eso creo que tiene tanto éxito en la actualidad.
M.G.- Sé que hay secretos, secretos además con mayúsculas. Me encantan esos personajes que parecen muy transparentes pero que, en realidad, no lo son. En esta novela hay personajes que tienen muchas cosas que callar.
S.D.- En todas las novelas, como no haya secretos, te estás perdiendo como autor algo muy importante. Todos tenemos que tener secretos porque yo creo que el éxito de ciertos personajes es su imperfección. Si tú construyes un personaje absolutamente perfecto, aburres a la gente, porque nadie se reconoce en eso, porque nadie se considera perfecto. Pero si ves un personaje con aristas, con fallos, con cosas que tú dices, aunque sé que está mal, yo soy un poco así, o esta persona o esta amiga mía o mi pareja o quien sea es un poco así, pero lo quieres con esa imperfección, y lo reconoces, pues sientes más empatía por ello. Y las imperfecciones siempre vienen acompañadas de secretos. Nadie es abiertamente como sea. Todo eso, si no lo convierte en personajes reales, al menos sí lo hace verosímiles, que es muy importante. Es decir, aunque estés en una obra de ficción, te los crees.
M.G.- Has comentado que vamos a ver a Indira mentir por primera vez. Ella ha sido siempre un personaje con unos principios muy rectos y una moral intachable. ¿Qué pasa con su moralidad en esta novela?
S.D.- A ver, ella sigue siendo así, lo que pasa es que la vida le ha enseñado que, para no hacer daño a la gente que quiere, no puede decir las cosas como ella creía. Inicialmente, en El buen padre, era una persona que decía las verdades a la cara, sin pararse a pensar cómo afectaban a los demás. Ella pensaba que, como decía la verdad, no hacía nada malo. Pero claro, socialmente tenía problemas porque no era aceptada. Es paradójico también que, por decir la verdad, uno no sea aceptado. Tenía problemas. Y ahora va aprendiendo que hay gente a su alrededor, que hay gente a la que puede hacer daño, y que hay algo que se llama mentirijillas piadosas, a veces un poco más, un poco menos, y que utilizarlas muchas veces le salva de hacer daño y de meterse en problemas.
M.G.- Has elegido un inicio de novela muy potente porque el lector se va a encontrar con Indira, que la llevamos conociendo, pues eso, desde El buen padre, con esa personalidad que ella tiene y con ese toc que tiene, en una situación complicada.
S.D.- Sí, te lo cuento porque son las dos primeras páginas. Está en un hotel y parece que quiere tirarse desde un octavo piso. Está dispuesta a ello. En ese instante hago un flashback para contar las circunstancias que la han llevado a esa situación tan desesperada, especialmente para un personaje como ella. Por eso digo que es importante haber leído las novelas previas porque, si la primera vez que ves a Indira, la ves en esa situación, te pierdes la sorpresa de decir: ¡ostras!, ¿cómo ha llegado Indira aquí, cuando yo ya la conocía, y era imposible que hiciera esto? Pero bueno, cuento esa circunstancia y, al final, sabremos qué la ha llevado a ello y lo que le ocurre.
M.G.- Y el toc que sufre, esta obsesión por la limpieza. ¿Se ha relajado algo?
S.D.- Se ha relajado un poquito porque ha formado una familia. Me hace mucha gracia porque, hay un personaje nuevo -Jotadé-, que, la primera vez que Indira lo ve, lo ve con tomates en los calcetines y casi se cae de espaldas, porque es terrorífico para ella. O sea, sigue teniéndolo pero, como te decía, ahora tiene cosas más importantes en su vida. Su hija está por encima de todo. Me la imagino cambiando pañales, sonando los mocos a su hija, o que esta venga con piojos del colegio. En otro momento, todo eso para Indira sería...
M.G.- Algo impensable.
S.D.- Impensable, claro. Y ahora se tiene que adaptar a su nueva vida. Entonces no es que se haya curado, pero sí que es capaz de relativizar un poco más las cosas.
M.G.- Has mencionado a Jotadé, es decir, a Juan de Dios Cortés, un policía gitano. Me llama mucho la atención porque es una novedad para mí ver a un policía gitano. Algo raro para los de su raza, pero también para los payos.
S.D.- Exacto. A ver, al igual que a Indira su toc le cierra puertas y la aísla de sus compañeros, quería hacer algo igual pero con otro policía que lo llevase dentro. Jotadé es gitano y está orgulloso de serlo. No es un gitano que quiere ser payo, sino que está orgulloso de ser gitano, orgulloso de sus raíces, pero tiene vocación de policía. ¿Y qué le pasa? Pues que en su comunidad es la oveja negra porque es policía, y en la comisaría es la oveja negra porque es gitano. Está nadando entre esos dos mundos tan diferentes, pero a la vez tan cercanos, y que nos llama la atención. En ambos hay racismo. Hay racismo de los payos a los gitanos, y de los gitanos a los payos. Los escritores nos tenemos que meter en muchos charcos, para contar lo que sucede.
Yo hablo del mundo gitano con sus cosas bonitas, con su colorido, que lo tiene, con su respeto a los ancianos, a los mayores, que lo tiene, pero también con cosas que están obsoletas y que siguen estando ahí. Hasta ellos mismos se dan cuenta de que se están quedando atrás, a través de un personaje como el padre de Jotadé, que le dice a su mujer en un momento dado que, o se modernizan o se quedan atrás para siempre. Hay muchas cosas que se siguen haciendo en ese mundo que ya no tienen sentido. Jotadé nada entre esos dos mundos tan incompatibles. El contraste entre ambos, sin ser Jotadé un personaje cómico porque su trama es la más dura de la novela, te hace cierta gracia. La primera vez que Indira ve a Jotadé, viene de una boda gitana de cuatro días, con el traje hecho trizas y con los calcetines agujereados. Cuando Indira lo ve, casi se le cae el alma al suelo, porque no pueden ser más incompatibles.
La manera de ver la vida de Jotadé, frente al de Indira que, a pesar de tener ciertos rasgos más laxos sigue siendo ella, genera un contraste que hace mucha gracia.
M.G.- Pero para contar todo ese mundo gitano, ¿cómo lo has hecho? ¿Cómo has indagado?
S.D.- Bueno, mi segundo apellido es Cortés, qué te voy a decir. Y tengo familia en Murcia. Así que, algo hay. El mundo gitano me encanta. Siempre me ha llamado muchísimo la atención. Está tan cerca y a la vez lo sentimos tan lejos. Parece de otra galaxia, como si estuviéramos hablando de un mundo totalmente diferente. Me gusta mucho y bueno, he estado investigando y hablando con gente.
Mira, tengo un lector gitano que me encanta. Estaba muy nervioso porque no sabía qué podía opinar alguien gitano que leyera la novela. Él la leyó, me dijo que le había encantado, y me hizo algunos comentarios. Así que, me he ido informando. El contraste es muy bonito y creo que a la gente, en general, Jotadé le está encantando. Aunque la novela se llama Indira y ella tiene un protagonismo muy grande, aunque no en presencia, porque ya sabes que me gusta hacer tramas...
M.G.- Muy múltiples.
S.D.- Sí, multitramas, pero en esta novela compite en presencia con Jotadé. Y mucha gente me está diciendo que le gusta la historia de este policía gitano, que Jotadé los ha conquistado.
M.G.- Me parece un personaje muy original ese personaje. Pero hay muchos más. Estamos en una novela negra en la que vamos a encontrar, por ejemplo, a una actriz y también a un político. Parece que la política siempre es un buen puntal en la novela negra. Todos los tejemanejes de los políticos dan mucho juego.
S.D.- La novela negra te permite una cosa maravillosa, que es asistir, en primera fila, a la vida de múltiples personajes. Pero personajes de todo pelo. Es decir, desde la vida de un súper traficante, a la vida de un chico de la calle; desde la vida de un político, a la vida de una actriz que ha ganado Goyas. No todo es lo que vemos de puertas afuera, de ese político dando un discurso, o esa actriz pisando la alfombra roja. Eso lo sabemos todos, pero a mí me gusta contar como es la vida de verdad de estas personas, porque ellos tienen problemas al igual que tú y que yo. Creo que es curioso poder ver a un posible presidente del gobierno pero en su intimidad. O a una actriz que, una vez que apagan las luces y se quita el maquillaje, es una mujer normal, con sus inseguridades, sus problemas, sus hijos y su marido que tiene ciertos problemas.
M.G.- ¿Y estamos ante la despedida de Indira?
S.D.- Bueno, no se sabe. Ahora mismo es complicado responder a esa pregunta porque mi siguiente proyecto es un thriller histórico, con el que ya estoy metido y lo estoy disfrutando muchísimo. La documentación te lleva a más documentación y, a su vez, a más documentación. Y llega un momento en que te paras y te preguntas dónde me he metido. Pero bueno, lo estoy disfrutando. Y luego, si la editorial quiere y los lectores quieren, seguiré con el mundo de Indira. Pero no sé con qué presencia, eso ya lo tendremos que decidir pero, a mí me gustaría que, por lo menos, saliera una novela más de Indira. Ya la tengo en la cabeza. Enterita. Bueno, enterita no, pero un poquito sí.
M.G.- Veintiocho.
S.D.- Sí, veintiocho. Y yo te digo que me has mentido, que me has engañado, y que no has hecho bien el cálculo. ¿Qué más da? Si es entre dos meses y diez años, puede tener importancia. Porque no es lo mismo tener muchos años de experiencia conduciendor que una persona que se lo acaba de sacar, pero ¿entre veintiocho y treinta? ¿Qué más da?
M.G.- Bueno, pues ya para terminar, Santiago, y teniendo en cuenta que eres guionista y llevas muchos años ejerciendo, ¿qué posibilidades hay de que veamos a Indira en cine o televisión?
S.D.- Las posibilidades no dependen de mí. A ver, este es un mundo muy complicado. Un proyecto se puede caer por cualquier circunstancia. Tiene que pasar por muchas manos hasta que se haga real, hasta que se pueda ver en la tele, y eso supone riesgos. Ahora bien, ¿va bien encaminado? Estupendamente encaminado. Los derechos de El buen padre, los ha comprado una de las productoras más grandes de España. Están en negociaciones para adaptación con diferentes cadenas y plataformas. Hay mucho interés. Yo ya he escrito el dossier de venta. Estoy a punto de terminar el capítulo piloto. Me parece que se aportan muchas cosas más de la novela, porque yo ya tengo la visión de la novela, sé lo que creo que es importante y todavía se pueden aportar cosas que visualmente pueden llamar más la atención. Por lo tanto, yo creo que si alguien ha comprado los derechos y están interesados por la novela, también les va a interesar la serie. Pero como te digo, no depende de mí.
M.G.- Claro.
S.D.- Ojalá no ocurra nada y pueda llegar. Yo espero que sí. Mira que soy desconfiado en estas cosas y nunca me fío. Tengo un hermano que se dedica a esto y siempre me dice una frase que me hace mucha gracia. Él me dice que hasta que no lo vea en la tele, -no que se grabe, no que se firme, no que se...-, sino hasta que no lo vea en la tele, que no me lo crea. Porque puede pasar cualquier cosa y no se emita nunca. Entonces, soy cauto. Creo que va muy bien pero, hasta que no lo vea en la tele, no me lo creo.
M.G- ¿Y quién te gustaría que fuera Indira?
S.D.- Pues tengo muchas posibilidades, pero una persona que se me ha pasado por la cabeza varias veces es Alexandra Jiménez. Me parece que sería una Indira magnífica y eso que físicamente no encaja con la descripción de Indira. Pero he trabajado con ella en una serie que se llama Escándalo, y que se está emitiéndose actualmente, y me parece una actriz tan buena, con tantos registros, con tantos matices,... Con solo una mirada es capaz de decir todo. Es capaz de transmitir una inseguridad y aparte, seguridad y aplomo. Es maravillosa, es una actriz fantástica y me encanta. Pero bueno, ya sabes que estamos en las mismas.
M.G.- Bueno, cuando te entreviste por el thriller histórico, ya estará en marcha la serie de Indira.
S.D.- Ojalá que sí, pero ya te digo que cualquiera sabe.
M.D.- Bueno, pues lo dejamos aquí, Santiago, muchas gracias por venir. Me ha encantado hablar contigo.
S.D.- Igualmente, ha sido un verdadero placer.
M.D.- Muchas gracias.
S.D.- Gracias a ti.
Sinopsis: Para la inspectora Indira Ramos ha sido un año repleto de sucesos: cazó a un monstruo al que todo el mundo daba por muerto, perdió a uno de sus mejores agentes en un desgraciado accidente y tuvo que elegir entre los dos hombres de su vida. Pero, cuando todo parecía haber vuelto a la normalidad y se presentaba ante ella una etapa tranquila, la vida se empeña en ponerle las cosas más difíciles que nunca, y tendrá que enfrentarse, junto al inspector Iván Moreno, a un caso que los unirá o los separará para siempre.
Su equipo está ahora compuesto por la subinspectora María Ortega, por una agente Lucía Navarro más taciturna de lo habitual tras su rehabilitación y por Jotadé, un oficial de origen gitano de métodos poco ortodoxos pero efectivos que pondrá patas arriba la vida de sus compañeros. Tiene que investigar el hallazgo de varios cadáveres en un solar en construcción. Nada parece unir a las víctimas y solo investigando su pasado podrán entender por qué les han ido matando uno a uno.