Hace como año y medio, mi sobrina Ana vino con un reclamo. Por medio de alguna red social se había enterado de la existencia de Julio Muñoz Guijón y de su libro El asesino de la regañá. Había oído a muchos amigos hablar bien de este libro y al parecer la información se iba moviendo de boca en boca a toda velocidad. A mí el título me pareció simpático. El termino «regañá» es muy común por mi tierra, especialmente en los pueblos. Desconozco si es de común uso en otras latitudes de esta piel de toro pero para los que no sepáis qué es una regañá, os diré que se trata de una torta dura, fina y crujiente de pan que sirve para los mismos fines que los picos, los roscos o los colines.
Y es que Julio Muñoz Gijón es muy de aquí o como él mismo se cataloga en su blog, es un rancio sevillanoque no perdona la siesta así tiemble el mundo, pero resulta que el mundo tembló bajo sus pies y lo hizo en una localidad de Murcia. Muchos recordareis aquel instante en el que las cámaras de Televisión Española retransmitieron en directo la caída del campanario de Lorca. El del micrófono en mano era Julio Muñoz.
Como digo, su primera novela se titula El asesino de la regañá que en principio fue publicada por una editorial de ayuda a los jóvenes autores. Ahora, tanto esta novela como la segunda, El crimen del palodú, se pueden encontrar editadas por Almuzara, dos obras que me leeré a corto plazo y de las que os hablaré con detenimiento. Me auguro una lectura amena y divertida.
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