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EL CURA NEGRO de Dionisio García Cortázar.

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Editorial: Kattigara.
Fecha publicación: 2013
Nª Páginas: 814
Precio: 23,00 €
Género: Novela.
Edición: Tapa dura.
ISBN: 978-84-941719-1-8

Podéis adquirirlo aquí.


Autor

Dionisio García Cortázar, nacido en Ampuero y afincado en Santoña, Maestro Nacional, Licenciado en Psicología y Licenciado en Educación Física, fue Consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria en los años noventa. Entre sus obras anteriores destacan: Carrera sin final, El Alférez y A la orilla de mis recuerdos.

Sinopsis

El afortunado hallazgo de una carta abre al autor una puerta a un mundo desconocido que le permite reconstruir la azarosa vida del teniente coronel don Juan José Espina Esforza, héroe de la lucha contra el francés, natural de Ampuero y señor del Palacio de Espina, acusado de un horrendo crimen. El destinatario de la carta es el viejo preceptor, don José Gabriel Sala, el Cura Negro, verdadero protagonista de la historia, en torno a cuyas confesiones se engarza la trama novelística en un excelente trabajo a varios niveles narrativos y temporales. En esta obra, Dionisio García Cortázar nos lleva de  la mano por las tierras del Oriente de Cantabria, en el agitado y apasionante lapso que comprende el último tercio del siglo XVIII y el primero del XIX, con la Guerra de la Independencia en lugar central. No hay rincón ni aldea de la comarca que el autor no cite y describa en su más prístina pureza. El Cura Negro es una novela que no puede dejar indiferentes a los amantes de la Historia y a los que buscan en la lectura algo más que un medio para pasar el rato y no teman despertar sus dormidas emociones.

[Datos facilitados por la editorial]



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La reseña sobre esta novela es la más fácil y a la vez la más difícil que he escrito. La más fácil porque me conozco su argumento y sus personajes al dedillo. La más difícil por la relación tan estrecha que me une a ella (tienes toda la información aquí y aquí). Intentaré ser lo más objetiva posible.

El cura negro abre sus puertas con una dedicatoria sentida, en recuerdo a dos sacerdotes que influyeron en la educación del autor tanto en su infancia como en su juventud y que da pie a un carta, fechada el 5 de agosto de 1834, el día de Las Nieves, y escrita en el Penal del Peñón de Vélez de la Gomera, un emplazamiento ubicado a 138 kilómetros de Melilla, enclave militar español en el norte de África.


Peñón de Vélez de la Gomera


La carta, de carácter introductorio y dirigida al cura José Gabriel (principal narrador), nos permite conocer a uno de los diversos personajes que cohabitan en esta historia. Juan José Espina y Esforza, de cuarenta y nueve años de edad, ex teniente coronel de los Reales Ejércitos, viudo y padre de dos  hijos -Benito y Mª Antonia-, lleva diez años encerrado en el penal. El motivo lo desconocemos por el momento pero, a través de sus palabras, llenas de tristeza, melancolía y nostalgia, sí sabremos cómo transcurre su día y cuáles son los sentimientos que anidan en su corazón. 

Acto seguido la escena se sitúa en el año 2009 en la localidad cántabra de Ampuero.Un narrador en primera persona nos desvela de qué manera llegó la carta anterior a su poder. La Casa de los Curas del municipio, en plena fase de rehabilitación, deja al descubierto entre sus escombros un buen legajo de documentos entre los que se encontraba la citada misiva. Los documentos recogen las memorias de José Gabriel Sala, el Presbítero de Ampuero allá por el año 1800, íntimo amigo de la familia Espina, propietaria del Palacio de La Bárcena, y de cuyo paso por el mundo deja constancia el cura, por lo que se puede entender que estamos ante una saga familiar. 



Pero El cura negro es una historia que comienza como deben empezar todas, por el principio. Así sabremos las circunstancias del nacimiento del presbítero en el año 1765, cómo fue su infancia, quiénes eran sus padres, sus amigos y cómo llegó a relacionarse con la familia de mayor abolengo del municipio, los Espina. El relato de su vida engarza con el de la familia y sus miembros.

Este es, grosso modo, el árbol genealógico de la familia.




El narrador principal, el cura José Gabriel, compartirá su infancia con Julián. Será testigo de sus primeros amores con su prima Carolina, una joven alocada, díscola, caprichosa, desvergonzada, la oveja negra de la familia, la piedra en el zapato. Su presencia será sinónimo de desgracia. En su edad adulta, Julián contraerá matrimonio con Gertrudis y junto a ella será padre de tres hijos -Juan José (autor de la carta inicial), Teodora y Nicolasa.

La historia hace hincapié en varios episodios que suponen los puntales principales del argumento.

Por un lado, la profunda amistad que une a José Gabriel y a Julián, y como consecuencia del vínculo matrimonial, con su esposa doña Gertrudis y los descendientes de ambos; Julián es el niño de buena familia al que José Gabriel le enseña el mundo, sacándolo de debajo de las faldas de su madre, Doña Luz, una portuguesa que si pudiera mantendría a sus hijos bajo una campana de cristal con tal de que nos les pasase nada. A pesar de las distancias que el tiempo pondrá de por medio entre ellos, seguirán siendo muy buenos amigos y su amistad se perpetuará para siempre.

Juan José es el único varón del matrimonio compuesto por Julián y Gertrudis. Es un buen chico que cae bajo el influjo de su prima Carolina, una joven hermosa que no deja indiferente a ningún hombre, a los que se encarga de encandilar con su contoneo y su voz, como si de una sirena se tratara, para conseguir de ellos todo lo que se proponga. Juan José quedará marcado por esta mujer y será motivo de disputas entre madre e hijo. No es más que un joven cegado por el amor que no atiende a razones.

Aún así, él contraerá matrimonio con Rosario, una joven bastante más joven que él que adora a su marido, pero Juan José se ha convertido con el tiempo en un hombre rudo, obsesionado, impetuoso y celoso. Rosario morirá en un trágico accidente, un auténtico escándalo dentro de la pequeña sociedad ampuerense que afectará a propios y a ajenos.

Y por último, el asesinato del marido de Carolina, urdido por ella misma en colaboración con su amante, el Sargento Mayor Sertorio. El lector asistirá a los preparativos de este suceso y será testigo en primera línea de su ejecución, así como de toda la instrucción que conducirá a los asesinos a prisión.

Con un aire costumbrista, esta novela recoge tales episodios escabrosos dentro del seno de una familia pudiente en un pequeño pueblo cántabro. Todo lo que se recoge suena a lo que siempre se ha conocido como «cosas de pueblo», y junto a las tramas principales, damos un agradable paseo por los usos y costumbres de los lugareños, su día a día, su relación con el resto de municipios colindantes, el carácter de sus habitantes, sus festividades o las discusiones que pudieran surgir entre un vecino y otro o entre un pueblo y otro.

Dado que parte del argumento tiene lugar en la época de la invasión francesa, encontramos referencias políticas y cuestiones relativas al proceso sucesorio al trono, pero el contexto histórico es liviano porque, en realidad, en esta novela priman más las relaciones personales y la vida de los personajes que cualquier otra cuestión. 


No hay un orden cronológico y secuencial en los hechos narrados por el cura Sala. A su avanzada edad, su memoria aún está fresca pero ingobernable. En ocasiones, los recuerdos afloran a su mente sin orden ni concierto y  es usual que cualquier distracción lo aparte del hilo argumental. Sin embargo, para no enloquecer al lector, el autor siempre nos indicará en qué momento de la línea temporal estamos con lo que tendremos fácil ir encajando las piezas de este puzle.

La voz narrativa en primera persona será constante a lo largo del libro. No obstante, sí hallaremos más de un narrador. Las primeras páginas se abren con la voz de Juan José Espina y Esforza que presenta la carta introductoria. Poco después, un narrador anónimo, que intuimos habla por boca del autor, nos introduce la manera y forma en la que las confesiones del cura Sala llegaron a su poder. Posteriormente será el propio presbítero quien nos narre en primera persona todas sus vivencias con la familia Espina.

Las escenas están construidas con un gran realismo y viveza, de tal modo que conectas inmediatamente con los personajes, con sus incertidumbres y sus desvelos. El estilo es sencillo y coloquial, con diálogos amenos y bien construidos entre los que asoman términos de origen cántabro, así como la usanza de diminutos terminados en -uco o -uca, propios de la zona. 

Para facilitar las ideas y venidas de los distintos personajes se incorporan al final dos mapas bastante aclaratorios, uno sobre el término municipal de Ampuero y otro sobre Cantabria, que nos ayudan a seguir el curso de los viajes que algunos personajes emprenden por esas tierras.

En definitiva, El cura negro es una novela entrañable que se lee muy rápida a pesar de sus ochocientas páginas. No tiene una acción vertiginosa ni falta que le hace pues, como ya he dicho anteriormente, es el día a día, el discurrir de la vida de unos personajes a los que se les coge cariño desde la primera página. Es un paseo a lo largo de vivencias que se adornan con parajes verdes, valles, montañas y ríos, en el que, al margen del argumento central, oiremos anécdotas en cada parada que hagamos para contemplar la naturaleza.

¿Qué más os puedo decir? Por supuesto, yo la recomiendo. Creo que puede gustar a todos esos lectores que agradecen una historia escrita desde el cariño, de gran calidad humana, enternecedora y que disfrutan asomándose a las vidas familiares. Me dejo muchas cosas atrás pero la novela tiene mucho que ofrecer y la reseña se haría eterna. Mejor te animo a descubrirlo por ti mismo.

Podéis adquirirlo aquí.

Agradezco al autor el envío del ejemplar.  





Retos:

 
 

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