El 21 de septiembre de 2011 recibí el primer correo electrónico de D.
«Estoy buscando alguien que pueda y quiera pasar un manuscrito a formato Word...»
Respondía así a un anuncio publicado en el que me prestaba a realizar trabajos de mecanografía. No era la primera vez. Espero que tampoco sea la última. En anteriores ocasiones había maquetado tesis doctorales, redactado tesinas, colaborado en trabajos universitarios, traducido diálogos para los subtítulos de una película,... e incluso he llegado a transcribir múltiples archivos sonoros que contenían una entrevista a cierto político de este país, lo que sería la base para un futuro libro que aún está en el tintero. Pero al leer la palabra «manuscrito» en ese correo electrónico, el cielo se abrió.
1 año, 6 meses y 21 días es lo que se ha tardado en modelar el cuerpo de una novela. Ni que decir tiene que a mí me ha tocado la parte más fácil porque la testa y el corazón del que emana esta historia reside en Cantabria. Sabed que no es nuevo en estas lides. Por lo poco que tengo entendido lleva varias publicaciones a su espalda pero con este «hijo» ha querido ser más meticuloso.
La novela que hoy se intuye verá la luz en verano. Aún desconozco su nombre pero sí puedo decir que sus apellidos son elegantes y placenteros. A veces me ha parecido vislumbrar los de aquel otro autor tan querido, vallisoletano para más señas, al que siempre me ha gustado encontrar en su camino o que tan buenas horas me hizo pasar con su forma particular de destronar príncipes.
No puedo contaros mucho más, tan solo que es una historia en la que se nota que su autor ha invertido horas, días, semanas, meses y años de cariño y ternura. Una historia a cuya gestación he asistido en primera fila, que me ha ganado por la sencillez de sus personajes, por el discurrir de una vida a la que no le falta detalle.
El 14 de marzo de 2013 más de 700 páginas en formato Word hicieron su maleta y partieron camino a la imprenta. Habrá que esperar a la época estival para ver qué colores han elegido para vestir esas páginas. Entonces, y para su presentación en sociedad, este blog se vestirá con sus mejores galas. Desde ya os comunico que estáis todos invitados a tal evento y aunque la ocasión lo merezca, no será necesario etiqueta.
Besos,
«Estoy buscando alguien que pueda y quiera pasar un manuscrito a formato Word...»
Respondía así a un anuncio publicado en el que me prestaba a realizar trabajos de mecanografía. No era la primera vez. Espero que tampoco sea la última. En anteriores ocasiones había maquetado tesis doctorales, redactado tesinas, colaborado en trabajos universitarios, traducido diálogos para los subtítulos de una película,... e incluso he llegado a transcribir múltiples archivos sonoros que contenían una entrevista a cierto político de este país, lo que sería la base para un futuro libro que aún está en el tintero. Pero al leer la palabra «manuscrito» en ese correo electrónico, el cielo se abrió.
1 año, 6 meses y 21 días es lo que se ha tardado en modelar el cuerpo de una novela. Ni que decir tiene que a mí me ha tocado la parte más fácil porque la testa y el corazón del que emana esta historia reside en Cantabria. Sabed que no es nuevo en estas lides. Por lo poco que tengo entendido lleva varias publicaciones a su espalda pero con este «hijo» ha querido ser más meticuloso.
La novela que hoy se intuye verá la luz en verano. Aún desconozco su nombre pero sí puedo decir que sus apellidos son elegantes y placenteros. A veces me ha parecido vislumbrar los de aquel otro autor tan querido, vallisoletano para más señas, al que siempre me ha gustado encontrar en su camino o que tan buenas horas me hizo pasar con su forma particular de destronar príncipes.
No puedo contaros mucho más, tan solo que es una historia en la que se nota que su autor ha invertido horas, días, semanas, meses y años de cariño y ternura. Una historia a cuya gestación he asistido en primera fila, que me ha ganado por la sencillez de sus personajes, por el discurrir de una vida a la que no le falta detalle.
El 14 de marzo de 2013 más de 700 páginas en formato Word hicieron su maleta y partieron camino a la imprenta. Habrá que esperar a la época estival para ver qué colores han elegido para vestir esas páginas. Entonces, y para su presentación en sociedad, este blog se vestirá con sus mejores galas. Desde ya os comunico que estáis todos invitados a tal evento y aunque la ocasión lo merezca, no será necesario etiqueta.
Besos,