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ENTREVISTA a BLAS MALO (Lope, la furia del fénix).

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Autor

Blas Malo (Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1977), de raíces jienenses y granadino de adopción, es ingeniero de caminos y un apasionado de la historia, ha dado conferencias sobre literatura histórica y ha organizado rutas literarias en Granada por los escenarios de sus escritos. 
 
Su primera novela, 'El esclavo de la Al-hambra', ambientada en la Granada nazarí del siglo XIV, fue publicada por Ediciones B en 2010, con gran reconocimiento por parte de lectores y crítica. 'El Mármara en llamas' es su segunda novela. 
 
Lector voraz y entusiasta del recreacionismo histórico, nos sumerge en esta novela en el Imperio bizantino, una civilización llena de héroes y traidores, pasiones y odios, esperanzas, vida y muerte, cuya capital, Constantinopla, es una de las ciudades más fascinantes de la historia.




Sinopsis

«No os cuento esto por otros, sino lo que sé por mí mismo. Dejad que os hable de Lope, de su espada y de la armada, de sus amoríos escandalosos, de sus galopadas en la noche. Dejad que os hable de sus idas y venidas, de sus bastardos, de sus ansias de fama, y también de sus mentiras. ¿No llenaréis otra vez mi copa? Dejad que os hable de las envidias. De los teatros de la corte, de las rencillas entre escritores, de la triste España de nuestro rey Felipe, del desastre de las finanzas. De las cuchilladas y duelos a espada, de sangre y honor, de manuscritos y de impresores. De las tertulias literarias, de ajusticiamiento de poetas, de corrupción, de nobles y damas, de lances de honor. Que os hable de Valencia, de Madrid, de Sevilla del Siglo de Oro, de Granada de los Mendoza, de la Alhambra. De la gloria del teatro y del aplauso del público.

Dejad que os hable de Lope y de su ansia de vivir y de su temor a la soledad y al olvido. Y de sus muchas miserias. ¿No merece mi relato más vino? Y después, juzgad si tenéis razón o no para envidiarle».

Claudio Conde.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


************************************


A los que amáis la novela histórica seguro que os sonará el nombre de Blas Malo, un autor que, tras varias novelas históricas previas, nos conduce ahora al Siglo de Oro. En su última publicación, que lleva por título, Lope, la furia del fénix, el autor nos acerca a la figura del escritor Lope de Vega para narrarnos los años de su vida de los que menos información se tiene. 

Mi encuentro con Blas Malo tuvo lugar justo antes de Semana Santa y antes de que se me tuerzan más las cosas, aprovecho el día de hoy para daros a conocer el resultado de aquella cita. Sin duda fue una charla larga y distendida en la que Blas me desveló muchos detalles sobre la figura de aquel escritor de comedias, envidiado por Góngora o Cervantes, un hombre un tanto pendenciero, con una vida intensa que yo jamás me hubiera imaginado. Sin duda, aquel encuentro fue clarificador e instructivo como también lo ha sido la lectura de esta novela, de la que os daré detalles en breve. De momento os dejo con la entrevista. Esto es lo que Blas Malo nos contó.
  
Marisa G.- Blas tú eres ingeniero de caminos pero por lo que he leído sobre ti, tu verdadera pasión es la Historia. Has escrito varias novelas históricas y eres director de las Jornadas de Novela Histórica en Granada.¿En qué consisten estas jornadas? ¿Desde cuándo se vienen celebrando?

Blas M.- Son unas jornadas que venimos organizando desde hace tres años unos cuantos escritores, Carolina Molina, Mario Villen y yo. Tienen como meta dar a conocer de una forma entretenida la historia de nuestro país, de Granada en particular, y difundir la lectura y la novela histórica específicamente. La organización de estas jornadas surgieron a partir de unas charlas y unas conferencias a las que fui invitado en Valencia, donde organizan algo similar, y viendo lo que bien que funcionaba allí pensé que sería interesante hacer algo parecido en Granada. Y así surgió. Ahora mismo estamos organizados como una asociación cultural. Las jornadas se celebran de forma anual, cuando reunimos a escritores de novela histórica de toda España, e incluso hemos tenido a algunos autores internacionales. Se organizan charlas sobre una época temática, unos libros y se completa la actividad con unas rutas histórica-literarias por la ciudad de la mano de autores que han escrito sobre Granada y para Granada, que van mostrando los lugares en los que transcurren sus novelas.

M.G.- Pero, ¿todo gira alrededor de Granada? Quiero decir, ¿estas jornadas solo tratan sobre libros cuya trama se desarrolla en Granada?

B.M.- No, no. Son jornadas sobre Historia en general. Por ejemplo, las primeras fueron dedicadas a Al-Ándalus, luego las segundas se dedicaron al reino de Castilla. Hemos combinado géneros, acercándonos al siglo XX, hemos traído a autores de thrillers históricos, hemos tocado el siglo XIX, Roma, Grecia,... Este año, en noviembre, pretendemos tocar también el Siglo de Oro. 

M.G.- Y aprovechando que tú estás tan puesto en la novela histórica te quería preguntar algo. Hace un tiempo leí en las redes a una lectora que criticaba la libertad que se tomaba un autor al novelar un episodio histórico, narrando hechos que no se habían producido tal y como él los contaba y que, además, tergiversaba los hechos. Me gustaría saber tu opinión al respecto. ¿Hasta dónde puede llegar la mano del autor a la hora de retratar episodios históricos?

B.M.- El límite lo pone el propio autor porque estamos hablando de novela y una novela por definición es ficción. Lo del adjetivo de histórica es simplemente porque su argumento se basa en parte en datos históricos pero ya entramos en la eterna discusión: ¿qué es novela y qué es novela histórica? La Historia es importante en este género pero no lo más importante. Lo que realmente importa es contar una buena historia y además, ¿la historia es como nos la han contado? Su interpretación es algo totalmente subjetivo. En este caso no se habla de un ensayo o un estudio científico, donde quizá la objetividad es lo que más prima. Sin embargo, un autor no tiene esas limitaciones. Sí debería estar obligado a dar coherencia a lo histórico, en relación con lo que ficciona, pero es el propio escritor el que puede decidir cambiar algunos hechos, adelantar o atrasar hechos en favor del argumento, por ejemplo. Lo que se busca es algo que entretenga.

Por otra parte, dentro de la Historia hay lagunas históricas. Ahí es donde se recrea el autor, donde tiene la posibilidad de crear su mundo de ficción y si en esa creación necesita empujar un poco la verdad objetiva en favor de la trama, debería hacerlo. 

M.G.- Pero de todos modos, ¿en la novela histórica se debería decir al lector, a modo de anexo, qué es ficción y qué es real? Más que nada por no confundir porque a veces leemos una novela histórica y creemos a pies juntillas todo lo que se nos cuenta.

B.M.- Hay dos corrientes principales. Una que efectivamente cree que al final de la historia hay que poner un capítulo sobre lo que fue y lo que no fue verdad. Luego hay otra que defiende que no hay que poner nada porque se sobreentiende que en una novela la magia del escritor radica en que el lector no pueda distinguir entre lo que es verdad y lo que no. Si ponemos una coletilla al final es como si le quitáramos la magia al truco del mago.

M.G.- Pues tienes razón. Bueno, Lope, la furia del fénix es tu cuarta novela. En ocasiones anteriores, has tocadola época musulmana, el imperio bizantino y ahora optas por el Siglo de Oro. ¿Escribir esta novela fue algo predeterminado para las fechas en las que estamos o bien surgió así?

B.M.- No, no fue premeditado. Cuando uno se documenta siempre surgen nuevas ideas. Una ventaja que tenemos los que escribimos novelas históricas es que podemos viajar en el tiempo, literalmente. Tienes que empezar a documentarte, a buscar personajes interesantes, a encontrar localizaciones que den pie a unos buenos escenarios para el argumento. Esto es un viaje en el tiempo y en ellos siempre hay tentáculos que ayudan a relacionar una cosa con otra. Lope salió en relación a una de mis ideas. Yo siempre tengo un cuaderno de ideas donde voy apuntando todo lo que se me ocurre. Cuando termino un libro lo primero que hago es repasar ese cuaderno, en busca de esas ideas que en ese momento llamaron mi atención.

Lope es un personaje grandioso y como tal tiene su propio mito, su propia leyenda y se ha escrito mucho sobre él. Es un personaje que impresiona, del que fui indagando en los ratos libres que tenía y al final descubrí que, con todo lo inmenso que es su obra, con todo lo que se ha dicho de él, con sus contradicciones y vivencias, sigue siendo un hombre. Con esa idea, de que era un hombre, un ser finito y abarcable, decidí iniciar el proyecto. 

M.G.- He leído que a Lope se le conocía como el Fénix de los Ingenios. 

B.M.- Es que realmente era muy ingenioso. Sus coetáneos llegaron a mencionar un volumen brutal de obras dramáticas. Más de mil seiscientas comedias, de las cuales nos habrán llegado catalogadas entre 300 y 400 comedias. Aún hoy siguen apareciendo de vez en cuando comedias inéditas de las que no se tiene el texto pero sí se tiene la mención del título en algunos de los listados de sus biógrafos más iniciales. 

Además le dio tiempo a corregir, a revisar, a crear varias versiones, a escribir loas, textos religiosos. Y más aún, en busca de su sustento, acudió a mecenas que le encargaban trabajo, aunque este era aburrido o burocrático como problemas de deslindes de terrenos, parabienes para la boda de un labriego, poesías para conmemorar el nacimiento o el fallecimiento de algún personaje de la Corte. Y además atendió a asuntos amorosos particulares, le dio tiempo a viajar por toda España, asistió a sus representaciones, tuvo como poco, quince hijos bastardos, que se sepa... ¿Cómo lo hacía? Creo que debía ser bastante insomne. Seguro que dormía muy poco.

M.G.- Sin duda fue un hombre con una extensa producción literaria pero si lo miramos con los ojos de una mujer, fue un hombre un tanto tarambana. La fidelidad no encajaba con él.

B.M.- Digamos que no era el yerno ideal. 

M.G.- Él no estaba hecho para el matrimonio.

B.M.- Lo dice claramente. En una de sus cartas al Duque de Sessa confiesa unas intimidades y le comenta que no es hombre de una mujer porque él no está enamorado de una solo hembra sino del concepto. Se sentía atraído por todas porque no era un hombre de términos medios, sino de extremos, desde la pasión más arrebatadora al arrepentimiento más desgarrador. Hasta su muerte fue así. Estuvo muy enamorado de su mujer Isabel de Urbina pero en cuanto ella fallece, desaparece de su vida y de sus obras. Algo muy significativo porque el siempre reflejaba a sus amantes y enemigos en sus obras, en sus comedias. Fue un hombre de extremo pero la pasión le podía durar un solo día.

M.G.- La pasión y el arrepentimiento también porque es verdad que lo pasa muy mal cuando muere Isabel de Urbina y sus dos hijas, se arrepiente mucho de sus actos y se puede llegar a pensar que va a cambiar pero no. Vuelve a las andadas.

B.M.- Es que no lo podía evitar. Él reconoce que era muy creyente pero un gran pecador. Se llegó a hacer sacerdote y en esa época los viernes los dedicaba al arrepentimiento. Se fustigaba, visitaba los hospitales, daba de comer al enfermo,... Eso solo los viernes. El resto de la semana seguía con su vida normal. Escribía mucho, asistía a las representaciones, a las tertulias, discutía con sus enemigos literarios, que tenía muchos,... Muchos le criticaban como un ser amoral porque se dedicaba a Dios cuando estaba tan atado al mundo.

M.G.- Contradictorio totalmente. 

B.M.- Era un hombre muy contradictorio.

M.G.- Sé que tenía mucha pasión por la escritura, que era su vida pero no me queda claro si la literatura estaba por encima de la mujer o la mujer por encima de la literatura.

B.M.- Esa pasión por la mujer ya la tenía antes de ser reconocido pero su obra literaria y su vida personal no pueden separarse, iban irremediablemente unidas. Él encuentra inspiración en todos sus episodios vitales y no se limita a recordarlos sino que tenía que escribir sobre ellos. Quizá para corregir sus propios errores o mostrar sus arrepentimientos, cambiando algunas cosas, o incluso como una especie de legado al futuro. Él mismo se representaba en sus obras. 

Creo que la mujer y la literatura estaban al mismo nivel. No era capaz de poner una por encima de la otra.

M.G.- Como todavía no me he terminado el libro, me gustaría saber hasta dónde llega. ¿Vamos a ver morir a Lope en la novela?




B.M.- No. Esta novela trata la época de Lope más interesante quizá por ser la más desconocida. Escribió a lo largo de toda su vida, aparte de una extensa obra dramática, una abundante obra epistolar con sus mecenas, cartas y comunicaciones de toda índole, hasta el final de sus días. El siglo pasado, esa correspondencia se agrupó en cuatro tomos a través de un erudito, Agustín G. de Amezúa, pero apenas tenemos datos de lo que escribió hasta 1604. De la juventud y la primera madurez de Lope no tenemos información y la que tenemos se encuentra reflejada en sus comedias, pequeños retazos autobiográficos. Esa laguna para un escritor es campo fértil de ficción. ¿Por qué de su época en la Gran Armada o de su estancia en Alba de Tormes apenas hay datos? Él nunca escribió sobre la Gran Armada y sin embargo es algo que le marcó. Es esa primera época la que a mí me interesa como escritor porque sobre Lope se ha escrito mucho pero sobre esa etapa, muy poco.

M.G.- Entonces en tu novela no lo vamos a ver como sacerdote. A esa época no llegas, ¿no?

B.M.- No, no.

M.G.-  De acuerdo. 

Otro dato interesante es que, a través de este libro, el lector puede ver el momento en el que germinan y nacen algunas de las obras de Lope. Tenía muchos admiradores pero también detractores. Su teatro rompió los cánones de entonces, ¿verdad?

B.M.- Él defendía una manera diferente de hacer comedia. Ni unidad de acción, ni unidad de tiempo, ni unidad de nada. Hacía lo que se le ocurría. Sus enemigos le criticaban que en una misma pieza de teatro el personaje comenzaba en España y en el siguiente acto estuviera en Roma. Y encima se atrevía a sacar mujeres en el escenario. ¡Una inmoralidad para la época! Luego trataba temas que no eran los grandes mitos clásicos, sino situaciones cotidianas del día a día como líos con los taberneros, problemas con los panaderos,.... Sobre todo lo que vivía él escribía una comedia y el pueblo lo agradecía y por eso le decían que escribía de manera vulgar, porque escribía para el pueblo, para que lo entendieran.

M.G.- Y en aquella época ya existía el pirateo. A Lope le robaban y le copiaban sus obras.

B.M.- Pues sí que existía, sobre todo cuando la gente veía que todo lo que llevara el sello de Lope se convertía en oro. Se peleaban por conseguir las comedias de Lope porque se llenaban los corrales de comedia. Pero Lope le vendía sus obras a quien le interesaba y, antes de que las obras fueran al Consejo de Castilla para obtener licencia, era costumbre que capítulos sueltos o partes de los libros circularan de manera manuscrita por los corrillos literarios, como adelanto, para intentar captar las sensaciones que despertaba la obra.

M.G.- Sí, como un sondeo. 

B.M.- Eso es y claro también había mucha gente que se dedicaba a escuchar en los teatros y luego a pasar por escrito lo que habían escuchado, con mayor o menor fortuna, para vender las obras. Le ponían el nombre de Lope, las vendían en otro lugar y así se representaban. 

M.G.- Y ahora que mencionas ese Consejo de Castilla, creo que tuvo problemas con algunas de sus obras porque no conseguía que le dieran la licencia. Aquello era como pasar una censura.

B.M.- Sí, debían tener una licencia del Consejo de Castilla que permitía su impresión pero también había un Comité Eclesiástico que tenía que dar el visto bueno. La obra tenía que ajustarse a la moral católica y apostólica y si no, tenías un problema o podías tenerlo. Para ello era muy importante tener un buen mecenas aunque los enemigos literarios también tenían los suyos propios a través de los cuales podían retrasar esas licencias o poner obstáculos.

M.G.- La Iglesia se metía mucho en los temas del teatro. En alguna ocasión se prohibió por luto de algún miembro real pero digamos que este estamento no veía con buenos ojos las comedias o las representaciones teatrales. Las consideraban una gran tentación.

B.M.- El arzobispo de Granada comentaba en una declaración que hace por escrito al monarca que ve el teatro como un mal porque afemina a los hombres y les provoca tentaciones y deseos ajenos. En aquella carta, venía a decir que España iba como iba por culpa del teatro. Estuvieron una y otra vez intentando convencer a los reyes para que lo prohibieran, nada de risas, ni canciones, ni mujeres en las tablas,... Los teatros había que clausurarlos por el bien de la moral católica. Y claro, si uno escribe comedias y no las vende porque el teatro está cerrado, ¿de qué vive? Ahí entraba en juego también la figura del mecenas.

M.G.- Y pasó épocas muy tristes. Hubo un momento en que no tenía nada, no podía alimentar a sus hijos.

B.M.- Pero también ganó mucho, lo que pasa es que era un derrochador. Tuvo muchos amigos, literatos, poetas,... y su casa estaba siempre abierta para todos. A todo el que llegaba le daba. Él no medía si tenía mucho o poco. En cambio sus mujeres sí se preocupaban por ese derroche. El esperaba triunfar y que se le reconociera su triunfo con un puesto de cronista en la Corte, con el que glosar la Historia de España, pero no lo tuvo nunca, precisamente porque sus enemigos le achacaban todo lo que realmente era, un ladrón, un embustero, un pícaro, un mal cristiano, un huido de la justicia,...

M.G.- ¡Qué pena da! Y antes me has comentado que se ha escrito mucho sobre Lope, pero ¿a qué fuentes has acudido para narrarnos esta parte de la vida de Lope, de la que tú dices que se sabe poco?

B.M.- He recurrido a un par de biografías y sobre todo a la documentación epistolar que se ha salvado y que fue recopilada por Amezúa al principio del siglo XX. Entre sus cartas siempre sacas detalles personales y de la época. Es la gran fortuna de tener un autor tan prolífico. Y cuando no, en caso de duda, acudo a sus comedias. En ellas se representa la época en la que vivía y se representa a él mismo con sus mujeres y siempre sacas algún dato interesante. En sus comedias hay detalles que nos podían mencionar en las cartas porque un dato mal o comprometedor podía ponerte en grave peligro. Lope lo cifraba todo en sus comedias. Así que leyendo sus comedias he aprendido mucho de él y se aprende tanto de lo que dice como de lo que no se dice.

M.G.- Me gusta la estructura de la novela porque le haces un guiño al teatro, dividiéndola en actos.

B.M.- Me parecía necesario hablando sobre Lope. Un libro es como el teatro, una historia que se cuenta, con varios personajes y varios escenarios. Sí, era un pequeño guiño que tenía que hacer.

M.G.- Como otro más, esa sinopsis que figura en la contraportada del libro y que nos la cuenta uno de los personajes de la novela.

B.M.- Claudio Conde es un personaje histórico. Es un personaje real del que no se conoce mucho y solo sabemos de él por lo que Lope dice en sus cartas, en las dedicatorias de sus obras. Es un hombre que acompañó a Lope desde el principio. Lo conoció en sus andanzas por Madrid, en Valencia coinciden, lo ayuda a escapar de la cárcel y huyen juntos a Lisboa. Es un personaje que yo considero el alter ego de Lope.

M.G.- Por último, me gustaría saber cuánto tiempo te ha llevado escribir esta novela.

B.M.- Todo es un proceso continuo. Documentarme me llevó un año o un año y medio y luego, durante el proceso de escritura, sigues leyendo más cosas, sobre todo leyendo comedia,... 

M.G.- Pues Blas, estoy disfrutando mucho de tu novela. H sido un placer conocerte y gracias por hacer este homenaje a Lope, un personaje que me ha sorprendido y con el que me lo estoy pasando muy bien.

B.M.-Gracias a ti.

Os confieso que la conversación fue mucho más larga. Me contó detalles sobre Lope, sobre los mecenas que tuvo, sobre su manera de narrar, con la descripción de batallas navales en las que el lector se siente en el ojo del huracán o como los saltos en el tiempo que figuran al principio de la novela eran muy propios de Lope. Información muy detallada, muy interesante que me ha ayudado a hacerme una idea sobre aquel reputado y envidiado autor del Siglo de Oro. 

En breve os traeré la reseña sobre esta estupenda novela que desde  ya mismo os recomiendo..



[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]

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