Editorial: Pre-Textos.
Fecha publicación: 2000.
Fecha publicación: 2000.
Nº Páginas: 208
Precio: 15,00 €
Precio: 15,00 €
Género: --
Edición: Tapa blanda con sobrecubiertas.
ISBN: 84-8191-290-S
Autor
José Antonio Muñoz Rojas nace en Antequera (Málaga) en 1909. Su primer libro, Versos de retorno, es de 1929. Lector en la Universidad de Cambridge durante algún tiempo y gran conocedor de la lírica inglesa, ha traducido al castellano obras de John Donne, Richard Crashaw, William Wordsworth, Gerald Manley Hopkins, Francis Thompson y Thomas Stearns Eliot.
En 1998 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por su libro Objetos perdidos (Pre-Textos, 1997).
De Las cosas del campo (Pre-Textos, 1999), su mejor libro en prosa, dijo Dámaso Alonso en carta dirigida al autor tras la aparición de la primera edición: «Has escrito, sencillamente, el libro en prosa más bello y más emocionado que yo he leído desde que soy hombre»
Sinopsis
En Historias de familia abunda Muñoz Rojas en el género memorialístico que tan magistralmente domina. Sus breves prosas recrean en él un mundo ya desaparecido de personajes, lugares, circunstancias y ambientes próximos a la vida del autor.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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La reseña de hoy va a ser sencilla y breve. Sobre el libro que os quiero hablar hoy no hace falta grandes florituras, ni le hace falta al libro, ni le hace falta al autor, fallecido en 2009, del que se decía que era un hombre observador, sencillo y humilde. Por lo tanto, así será la reseña porque por mucho que yo os cuente, siempre me quedaré corta para lo que vamos a encontrar entre estas páginas.
A Muñoz Rojas ya lo había leído con tanta emoción como lo hizo Dámaso Alonso, según se menciona en la biografía que aporta la editorial, porque Las cosas del campo (puedes leer la reseña aquí), a pesar de que inicialmente creí que no sería un libro para mí, terminó por cautivarme. Recuerdo la lectura de aquel libro con muchísimo cariño, las emociones que en mí despertó, las vivencias de mi propio pasado cuando pasaba mis veranos de la niñez corriendo entre los olivos. Aquel fue un ejemplar prestado. Hoy descansa el mío propio en mis estanterías.
En Historias de familia vuelve el autor a zarandear mis recuerdos, a pintarme estampas evocadoras que me hablan de otros tiempos, de otras gentes, de costumbres y usos que hoy, parecen tan remotas pero que guardan entre sus pliegues el calor y la ternura de las cosas de antes.. Retornamos de la mano del autor a ese mundo que él tan bien conocía y en el que parece que se sintiera realmente feliz y pleno. La vida de los campos andaluces, con sus campesinos y sus azadas, sus cultivos y sus labranzas, con sus árboles y pájaros, su sol y su brisa se despliegan entre estas páginas. Y regresa Muñoz Rojas a los pueblos de Andalucía, a la gente que los habita, a las relaciones entre terratenientes y labradores, a las anécdotas y los cuentos de viejos.
De los libros de Muñoz Rojas, y concretamente de este, hay varias cosas que me gustan. Por un lado, esas estampas costumbristas que tienen un sabor añejo, a época de nuestros abuelos, blancas, cándidas y suaves, casi como de algodón. Por otro lado, la manera en la que el autor nos hace llegar sus emociones, con un prosa poética evocadora y dulce. Muñoz Rojas es una gran hechicero de palabras, como un buen malabaristas va lanzándolas al aire para construir imágenes y escenas simples, cotidianas pero cargadas de gran belleza.
Con Historias de familia, el autor vuelve a cautivarme para transportarme a otros tiempos donde de niña asistía a las conversaciones de adulto hablando de las cosechas, de los vecinos, de la esencia de un medio rural. Y esta ocasión, además de embelesarme con su manera de narrar, consigue sorprenderme al ponerse en la piel de una mujer, al adoptar una voz femenina que jamás me hubiera esperado, ejercicio del que sale airoso.
De los libros de Muñoz Rojas, y concretamente de este, hay varias cosas que me gustan. Por un lado, esas estampas costumbristas que tienen un sabor añejo, a época de nuestros abuelos, blancas, cándidas y suaves, casi como de algodón. Por otro lado, la manera en la que el autor nos hace llegar sus emociones, con un prosa poética evocadora y dulce. Muñoz Rojas es una gran hechicero de palabras, como un buen malabaristas va lanzándolas al aire para construir imágenes y escenas simples, cotidianas pero cargadas de gran belleza.
Con Historias de familia, el autor vuelve a cautivarme para transportarme a otros tiempos donde de niña asistía a las conversaciones de adulto hablando de las cosechas, de los vecinos, de la esencia de un medio rural. Y esta ocasión, además de embelesarme con su manera de narrar, consigue sorprenderme al ponerse en la piel de una mujer, al adoptar una voz femenina que jamás me hubiera esperado, ejercicio del que sale airoso.
Estructurado en tres bloques,Historias de familia se publicó en la Revista Oriente en 1945. Sus tres secciones están claramente diferenciadas. La primera que lleva por titulo el mismo que da nombre al volumen, está dedicada a Vicente Alexandre. En esta parte, vamos a encontrar textos de la misma índole que ya vimos en Las cosas del campo, textos sobre las gentes y familias rurales. La segunda, que el autor llamó Historias fantásticas y de poetas, suponen un giro a lo que yo conocía del autor. Leeremos esos cuentos y leyendas que anidan en la cultura de todos los pueblos pero también habrá un momento para recordar a otros vates. Y por último, la tercera titulada Historias de pueblo y campo vuelve otra vez a pasear al aire libre. Es pues, una estructura un tanto cíclica. Y al tratarse de pequeñas historias, a modo de relatos, resulta muy cómodo de leer. Puedes ir saltando de un texto a otro, tomarlo, dejarlo, volverlo a retomar cuando desees una lectura tranquila, sosegada, casi con un efecto balsámico.
Cada una de esas partes están compuestas por textos de breve extensión en las que es fácil caer rendido. Ya decía antes que uno de los aspectos más destacables de la prosa de Muñoz Rojas es su manera de transmitir, de hacernos llegar sus emociones que terminamos por adoptar y hacer nuestras, un abanico de sensaciones que nos inunda donde radica realmente la belleza de este libro y de otros del autor.
No me voy a explayar más. Historias de familia o, mejor aún, José Antonio Muñoz Rojas es un autor para descubrir, para sumergirse en sus obras y regresar a nuestra infancia, especialmente si tienes una fuerte vinculación con el entorno rural y si te gusta la poesía porque, aunque prosa, son historias oníricas de gran hermosura. Así que, no me queda más que recomendaros leer este libro o descubrir al autor si aún no lo habéis hecho. No os lo perdáis.
Cada una de esas partes están compuestas por textos de breve extensión en las que es fácil caer rendido. Ya decía antes que uno de los aspectos más destacables de la prosa de Muñoz Rojas es su manera de transmitir, de hacernos llegar sus emociones que terminamos por adoptar y hacer nuestras, un abanico de sensaciones que nos inunda donde radica realmente la belleza de este libro y de otros del autor.
No me voy a explayar más. Historias de familia o, mejor aún, José Antonio Muñoz Rojas es un autor para descubrir, para sumergirse en sus obras y regresar a nuestra infancia, especialmente si tienes una fuerte vinculación con el entorno rural y si te gusta la poesía porque, aunque prosa, son historias oníricas de gran hermosura. Así que, no me queda más que recomendaros leer este libro o descubrir al autor si aún no lo habéis hecho. No os lo perdáis.