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DIARIO DE UNA VOLÁTIL de Agustina Guerrero.

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Editorial: Lumen.
Fecha publicación: marzo, 2014.
Nº Páginas: 160.
Precio: 14,90 €
Género: Novela gráfica.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788425400352

Autora

La Volátil es en realidad Agustina Guerrero, diseñadora gráfica, ilustradora y treintañera, nacida en una pequeña ciudad de Argentina, Chacabuco.

Agustina reside en Barcelona, España, desde hace ya más de doce años. Trabajó como diseñadora gráfica durante un tiempo, hasta que decidió dedicarse a la ilustración. 

En 2011 abrió su blog autobiográfico Diario de una Volátil, que alcanzó miles de seguidores en pocos meses y obtuvo un éxito inmediato en las redes sociales. En 2013 publicó Nina, diario de una adolescente (Montena), que ya ha sido traducido a varias lenguas.

Cuando alguien le pregunta de qué vive, a veces, lo cuenta haciendo dibujitos. 

Sinopsis

Cosas que sientes y no puedes contar.... como un te quiero, así, de repente. Cosas que te dan vergüenza, miedo, pereza... como colgar la colada con los calcetines emparejados. Cosas que te hacen sonreír, reír, llorar... como un lunes cualquiera sin café y sin amor. Un mundo entero de detalles chicos y grandes que hablan de ti, de mí y de todos nosotros.

La Volátil, una treintañera con camiseta de rayas que ve el mundo muy a su manera: aquí está por fin, y ha venido para quedarse.

[Información facilitada por la editorial]


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Hoy traigo una novela que... «¿Una novela? No sé si es el término más correcto. Creo que debería cambiarlo. Vale». Hoy vengo a hablaros de un libro que... «Umm, un libro... No me gusta nada. Debería decir otra cosa. Sí, es mejor empezar de otro modo. A ver...». Hoy os traigo una sonrisa«Eso está mucho mejor», la que nos coloca en los labios Agustina Guerrero con su Diario de una Volátil, una recopilación de viñetas que su autora ha ido dibujando a lo largo de los años y que representan escenas cotidianas del día a día, de la vida de una joven de treinta años, una chica que bien puede representarte a ti que estás leyendo. «Me estoy acordando ahora de aquella en la que ella le pide a él que le traiga compresas del supermercado, ja, ja, ja»

Ilustraciones tomadas del blog de Agustina Guerrero.

Agustina Guerrero es, como bien dice la biografía facilitada por la editorial, una joven ilustradora argentina que lleva doce años residiendo en Barcelona. Tuve el placer de conocerla la semana pasada, cuando vino a presentar este nuevo trabajo en la Fnac de Sevilla, (en 2013 publicó Nina, diario de una adolescente). 

Sé que suelo publicar primero las entrevistas antes que las reseñas, para que tengáis información adicional y previa sobre el libro, pero en este caso me apetecía hacerlo al revés. Ahora que hay muchas ferias del libro en diversos puntos de la geografía española, me resulta interesante hablaros de este diario por si os apetece haceros con él y tener así, siempre a mano, una sonrisa con la que dibujar vuestros días. 

Yo adoro los cómics. Si escribir una novela, un ensayo, un relato, un ... es complicado no lo es menos escribir tiras cómicas. Con pocos medios tienes que ofrecer mucho para causar ese efecto en el lector que el autor espera. Agustina lo consigue y lo hace poniendo ante nuestros ojos escenas de la vida cotidiana de una mujer, la Volátil, siempre con su cabello recogido en un moño y con su camiseta a rayas. La Volátil es una mujer sencilla, con su trabajo que a veces la agota, con sus tareas domésticas, con su pareja, a veces un sufridor, sus alegrías y sus penas, pero especialmente con sus sueños, de ahí el nombre La Volátil, la que levita, la que prefiere distanciar unos centímetros suspies del suelo para poder soñar.


Ilustraciones tomadas del blog de Agustina Guerrero.

Ella se relaciona consigo mismo, con su pareja y con su entorno, de ahí que el libro se estructure en tres partes: Yo, Él, Ellos. 


Pero, ¿quién es la Volátil? Pues, una mujer que valora los pequeños detalles de su vida, que intenta desmarañar la madeja de sus preocupaciones para hacerse una cuerda de la comba, que pinta los días grises con mil colores, y con la que el lector, ya sea hombre o mujer, se puede sentir identificado. Sí, hombre o mujer. La Volátil vive con un chico, y en la segunda parte encontramos muchas viñetas que en la que los dos tienen su protagonismo. Mientras leía, le enseñaba a mi pareja algunas que muestran escenas coincidentes con nuestra rutina y nos reíamos. 

Y es que son muchas las viñetas en las que me he visto reflejada: la lata que supone tener que deshacer la maleta al llegar a casa después de un maravilloso viaje, la tediosa tarea de tener que rellenar la cubitera, pintarse las uñas y que de repente empiece a picarte todo el cuerpo o bien doblar y planchar esas sábanas que vienen redondeadas en las puntas gracias al maldito elástico que no hay quien domine. «Que sí, que sé que existe una práctica para doblarlas y que luego queden maravillosamente bien pero tendríais que verme a mí, que con la sábana planchada la tengo que estirar sobre la cama para ir doblándola hasta conseguir formar un rectángulo. Torpona que es una pero cabezota también. Al final lo consigo». Pero la mejor, la obra de ingeniería que construimos con todos los platos, vasos, cacerolas, sartenes y demás cacharros fregados, enjuagados y listos para dejar secar sobre el escurreplatos. 

Ilustraciones tomadas del blog de Agustina Guerrero.


Si es que es para comérsela. 

Diario de una Volátil cuenta con ciento sesenta páginas que no están numeradas. ¿Para qué? No existe una continuidad en las escenas representadas, por lo tanto lo mismo da que empieces a leerlo por el principio hacia delante que por el final hacia atrás. Los buenos ratos no te los quita nadie.

Bajo mi punto de vista el gancho de esta novela radica en la cercanía al mostrar un conjunto de situaciones que son comunes a la mayoría de las mujeres y sus parejas. Verlas desde fuera te ofrece una perspectiva distinta y en ocasiones terminas por pensar que muchos de nuestros desvelos, de nuestras preocupaciones no merecen la pena. La vida está llena de momentos maravillosos que nos perdemos por nuestro continuo correr. La Volátil sabe todo eso y más y así nos lo muestra.

Creo que los libros deben despertar nuestras emociones. Llorar, suspirar, sonreír, sufrir, temblar de miedo,... Los cómicos tienden a decir que hacer reír es mucho más complicado que hacer llorar y realmente debe ser así. Agustina Guerrero y su Volátil consiguen el más difícil todavía. Con ellas me he reído mucho. Tanto que, sabiendo que tras este libro se esconde un blog (fruto de un luctuoso acontecimiento en la vida de la autora del que os hablaré cuando publique la entrevista, y origen de la novela gráfica que os presento hoy), no he dudado ni un minuto en hacerme seguidora. Quiero que la Volátil emborrone mis días grises con sus trazos de colores.

Os invito a descubrir este libro, a elegir una ilustración para cada día y a fijaros en lo que representa, examinando los detalles en esas horas en las que el sol se esconde tras una nube. Ya veréis como una sonrisa tímida asoma a vuestros labios haciéndose fuerte por momentos.

¡Sed felices!

Nota: No os perdáis la entrevista en los próximos días.








Retos:


 


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