Año: 2014
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Richard Glatzer, Wash Westmoreland.
Reparto: Julianne Moore, Alec Baldwin, Kristen Stewart, Kate Bosworth, Hunter Parrish, Erin Darke, Shane McRae, Victoria Cartagena, Stephen Kunken, Eha Urbsalu, Cali T. Rossen, Kristin Macomber, Cat Lynch, José Báez, Jamie Lee Petronis.
Género: Drama.
Premios: Oscar a la Mejor Actriz Principal (Julianne Moore), Globo de Oro a la Mejor Actriz Principal (Julianne Moore), entre otros,...
Sinopsis: Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que su relación con su familia y su mundo, para siempre. Con elegancia y delicadeza, la autora nos acerca a los sentimientos de quienes padecen alzhéimer y sus familias.
[Información facilitada por Filmaffinity]
He estado retrasando el visionado de esta película durante bastante tiempo. No me agradan en exceso los largometrajes que abarcan temas tan dolorosos como las enfermedades. Sé que esconder la cabeza cual avestruz no soluciona nada pero después de ver La teoría del todo (reseñada en el blog), no me apetecía zambullirme inmediatamente en otro largometraje que se sustentara en el tratamiento de una enfermedad. Así que, después de dejar pasar unos meses, tomé aire y me senté a ver Siempre Alice.
Basado en la novela homónima de Lisa Genova, esta película narra la traumática experiencia de Alice Howland al enterarse de que posee inicio precoz de Alzhéimer. Por su edad, e incluso por su profesión - una prestigiosa profesora de lingüística en la Universidad de Columbia- , resulta casi incomprensible que esta mujer de 50 años comience a padecer los síntomas de una enfermedad que terminará por convertirla en una marioneta. Sin embargo, y a raíz de sus episodios de desorientación y sus lapsus de memoria, las pruebas médicas así lo corroboran. Para colmo de males, resulta que Alice padece un tipo raro de Alzhéimer, de carácter genético y por lo tanto sus tres hijos, Tom, Anna y Lidia, tienen altas probabilidades de desarrollar la enfermedad, algo que provoca en esta mujer un terrible sentimiento de culpa.
Una vez diagnosticada la enfermedad, la vida de Alice dará un vuelco de ciento ochenta grados. El miedo se apoderará de ella cuando compruebe que olvida las palabras, esos instrumentos de comunicación que han sido la esencia de su carrera profesional, y así tendrá que abandonar su trabajo como profesora en la universidad, a la vez que su relación con su marido y sus hijos, se ve totalmente trastocado. La película no indaga más allá de su ámbito más familiar. No hay amistades, ni otros parientes.
Cuando una se sienta a ver una película de estas características siempre piensa que el guión va a estar lleno de escenas terribles, muy dramáticas y lacrimógenas para despertar el lado más sensiblero del espectador. No me ha parecido que esa haya sido la intención del director. Está claro que una temática de este tipo puede tocar la fibra más delicada del espectador y en función de lo impresionable que seamos, derramaremos una o ninguna lágrima. Yo soy especialmente «blandita» y no me ha resultado especialmente dura verla. Creo que Siempre Alice es una película sobria, comedida, que no se ceba en excavar en la parte más cruda de la enfermedad para mostrarnos situaciones histriónicas que conviertan la sala del cine o el salón de tu casa en un mar de lágrimas. Esto es algo que me ha sorprendido gratamente porque para contar una historia triste no hay necesidad de hacer sangre pero por otro lado, también creo que se ha quedado ligeramente en la superficie frente a otras películas como Lejos de ella que sí profundizan más en la temática. En Siempre Alice, la narración transcurre sin sorpresas salvo en un punto concreto del largometraje en el que la tensión sube unos cuantos enteros.
En cuanto al desenlace, he tenido la impresión de que el corte es abrupto pero si lo pienso con detenimiento, ¿para qué alargar más la película? ¿Qué otro final podía tener más que el elegido por el director? Todos sabemos cómo acabará Alice y por lo tanto no hay necesidad de prologar la agonía.
A mí juicio, lo más destacable de todo el metraje es la interpretación de Julianne Moore, especialmente en la primera mitad, un papel que le ha valido unos cuantos premios entre los que relucen un Oscar, un Globo de Oro y un Bafta,... Yo siento debilidad por esta actriz. Generalmente me gusta los matices que aporta siempre a sus personajes y tengo que reconocer que en esta ocasión está realmente sublime y absolutamente creíble. Moore sabe transmitir su desconcierto y su inseguridad en esos momentos en los que se siente desorientada. Observar su expresión es vivir en nuestra propia piel lo que estas personas pueden llegar a experimentar cuando dejan de saber quiénes son, cuando dejan de reconocer a sus seres queridos. Hay angustia, hay miedo,... y todo eso nos llega perfectamente. En este enlace y en este otro, puedes ver una entrevista a la actriz.
Alec Baldwin es su parteneire en la cinta, es un marido solícito y atento que contempla la degeneración de su esposa sin que él pueda hacer otra cosa más que cuidarla pero toda nuestra atención recae en la pelirroja que nos tiene el pendiente de su devenir, así que Baldwin queda en un segundo plano. Al igual que el resto de sus hijos, especialmente Lidia, que viene a estar interpretado por Kristin Stewart, aquella jovencita que saltó a escena por su enamoramiento de un vampiro. Me gusta el personaje, el de una joven un tanto díscola que quiere vivir su vida, ser independiente y seguir sus propios pasos, lo que le acarrea algún que otro roce con su madre pero que, a la hora de la verdad, será la que esté ahí a su lado. Sin embargo, no me gusta encarnado en la piel de Stewart, me produce cierto rechazo.
Creo que Siempre Alice será una película a la que muchos les costará acercarse pues el Alzhéimer es una enfermedad que lamentablemente anida en muchos núcleos familiares pero no hay que temer un tratamiento crudo de la enfermedad. Como ya os he dicho no hay excesos y el reflejo que se hace de la enfermedad es bastante sereno.