Premio de Novela Ciudad de Badajoz.
Editorial: Algaida.
Fecha publicación: marzo, 2014.
Nº Páginas: 480.
Nº Páginas: 480.
Precio: 20,00 €
Género: Novela.
Edición: Tapa dura con sobrecubiertas.
Edición: Tapa dura con sobrecubiertas.
ISBN: 978-84-670-4051-7
Autor
Francisco Núñez Roldán. Madrileño, vive en Andalucía desde los once años. Catedrático de Inglés. Aficionado a la historia, al arte, a la música clásica, a la ornitología y a la arqueología. Muy viajero, en especial por espacios naturales. Le encanta el tren. Devoto lector de los clásico españoles, franceses, portugueses y angloamericanos. Aprecia mucho la amistad y da dinero por una buena conversación. No fuma. Pero sabe disfrutar un buen vino. Está casado, como casi todo el mundo. Reincidente.
Es uno de los miembros fundadores del grupo poético Cuadernos de Roldán.
Traductor y autor de guías de viaje y artículos de historia. Como ensayista tiene Historia de la prostitución en España (1995) y La guerra del gabacho 1808-1814 (2008). Ha publicado las novelas: La sota de sombras (1995), El año cinco (1997), Guatarral, almirante y pirata (2001), El enigma de los guerreros de bronce (2004), Ofelia Queiroz y otros relatos (2004), Cazar al cazador (2007), El legado del hereje (2008), De Algeciras a Estambul (Premio Ateneo de Valladolid) y Ven despacio, Paraíso (2011).
Con Jaque al peón ha ganado el XVII Premio de Novela Ciudad de Badajoz.
Sinopsis
En 1578, tras la muerte del rey don Sebastián en el desastre de Alcazarquivir, Portugal queda sin rey. Felipe II aspira al trono que le disputan do Antonio, prior de Crato, y la duquesa de Braganza. Las potencias europeas, incluido el papado, recelan del inmenso imperio que acabó resultando de las dos coronas sobre una sola cabeza, en 1580.
Para tal unión fue vital la actuación de don Cristóbal de Moura, un portugués absolutamente fiel a sus dos patrias y a su rey don Felipe, que conjugó las intrigas de ambas cortes peninsulares con el amor apasionado y clandestino por una mujer cuyas diferencias sociales hicieron imposible un matrimonio legal.
[Información facilitada por la editorial]
Mucho se ha escrito sobre personajes históricos que han tenido renombre, pero otros muchos son los que aun siguen ocultos. La novela que os traigo hoy, Jaque al peón,rescata de entre las páginas de la Historia de España a uno de esos personajes que a lo largo del tiempo han pasado totalmente inadvertidos pero que sin su inestimable proceder, el curso de este país hubiera sido distinto.
Cristóbal de Moura (Cristovâo de Moura e Távora) nació en Lisboa en 1538 y siendo portugués sorprende lo leal que fue a la corona española durante el reinado de Felipe II. Considerado un hombre de suma inteligencia tuvo en sus manos todas las gestiones diplomáticas durante la pugna por el reino de Portugal, tras la muerte de su rey don Sebastián I de Avis, caído durante la batalla del Alcazalquivir en 1578. Al trono portugués optaban tres candidatos: Felipe II, el duque de Braganza y Antonio, el Prior de Crato. Por descendencia, el trono pertenecía al rey español pues era hijo de la infanta mayor doña Isabel, mientras que doña Catalina de Braganza lo era del infante menor don Duarte y don Antonio no era más que el hijo bastardo del infante don Luis. No obstante, ni la duquesa ni el prior quisieron reconocer el derecho que respaldaba a Felipe II.
D. Cristovão de Moura, grabado, P. P. Rubens & P.Pontius, British Museum, Londres |
El tratamiento que reciben los personajes de esta novela está muy cuidado. Todos ellos, incluso algunos de carácter secundario, están descritos con cierta profundidad con lo que el lector puede tener una idea más clara de su personalidad y su forma de pensar.
Cristóbal de Moura es presentado como un hombre muy observador, perspicaz, trabajador, imaginativo, leal... Su unión con España venía de lejos pues desde los 16 años ya estaba al servicio de doña Juana, hermana de Felipe II y en su actitud y su pensamiento se trasluce un amor por España que iguala al de su tierra natal.
Por otra parte, me sorprendió encontrarme con un regente español tan comprometido con su cargo. Recto en su proceder, muy familiar (estaba casado con doña Ana, su cuarta esposa, y se preocupaba mucho de sus hijos) pero también muy desconfiado, meditaba cada paso que daba, cada decisión que tomaba. Lo que no toleraba es que desobedecieran sus órdenes hasta tal extremo de desterrar al Duque de Alba por casar a su hijo con una joven sin su consentimiento. No sé si será por influencia de los tiempos en que vivimos y por la visión que tenemos hoy de la monarquía, pero la cuestión es que me ha sorprendido mucho la imagen de Felipe II que muestra esta novela. Me ha parecido un rey humano, romántico, sensible y muy volcado con los intereses de España. De igual modo debió de pensar Luis Cernuda, quien no escatimó versos en elogio de aquel rey, como los que Francisco Núñez nos muestra en las primeras páginas del libro.
«...Ama Felipe la calma, la quietud contemplativa:
si un mundo bello hay fuera, otro más bello hay dentro,...»
Antonio, el Prior de Crato es la astuta zorra de esta historia. Su interés por hacerse con la corona portuguesa lo lleva a conspirar contra unos y otros, a falsificar documentos y buscar el apoyo de los nuevos cristianos que, como él de procedencia judía, temían un endurecimiento del Santo Oficio en Portugal con motivo de la unión de la corona española y lusa. A pesar de ser el último de los tres herederos con opción al trono pudo alzarse sin refrendo como regente durante un tiempo.
Como nota humorística entre los personajes están los duques de Braganza. Catalina y Joâo, padres del joven Teodosio, prisionero con tan solo diez años por las batallas en África, es un matrimonio cuyos diálogos sacarán la sonrisa al lector. Bajo mi punto de vista, es ella la que maneja los hilos pues, al fin y al cabo, su sucesión al trono viene por ser ella hija de uno de los infantes, mientras que él, más alelado, se pliega a sus deseos.
Jaque al peón se abre con una dedicatoria preciosa al pueblo portugués.
«De todo corazón, a Portugal,
a los portugueses
y a la lengua portuguesa».
Jaque al peón está escrito en tercera persona y estructurado en veinticuatro capítulos con divisiones internas que nos ayudan a cambiar de una escena a otra. En ocasiones los capítulos finalizan con el típico cliffhanger para mantener la intriga de la narración. Cuenta además esta novela con un Epílogo poético y unas Notas biográficas que nos despejan las dudas sobre el futuro de los personajes.
Siendo una novela ambientada en el siglo XVI, es normal que muestre un léxico acorde con los tiempos que describe y que se refleja en los términos que afectan a tratamientos, vestimenta y arquitectura sin que en ningún momento supongan un escollo pues no hay tampoco uso de fórmulas propias del castellano antiguo.
Siendo una novela ambientada en el siglo XVI, es normal que muestre un léxico acorde con los tiempos que describe y que se refleja en los términos que afectan a tratamientos, vestimenta y arquitectura sin que en ningún momento supongan un escollo pues no hay tampoco uso de fórmulas propias del castellano antiguo.
Tras leer el libro me entró curiosidad por ver qué había dicho el mundo cinematográfico sobre este periodo de la historia. La conjura del Escorial y la mini serie La princesa de Éboli están encuadrados en la misma época. A día de hoy solo he visto la serie que se centra más en las intrigas palaciegas dentro de la corte española y la relación de la princesa de Éboli y el secretario del rey, Antonio Pérez pero en lo referente a la situación de la corona portuguesa, en ningún momento se menciona la figura de Cristóbal de Moura, así pues, allá donde él esté imagino que estará muy agradecido a Francisco Núñez por haberlo rescatado de las cenizas.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.