Elisenda Hernández Janés resultó la ganadora del Premio de Novela Felipe Trigo, que convoca el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena y publica la Fundación José Manuel Lara, en su edición 42ª. Este es un premio que me suele gustar. De hecho, he comprobado que, desde hace unos cuantos años, he leído casi todos los títulos premiados y los he disfrutado, como Malasanta de Antonio Tocornal, La lluvia inglesa de Ana Muela Pareja, El efecto Foehn de Susana García Nájera, El síndrome de Diógenes de Juan Ramón Santos. Pero vamos a lo que vamos.
Elisenda Hernández acudió a Sevilla hace unos días, cuando ya conocíamos el nombre de la autora que ha ganado una nueva edición del premio -Liliana González-, cuya obra se publicará próximamente. Con la joven autora catalana estuve conversando sobre Canción de despedida, una novela que nos permitirá conocer a tres mujeres -Isa, Lucía y Gloria-, que emprenden un viaje a la isla de Tenerife, con el objeto de localizar a Marga, la cuarta amiga de la adolescencia que desapareció de sus vidas hace más de once años. Sin embargo, ese viaje no sólo será un tiempo de esparcimiento y ocio, sino que se convertirá en otro tipo de viaje, mucho más introspectivo.
Mientras os cuento lo que me ha parecido Canción de despedida, os dejo con la entrevista a su autora.
Elisenda H.- Muchas gracias. El placer es mío.
M.G.- No sé si has venido antes a Sevilla para promocionar el libro. Si viniste en su día, cuando te dieron el premio.
E.H.- Bueno, a Sevilla vine por un club de lectura pero principalmente fui a Villanueva, donde se premió el fallo.
M.G.- Un premio del que ya conocemos nueva ganadora. Así que tu reinado va llegando al final.
E.H.- Sí, se está acabando ya.
M.G.- Me gustaría saber qué ha significado para ti este premio y cómo ha sido este año como ganadora del Felipe Trigo.
E.H.- Pues ha sido una experiencia única y muy enriquecedora. En cierto modo, hay un antes y un después en mi carrera literaria porque me ha permitido publicar con un gran grupo editorial, y también me ha permitido que mi libro llegue a las librerías, a las estanterías de la gente. Era a lo que aspiraba. En este sentido, ha sido una experiencia inolvidable.
M.G.- Es tu primera novela y ¡premio! Es verdad que has escrito y publicado relatos, que te han premiado anteriormente, pero es la primera vez que escribes una novela. Quisiera saber cómo ha sido el proceso de pasar del formato corto, del relato, a un formato más largo. ¿Te has encontrado con alguna dificultad a la hora de plantear esta novela?
E.H.- En realidad, ya tenía una novela previa escrita, pero sin publicar. Está en un cajón. Me costó bastante tiempo escribirla. Llamé a varias puertas pero no tuve éxito. No he conseguido que me la publiquen y ahí sigue. En ese sentido, yo ya tenía una experiencia previa. De todos modos, me siento más alejada de esa novela y mucho más cerca de esta última.
En cuanto a si me costó pasar del relato a la novela, creo que son dos géneros distintos. El relato se aborda de manera diferente a como se aborda una novela. Y, cada género tiene sus dificultades y ventajas.
M.G.- Cuando presentaste esta historia al premio, lo hiciste con el título Despídete con una sonrisa. Te quiero preguntar, primero, ¿por qué ese título? Y, en segundo lugar, y teniendo en cuenta que el título se ha cambiado, ¿por qué se eligió Canción de despedida?
E.H.- Despídete con una sonrisa viene por un momento clave de la novela, en el que creo que se resume un poco el espíritu del libro. La novela habla bastante sobre cómo te enfrentas al paso del tiempo, cómo afrontar los retos del presente, sin caer en la nostalgia. Me pareció una frase que englobaba bastante bien este sentimiento. Pero cuando ya se desveló el fallo, y empezamos a hablar sobre la edición, me comentaron que creían que el título tenía un toque un poco cursilón, como si se tratara de un libro de auto-ayuda. Al principio, sentía que tenía una conexión con ese título, que mi mente estaba agarrado a él. Sin embargo, lo comenté también con mi entorno, y empecé a pensar que lo mismo sí que parecía un poco cursilón. Fue entonces cuando estuve barajando alternativas y di con Canción de despedida. Me parece bastante acertado porque, al fin y al cabo, al ser una novela estructurada a través de tres puntos de vista, se puede interpretar también como las diferentes voces de una canción. Me parecía que quedaba todo bastante cuadradito y así fue como se quedó.
M.G.- Hay que decir que Canción de despedida narra un viaje de tres amigas -Isa, Lucía y Gloria-, a la isla de Tenerife. Ellas van tras los pasos de una cuarta amiga, de Marga, que desapareció de las vidas de las chicas hace más de diez años. En principio, esto es lo que se narra en la novela pero hay más, y de ese más hablaremos luego. Antes, ¿cómo surge la idea para esta novela?
E.H.- La semilla de la trama parte de un hecho personal, una anécdota personal que viví. Yo tenía una amiga de la infancia, de la adolescencia, y de la primera edad adulta, que desapareció de un día para el otro. Dejó de llamarnos, no nos contestaba a los emails, y desapareció del mapa. Durante mucho tiempo, mi grupo de amigas y yo intentamos recuperar la amistad. Cada vez que quedábamos, hablábamos del tema, y nos preguntábamos qué habría pasado y dónde estarías. Un día, de medio cachondeo, nos propusimos contratar a un detective privado para que la buscara. Evidentemente, nunca lo hicimos, pero sí que la novela parte de esa semilla real.
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M.G.- Y como dije antes, esta novela no solo narra un viaje a la isla. Para mí, tu novela es como un viaje introspectivo que hace cada una de las tres protagonistas.
E.H.- El viaje, al fin y al cabo, es una excusa. Utilizo este recurso del viaje físico para explicar en realidad un viaje que ocurre en el interior de uno mismo. Las tres protagonistas redescubren esa amistad que las unía en otro tiempo y que las sigue uniendo, pero también indagan un poco en las pequeñas heridas que a lo mejor se han ido quedando enquistadas, con lo que consiguen reforzar su vínculo.
M.G.- Si tuvieras que definir a Lucía, Isa y a Gloria, ¿qué dirías de cada una de ellas?
E.H.- Diría que Isa es una mujer serena y madura, a la vez que tiene un punto de inseguridad y generosidad. Por su parte, Gloria es más alocada, es más espontánea, más malhumorada. Tiene arranques de mal humor pero es buena persona. Bueno, las tres son buenas personas, dejémoslo claro. Y Lucía sería la que quiere proyectar una imagen como de mujer de armas tomar, la más decidida, la más fuerte. No se permite ni un ápice de vulnerabilidad, nunca. Pero eso, al fin y al cabo, es un arma de doble filo porque tiende a ponerse una máscara y oculta otras inseguridades que van por dentro.
M.G.- Quizá Lucía, por esa doble personalidad que comentas, ¿es la que más trabajo te ha podido costar construir?
E.H.- Sí, puede ser, porque tiende como a aparentar una cosa y luego es otra. Esto, al fin y al cabo, nos pasa a todos. Nos ponemos una máscara en determinadas situaciones. Creo que, a lo mejor, es el personaje del que me siento un poquito más alejada, por su forma de ser. En cambio, me siento más identificada con Gloria. Sí, creo que definir a Lucía ha sido un reto para mí.
M.G.- Marga sería el cuarto componente de este grupo de amigas. La que desapareció hace once años. Es el personaje que más misterio imprime a la novela. Es como un personaje fantasma que, aunque aparecerá físicamente en un momento dado, estará revoloteando todo el tiempo a lo largo de toda la historia.
E.H.- Sí. Al principio, Marga parece que va a ser muy importante en la trama pero luego realmente es muy secundaria. Es por lo que comentábamos antes, que el viaje es la excusa y a Marga hace diez años que no la ven. Será una persona muy diferente a la que conocían. Sin querer hacer mucho spoilers, puedo decir que se irá viendo poco a poco cómo Marga va perdiendo importancia porque, lo que realmente importa, es la amistad entre las tres chicas.
M.G.- Estas tres chicas que, a pesar de ser muy amigas y desde hace mucho tiempo, guardan terribles secretos. Podremos ir viendo lo que verdaderamente piensan las unas de las otras. Habrá secretos que, incluso, se mantendrán hasta el final. No quiero desvelar mucho pero habrá un secreto que se quedará en el aire.
E.H.- Sí. El recurso de utilizar las tres voces en primera persona me da mucho poder, porque puedo acceder a los sentimientos inmediatos de cada una de las protagonistas. Y eso se presta mucho a reflejar la realidad tal y como cada una la siente y la vive. De este modo, es como van saliendo cosas que el lector sabe que las demás no conocen. Van quedando ahí esos pequeños secretos.
Tengo la impresión que, a medida que nos hacemos mayores, nos enfocamos menos en nuestras amistades. No compartimos todo lo que compartíamos cuando éramos adolescentes, cuando no se tenía filtro y se contaba todo. Vas creciendo y vas construyendo como murallas a tu alrededor, ¿no? Algunas de esas murallas irán cayendo a lo largo del viaje pero algunos secretos seguirán permaneciendo.
M.G.- Es una novela post-confinamiento, porque el covid está ahí presente. Lo vamos a ver en las conversaciones que ellas mantienen. De hecho, el covid será elemento de fricción. La presencia de la pandemia, ¿era algo premeditado o surgió sobre la marcha? No sé si la novela la escribiste justo en esa época y aprovechaste para introducir ese elemento.
E.H.- La novela la escribí un poquito después, un año después de la época que narra. Me pareció un elemento interesante incluir el covid, a nivel de periodo histórico que nos ha tocado vivir. Es un episodio que, desde luego, no olvidaremos. Y luego, la pandemia me permitía jugar un poco con las diferentes maneras de pensar de cada uno. Una es más conspiranoica, la otra no quiere vacunarse,... Son pequeños roces que surgen entre ellas, que yo misma me he encontrado durante la pandemia. Me pareció interesante plasmarlos en la novela.
M.G.- Hablas de muchos temas en la novela: el bullying, la maternidad, el abuso, y obviamente la amistad. Es decir, la novela te permite surcar ciertos temas de hondura.
E.H.- Sí, había diferentes temas que quería tratar y, poco a poco, fueron saliendo algunos de manera subconsciente, incluso sin premeditación. Fue la propia historia la que me fue llevando por esos lares.
En la novela trato el abuso psicológico. Por ejemplo, en el caso de Gloria y su relación con su marido. O el bullying. O los micromachismos que se sufren en el trabajo. Y hay más temas, pero que no quiero desvelar. Me pareció interesante darles salida.
M.G.- Elisenda, ¿tú crees que la amistad entre mujeres es diferente o más sólida que la que existe entre los hombres?
E.H.- Creo que sí. A ver, a lo mejor, generalizar de este modo es un poco superficial pero creo que el vínculo de hermandad que se forja entre las amigas es más fuerte que el de los hombres. Pero bueno, tampoco me atrevería a generalizar demasiado.
M.G.- En la novela flota un cierto toque de melancolía, ¿no? Esa idea de que tiempos pasados fueron mejores. Pero también vamos a encontrar dosis de humor. Hay momentos en los que a los personajes le pasan cosas que nos harán reír.
E.H.- Sí, ese humor se fue colando un poco en la novela, como también sucede en la vida, cuando conviven cosas más trágicas con cosas más cómicas, ¿no? Es lo que ocurre con el episodio del bullying. Quería explotar esa sensación de risa, de algo que te hace gracia pero sabes que, a la vez, es un poco jodido, ¿no?
M.G.- Optas por una estructura y un estilo muy peculiar. Le vas dando la palabra a cada uno de los personajes pero vemos, o al menos yo lo percibo, como si cada una de ellas se dirigiera a un auditorio, como si los lectores fuéramos su público.
E.H.- Sí, sí. Al utilizar la primera persona se crea mucha complicidad con el lector. Es una de las grandes ventajas que tiene el narrar en primera persona. Las protagonistas se van expresando como si estuvieran hablando de tú a tú con el lector. Ese es un recurso muy poderoso.
M.G.- Que ayuda a que el lector se introduzca en la historia.
E.H.- Exacto.
M.G.- Y la música también estará muy presente en la novela. Tanto es así que, en tu página web, encontramos la playlist de cada uno de los personajes. Al fin y al cabo, la música que nos gusta a cada uno también nos define. Es un elemento caracterizador.
E.H.- Exacto. Sí, la música que uno escucha dice mucho de uno. Me pareció interesante incorporarlo también como una herramienta para conocer mejor a los personajes. Utilicé el recurso de las listas de Spotify, algo que me pareció muy divertido.
M.G.- La novela está dedicada a las amigas que siguen y a las que se perdieron en el camino. ¿Tú has perdido muchas amigas, Elisenda?
E.H.- Bueno, conservo muchas pero también he perdido bastantes. Por circunstancias vitales, porque la gente toma su propio camino. Tengo muy buenas amigas pero, a lo mejor, la relación de ahora es diferente a la que teníamos antes porque la amistad está sujeta a cambios, como todo en la vida. Va evolucionando. Pero esa dedicatoria era mi manera de rendir homenaje a mis amigas.
M.G.- Has comentado antes que tienes una novela previa sin publicar. Tenemos esta en nuestro poder. ¿Cuál es tu próximo proyecto literario? ¿Seguirás con la narrativa o volverás al relato?
E.H.- Tengo empezada otra novela. Está todavía en un estadio bastante inicial y se desarrolla en el ámbito de la familia. De momento, aparco el tema de la amistad. Es una familia de tres personas, un matrimonio más la hija de él. Estoy explorando las dinámicas entre la madrastra y la hija, que a veces pueden ser complejas pero interesantes. Y ahí estoy.
M.G.- Pues esperemos verte por Sevilla otra vez con esa nueva novela. A mí me ha gustado mucho leerla. Te doy las gracias por venir y un placer hablar contigo.
E.H.- Un placer. Muchísimas gracias.
Sinopsis: La amistad de Isa, Gloria y Lucía se remonta a los años escolares. Juntas han librado mil batallas, pero el tiempo ha destensado unos vínculos que parecían irrompibles, y las heridas del pasado y los recelos de la edad adulta les impiden compartirlo todo como hacían entonces. En el ecuador de la treintena, las tres emprenden un viaje a Santa Cruz de Tenerife en busca de Marga, una cuarta amiga de la infancia que desapareció sin dar explicaciones diez años atrás. Tras sus pasos, se enfrentarán a los interrogantes del ayer al tiempo que intentarán reconciliarse con un presente distinto del que habían soñado. El miedo a envejecer, los anhelos y temores de la maternidad, la rutina conyugal, las servidumbres familiares, los traumas pasados o las inquietudes sexuales son algunos de los asuntos que salen a relucir a lo largo de este paseo emocional, también las complicidades que perduran y las que se quedaron por el camino. Narrada desde tres puntos de vista, Canción de despedida se adentra en las almas de las protagonistas por medio de sus voces. A través de sus preocupaciones e íntimos deseos, Elisenda Hernández Janés pone el foco en las dudas existenciales, los desengaños y los tabús de una generación, en esta novela agridulce, pero cargada de ternura, sobre los altibajos de la amistad y el tramposo refugio de la nostalgia.