Hará como año y medio que conocí a Almudena Grandes. En aquella ocasión vino a Sevilla a promocionar su última novela, Las tres bodas de Manolita, tercer episodio de un proyecto de gran envergadura que ella ha titulado Episodios de una Guerra Interminable, compuesto por seis títulos en total, y tuve la oportunidad de entrevistarla (puedes leer la entrevista aquí). Aquella novela me fascinó. No solo por el argumento sino también por ese particular estilo de la autora, tan elaborado, tan bien pensado, medido y ejecutado. No estoy segura si muchos novelistas pueden ser capaces de hacer lo que ella hace al narrar.
Y andaba yo esperando el cuarto episodio de la saga, cuando una noticia me pilla por sorpresa. Almudena Grandes publicaba nueva novela, titulada Los besos en el pan, que nada tenía que ver con sus episodios. Y vino el pasado martes a Sevilla, a presentar esta nueva publicación en la Biblioteca Infanta Elena, en un acto conducido por Juan José Téllez y organizado por el Centro Andaluz de las Letras dentro de su programa Letras Capitales.
Os traigo hoy una pequeña crónica de lo que la autora nos contó durante algo menos de una hora y para ello me voy a valer de algunas piezas audiovisuales porque, ¿quién mejor que ella para hablarnos de su nueva novela?
Y andaba yo esperando el cuarto episodio de la saga, cuando una noticia me pilla por sorpresa. Almudena Grandes publicaba nueva novela, titulada Los besos en el pan, que nada tenía que ver con sus episodios. Y vino el pasado martes a Sevilla, a presentar esta nueva publicación en la Biblioteca Infanta Elena, en un acto conducido por Juan José Téllez y organizado por el Centro Andaluz de las Letras dentro de su programa Letras Capitales.
Os traigo hoy una pequeña crónica de lo que la autora nos contó durante algo menos de una hora y para ello me voy a valer de algunas piezas audiovisuales porque, ¿quién mejor que ella para hablarnos de su nueva novela?
El acto se inició con la lectura de un artículo que la autora había escrito en diciembre de 2013, publicado en The New York Times y que lleva por título precisamente Los besos en el pan(puedes leerlo aquí), aunque el título en inglés era When we were poor before. En ese artículo, la autora habla dela infancia en los años 60, de los recuerdos enterrados de la guerra y de la dignidad de la pobreza, un estatus del que nadie se sentía culpable, único legado transmitido de padres a hijos, sin recursos pero felices. ¿Y hoy? ¿Qué ocurre con la pobreza de hoy?¿Cómo se enfrentan los españoles a la crisis actual? Hoy las cosas son muy diferentes.
Almudena Grandes recalcó que la novela no es más que una consecuencia de las reflexiones a las que llegó para escribir artículos como el publicado en The New York Times, donde «contaba la crisis económica desde la perspectiva de la memoria». Si la novela lleva ese título tan poético es porque le gustaría que «fuera una reivindicación de la cultura de nuestros abuelos», que vivían en un país donde «la pobreza no era humillante, ni vergonzosa, ni culpable». A su juicio, y creo que ahí estaremos todos de acuerdo con ella, están intentando que nos sintamos culpables por la crisis actual, alegando que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. En los tiempos de nuestros abuelos,«la pobreza era el escenario de la vida» y aunque había que luchar diariamente para mantenerse a flote, «esa lucha no excluía ni la alegría, ni la esperanza, ni la ilusión».
Cuenta Almudena Grandes que a ella la enseñaron a besar el pan como reflejo del hambre y la pobreza que habían pasado los españoles, porque «el pan era como la metáfora del alimento, del porvenir y de las condiciones de vida mínimas para vivir con dignidad».
¿Y cómo surge esta novela?
Ni ella misma esperaba esta publicación pero quiso mirar de frente nuestra actualidad y así surgió. Pensó que si Graham Greene había escrito dos novelas a las vez, ¿por qué no podría hacer ella lo mismo?«Durante unos meses escribí una novela por la mañana y otra por la tarde hasta que mi marido se metió en política». Con tres frentes abiertos, prefirió dejar estancada el cuarto episodio, Los pacientes del Doctor García, y centrarse en Los besos en el pan.
Los episodios y esta novela comparten el mismo espíritu porque...
Almudena Grandes confiesa que esta novela ha supuesto un ejercicio literario complicado si lo compara con los episodios pero con el que también ha aprendido mucho. Ha supuesto para ella todo un reto escribir una novela en presente de indicativo.«Comprendí que si quería contar lo que veía cuando salía a la calle, iba a tener un problema con respecto a las novelas del pasado porque, cuando escribo sobre el pasado, tengo las espaldas cubiertas con la verdad histórica». Pero, ¿qué ocurre cuando escribes sobre algo que está ocurriendo en la actualidad? «Es como subirse a un trapecio sin red», afirma la autora. Tuvo que renunciar a la ventaja de la distancia, un recurso muy útil cuando se escribe sobre el pasado pero no sobre el presente como ocurre en Los besos en el pan. «Pero claro, esto me ha hecho aprender mucho también» porque «el presente de indicativo es un tiempo verbal muy potente pero mucho más limitado».
Dice que en su novela vamos a encontrar familias y lugares donde los personajes se pudieran relacionar, de ahí que eligiera un bar porque «un barrio sin bar no es un barrio», y para las mujeres eligió una peluquería. «Las peluquerías son el lugar trasversal por antonomasia» porque allí van mujeres de toda índole y condición, ricas, pobres, jóvenes, mayores, más coquetas, más descuidadas,... Pero también vamos a encontrar un centro de salud que está en peligro. «De entre todos los servicios públicos, elegí el centro de salud por dos razones, porque la salud es el servicio publico más universal pero también porque las batallas más importantes que se han ganado contra los recortes han sido las batallas por la sanidad».
En cuanto a los personajes, veremos a varias familias pero los Martínez Salgado serán los que articulan la novela. Es una familia integrada por un ingeniero aeronaútico y una médico de la pública, españoles que tenían una buena vida y que pensaban que iban a vivir fenomenal siempre.
Los besos en el pan recoge historias de ficción pero también algunas están basadas en la realidad de las personas que Almudena ha conocido en estos años.«Es una novela que está muy, muy pegada a la realidad de ahora mismo y a la realidad de lo que nos está pasando. Es un libro tierno porque hay mucho amor por mis contemporáneos, amor por el sufrimiento de la gente y también orgullo». Los besos en el pan es una novela que también refleja la solidaridad como fruto de un impulso individual, donde también se puede apreciar los grandes efectos que la crisis ha producido en nosotros, el miedo y la culpa.«Este es un libro contra el miedo y es un libro contra la culpa».
Con estas palabras dio por concluido el acto y se inició la firma de ejemplares. Almudena Grandes conversó un momento con los lectores que se le acercaban, posó para las fotos y se despidió hasta la próxima dando las gracias.
Fue un acto con muchísimo público como cabe esperar cuando se trata de una autora de este calibre.
Con estas palabras dio por concluido el acto y se inició la firma de ejemplares. Almudena Grandes conversó un momento con los lectores que se le acercaban, posó para las fotos y se despidió hasta la próxima dando las gracias.
Fue un acto con muchísimo público como cabe esperar cuando se trata de una autora de este calibre.
Y hasta aquí esta crónica de la presentación de un libro, Los besos en el pan, al que estoy deseando hincarle el diente. Ya os contaré.