Editorial: Páginas de Espuma.
Fecha publicación: febrero, 2016.
Fecha publicación: febrero, 2016.
Nº Páginas: 120
Precio: 14,00 €
Precio: 14,00 €
Género: Cuentos.
Edición: Tapa blanda con solapas.
Autor
Felipe R. Navarro (Málaga, 1969) es autor del libro de cuentos Las esperas (2000), Ha sido incluido en las antologías Cuento al Sur (2001), Paso Doble. Junge spanische Literatur (2008) y Pequeñas Resistencias. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2002).
Sinopsis
Alguien llega a su casa. Un hombre, una mujer. Pone la televisión, o música. Lee. Quizá llame a otro o sea otro quien haga la llamada, quizá conteste a un mensaje o a un correo. Y, entonces, el mundo -la vida-, comienza a desmoronarse, o al contrario, empieza a vislumbrarse la lógica - a veces injusta- de su funcionamiento.
Una fotógrafa o un cuadro, un padre que juega con su hijo y que -irremediablemente- se convierte en otro, las familias, los compañeros, los amantes. Dos amigos, por ejemplo, debaten sobre el orden y el desorden de una cocina y como en estos cuentos, de una honestidad bestial, todo se convierte en una lúcida visión de lo que es la vida -el mundo-, de lo que somos, felices o no, cada uno de nosotros.
Sinopsis
Alguien llega a su casa. Un hombre, una mujer. Pone la televisión, o música. Lee. Quizá llame a otro o sea otro quien haga la llamada, quizá conteste a un mensaje o a un correo. Y, entonces, el mundo -la vida-, comienza a desmoronarse, o al contrario, empieza a vislumbrarse la lógica - a veces injusta- de su funcionamiento.
Una fotógrafa o un cuadro, un padre que juega con su hijo y que -irremediablemente- se convierte en otro, las familias, los compañeros, los amantes. Dos amigos, por ejemplo, debaten sobre el orden y el desorden de una cocina y como en estos cuentos, de una honestidad bestial, todo se convierte en una lúcida visión de lo que es la vida -el mundo-, de lo que somos, felices o no, cada uno de nosotros.
Fiel a una voz inigualable, personalísima y capaz de zarandear al lector entre la alegría y la desolación, Felipe R. Navarro ha logrado -con sinceridad, con rigor, pero también con no poca ironía y humor- que los cuentos de esos Hombres felices sean ya no solo el reflejo de una búsqueda y un aprendizaje constantes, sino la confirmación de un escritor apasionado y apasionante como pocos.
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Podría parecer que está todo inventado, que no hay fórmulas nuevas, que en literatura todo es lo mismo, ya lo pongas del derecho o del revés. Estructura, estilo, género, voces narrativas y tramas. Más o menos esto se parece a aquello y aquello a eso otro. No obstante, y por suerte, esta lectora aún recorre caminos por primera vez, caminos que han sido trazados por autores a los que le interesa lo que no les interesa a los demás y que reclaman que todo aquello a lo que jamás prestamos atención tenga su justo reconocimiento.
Felipe R. Navarro ha tardado quince años en publicar de nuevo tras aquellas esperas del año 2000. Parece que el título de su primer volumen era un tanto premonitorio pero la cuestión es que regresa ahora de la mano de Páginas de Espuma para regalarnos dieciocho cuentos en estos Hombres felices.
Me contaba Felipe en la entrevista que le hicimos hace unas semanas (puedes leerla aquí) que a él le gusta pararse a mirar lo que nos rodea pues en todo lo que existe a nuestro alrededor, por pequeño que sea, hay una historia que contar. Y eso es lo que hace este autor en este volumen de cuentos, captar una instantánea de nuestra vida cotidiana o de esos momentos más vacuos que sirven de antesala a aquellos con más sustancia y extraer de ellos una historia. Al lector podrá parecerle que en algunos de los cuentos no ocurre absolutamente nada pero ¿qué es nada? En la nada siempre ocurre algo por nimio que sea, y todo se produce con un motivo e incluso puede llegar a ser germen de algo más importante, de algo mayor, de algo prodigioso. Por lo tanto, la nada es tan importante como el algo, a veces, incluso más. Eso es lo que veremos en estos cuentos.
Los dieciochos cuentos de Hombres felices están prácticamente llenos de escenas simples y sencillas, conversaciones cotidianas que todo el mundo olvida casi antes de producirse y en los que se puede encontrar esa felicidad que todos buscamos y que no apreciamos. Bueno, todos menos Felipe que se concentra en las intrahistorias que nadie se atreve a contar y encuentra la dicha en los microespacios. Y no queda ahí la cosa, no. A Felipe le gusta romper con lo establecido, alejarse de las pautas, separar la paja del grano. Dice que solo le interesa el nudo, de ahí que sus cuentos sean tan directos y concisos y cuenten con pequeñas digresiones que nos noquean pues en un momento dado se rompe el hilo narrativo con una palabra, una frase, o una anécdota que no tiene nada que ver con lo que íbamos leyendo. Confieso que esto me descolocó pero sin duda no deja de ser original, que el autor nos lleve y nos traiga como el movimiento de la marea.
Felipe R. Navarro nos abre una ventana a través de estos Hombres felices y lo que veremos al otro lado será un paisaje nuevo.
De todos los cuentos que aparecen en este volumen hay algunos que me han gustado especialmente. Por un lado, Un modelo, uno de los más brillantes que he leído jamás. Imaginaos una escena cualquiera en vuestro quehacer diario, imaginaos que un pintor decide inmortalizar una escena de vuestra vida en un cuadro sin vuestro conocimiento. Para rizar más el rizo, pensad que ese pintor es de reconocidísimo prestigio y que serán cientos, miles de personas los que lo contemplen y vosotros ahí, expuestos a la opinión pública. Pensad que esa exposición os puede traer terribles consecuencias y eso es lo que le ocurre al modelo de este cuento pero por terrible que sea para él, verdaderamente el asunto tiene muchísima gracia, pues el humor también tiene cabida en estas historias. Se me ocurre pensar que Felipe R. Navarro idea este cuento al preguntarse quienes son los modelos, generalmente anónimos, que habitan entre los marcos de los cuadros. ¿Qué vida tendrían? ¿Qué consecuencias les acarrea su exhibición?
Y encontraremos Siempre hay un momento en que un escritor escribe un cuento como este, porque todos los escritores se ven zarandeados en algún momento por una guerra o una crisis; o por ambas, una historia actual y perfectamente extrapolable a cualquier profesión.
O bien otros cuentos en los que el narrador no dejará de cuestionarse en todo momento, evaluando y examinando su tarea de narrar, como si el autor quisiera mostrarnos las bambalinas de este teatro.
Y habrá ternura también, personajes que me han robado el corazón como el abuelo de Tarde de circo.
Sin duda, en estos Hombres felices hay originalidad. Cuentos que llegan a nosotros como la ola de tsunami y nos empapa de pies a cabeza u otros en los que los personajes se toman la libertad de dictar instrucciones al narrador. Nada es igual en estos Hombres felices, tan líricos en ocasiones, tan llenos de cotidianidad.Y me doy cuenta ahora que, repasando todas las notas que tomé durante la lectura del libro, se me han quedado en el aire muchas cuestiones que preguntar al autor. Pensé que las había resuelto todas pero quizá sea que es ahora, cuando ha pasado algún tiempo tras la lectura, cuando los recuerdo y los asimilo, los pienso y los medito, será ahora digo, cuando empiezan a emerger todas esas cuestiones y reflexiones nuevas, como si fueran consecuencias de un acto. No lo sé.
Sea como fuere, lo que está claro es que lo que Felipe R. Navarro nos propone no nos dejará indiferentes. Por eso resulta sumamente interesante acercarse a estos cuentos que en nada se parecen a otros, algo que caracteriza las publicaciones de Páginas de Espuma. Desde aquí te animo a dejarte guiar por este autor para asomarte a esos espacios vacíos de tu vida en los que tú creías que no ocurría nada.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
Retos:
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Felipe R. Navarro ha tardado quince años en publicar de nuevo tras aquellas esperas del año 2000. Parece que el título de su primer volumen era un tanto premonitorio pero la cuestión es que regresa ahora de la mano de Páginas de Espuma para regalarnos dieciocho cuentos en estos Hombres felices.
Me contaba Felipe en la entrevista que le hicimos hace unas semanas (puedes leerla aquí) que a él le gusta pararse a mirar lo que nos rodea pues en todo lo que existe a nuestro alrededor, por pequeño que sea, hay una historia que contar. Y eso es lo que hace este autor en este volumen de cuentos, captar una instantánea de nuestra vida cotidiana o de esos momentos más vacuos que sirven de antesala a aquellos con más sustancia y extraer de ellos una historia. Al lector podrá parecerle que en algunos de los cuentos no ocurre absolutamente nada pero ¿qué es nada? En la nada siempre ocurre algo por nimio que sea, y todo se produce con un motivo e incluso puede llegar a ser germen de algo más importante, de algo mayor, de algo prodigioso. Por lo tanto, la nada es tan importante como el algo, a veces, incluso más. Eso es lo que veremos en estos cuentos.
Los dieciochos cuentos de Hombres felices están prácticamente llenos de escenas simples y sencillas, conversaciones cotidianas que todo el mundo olvida casi antes de producirse y en los que se puede encontrar esa felicidad que todos buscamos y que no apreciamos. Bueno, todos menos Felipe que se concentra en las intrahistorias que nadie se atreve a contar y encuentra la dicha en los microespacios. Y no queda ahí la cosa, no. A Felipe le gusta romper con lo establecido, alejarse de las pautas, separar la paja del grano. Dice que solo le interesa el nudo, de ahí que sus cuentos sean tan directos y concisos y cuenten con pequeñas digresiones que nos noquean pues en un momento dado se rompe el hilo narrativo con una palabra, una frase, o una anécdota que no tiene nada que ver con lo que íbamos leyendo. Confieso que esto me descolocó pero sin duda no deja de ser original, que el autor nos lleve y nos traiga como el movimiento de la marea.
Felipe R. Navarro nos abre una ventana a través de estos Hombres felices y lo que veremos al otro lado será un paisaje nuevo.
De todos los cuentos que aparecen en este volumen hay algunos que me han gustado especialmente. Por un lado, Un modelo, uno de los más brillantes que he leído jamás. Imaginaos una escena cualquiera en vuestro quehacer diario, imaginaos que un pintor decide inmortalizar una escena de vuestra vida en un cuadro sin vuestro conocimiento. Para rizar más el rizo, pensad que ese pintor es de reconocidísimo prestigio y que serán cientos, miles de personas los que lo contemplen y vosotros ahí, expuestos a la opinión pública. Pensad que esa exposición os puede traer terribles consecuencias y eso es lo que le ocurre al modelo de este cuento pero por terrible que sea para él, verdaderamente el asunto tiene muchísima gracia, pues el humor también tiene cabida en estas historias. Se me ocurre pensar que Felipe R. Navarro idea este cuento al preguntarse quienes son los modelos, generalmente anónimos, que habitan entre los marcos de los cuadros. ¿Qué vida tendrían? ¿Qué consecuencias les acarrea su exhibición?
Y encontraremos Siempre hay un momento en que un escritor escribe un cuento como este, porque todos los escritores se ven zarandeados en algún momento por una guerra o una crisis; o por ambas, una historia actual y perfectamente extrapolable a cualquier profesión.
O bien otros cuentos en los que el narrador no dejará de cuestionarse en todo momento, evaluando y examinando su tarea de narrar, como si el autor quisiera mostrarnos las bambalinas de este teatro.
Y habrá ternura también, personajes que me han robado el corazón como el abuelo de Tarde de circo.
Sin duda, en estos Hombres felices hay originalidad. Cuentos que llegan a nosotros como la ola de tsunami y nos empapa de pies a cabeza u otros en los que los personajes se toman la libertad de dictar instrucciones al narrador. Nada es igual en estos Hombres felices, tan líricos en ocasiones, tan llenos de cotidianidad.Y me doy cuenta ahora que, repasando todas las notas que tomé durante la lectura del libro, se me han quedado en el aire muchas cuestiones que preguntar al autor. Pensé que las había resuelto todas pero quizá sea que es ahora, cuando ha pasado algún tiempo tras la lectura, cuando los recuerdo y los asimilo, los pienso y los medito, será ahora digo, cuando empiezan a emerger todas esas cuestiones y reflexiones nuevas, como si fueran consecuencias de un acto. No lo sé.
Sea como fuere, lo que está claro es que lo que Felipe R. Navarro nos propone no nos dejará indiferentes. Por eso resulta sumamente interesante acercarse a estos cuentos que en nada se parecen a otros, algo que caracteriza las publicaciones de Páginas de Espuma. Desde aquí te animo a dejarte guiar por este autor para asomarte a esos espacios vacíos de tu vida en los que tú creías que no ocurría nada.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
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