Autores
Javier Ikaz nació siendo aún muy pequeño, concretamente un abril de 1978, pero con la total convicción de que no le gustaría ir a clase. Cuando llegó el momento de ponerse la bata y acarrear una pesada mochila descubrió que aquello tampoco estaba tan mal, a pesar de las matemáticas. Hizo muchos amigos de los que se alejaba cuando se ponían a jugar al fútbol, ocasión que aprovechaba para leer y escribir. De hecho la afición la mantiene y le ha permitido publicar varios libros y gracias a su cinefilia ha dirigido numerosos cortometrajes y un documental. No era mal estudiante y mucho menos bueno, pero finalmente acabó con el libro de escolaridad en un cajón del mueble del salón, junto a un montón de cartas del banco sin abrir y un título de informático sin ejercer.
Desde bien joven desarrolló un oído musical nefasto, a pesar de tener la casa llena de cassettes de todo tipo. Una vez se encontró una moneda de cien pesetas en la calle y descubrió que la vida merece la pena. Desde entonces lee y escribe como si no hubiese mañana. A veces hasta de manera profesional.
Jorge Díaz nació en Bilbao en abril de 1971 y hubiera pasado totalmente desapercibido durante los ocho años de su EGB de no ser por aquellos cuadernos de matemáticas en los que utilizaba la regla hasta para hacer el símbolo «más» y aquella dichosa canción que un profe les mandó inventar y que a punto estuvo de convertirse en el himno del colegio. Siempre suspendía gimnasia, calcaba los dibujos y se ponía rojo como un tomate cuando tenía que hablar en público. ¡Imaginaos el día que tuvo que pasar por todas las clases cantando su canción!
Se aficionó a llegar tarde por las mañanas y enseguida descubrió que el pasillo no eran ningún castigo. No ganó ni una sola medalla, pero sí un montón de amigos que todavía conserva y a los que sigue llamando por su mote del cole.
De la Universidad salió con el título en Ciencias de la Información (Publicidad) que le permitió trabajar como creativo en varias agencias de publicidad hasta que hace un par de años decidió montar la suya propia, Pentsaleku, ese lugar al que mandan a los niños a pensar cuando se portan mal. Además de diseñar, bloguea y, durante los últimos ocho años, ha escrito en un montón de publicaciones hasta hacer de los blogs su profesión y conseguir hablar de música sin necesidad de tener que cantar. Hace muy poco descubrió que ya no se pone colorado.
Sinopsis
Si te aprendiste los ríos y las cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al Precio Justo, seguro que fuiste a EGB. Si llevabas hombreras o te echabas laca Nelly, si lo primero que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer pollo que te comiste fue un Frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB. Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el Seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los Rotring, la Teleindiscreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown.
Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar, y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.
Este es el libro que celebra el fenómeno de internet Yo fui a EGB, seguido por más de medio millón de personas y ganador del Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras, y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.
Hoy os la última entrevista del año 2013. Creo que hasta febrero no volveré a retomar esta actividad con lo cual me tomo un respiro y yo y vosotros también que sois unos santos y os merecéis el cielo. Cuando el mundo editorial se apee de las Navidades y vuelvan a la carga con sus novedades, espero volver a traeros entrevistas interesantes.
Muchos sois los que habéis leído y reseñado Yo fui a EGB, un libro que nos ha transportado a nuestra infancia, ayudándonos a rescatar del pasado todos aquellos juegos, series de televisión, libros, dulces,... que inundaron nuestros años más jóvenes. La semana pasada tuve la oportunidad de hablar con sus autores. ¿Queréis saber lo que nos han contado?
Curso 1976-1977 |
Javier I.- Es que esa era la idea, retomar todos aquellos recuerdos que estaban ahí, no olvidados exactamente porque en el momento en el que los activas, te acuerdas perfectamente.
M.G.- Exacto, así es. Bueno, todo esto empezó porque vosotros en un principio abristeis una página en Facebook. Eso fue lo primero, ¿no?
J.I.- Lo primero que nos vino a la mente fue la frase, Yo fui a EGB. Nos hizo mucha gracia porque era muy identificativa, a la vez que muy breve y muy concisa. No había que explicar nada. Yo fui a EGB y ya. Entonces se nos ocurrió que lo más fácil y más barato era crear una cuenta en Facebook con ese título donde empezamos a contar nuestras experiencias de cuando eramos más pequeños, la ropa que llevábamos, los libros del colegio, lo que leíamos,... Desde el principio vimos que a la gente le gustó la idea y encima participaban mucho, contándonos sus anécdotas y tal. La idea tuvo mucho éxito. A raíz de aquello abrimos el blog con el que hemos conseguido 4 premios muy importantes, pero la gente nos empezó a pedir que hiciéramos un libro.
M.G.- Un libro del que yo tengo la 3ª edición.
Jorge D.- Bueno, ayer nos anunciaron que ya va por la 6ª.
M.G.- Ufff!
J.I.- Sí, y fíjate que todo surgió como algo lúdico, aunque desde el principio nos lo tomamos muy en serio y trabajamos mucho. Ahora hemos llegado hasta aquí y el camino ha sido muy bonito.
M.G.- Me habéis comentado que el blog ha recibido varios premios.
J.I.- Sí, el Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.
J.D.- Ganamos en las categorías en las que nos presentamos en los dos premios. Hicimos doblete. No nos lo podíamos creer.
M.G.- ¿Y en qué se tradujo aquellos premios? ¿Qué ganasteis?
J.D.- En uno fueron unos 5.000 euros y algunos regalos.
J.I.- Sí, por ejemplo, una tablet y cosas así.
M.G.- Pues no está nada mal.
J.D.- Pero más que nada es el reconocimiento a un trabajo. Llevábamos tres o cuatro meses con esto y los premios nos demostró que lo que hacíamos le gustaba a la gente. Ganar el Blog del Año frente a 20.000 blogs o más,... Es una experiencia que no se olvida nunca.
J.I.- Voy a decir una cosa que va a parecer muy..., pero lo digo de corazón. Los premios están muy bien, es un reconocimiento, pero lo más gratificante de todo son los cientos de mensajes diarios de la gente que nos escribe como si fuéramos familiares, nos demuestran mucho cariño, nos cuentan cosas muy personales,... Y eso es lo que realmente agradezco.
J.D.- La gente nos agradece que estemos ahí, nos dan las gracias porque leen cosas que les alegra, a pesar de los tiempos que estamos viviendo y nos agradecen la sonrisa que le sacamos cada día. Eso es mucho más que cualquier premio.
J.I.- Es increíble. Agradecemos muchos todos esos mensajes que también contestamos. Creemos que un proyecto como Yo fui a EGB es netamente humano y vive de la gente. A veces comentamos los mensajes que recibimos y nos quedamos alucinados.
M.G.- Si el libro va por la 6ª edición está claro que la gente respalda vuestro proyecto. Pero tengo una duda, ¿escribir el libro fue idea vuestra o vino la editorial y os lo propuso?
J.D.- El libro fue algo que nos estaba demandando mucho la comunidad de seguidores porque querían tener algo físico que pudieran leer cuando quisieran. Sí se pusieron en contacto con nosotros un montón de editoriales y los primero que lo hicieron fueron Plaza & Janés. Nos han dado libertad absoluta para hacer el libro que hemos querido y encantados con ellos.
M.G.- La edición desde luego es preciosa. Todos los elementos están relacionados con aquella época.
J.D.- Podíamos haber cogido todo lo que tenemos en el blog, traspasarlo a papel y de un día para otro teníamos el libro pero nos parecía que iba a ser un engaño para el lector. Queríamos que el libro fuera muy cuidado, que fuera como una joya que atesorar porque el libro es para tenerlo en la mano y no para leerlo en formato digital o en la pantalla del ordenador. Cada página es completamente diferente, no hay dos páginas iguales. Incluye un montón de fotografías, de guiños,...
J.I.- Teníamos claro que queríamos un libro especial y desde la editorial se dieron cuenta de que las tapas, el tipo de papel,... todo tenía que ser elegido al detalle. Está hecho con mucho cariño y mimo.
J.D.- En el momento en que alguien abre el libro se engancha y da lugar a muchas conversaciones.
M.G.- Yo lo he leído estos días atrás y no podía parar de sonreír porque me veía reflejada en cada página.
J.I.- Los que fuimos a EGB consumíamos las mismas cosas porque no había tanta oferta como ahora, por eso todos los que vivimos aquella época nos vemos identificados en un libro como este.
M.G.- Es que es ver el título y una siente como un orgullo....
J.D.- Claro, claro. Mira una cosa muy curiosa que nos ha pasado es que nos dimos cuenta de que el término EGB no se utilizaba hasta que llegamos nosotros, se ha puesto de moda ahora.
J.I.- Es un término muy setentero u ochentero.
M.G.- La página de Facebook, ¿cuándo la creasteis?
J.D.- Sí, hace tres años pero el boom lo pegó el verano pasado, el verano del 2012.
M.G.- Al hilo de lo que comentáis, que habías puesto de moda el término EGB, imagino que sabréis que se ha publicado otro libro más este año sobre aquella época.(Me refiero a Generación EGB de Javi Nieves y publicado por Espasa).
J.D.- Sí, lo sabemos, pero ha salido después de que ganáramos los premios,...
J.I.- Está básicamente basado en nuestro blog.
J.D.- Nosotros estábamos ya trabajando en nuestro libro pero no queríamos publicarlo de un día para otro y hacerlo mal. Queríamos tomarnos nuestro tiempo y madurarlo pero claro sabíamos que corríamos el riesgo de que alguien sacara otro sobre lo mismo.
J.I.- El libro que tú comentas salió cuando nosotros estábamos ultimando el nuestro.
J.D.- Pero son dos cosas totalmente diferentes.
M.G.- Yo lo leí en su día y me divertí también, eso no puedo negarlo, pero también es verdad que la edición del vuestro está más cuidada y creo que incluye muchas más fotografías.
J.D.- Nosotros sabíamos que si nos tirábamos un año haciendo un libro tan cuidado como este, alguien se nos iba a adelantar. Éramos consciente de eso.
M.G.- Entiendo. En cualquier caso, sabreis que nos habéis colocado una sonrisa de oreja a oreja con vuestro libro, ¿no?
J.D.- Pero fíjate que nosotros no hacemos humor. Es que en otra entrevista nos preguntaron qué tipo de humor hacemos... Solo hemos sacado una sonrisa por recordar con el libro aquellas situaciones de cuando éramos pequeños.
J.I.- Que conste que a mí me encantaría hacer humor porque me parece lo más difícil que hay. De todos modos, es curioso que el libro, dependiendo de la librería, lo colocan en la sección de humor, o en la de sociología, o no sé... (risas). Es que tampoco sabemos muy bien cómo catalogarlo, pero sí es verdad que es muy bonito que nos digan que han pasado un buen rato leyéndolo o que se han reído mucho.
J.D.- El otro día estábamos en la cola de embarque del aeropuerto y curiosamente la chica de delante llevaba nuestro libro. Se lo estaba leyendo en ese momento y se estaba tronchando, muerta de risa ella sola,...
M.G.- Pero es que es normal. Es que hemos recordado nuestra infancia tan marcada por unos elementos tan concretos como los que se recogen en el libro.
J.D.- Sí, sí... y otro tema que nos caracteriza es que nosotros hemos querido hablar de todo aquello desde una perspectiva muy actual, no cayendo en el tufillo este rancio.
J.I.- Desde el momento que dices «Yo fui» estás hablando desde el presente obviamente. Teníamos claro que debíamos escribir el libro desde el día de hoy, por ejemplo, cuando hablamos de la enciclopedia Larousse decimos que aquella era nuestra Wikipedia. No hemos querido recordar aquella época desde la nostalgia ni caer en el tópico de decir que aquello era mucho mejor.
M.G.- Vale, no tiene que ser aquella época mejor que la de ahora pero yo sí observo que los niños han cambiado mucho en el sentido de que nosotros vivíamos más en contacto con la calle, la vida,...
J.D.- Los niños han cambiado y los adultos hemos cambiado.
M.G.- ¿Pero no hemos perdido algo con esos cambios?
J.D.- Habremos perdido pero también hemos ganado. La tecnología que tenemos hoy en día era impensable entonces.
M.G.- Pero esa tecnología nos ha individualizado mucho.
Con Jorge Díaz |
J.D.- A ver, los niños han perdido la inocencia que teníamos nosotros. Hoy en día se les trata como adultos desde muy pequeños, hacen cosas de más mayores, escuchan música de mayores... En nuestra época había muchos grupos infantiles, muchas cosas dirigidas únicamente a los niños, pero hoy opinan desde pequeños y les hacemos adultos muy pronto y están sometidos a una sobrecarga de estímulos tremenda. Mira hoy tienen acceso a toda la música solamente con apretar un botón y nosotros teníamos que grabar la música desde la radio, luego te hacías tu carátula a mano y aquello tenías que estar escuchándolo durante dos años nada más que para compensar todo el trabajo que había detrás.
M.G.- Sí, sí.
J.D.- Pero eso no es mejor ni peor. Lo que sí hacíamos era valorar más las cosas y todo nos duraba mucho más. Hoy en día todo es efímero.
J.I.- De todos modos, cuando nosotros éramos pequeños, nuestros mayores ya nos decían que teníamos de todo,...
M.G.- Es verdad y nos decían que ellos jugaban con un palo.
J.D.- Síiii.
M.G.- Por las fechas en las que estamos, yo recuerdo aquellos días de Reyes que las niñas salíamos a la calle con los carritos y los muñecos, los niños con las equipaciones de fútbol,... eso ya se ha perdido. Ese día no se ven apenas niños con sus juguetes en la calle. Están todos encerrados en casa con las consolas y cosas así.
J.I.- Es cierto que ahora es todo mucho más individualista pero también lo es que los niños de ahora están mucho más espabilados que nosotros a su edad. No sé si es muy bueno que un niño sepa como entrar en internet con un móvil y luego no lea nada. Creo que debe de haber un equilibrio entre el lenguaje analógico, que coja un libro y se ponga a leer, y el tecnológico... Aunque nosotros fuimos los primeros en tener maquinitas...
M.G.- Sí, pero no nos aburríamos tan rápido de los juguetes.
J.D.- Eso no. Nosotros solo teníamos dos o tres juguetes y jugábamos con ellos durante todo el año. Yo tengo un hijo de seis años y cuando llega su cumpleaños o el día de Reyes se junta con tantos regalos que ni siquiera después es capaz de recordar todo lo que le han regalado.
M.G.- Pero si muchas veces terminan jugando con la caja, con el envase del juguete,... o simplemente se aburren a los dos segundos.
J.I.- Voy a decir una cosa que va a sonar muy de abuelo. Yo recuerdo que tenía una caja de galletas vacía a la que le hice ventanitas y me imaginaba que aquello era un helicóptero y colgaba mis muñecos de las ventanas,... (risas).
M.G.- Me lo creo (risas). Bueno y yo me pregunto una cosa para recopilar tantos recuerdos, imagino que os habrán ayudado ¿no? ¿O todo está en vuestra cabeza?
J.I.- Vamos a ponernos la medalla. Todo lo que se ha escrito procede de nuestra memoria. Sí nos han ayudado mucho a nivel gráfico, las fotografías. Al final del libro hemos incluido un agradecimiento a la que gente que nos ha ayudado, también hemos tenido una persona que nos ha ayudado con el tema de los derechos de las fotos,...
J.D.- Hemos tenido que hacer una labor de investigación para buscar el más difícil todavía, lo más olvidado y rescatarlo. De hecho hemos tenido que dejar cosas fuera porque meterlo todo iba a ser imposible.
M.G.- Entonces, ¿estáis pensando en una segunda parte?
J.D.- La gente nos lo está pidiendo porque cuando acaban de leer este nos dicen que se han quedado con ganas de más, pero ya veremos porque de momento este está muy reciente.
M.G.- ¿Y alguna foto que os haya costado muchísimo conseguir?
J.D.- Pues mira todo lo que son productos perecederos, comidas, chuches,... es muy difícil de conseguir. Contactamos con las marcas pero muchas ni siquiera se han molestado en hacer un archivo histórico,...
J.I.- No lo han hecho porque no eran conscientes de la importancia que aquellos chicles, caramelos o gominolas podían llegar a tener.
J.D.- Pero más que las propias marcas hay coleccionistas que guardan cosas de aquella época como los chicles,... y están encantados en colaborar. Hay gente que colecciona los carteles de helados de todas las marcas y de todos los veranos,... Eso no lo tienen las marcas. Los coleccionistas nos han aportado mucho más.
M.G.- Pues en el capítulo en el que habláis de los dulces o las chuches he echado en falta uno que comíamos aquí, que aquello ni venía envuelto ni seguro que pasaba los controles de sanidad ni nada. Se llamaban Cukis.(No sé si se escribe así, si alguien aporta algo de luz...).
J.D.- Eso no me suena.
M.G.- Aquello era un cono de barquillo, como el de los helados, que luego tenían como un merengue durísimo encima y cubierto por bolitas de colores.
J.I.- Sí, nos lo han comentado en la radio esta mañana pero en nuestra ciudad eso no existía.
J.D.- Eso es algo local de aquí porque esta mañana nos lo han comentado también en una entrevista en la radio.
J.I.- Es que el mismo producto lo hemos llamado de forma distinta según el sitio. Por ejemplo el palodú también se le conocía como palulu.
M.G.- Sí, lo he leído. Aquí le llamamos palodú y todavía se vende, pero ¿dónde estaba el control de sanidad de todo aquello? (Risas)
J.D.- Mira, en Bilbao era muy típico en las tiendas de chucherías tomarse un jariguay. Había una botella de Casera cola, de naranja o de limón y al lado unos vasitos que no se limpiaban nunca y tú llegabas y pedías un jariguay de cinco o de diez. Si era de cinco te llenaban el vasito hasta la mitad y si era de diez te lo llenaban entero. Te lo bebías y dejabas el vaso. Luego llegaba otro y se le llenaba el vaso sin haberlo lavado ni nada. Aquello no se limpiaba jamás.
M.G.- ¡Qué asco! Pues dicen que las modas vuelven. ¿Volverá alguna de entonces?
J.I.- Pues ya se está hablando que las hombreras, el pelo cardado y los calentadores vuelven.
M.G.- Sobre las hombreras tengo una anécdota que cada vez que recuerdo me muero de la risa. Sabéis que las había de muchos tamaños, algunas eran tipo jugadores de rugby, enormes... Bueno, pues resulta que mi hermana se marcha de viaje de fin de curso y le toca compartir habitación con una compañera. Cuando regresó me contó que ¡¡¡¡aquella niña dormía con un pijama con hombreras!!!!!! Hasta donde podía llegar la fiebre de las hombreras...
J.I.- ¿En serio? Sería el no va más...
M.G.- Palabra.
J.D.- La más fashion... ¡No sin mis hombreras! La que liabais para sujetarlas...
M.G.- Las pillábamos con las tirantas del sujetador (risas).
J.D.- Pues volverás a usarlas porque parece que regresan.
M.G.- No sé yo. ¿Y guardáis juguetes y cosas de vuestra infancia?
J.D.- No tanto como nos gustaría porque es imposible. Yo lo tenía todo en casa de mis padres pero hicieron reformas y llegué un día y me encontré con que me lo habían tirado todo. Conservo las cintas de cassettes. Esas las conservo todas. Jamás las voy a volver a poner porque lo mismo ni se oyen, pero ahí están. Es que algunas son obras de arte, con tanto curro detrás que no las quiero tirar.
J.I.- A mí me gustan mucho los libros. Aquellos Hollister o Los Cinco,... esos no los puedo tirar.
M.G.- Los Cinco son maravillosos. Yo recuerdo que los leía en verano y me lo pasaba pipa con las aventuras en la Isla de Kirrin. En casa tengo algunos libros pero lo que guardo con más cariño son mis cromos.
J.D.- ¿Los de palma, de esos...?
M.G.- Sí, de esos. Tengo un montón.
J.I.- Creo fue Delibes quien dijo lo de «Mi patria es mi infancia». Aguardar esas cosas con tanta esencia para nosotros es fundamental. Obviamente no se puede guardar todo pero sí aquello con lo que nos sentimos más identificados.
M.G.- Sí, es verdad. Bueno pues para terminar os voy a hacer una mini encuesta. Me gustaría que me dijerais cuál era vuestro juego favorito, serie de televisión,... etc. ¿De acuerdo? Por ejemplo, Javier, dime cuál fue tu juego por excelencia.
J.I.- Me gustaba mucho el Tragabolas y también el Quién es quién. Eran juegos sencillos y los recuerdo como los que más usaba.
J.D.- Para mí el Exin Castillo. Me fascinaba.
M.G.- ¿Y con respecto a las series de televisión? ¿Alguna especial de animación?
J.I.- Yo era mucho del Equipo A y V. De animación recuerdo con mucho cariño la de Willy Fog.
M.G.- Tú eres más joven que yo, ¿eh? (risas) ¿Y tú Jorge?
J.D.- Yo Starsky y Hutch y Mazinger Z.
J.D.- Pero en la serie jamás se dijo aquella frase.
M.G.- ¿Noo?
J.D.- No, no. Lo decíamos porque era evidente lo que hacía pero en la serie jamás se dijo ¡Pechos fuera! Nos lo inventamos nosotros.
M.G.- ¡Qué curiroso! No lo sabía... ¿Y qué revistas leíais? Porque yo leía mucho la Superpop.
J.I.- Yo, la Superpop y la Teleindiscreta.
M.G.- Pero el Superpop era más de chica ¿no?
J.D.- Pero las pegatas que traían...
J.I.- Las pegatas eran guays... Llenábamos las carpetas con las pegatinas fueran de lo que fuesen.
J.D.- Lo de menos era las revistas en sí pero traían muchas pegatinas y pósters,...
J.I.- Bueno, yo ahí discrepo. Me gustaba leerlas....
J.D.- Pero ¿te leías el Teleindiscreta?
J.I.- Me encantaba. Veía las fotografías, las críticas de las películas... El tema de la televisión me fascinaba. Marcaba los programas, las películas que quería ver... Me pasaba la semana esperando que llegara el día para ver aquello que había elegido.
M.G.- ¿Y tú, Jorge?
J.D.- Yo leía el Nuevo Vale que siempre lo ojeabas porque hablaba de sexo, y se lo cogías a tu hermana mayor y lo leías a escondidas.
M.G.- ¿Y sobre la música qué me decís? Yo me crié con Mecano.
J.I.- En mi casa hemos sido muy de música. He crecido con grupos más antiguos, como Los Brincos, Juan y Junior, Los Bravos,...Todo eso lo grababa mi tía. Por otro lado, mi primo que era mayor que yo, me grababa los Dire Straits, Pink Floyd,..
J.D.- Por mi hermana mayor, sí recuerdo toda aquella música del fenómeno fan, a Leif Garret, Bosé, Los Pecos,... Pero luego escuchaba todo lo que estaba de moda en cada época. Mis grupos favoritos no eran muy de EGB.
M.G.- Yo me pasaba las mañanas de los sábados elaborando mi propia lista de Los 40 principales y luego comprobaba si había acertado o no... ¡Menudo trabajo!
J.D.- Bueno pues en mi caso elaboraba fichas con las películas que alquilaba en el vídeoclub, con la foto de la carátula, quién era el director,... O copiaba las canciones a mano de los grupos que nos gustaba.
J.I.- Le dábamos importancia a cosas pequeñas. Eso es impensable hoy.
M.G.- Hoy vamos más acelerados... ¿Y no echáis de menos los programas de música de aquella época?
J.D.- Si, Aplauso, Tocata, Rockopop,... pero hoy no hay ni un solo programa de música y no sé por qué.
M.G.- ¿Y la Bola de Cristal?
J.I.- Eso era para todos los públicos. Desde los más pequeños a los más mayores.
J.D.- Además aquello era como una comunidad. Te levantabas y te sentabas a verlo. Todos lo hacíamos. Hoy en día un niño se levanta un sábado por la mañana y tiene mil canales que ver...
J.I.- Yo creo que faltan programas infantiles para niños que no los traten ni como adultos ni como tontos, sino como lo que son, niños.
M.G.- Yo insisto en que hemos perdido por el camino. Habremos ganado otras pero las que se han perdido eran muy importantes. Bueno, entonces, ¿esperamos segundo libro o qué?
J.D.- Ya veremos.
M.G.- Lo tenéis todavía en el aire.
J.I.- Bueno, pero si lo sacamos, también vendrás a entrevistarnos ¿no?
M.G.- Hombre, pues clarooo. Yo no me lo pierdo (risas).
J.I.- Ahh, bueno (risas).
M.G.- En fin, chicos, que ha sido un placer charlar con vosotros. Os sigo en el blog. Ya lo hacia por Facebook pero hace unos días me hice seguidora de vuestro blog.
J.I.- Pues si quieres añadir cualquier cosa, solo tienes que decirlo.
M.G.- Si se me ocurre algo, ya os lo diré. Gracias por este ratito y que tengáis mucha suerte con el libro.
J.I.- Gracias a vosotros.
J.D.- Gracias.
Y hasta aquí esta charla con Javier y Jorge. Resulta increíble lo que da sí hablar de nuestra infancia. No estoy tan segura de que los niños de hoy en día sean capaces el día de mañana de pasarse las horas hablando de lo que hacían cuando eran pequeños. Posiblemente sea igual pero es que yo, soy una nostálgica y siempre pienso que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor.
Espero que os haya gustado la entrevista. En breve os traeré la reseña.