Año: 2013.
Nacionalidad: Británica.
Director: Ralph Fiennes.
Reparto: Ralph Fiennes, Felicity Jones, Michelle Fariley, Kristin Scott Thomas, Tom Hollander, Perdita Weeks, Tom Burke.
Género: Drama. Romántica.
Sinopsis: En el apogeo de su carrera, el escritor Charles Dickens, casado y con 46 años, conoce a una joven de 18 que se convierte en su amante secreta hasta su muerte. Adaptación de la novela de Claire Tomalin.
[Información facilitada por Filmaffinity]
¿Qué sabemos de Charles Dickens más allá de sus obras y su llegada a la cima desde unos orígenes muy humildes?
No es la primera vez que me acerco a la figura del notable escritor británico. Hace algunos meses, y a través de la novela de Vanessa Montfort (La leyenda de la isla sin voz) pude conocer algunos aspectos de la vida privada del escritor. Me llamó notablemente la atención que las mujeres mostraran una atracción física por él, al que tildaban de apuesto. Imagino que el éxito y la fama en el mundo literario también contribuyeron a tal apreciación.
La mujer invisible, la segunda película que afronta Ralph Fiennes como director (la primera fue Coriolanus, 2011) es una adaptación de la obra de Claire Tomalin (The Invisible Woman: The Story of Nelly Ternan and Charles Dickens) publicada en 1991. En la misma se narra la relación amorosa que el británico mantuvo con una joven estando ya casado.
Preguntaba al principio que qué sabemos sobre la vida de Charles Dickens. Hemos leído mucho sobre su infancia, sobre las penalidades que tuvo que afrontar para sobrevivir, con un padre ahogado en deudas, su trabajo en la fábrica de betún, sus primeras obras, cómo le llegó el éxito, sus lecturas, su implicación con los más desvalidos,... Pero, ¿por quién latía su corazón? ¿A quién amó Charles Dickens realmente?
La mujer invisible narra con restrospectiva cómo el escritor conoció a la familia Ternan. Una mujer y sus hijas, consagradas al teatro, actrices que interpretaban en humildes escenarios y asistían a tertulias literarias en las que coincidían con autores de la talla de Wilkie Collins o el mismo Charles Dickens.
Por aquella época, el autor de David Copperfield estaba casado con Catherine y era padre de diez hijos. La película muestra un hombre entregado a sus letras, a sus lectores pero también a su familia, aunque la imagen que muestra de la esposa es la de una mujer a la sombra que aceptaba, aunque con reservas, la admiración que el público profesaba por su marido. «Nunca sabrá con total certeza a quién quiere más, si a usted o a ellos (lectores)».
Nelly Ternan, una jovencita actriz, cándida y dulce, llega a la vida de Dickens para alterarlo todo sin ella pretenderlo. Subida a un escenario, él la contempla embelesado aunque sus dotes interpretativas no digan mucho al público. La relación entre ambas se estrecha, la señora Ternan incluso lo ve con buenos ojos. Charles Dickens es un gran hombre, un afamado escritor, ¿cómo dejar pasar esta oportunidad? Además parece ser que sus intenciones son honorables, que sus sentimientos son sinceros. ¿Tiene algo que decir Nelly al respecto? La joven, aunque reticente en un principio por las implicaciones morales que suponen una relación con un hombre casado, termina por sucumbir.
¿Cómo se desarrolla esa relación? ¿Qué opinará el mundo del teatro, los amigos, la familia? Los rumores se disparan y la relación entre ambos estará llena de contratiempos. Mucho dolor, mucho amor, mucha resignación, mucho secreto... Emociones y sentimientos que vivirán los amantes intentando salvar una relación que se tambalea en un mar tormentoso.
En cuanto al reparto tengo que destacar el papel realizado por Fiennes. Hay personas que, cuando los tienes delante y te hablan, paralizan con la mirada. Resulta del todo imposible apartar los ojos de nuestro interlocutor. A mí me ocurre esto con Fiennes y me ocurre en un más difícil todavía, a través de una pantalla de televisor o de cine. Si sale en escena, si le toman un primer plano, para mí no existe más que su mirada. Jamás me fijo en otros detalles de su rostro. En esta película está esplendido. Sabe imprimir a su personaje ese aluvión de emociones que tiene que mantener atado en corto.
Y luego está Felicity Jones a la que he visto en dos o tres de sus trabajos, todos ellos películas de época pero a la tampoco había prestado mucha atención. Me parece que refleja muy bien esa lucha interior que siente, ese sí pero no, ese quiero pero no sé si debo.
De paso hago referencia a Kristin Scott Thomas. Yo no tengo criterio suficiente para determinar si es buena o mala actriz, pero me baso en mi opinión y mis gustos para decir que es una mujer que me agrada ver en pantalla. En este largometraje no hace un papel especialmente destacable pero siempre me gusta verla. Es como si la expresión de su rostro me dijera mucho más que sus palabras.
Nunca había visto una película dirigida por Ralph Fiennes pero el resultado no me ha disgustado. Aunque no puedo decir que la película no me ha gustado, sí tengo que mencionar que quizás le ha faltado pasión. El amor que muestra La mujer invisible está tejido en un ambiente absoluto de contención. No nos enfrentamos a un amor tórrido, desenfrenado, aunque los sentimientos sean incontrolables, pero en una sociedad como aquella, siendo Dickens una persona muy conocida y respectada, se entiende que no quepan escándalos demasiados sonoros. Sin embargo, no me he emocionado con ese amor, no me ha dolido su dolor ni me he alegrado en sus alegrías. A veces veía a un Dickens más aprovechado que enamorado. A mí me ha faltado algo de brío en ese amor que incluso anda demasiado comedido en las escenas más íntimas.
Incardinada en el siglo XIX, la ambientación y el vestuario tienen un peso preponderante. De hecho, La mujer invisible estuvo nominada a los Oscar al Mejor Vestuario y se llevó un BAFTA en la misma categoría. Hay mucho juego de luces y sombras, recurso bien utilizado y bien exprimido para mostrar algunas escenas en las que los amantes se confiesan en la quietud de la noche.
Un recurso que me ha gustado muchísimo son las escenas que carecen de diálogo y todo se desarrolla en un completo silencio con el sonido de la naturaleza como fondo o poco más. Creo que estas escenas sin palabras realzan las miradas, los gestos, las emociones que fluyen de uno a otro.
En definitiva, La mujer invisible es una manera de acercarse a Dickens desde una perspectiva más personal. El argumento está bien tejido, las interpretaciones son correctas aunque me ha faltado algo más de emoción, resultado de mostrarnos una relación sumida en demasiada quietud. Por otra parte, también me hubiera gustado vivir junto a Nelly la muerte de su amor, escenas que no se muestran y que tampoco sé si se narra en el libro en el que está basado. En cualquier caso, creo que es una cinta recomendable para saber algo más sobre aquel amor prohibido que vivió Dickens.
Trailer: