Autores
Claudio Stassi, nacido el año 1978 en Palermo, vive y trabaja en Barcelona. Ha publicado para numerosas editoriales italianas y extranjeras. Para Sergio Bonelli Editore, dibuja en las series Dylan Dog y Dampyr. En 2007 publica Brancaccio. Historias de la mafia cotidiana, escrita por Giovanni Di Gregorio, y ganó el Premio Micheluzzi y el Premio Boscarato.
Su novela gráfica Por esto me llamo Giovanni, publicada por Rizzoli, ya está en su quinta edición. Con Luca Enoch creó La Banda Stern en 2013, un libro que ha sido traducido a cuatro idiomas. Su último trabajo, Rosario. Amor y muerte, basado en textos de Carlos Sampayo, fue publicado en Francia e Italia.
Con Planeta Cómic, ha versionado tres de las novelas más importantes de la literatura española: La Ciudad de los Prodigios (Eduardo Mendoza), Los pacientes del doctor García (Almudena Grandes) y Nada (Carmen Laforet). Es profesor de la Escuela de Cómic Joso en Barcelona.
Almudena Grandes (Madrid, 1960-2021) se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan, junto con sus libros de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en una autora imprescindible. La culminación de su carrera fueron las cinco novelas que forman sus Episodios de una Guerra Interminable. Adaptada ampliamente al cine y al teatro, mereció, entre otros, el Premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y el de los de Sevilla, el Arcebispo Juan de San Clemente, el Rapallo Carige, el Prix Méditerranée, el Jean Monet, el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Elena Poniatowska, el Sor Juana Inés de la Cruz, y el Premio Nacional de Narrativa. Su fallecimiento en noviembre de 2021 causó un hondo impacto y provocó una emocionante respuesta colectiva, de homenaje y reconocimiento, por parte de sus miles de lectores.
Sinopsis
Adaptación a novela gráfica de la obra homónima de Almudena Grandes.
Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo García Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. Manuel Arroyo, quien le salvó de morir en el paredón, ha vuelto del exilio con una misión secreta: infiltrarse en una organización clandestina nazi y falangista. Mientras el doctor García se deja reclutar por él, el nombre de otro español se cruza en el destino de los dos amigos. Adrián Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la División Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la última defensa de Berlín, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Perón.
[Información tomada de la web de la editorial]
Para empezar la semana con cierta amabilidad, asoma por aquí una obra encuadrada en uno de los géneros que más me gustan, la novela gráfica. Y es que, cuando este pasado verano hice el Camino de Santiago y llegué a destino, a la ciudad de Santiago, una de las visitas que realicé en la ciudad fue a la librería Follas Novas. De allí me traje un catálogo de novela gráfica, que he estado mirando y remirando desde entonces. Me apetecían todos los libros que figuraban en esas páginas pero, como decía mi madre, todo no puede ser. Así que, aprovechando que se acercaban los Reyes Magos, di un paso al frente y anoté en mi carta un par de novelas gráficas:La bibliotecaria de Auschwitzy Los pacientes del doctor García. Y sí, me he leído las dos novelas, las originales, las escritas por sus auténticos autores. Entonces, ¿por qué este interés por una historia que ya conoces, aunque sea en otro formato? No me lo preguntéis porque no sé la respuesta. Sólo puedo decir que adoro el formato gráfico. Me encanta pasar mis ojos por las ilustraciones, dejarme sorprender por el color, ponerles rostro a los personajes, y fijarme en los detalles. La pena es que la diversión me dura poco pero me da igual. Poco a poco, voy acumulando libros gráficos y la colección aumenta. Alguna vez os he contado que tengo un par de carritos de Ikea dedicados únicamente al formato gráfico. Sobre ruedas tengo una de las colecciones más preciadas de mi biblioteca. Pero me estoy yendo por las ramas, así que, vayamos al grano.
Los pacientes del doctor García es una novela colosal y maravillosa que sólo una autora como Almudena Grandes podía idear.La trama, envuelta en esos años convulsos (1936-1975), con la victoria de las tropas nacionales, la Segunda Guerra Mundial, la caída del imperio alemán, la huida de los nazis, la Nueva España y la muerte de Franco, compone un caleidoscopio por el que se mueven un importante elenco de personajes. La disfruté tanto o más como el resto de su obra (puedes leer mi reseña aquí). Y creo que fue después del fallecimiento de la autora, cuando se anunció que esta novela sería adaptada para la televisión. Y así fue, su rodaje se inició en enero de 2022 y pudimos ver los diez capítulos que conforman la mini-serie a partir de la primavera de 2023.
Pero me remonto al pasado 6 de enero de 2024, cuando los Reyes Magos llegaron a casa y entre los regalos que me dejaron por ser una niña buena, figuraba Los pacientes del doctor García (novela gráfica) de Claudio Stassi. No hace falta que os diga que la devoré a los pocos días.
«La verdadera matanza empezó el día 16. En la Puerta del Sol, una bomba alemana de quinientos kilos abrió un agujero que dejó a la vista los raíles del metro sembrados de cadáveres. Desde entonces, y hasta que mi jefe me mandó a casa a dormir, los bombardeos no cesaron ni de día ni de noche».
Así empieza esta obra. Son las palabras de Guillermo García Medina, el protagonista indiscutible de esta historia. La acción se inicia en Madrid, el 19 de noviembre de 1936. Guillermo es un médico. Trabaja en un hospital, atendiendo a los heridos del ejército rojo. Hace transfusiones y no da abasto. Vive solo pero mantendrá una relación estrecha con su vecina Amparo, una joven a la que conoceremos es una situación dolorosa. Su abuelo, el único familiar que le queda, y franquista, ha fallecido. A partir de aquí, veremos cómo la vida de Guillermo cambia radicalmente. De trabajar de médico pasará en el año 1946 a ejercer de chupatintas en una empresa de transportes, dirigida por un adepto al régimen de Franco. Amparo ya no está en su vida -aunque ésta volverá a aparecer más adelante-, pero conocerá a Manolo, un espía rojo, herido de un disparo, al que Guillermo le salva la vida. A través de Manolo, Guillermo que, tras la victoria de Franco ha tenido que cambiar también su nombre, se adentrará en una red para luchar contra el gobierno del dictador. Se meterá de lleno en la boca del lobo, en la madriguera de los nazis, con Clara Stauffer en la cabecera de la rama española, que pretende poner a salvo a todos los gerifaltes alemanes y a todos los que lucharon en la cruzada de Hitler, consideramos como criminales de guerra y perseguidos ahora por los aliados.
Pasarán muchas cosas en esta novela gráfica y muchas más en la novela original porque Los pacientes del doctor García es una historia sobre los tiempos de la guerra, con amor, miseria, muerte, dolor, hambruna, chantajes, traiciones y, sobre todo, lucha por la libertad.
Qué me ha parecido esta novela gráfica
El formato gráfico te da acceso a una serie de sensaciones que, por mucho que utilices la imaginación, no te permite la novela. En esta adaptación de Los pacientes del doctor García podemos ponerle cara a Guillermo, a Amparo, a Manolo, y eso siempre aporta un plus a la lectura. Me ha parecido especialmente significativo el rostro crispado de algunos personajes, que gritan y vociferan en alguna viñeta. Es así como Stassi retrata a los falangistas, como auténticos perros rabiosos.
Por ser una adaptación, es normal que el autor se tome ciertas licencias. Al menos, he advertido que algunos sucesos parecen ligeramente modificados. Obviamente, eso no afecta a la experiencia de la lectura, aunque te podrá chocar un poco si has leído el texto original. También hay que decir que los hechos no se narran de forma cronológica, por lo que nos encontraremos con algunos flashbacks que nos permitirán conocer el pasado de los personajes, y así entender algo mejor los hechos del presente.
En general, la lectura de esta novela gráfica me ha gustado y la he disfrutado. No obstante, sí tengo que decir algo. Bajo mi punto de vista, y para entender la totalidad de la historia, creo que resulta necesario conocer la trama completa de la novela. Estamos hablando de una obra que, en su formato original, tiene casi ochocientas páginas y cuenta con un anexo final de cinco páginas más, en las que se enumeran los doscientos nombres que aparecen en el relato. Ese volumen de hechos y personajes es difícil de comprimir en las doscientas páginas ilustradas que tiene esta novela. Hay que compactar, ceñirse a lo más básico, recurrir únicamente a los personajes más sobresalientes, y emplear recurrentes y considerables elipsis que hagan avanzar el paso del tiempo. Por lo tanto, se queda fuera mucha información, muchos sucesos, que enriquecen la historia. Por comentar algo, a Guillermo lo conoceremos como médico pero, tras unas cuantas páginas, lo veremos ejerciendo de oficinista en la agencia de transportes La Meridiana y haciéndose llamar Rafael Cuesta. Y entre una profesión y otra, entre un nombre y otro, ocurren cosas que no se cuentan con exactitud. Son los riesgos de todo tipo de adaptación.
Las ilustraciones y el color
Nada más abrir el volumen, en las gualdas, nos encontramos ese cielo de Madrid, gris y plomizo, sobre el que descienden las bombas alemanas. Y será con bombas como empiece este relato.
Las primeras viñetas del volumen apenas cuentan con líneas diálogo. Es algo que ocurrirá de vez en cuando, en esas escenas en las que el dibujo lo explicará todo, sin necesidad de palabras. No obstante, y a medida que avance la historia, cuando la trama haya alcanzado cierta complejidad, el texto cobrará bastante más protagonismo, y el diálogo entre los personajes se volverá más intenso.
El tamaño de las viñetas será muy variable. Primeros planos, escenas fragmentadas o ilustraciones a toda página nos ayudan a focalizar nuestra atención. En ese sentido, esta novela gráfica no es nada monótona, y no se ciñe a la estructura clásica del género.
Con líneas rectas y dibujos bien definidos, los dibujos están sumamente cuidados, mostrando el entorno que rodea a los personajes, con calles, edificios y hasta anuncios de bebidas, que siempre permiten al lector hacerse una mejor composición de lugar.
En cuanto a la paleta cromática, el gris sirve como vehículo para relatar el pasado, mientras que el presente tiñe las viñetas de diversos tonos, que en ningún caso resultan estridentes. Eso sí, el color rojo se vuelve protagonista en escena claves.
Estructura
Estructurado en varios capítulos que generalmente coinciden con un salto en el tiempo, llamará nuestra atención el dibujo de alguna pieza de ajedrez como elemento diferenciador, y es que este juego también tendrá su importancia en la vida de Guillermo.
El volumen cuenta también con un anexo final en el que el lector puede apreciar el estudio gráfico de personajes.
Poco más os puedo decir. Creo que Los pacientes del doctor García en su formato gráfico es una buena lectura, especialmente si conoces la trama, y es un buen libro para los que, como yo, gusten del género. Es una joyita para a los que como a mí, gustan de este tipo de colecciones.
Por cierto, la serie televisiva no me gustó mucho. Vi dos capítulos y sentí que me aburría. Luego la he vuelto a dar una segunda oportunidad y con el avance ha ido mejorando pero no sé, creo que no mantiene la esencia de la novela de Almudena Grandes. Contadme qué os ha parecido a vosotros y, de paso, lo que os parece esta novela gráfica.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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