El pasado jueves, Megan Maxwell estuvo en Sevilla presentando su nuevo libro Melocotón Loco, puedes ver la sinopsis aquí. Como bien es sabido, esta autora tiene revolucionada a las legiones de lectoras de chick-lit, así que, Fesaro de Libros en el petate y esta servidora, nos reunimos con ella en un restaurante antes de su cita con sus «guerreras» en la Casa del Libro, sabiendo de ante mano que, hablar con ella allí, sería del todo imposible. No os imagináis la cantidad de gente que esperaba a la reina española del chick-lit dentro y fuera de la librería.
En la breve charla que mantuvimos nos contó que lo que más le gusta es escribir novela romántica, independientemente de que sea en clave de comedia, erótica o medieval. Obviamente en la novela romántica pura y dura siempre incluye algún componente erótico pero con límites, siempre tiene que saber dónde frenar, algo que no ocurre en la erótica donde los límites no existen.
Al manifestarle mi sorpresa por la cantidad de libros que publica al año, me respondió que lleva escribiendo desde hace 19 años, aunque haya empezado a publicar relativamente hace poco.Al margen de su trabajo y su familia, su tiempo lo dedicaba a escribir y cada historia nueva que creaba, la imprimía y encuadernaba, para repartirla entre sus amigas y su madre. Ellas fueron sus primeras lectoras que siempre la animaron a seguir escribiendo y a enviar sus manuscritos a las editoriales. Sin embargo, Megan siempre pensó que, sin carrera universitaria y sobre todo, sin padrino, nadie se interesaría por sus historias. Aún así y después de mucha insistencia por parte de sus allegados, comenzó a enviar sus novelas a las editoriales y durante muchos años la respuesta siempre fue la misma. No.
Un día decidió inscribirse en un curso on-line de novela romántica que se organizaba precisamente desde Sevilla. La finalidad del curso era escribir los tres primeros capítulos de una novela romántica o bien una novela completa. Ella, con todo el bagaje que ya tenía, escribió una historia con su principio, desarrollo y final. Gustó tanto al profesor del curso que él, siendo editor -algo que Megan desconocía-, decidió publicar la obra.
Y fue así como todo empezó. Desde entonces, lleva publicando y en el corto espacio de 5 años, más de una veintena de libros, de aquellos que esperaban guardados en un cajón, han visto la luz.
Muchas ya sabéis que en marzo volverá con un nuevo libro, la primera parte de una novela erótica que llevará por título Adivina quién soy, y cuya segunda entrega (Adivina quién soy esta noche) se publicará en junio. Para septiembre, tiene previsto una nueva publicación en clave medieval. No quiere centrarse en un solo género.
Como somos muy dados a etiquetar, le pregunté si estaba de acuerdo con el concepto de «literatura para mujeres» y efectivamente me respondió que sí, aunque ella tiene constancia de que sus libros los leen más hombres de los que nos podamos imaginar. Lo que ocurre es que las mujeres hacen comentarios en las redes sociales de manera pública y abierta, mientras que los hombres acostumbran a escribirle mensajes privados como si sintieran pudor de que otras personas supieran que ellos leen sus libros, lo que demuestra que los hombres tienen muchos prejuicios aún.
Le comenté que yo suelo leer chick-lit especialmente en verano y que siempre me he preguntado si estos personajes masculinos tan maravillosos y musculados que protagonizan sus novelas no serán un poco contraproducentes para la jóvenes, en el sentido de que muchas pueden llegar a hacerse una idea que luego no concuerda con la realidad. Encontrar al Rodrigo de Melocotón loco no es tarea fácil. Megan me respondió que la gente joven lo que quiere precisamente es encontrar a alguien así solo que, efectivamente, es algo muy complicado porque, aunque existen, son muy pocos los hombres y mujeres que responden a este tipo de cánones. De manera muy divertida, nos comentó que sus seguidoras han creado en facebook un grupo que se llama «Megan Maxwell, tuya es la culpa de que se hayan creado mis altas expectativas».
No quisimos retenerla por más tiempo. Desde Casa del Libro nos avisaron que muchas chicas estaban a la espera de su llegada, así que, hacia allí nos dirigimos para dejar que sus lectoras disfrutaran unos momentos con su autora preferida.