¿Alguna vez habéis leído los cuentos originales en los que se basan las películas de Disney? Yo siempre he pensado que la historia que se contaba en esas películas eran un reflejo real de los cuentos escritos pero recientemente me entero que todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
Sabía que Maléfica, la película de Robert Stromberg e interpretada por Angelina Jolie, era una adaptación que la misma Disney hace de su película de animación estrenada en 1959, aquella que nos contaba la historia de una princesa hermosa y bella, la aguja de una rueca, un pinchazo, un sueño eterno, un príncipe valiente, un beso de amor y final feliz. Pero antes de ir a verla me pregunté si el cuento original realmente sería como la historia que yo conocía y como lo que me he encontrado me ha dejado A-LU-CI-NA-DA, he decidido contaros que hay de verdad y de mentira en la historia que conocemos de la Bella Durmiente antes de hablaros propiamente de la película. A esto dedicaré la entrada de hoy. La reseña concreta sobre Maléfica la publicaré el próximo miércoles.
Entremos en materia.
¿De dónde procede esta historia?
Según parece la historia de la joven princesa que se pincha el dedo con la aguja de una rueca procede de la tradición popular. Un historia oral que pasó de unos a otros hasta que Charles Perrault primero (La bella durmiente del bosque) y los hermanos Grimm después (Rosita de Espino), la plasmaron en papel. Bueno, a decir verdad, la versión más antigua fue escrita por un italiano pero aquella pasó muy desapercibida.
La versión francesa y la alemana tienen muchos elementos comunes aunque también se pueden encontrar ciertas diferencias entre ambas en las que no voy a entrar con excesivo detalle. De todos modos, tanto una como otra fueron las fuentes para la película de Disney.
Por tratarse de una historia corta y ya puestos, me leí las dos historias y resulta que el argumento de la película de Disney dista una barbaridad de la versión original.
¿Cuál es la historia real?
Entremos en materia.
¿De dónde procede esta historia?
Según parece la historia de la joven princesa que se pincha el dedo con la aguja de una rueca procede de la tradición popular. Un historia oral que pasó de unos a otros hasta que Charles Perrault primero (La bella durmiente del bosque) y los hermanos Grimm después (Rosita de Espino), la plasmaron en papel. Bueno, a decir verdad, la versión más antigua fue escrita por un italiano pero aquella pasó muy desapercibida.
La versión francesa y la alemana tienen muchos elementos comunes aunque también se pueden encontrar ciertas diferencias entre ambas en las que no voy a entrar con excesivo detalle. De todos modos, tanto una como otra fueron las fuentes para la película de Disney.
Por tratarse de una historia corta y ya puestos, me leí las dos historias y resulta que el argumento de la película de Disney dista una barbaridad de la versión original.
¿Cuál es la historia real?
Para empezar el rey y la reina tenían problemas para concebir hijos pero, por suerte, y después de tomar aguas termales, rezar y peregrinar, la reina consiguió quedar en estado.
Una vez que la pequeña princesa nace, se celebra el bautizo al que asisten siete hadas y no tres. Siendo así, los dones otorgados a la princesa fueron mucho más numerosos:
1. Ser la persona más bella el mundo
2. Tener el alma de un ángel
3. Poseer una gracia admirable en todo lo que hiciera
4. bailar a las mil maravillas
5. cantar como un ruiseñor
6. tocar toda clase de instrumentos
Faltaría uno que os detallo abajo.
Para festejar el nacimiento de la princesa a la que no se le atribuye ningún nombre (Disney la llamó Aurora), aunque luego se la conoció como Bella Durmiente (en la versión francesa) y Rosita de Espino (en la versión alemana), se celebra un gran festín al que están invitados todos los habitantes del reino. Por supuesto, las siete hadas asisten, toman asiento y para degustar los manjares tenían a su disposición un juego de cubiertos realizados en oro macizo con incrustaciones de diamantes y rubíes.
Por desgracia, solo hubo una persona que no recibió invitación al banquete. Se trataba de otra hada más, una vieja a la que se la daba por muerta pues vivía apartada de todo y de todos y no se sabía de ella desde hacía más 50 años. Aún así, aquella hada se presentó por sorpresa y los reyes solicitaron que se sentara a la mesa junto con las demás. No se molestó por no haber sido invitada. Lo que realmente la enfadó fue comprobar que sus "colegas" tenían cubiertos de oro y ella no, pues el rey solo había mandado a fabricar siete juegos iguales para las siete hadas primeras. Despechada y sintiéndose menospreciada lanzó una maldición sobre la princesa. Sin especificar la edad, la bella joven se pincharía con la aguja de un huso y moriría.
¿Morir?, -pensaréis,- ¿Y qué pasa con el sueño eterno? ¿Y el príncipe? Os decía antes que aún faltaba una de las hadas por otorgar su regalo a la princesa. Esta, viendo lo ocurrido, modificó la maldición. La princesa se pincharía con la aguja de un huso pero no moriría, simplemente dormiría durante 100 años y pasado tal tiempo un príncipe la despertaría. Y efectivamente se pinchó a pesar de que el rey ordenó retirar todas las ruecas del reino, salvo una de la que nadie sabía nada. Así que, tras el pinchazo, la princesa cayó desmayada y la colocaron sobre la cama en una preciosa habitación. Como no querían que cuando despertara se encontrara sola, el hada hizo dormir a todo el personal del castillo, salvo al rey y a la reina que abandonaron sus tierras y nunca más se supo de ellos.
Cien años pasaron. Llegó el príncipe y ¡tachán!, la princesa despierta, así como todo el personal del castillo. ¿Preguntó por sus padres? Pues no. ¿Hubo beso de amor verdadero? Perrault no menciona absolutamente nada sobre un beso pero los hermanos Grimm sí lo incorporan. Quedaba más romántico y menos soso que en la versión francesa.
¿Y fueron felices y comieron perdices? Pues depende. En la versión alemana, los jóvenes se casan y colorín colorado este cuento se ha acabado, pero Perrault escribe una versión mucho más interesante y lastimera. Veréis, los jóvenes se casan, viven en el reino de ella y tienen dos hijos, una niña de nombre Aurora y un niño de nombre Día (palabra de honor). Pero el príncipe no comunicó a su familia que se había casado y que tenía dos hijos. Durante todo aquel tiempo, unos dos o tres años, iba y venía de un reino a otro y a sus padres les mentía diciendo que salía a cazar durante varias jornadas, momentos que aprovechaba para estar con su familia. Rocambolesco, ¿eh? Pero ocurrió que el rey murió y el príncipe, sintiéndose dueño y señor de todo su reino, decidió desvelar la verdad. Contó a su madre que estaba casado y era padre de dos hijos. Toda la familia se trasladó a los territorios del nuevo rey. Se organizó una gran fiesta en el palacio y la princesa y sus hijos fueron presentados a los súbditos, quienes los acogieron con gran júbilo. ¿Todo el mundo era feliz? Pues no porque la reina madre, es decir, la suegra de la Bella Durmiente, se mostró recelosa y no miraba con buenos ojos ni a su nuera ni a sus nietos. ¿Por qué? Pues porque la buena mujer era una ogresa y a duras penas podía refrenar sus deseos de comerse a tan tiernas criaturitas. Ahí queda eso.
Lamentablemente, el nuevo rey tuvo que abandonar palacio para ir a la guerra dejando a su familia al cuidado de su madre. Mala cosa, porque la ogresa ordenó primero encerrar a la Bella Durmiente junto con sus hijos y posteriormente pidió a su criado que los cocinara para comérselos. ¿Y qué pasó entonces? Pues aquí lo dejo. Si tenéis interés y si os apetece, os animo a que leáis el cuento completo para saber qué ocurre al final. Yo me quedé sin palabras.
Ya veis que los textos originales, especialmente el de Perrault, tienen un argumento muy distinto a lo que nos ofrece Disney. Decía al principio que Maléficabebe de la película de animación que todos conocemos y como comprenderéis, resulta ser una adaptación de una adaptación del cuento original. No obstante, os adelanto que es una película que me ha gustado bastante en muchos sentidos y por eso os hablaré con detalle de ella, pero eso será la próxima semana.
¿Qué mensaje oculta la historia de la Bella Durmiente?
Indagando sobre el asunto llego a un libro del psicólogo Bruno Bettelheim titulado Psicoanálisis de los cuentos de hadasen el que el autor se para detenidamente en los cuentos infantiles más populares para analizarlos desde un punto de vista psicológico y determinar en qué grado estos relatos influyen en la mente de los más pequeños y con qué fin se escriben. De ese modo, nos habla de Caperucita Roja, La Cenicienta, Blancanieves y La Bella durmiente. La interpretación que Bettelheim hace de este último está fuertemente vinculada con el sexo, es decir, la sangre que emana del pinchazo en el dedo vendría a representar la menstruación de la mujer, que inmediatamente cae en un letargo pues vendría a equiparar a la supuesta inactividad sexual de la mujer en esos momentos de su vida.
Los padres de la Bella durmiente desaparecen de la historia para reflejar que los jóvenes, llegados a una edad, dejan de estar bajo el férrero control de sus progenitores y solo mostraran atención hacia la persona por la que sienten enamoramiento, es decir, el príncipe que además será el encargado de activar el despertar de la princesa, o lo que es lo mismo, su iniciación en la sexualidad.
Más o menos esto es lo que viene a decir Bruno Bettelheim sobre la historia que nos atañe hoy. Existe muchísima información en internet sobre la interpretación de los cuentos de hadas y toda muy interesante. Ya veis lo que da de sí una historial infantil.
En fin, mientras os cuento mis impresiones sobre la película Maléfica, espero que la información que os he facilitado hoy haya sido de vuestro interés.
¿Y fueron felices y comieron perdices? Pues depende. En la versión alemana, los jóvenes se casan y colorín colorado este cuento se ha acabado, pero Perrault escribe una versión mucho más interesante y lastimera. Veréis, los jóvenes se casan, viven en el reino de ella y tienen dos hijos, una niña de nombre Aurora y un niño de nombre Día (palabra de honor). Pero el príncipe no comunicó a su familia que se había casado y que tenía dos hijos. Durante todo aquel tiempo, unos dos o tres años, iba y venía de un reino a otro y a sus padres les mentía diciendo que salía a cazar durante varias jornadas, momentos que aprovechaba para estar con su familia. Rocambolesco, ¿eh? Pero ocurrió que el rey murió y el príncipe, sintiéndose dueño y señor de todo su reino, decidió desvelar la verdad. Contó a su madre que estaba casado y era padre de dos hijos. Toda la familia se trasladó a los territorios del nuevo rey. Se organizó una gran fiesta en el palacio y la princesa y sus hijos fueron presentados a los súbditos, quienes los acogieron con gran júbilo. ¿Todo el mundo era feliz? Pues no porque la reina madre, es decir, la suegra de la Bella Durmiente, se mostró recelosa y no miraba con buenos ojos ni a su nuera ni a sus nietos. ¿Por qué? Pues porque la buena mujer era una ogresa y a duras penas podía refrenar sus deseos de comerse a tan tiernas criaturitas. Ahí queda eso.
Lamentablemente, el nuevo rey tuvo que abandonar palacio para ir a la guerra dejando a su familia al cuidado de su madre. Mala cosa, porque la ogresa ordenó primero encerrar a la Bella Durmiente junto con sus hijos y posteriormente pidió a su criado que los cocinara para comérselos. ¿Y qué pasó entonces? Pues aquí lo dejo. Si tenéis interés y si os apetece, os animo a que leáis el cuento completo para saber qué ocurre al final. Yo me quedé sin palabras.
Ya veis que los textos originales, especialmente el de Perrault, tienen un argumento muy distinto a lo que nos ofrece Disney. Decía al principio que Maléficabebe de la película de animación que todos conocemos y como comprenderéis, resulta ser una adaptación de una adaptación del cuento original. No obstante, os adelanto que es una película que me ha gustado bastante en muchos sentidos y por eso os hablaré con detalle de ella, pero eso será la próxima semana.
¿Qué mensaje oculta la historia de la Bella Durmiente?
Indagando sobre el asunto llego a un libro del psicólogo Bruno Bettelheim titulado Psicoanálisis de los cuentos de hadasen el que el autor se para detenidamente en los cuentos infantiles más populares para analizarlos desde un punto de vista psicológico y determinar en qué grado estos relatos influyen en la mente de los más pequeños y con qué fin se escriben. De ese modo, nos habla de Caperucita Roja, La Cenicienta, Blancanieves y La Bella durmiente. La interpretación que Bettelheim hace de este último está fuertemente vinculada con el sexo, es decir, la sangre que emana del pinchazo en el dedo vendría a representar la menstruación de la mujer, que inmediatamente cae en un letargo pues vendría a equiparar a la supuesta inactividad sexual de la mujer en esos momentos de su vida.
Los padres de la Bella durmiente desaparecen de la historia para reflejar que los jóvenes, llegados a una edad, dejan de estar bajo el férrero control de sus progenitores y solo mostraran atención hacia la persona por la que sienten enamoramiento, es decir, el príncipe que además será el encargado de activar el despertar de la princesa, o lo que es lo mismo, su iniciación en la sexualidad.
Más o menos esto es lo que viene a decir Bruno Bettelheim sobre la historia que nos atañe hoy. Existe muchísima información en internet sobre la interpretación de los cuentos de hadas y toda muy interesante. Ya veis lo que da de sí una historial infantil.
En fin, mientras os cuento mis impresiones sobre la película Maléfica, espero que la información que os he facilitado hoy haya sido de vuestro interés.