Editorial: Punto de lectura.
Fecha publicación: febrero, 2013.
Nº Páginas: 288.
Precio: 7,99 €
ISBN: 9788466326254
Autora
Auður Ava Ólafsdóttir (Reikiavik, 1958) es autora de varias obras entre las que destacan Upphækkuð jörð (Tierra levantada), La mujer es una isla, con la que obtuvo el Premio de Literatura de la ciudad de Reikiavik y fue nominada al Premio Menningarverðlaun DV de literatura, y Rosa candida (Alfaguara, 2011), que recibió el Premio Fjöruverðlaun por «el atractivo de sus múltiples capas de significado y su creación de un nuevo paradigma masculino», el Premio Menningarverðlaun DV de literatura, el Prix des Amis du Scribe, el Premio Page des Libraires, el Premio de los Libreros de Quebec a la mejor novela extranjera, el Prix du Roman Venu d'Ailleurs, y fue finalista del Premio Fémina Étranger, del Premio de Literatura del Consejo Nórdico, del Gran Premio de las Lectoras de Elle, del Premio de la revista Lire y del Premio FNAC de Francia. Rosa candida significó un gran éxito de crítica y de ventas tanto en su país como en todos aquellos donde fue publicada.
Sinopsis
Una forma valiente de afrontar la paternidad, el amor y el paso del tiempo.
El joven Arnljótur decide abandonar su casa, su familia y los paisajes crepusculares cubiertos de lava y líquenes, tras la muerte de su madre. Un fuerte lazo les une: el invernadero donde ella cultivaba una extraña variedad de rosa, la rosa candida, y donde él una noche amó a Anna.
Su destino, otro país, en un antiguo monasterio, es recuperar una legendaria rosaleda sumida en el abandono. Inicia así un viaje que es además una búsqueda de sí mismo, de una nueva masculinidad.
[Información facilitada por la editorial]
Si no recuerdo mal,Rosa candida fue uno de los primeros libros que me tocó en un sorteo. Me hizo mucha ilusión porque además había leído buenísimas opiniones. De hecho, la autora goza de mucho prestigio entre algunos de nosotros. Pero como suele ocurrir, los libros llegan a nuestras vidas y en ocasiones, algunos se quedan esperando turno durante meses y meses.
Sin haber leído la sinopsis, me adentré en la lectura de Rosa candida para encontrar a un protagonista de nombre Arnljótur Pórir (o Lobbi o Dabb o Abbi, como lo llama su padre), un joven de veintidós años que abandona el país en el que vive, dejando atrás a su padre de setenta y siete años de edad, a Jósef, su hermano gemelo disminuido psíquico, y a una hija de escasos meses de edad, fruto de un encuentro esporádico con una chica.
En un principio me sentí un poco desorientada porque, sin preámbulos ni demasiada información, nos inmiscuimos en la vida del joven Arnljótur. A ella llegamos en primera persona a través de la voz del protagonista. Con sus reflexiones y recuerdos vamos conociendo a Jósef y a su padre, así como el pasado de la familia, constituida por cuatro miembros pero dividida en dos grupos. Por un lado, Jósef y el padre. Por otro, Lobbi y su madre, unidos por su pasión por la jardinería. Ambos pasaban muchas horas juntos en el invernadero y en el jardín de la casa, cultivando todo tipo de flores, especialmente una especie de rosa, la que da título a la novela, una especie que se caracteriza por tener ocho pétalos y carecer de espinas. Para ellos, aquellos momentos eran lo mejor del día. Por eso, la muerte de la madre tiempo atrás, debido a un accidente de tráfico, supone un duro golpe para toda la familia y especialmente para Lobbi.
Como si de un homenaje a su madre se tratara, el joven deshecha la idea de seguir sus estudios universitarios, decantándose por la jardinería. Así acepta un trabajo como jardinero lejos de su país y emprende un largo viaje que comienza con la cena de despedida hasta llegar a establecerse en su nuevo lugar de residencia. Rosa cándida recoge el viaje de Lobbi, que a su vez es una viaje interior, por su propia vida, por su pasado, por sus sentimientos y recuerdos, pero todo ello sin que su autora desvele muchos detalles de antemano. Por ejemplo, desconocemos hasta más allá de la mitad del libro dónde procede Lobbi, así como cuál es su lugar de destino. Quizás, conociendo el origen de la autora, hubiera tenido que averiguar el país de procedencia pero la mención a lava y a tierras volcánicas me tenían despistada. No obstante, tampoco importa realmente de dónde viene y hacia dónde va. Lo realmente interesante es el camino. Ese transitar por distintos lugares que le servirá como etapa de reflexión y como proceso de maduración, enfrentándose solo a diversas situaciones complicadas, que le permitirán conocer a personas de diversa índole hasta llegar a su destino, un monasterio situado en un paraje un tanto inhóspito donde tendrá que recuperar las rosaledas de los jardines o lo que suelen llamar El majestuoso Jardín de las Rosas Celestiales. Allí, el padre Tomás, un cinéfilo, se convertirá en un buen amigo con el que comparte sesiones de cine y conversaciones sobre cuestiones existenciales: la paternidad que queda patente con la llegada de su hija y que, a su vez, representa la vida, el sexo que le llega de nuevo, la muerte que le persigue en el recuerdo de su madre.
Rosa cándida no se caracteriza precisamente por su trepidante acción. Aquí todo transcurre de manera pausada, reflexiva y tranquila, por lo que si eres lector al que le guste el movimiento, quizás este libro no sea de tu agrado. Confieso que a mí me ha despertado sensaciones muy contradictorias. A ratos me ha parecido algo frío, a pesar de tanto sentimiento y tanta introspección. Y en otras ocasiones sentía cierto calor. En cualquier caso, considero que la forma de narrar de la autora es bastante atípica para tratarse de una primera persona porque generalmente, en estos casos, la voz narradora se suele implicar mucho. Sin embargo, en Rosa candida me ha parecido que el narrador se posiciona en un lugar neutral u objetivo y cuenta su vida como si estuviera fuera de escena, como si fuera un observador ajeno a los hechos y situaciones descritas.
Además ocurre que, cuando me encuentro con una novela en la que predomina la melancolía y la nostalgia, me suelo contagiar enseguida y no es algo que siempre me siente bien. Lobbi suele divagar mucho sobre la muerte y no es precisamente un personaje alegre y divertido, sino más bien meditabundo y solitario. Por ese motivo, hay que elegir bien el momento en el que deseamos la compañía de Lobbi.
Además ocurre que, cuando me encuentro con una novela en la que predomina la melancolía y la nostalgia, me suelo contagiar enseguida y no es algo que siempre me siente bien. Lobbi suele divagar mucho sobre la muerte y no es precisamente un personaje alegre y divertido, sino más bien meditabundo y solitario. Por ese motivo, hay que elegir bien el momento en el que deseamos la compañía de Lobbi.
También tengo que señalar que algunos capítulos me han parecido duros y bellos al mismo tiempo, concretamente aquel en el que se recoge la última conversación que Lobbi mantiene con su madre antes del accidente. Ese pasaje escuece pues el lector sabe que serán las últimas palabras que madre e hijo intercambien.
Estructuralmente, Rosa cándida consta de sesenta y dos capítulos breves en los que su autora hace uso de un fraseo corto con el que no siempre me he sentido muy cómoda. No ahonda mucho en descripciones. Con frecuencia nada en la superficie y con desconcierto, incertidumbre e inseguiridad llegué a un final que tampoco me ha parecido digno de la historia.
Sé que Rosa candida cuenta con mucho reconocimiento y que su autora ha sido varias veces galardonada. Sin embargo, en lo que a mí respecta, tengo que admitir que la lectura de este libro no me ha calado y me ha dejado una sensación de vacío bastante inquietante. Por supuesto hay muchos otros lectores que han disfrutado a través del viaje que emprende Lobbi, por eso, si tienes dudas sobre leerlo o no, te aconsejo que no te quedes únicamente con mi opinión, tan personal y subjetiva como todas las que aparecen en este rincón. En su lugar, lee otras opiniones donde seguramente encontrarás una perspectiva distinta que te ayudará a tomar una decisión.
Sé que Rosa candida cuenta con mucho reconocimiento y que su autora ha sido varias veces galardonada. Sin embargo, en lo que a mí respecta, tengo que admitir que la lectura de este libro no me ha calado y me ha dejado una sensación de vacío bastante inquietante. Por supuesto hay muchos otros lectores que han disfrutado a través del viaje que emprende Lobbi, por eso, si tienes dudas sobre leerlo o no, te aconsejo que no te quedes únicamente con mi opinión, tan personal y subjetiva como todas las que aparecen en este rincón. En su lugar, lee otras opiniones donde seguramente encontrarás una perspectiva distinta que te ayudará a tomar una decisión.
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