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ENTREVISTA a CLARA PEÑALVER (La fractura del reloj de arena).

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Autora
Clara Peñalver nació en Sevilla el 23 de abril de 1983 y se considera muy afortunada por celebrar su cumpleaños el día del Libro. Es licenciada en biología por la Universidad de Granada, ciudad en la que vive y de la que se declara fervientemente enamorada. Es autora de Sangre (Premio Mejor Escritora Novel en el Festival Imaginamálaga 2010) y de los libros que forman la serie de Ada Levy (Cómo matar una ninfa, El juego de los cementerios y La fractura del reloj de arena). También ha escrito «La venganza de Ada», un relato corto protagonizado por esta intrépida detective, publicado en la edición digital de las dos primeras entregas de la serie. Además, con la editorial Beascoa, Clara publica una línea de libros muy diferente: la colección «Hoy estoy...», formada por títulos infantiles centrados en la creatividad y la inteligencia emocional. Asimismo, Clara Peñalver es la presentadora del programa sobre arte de RTVE La mitad invisible.

Sinopsis
El nuevo caso de Ada Levy llega en el peor momento. Acaba de terminar la relación con el hombre que creía el amor de su vida, y, por si fuera poco, una de sus mejores amigas sufre de cáncer cerebral. Ada se siente obligada a pedir ayuda a la última persona a la que desearía ver: su padre, reconocido oncólogo y el hombre que la maltrató en su niñez.

Ante esta desalentadora situación, la detective casi no tiene fuerzas para investigar la desaparición del cadáver del prestigioso abogado Fernando Castellano. Sus hijos ilegítimos, apremiados por realizar las pruebas de ADN que confirmen la paternidad, quieren cerrar el asunto cuanto antes. Sin embargo, un paquete de remitente anónimo se convertirá en la clave para desentrañar un escabroso entresijo de intrigas familiares que llevará a Ada más allá de sus límites.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


************************************



Ada Levy es una joven investigadora a la que ya hemos conocido tiempo atrás. Su creadora, Clara Peñalver pasó por Sevilla la semana pasada para presentarnos la tercera entrega de esta saga, La fractura del reloj, un tipo de novela policíaca que con un añadido que la hacen diferente. 

De la saga, solo he leído las dos últimas y he decir que me han parecido muy entretenidas pero de mis impresiones ya os hablaré más adelante. De momento os dejo con la entrevista que le hicimos a Clara. Esto es lo que nos contó.


Marisa G.- Clara nos vimos en Septiembre del 2014 con la novela anterior, ¿cómo te ha tratado la vida hasta ahora?

Clara P.- Pues me ha tratado muy bien. Estoy mucho más cansada que en aquella época pero muy contenta. Desde esa fecha, aparte de seguir trabajando en esta novela, he tenido varias publicaciones infantiles para trabajar el campo de la inteligencia emocional y además en abril del 2015 empecé a trabajar en televisión, con lo cual, al final, ha habido un cambio bastante importante a nivel cualitativo y cuantitativo.

M.G.- Y este programa de televisión que se llama La mitad invisible, ¿esto cómo surge?

C.P.- Pues surge de una forma totalmente sorprendente. De repente un día recibo un correo electrónico de Blanca Flaquer, la directora del programa. Ese correo lo entendí como que estaban preparando un programa sobre un tema determinado y querían contar con mi opinión. De entrada me resultó extraño porque se trataba de un programa sobre arte, de esos sesudos de La 2, pero bueno, yo les facilité mi teléfono y cuando me llamaron me explicaron que buscaban presentadora. Por lo visto habían encontrado vídeos míos en Internet, alguna entrevista en televisión y les había gustado lo suficiente como para llamarme. Estuvimos seis u ocho personas en el proceso de selección y al final me cogieron a mí. Fue una cosa súper sorprendente. Nunca me había imaginado trabajando de forma seria en televisión. La experiencia está siendo muy bonita porque es un tema de cultura en el que se la trata de una manera muy especial, no solo desde el punto de vista sesudo y catedrático sino también con un toque de humor y perspectivas distintas. Es un formato muy especial y muy bonito dentro del campo del arte.




M.G.- Yo he estado viendo algunos programas. Se tratan temas muy diferentes, desde la Dama de Elche hasta el jazz, género musical al que llegaste gracias a Ada, la protagonista de tus novelas.

C.P.- Efectivamente. Y sí, se toca desde arquitectura, pintura, escultura, cine,... Cualquier cosa que se pueda llamar cultura. Me han dado la oportunidad de meterme en la cabeza de un montón de mentes creativas que saben mucho de lo que hablan y eso para mí es fascinante. 

M.G.- Habrás aprendido un montón, imagino.

C.P.- Estoy aprendiendo un montón. Es indescriptible. No podría explicarte bien lo que me aporta el mundo de la tele ahora mismo, tanto a nivel personal como laboral.

M.G.- Pues vamos a hablar del libro. En la anterior entrevista, ya al final, me comentaste que estabas escribiendo una nueva novela pero que estabas en un escollo porque no sabías qué hacer con un muerto. Aquello me hizo mucha gracia pero ahora veo que has superado el escollo con creces.

C.P.- (Risas) Fíjate si llevo tiempo con el muerto metido en la cabeza. De hecho me ha dado más de un quebradero de cabeza, sobre todo a la hora de averiguar la manera de sacarlodel cementerio. ¿Cómo lo saco de la sala de tanatopraxia? ¿O del recinto? Eso fue un escollo bastante importante. Lo que pasa es que tuve la suerte de contar con José Antonio, el verdadero gerente del cementerio y, en este caso, también personaje de la novela, que me enseñó todos los recovecos del cementerio, me presentó a gente que conocía algunas zonas todavía mejor que él y poco a poco fui encontrando la forma de sacarlo y de llevármelo. 

M.G.- Porque esta historia, La fractura del reloj de arena, es una nueva aventura de tu personaje, esa detective privado llamada Ada, que intenta averiguar qué se esconde detrás de la desaparición del cadáver de un abogado de reconocido prestigio. Pero la cosa se complica, ¿verdad?

C.P.- Sí, en realidad ella piensa que está buscando simplemente un cadáver con un tema de herencia detrás porque es lo que suele ocurrir en estos casos, siempre giran en torno a herencias y a temas de dinero, pero Ada al final termina metiéndose en una historia de familias, cargada de secretos oscuros que han marcado mucho a un personaje concreto. Es una bola de nieve que se generó en el pasado y en la actualidad está a punto de estallar. 

Me ha gustado meterme en el mundo del secreto familiar porque me ha dado mucho juego con Ada ya que me permitía también trabajar su pasado. El centro de esta novela es el pasado y especialmente el peso del pasado.

M.G.- En la novela mencionas que eso de que desparezcan cadáveres no es algo tan extraño. Citas unos cuantos ejemplos. 

http://www.20minutos.es/noticia/573643/0/desaparece/cadaver/herencia/
C.P.- Yo tampoco podía imaginarme que fuera algo tan relativamente común. Conocí el caso del empresario de Cee, que fue el que prácticamente me inspiró. Pensé que aquella historia daba para una novela. Pero no sabía que hubiera tantos casos. Tú escribes en Google "Cadáver desaparecido cementerio" y aparecen muchos casos y muchos muy famosos como por ejemplo el de Charles Chaplin. Aquello me dejó muy impresionada y más aún la reacción de su mujer al conocer la desaparición del cadáver de su marido. 

M.G.- Le dio totalmente igual. 

C.P.- Sí, sí. Hay muchas historias relacionadas con cadáveres desaparecidos que constatan que la realidad siempre supera a la ficción. 

M.G.- Como dices, esta novela te la inspira esa noticia que lees pero, ¿qué ocurre con las novelas anteriores? Sé que tienes contactos en la Policía y no sé si a través de tus amistades y alguna cosa que te puedan comentar encuentras la inspiración.

C.P.- No. Los temas nacen de forma fortuita. Por ejemplo, con El juego de los cementerios, la historia nace a raíz de mis visitas a los cementerios. Hago necroturismo porque me apasiona el impacto que tiene la muerte sobre la gente viva. El visitar cementerios me da muchísima información. Y lo que me ocurrió fue que, después de estar en multitud de cementerios en distintos puntos de España, me fijé en que había un tipo de lápida que se repetía mucho y me planteé inventarme a un asesino en serie con una relación extraña con unas lápidas repetidas. Realmente me surgen ideas de cosas que no tienen importancia ninguna pero basta con pasear con un filtro distinto en los ojos para captar la información de otra manera. 

M.G.- Muchos cementerios en la novela anterior, un único cementerio en esta nueva, el cementerio de Granada. ¿Has llegado a visitar el de Sevilla?

C.P.- He visitado el de pueblos cercanos a Sevilla pero no el de la capital.

M.G.- Hay obras escultóricas alucinantes.

C.P.- Sí, me queda pendiente el de Sevilla y el Huelva. Con el de Cádiz tuve la suerte de poder visitarlo, una vez desalojado y exhumados los cadáveres porque se trasladaban a Chiclana. Fue maravilloso. 

M.G.- Pues no te pierdas el de aquí porque si te gusta y eres capaz de verlo desde otro punto de vista te vas a llevar una sorpresa.

C.P.- Lo haré sin duda.

M.G.- Y en cuanto al cementerio de Granada, el de San José, me has comentado que lo has visitado pero te lo habrás tenido que aprender de memoria. Hasta nos facilitas un pequeño mapa de su distribución en la novela. 

C.P.- Bueno, he de decir que el mapa está alterado porque claro, si estoy dando tanta información sobre cómo sacar un cadáver del cementerio, pensé que sería mejor alterar un poco la planta del mismo, para despistar. A ver si a alguien se le va a ocurrir robar un cadáver y me van a culpar a mí.

M.G.- (Risas) ¡Imagínate!

C.P.- No, no, claro... Tenía que cambiar algo. Ese cementerio también tiene unas obras maravillosas, con mucha historia detrás, incluso tiene un trozo de un palacio musulmán en el centro, el Patio de los Alixares. Tiene tantísimo monumento que es un sitio que siempre me ha gustado visitar. 


M.G.- Y Clara, en la novela anterior Ada viaja mucho por España pero en esta nueva entrega no se mueve de Granada. Leyendo la novela, he notado que tú tienes un gran amor por Granada. Se nota mucho en las descripciones. 

C.P.- Pues me alegra que me lo digas porque es lo que llevo intentando desde la primera novela de Ada. Yo no me he sentido cómoda de verdad describiendo la ciudad hasta que no he tenido las palabras adecuadas para hacerlo y eso ha sido ahora. Para mí escribir de Granada y sobre Granada en esta novela ha sido una de las partes más especiales hasta el punto que la ciudad era un personaje más.

M.G.- Bueno, y hablemos ahora de Ada. Ella es un personaje peculiar, con sus muchos vaivenes y en esta novela la he notado un pelín más descentrada porque tiene mucho lío en el terreno personal, unos problemas que, hasta prácticamente la mitad de la novela, eclipsan todo lo que es la investigación del caso.

C.P.- Si te fijas en la primera mitad de la novela, que se titula Silencio, hay silencios de corchea y desaparece la música de su vida. Ada está pasando en esos capítulos por una depresión. Necesito centrarme mucho en el tema personal de Ada, en la enfermedad de su amiga Cristina o en la relación que ella tiene con su padre, para justificar que Ada esté pasando por una depresión y además para hacer que todo eso afecte a su trabajo. Lo que yo defiendo es que los personajes, si queremos que se parezcan a la vida real, se tienen que sentir afectados por sus problemas. Y sí, para darle el punto de crecimiento que quería darle en esta novela, he necesitado romperla del todo para volverla a reconstruir, algo que ocurre cuando aparece la canción Sunrise de Norah Jones. Es entonces cuando ella descubre que puede darle un giro a su vida, rehacer la forma en la que ella maneja el pasado.


M.G.- Es verdad que hay mucha más carga dramática en esta novela. Tocas temas complicados y duros.

C.P.- Da la casualidad que esos temas me han tocado muy de cerca en estos últimos tiempos. La historia estaba planteada así desde que se me perdió el muerto (risas), pero quizá si hubiera escrito la novela un año antes, lo mismo no hubiera tratado el tema del cáncer como lo he tratado o no habría hablado del tema del maltrato tal y como lo he hecho. Es que ha coincidido durante una serie de meses, esos temas han estado muy presentes en mi vida y para mí se han convertido en una parte muy sensible de la novela y no he podido evitar contarlo de esa forma. Creo que me ha venido muy bien hacerlo así para Ada porque necesitaba un revulsivo para el personaje y mis vivencias me han ayudado a que Ada pegue el cambio de verdad.


M.G.- Pues con la introducción de esos temas, la novela se podría ver casi desde dos puntos de vistas, no solo como una novela policíaca o negra sino también como una novela reflexiva, testimonial o introspectiva. Juegas con las dos vertientes.

C.P.- Por eso cuando me preguntan qué es lo que escribo, respondo que escribo novela negra y muchas cosas más porque al final es como un cajón de sastre en el que meto todas mis inquietudes. La trama negra me da mucha vida, me encanta pero no soy capaz de mantenerme en una novela negra al uso, necesito ponerle más cosas porque mis novelas no se centran en la trama sino en el personaje y a este le doy lo que él me pide. Si está investigando una trama policíaca y de repente se cae y se parte una pierna, ¿qué consecuencias tiene eso para mi personaje? 


M.G.- Te entiendo. Y no solo le afecta lo que le ocurre sino que también le afecta las personas a las que conoce como en este caso, cuando Ada descubre a unas familias que se han visto desahuciadas de sus casas. Tocas también este tema tan candente.

C.P.- Efectivamente. La colina del Palomo en Granada realmente no es un queso gruyere. El otro día lo comentaba en una entrevista con Canal Sur, si te fijas en esa colina solo hay dos cuevas, aunque hay otras zonas que sí parecen un queso gruyere. Lo que ocurre es que a mí me interesaba que esa colina se viera así desde el cementerio. Esa es la parte ficcionada. Pero sí hay muchas zonas de Granada en la que hay gente viviendo en cuevas, unos porque quieren y es su forma de vida y otros por necesidad, cada uno tiene su motivación, pero lo que sí es cierto es que el tema del desahucio en las cuevas de Granada ha sido algo que se ha movido mucho últimamente porque había un tema turístico que querían potenciar y daba mucho coraje y como no me podía ir a esa zona concreta donde estaban ocurriendo todos esos problemas, pues me traje las cuevas a la colina del Palomo.

M.G.- Oye Clara, al escribir sobre un personaje de una saga ¿se podría decir que Ada se ha convertido como en tu segunda sombra? No sé si llega un momento en el que tú te preguntas cómo haría Ada esto o lo otro.

C.P.- No me lo pregunto porque Ada para mí no es un referente. Es un personaje tan desequilibrado y tan poco estable que no le pido consejo a ella. A veces es que me cae mal.

M.G.- ¿En serio?

C.P.- Sí, sí. Hay algunas ocasiones en las que me cuestiono las barbaridades que hace. Tengo conversaciones con ella de ese tipo. Es como una amiga a la que quiero mucho pero que, de vez en cuando, mete unos patones brutales. Hemos estado muy unidas durante estos tres años y medio y ahora que ya me ha dado lo que necesitaba, como la seguridad a la hora de escribir, narrar o estructurar una novela, ha llegado el momento de dejarla un par de años descansar y escribir otra historia distinta.

M.G.- Pues si tenía pensado preguntarte si tendremos más aventuras de Ada en el futuro.

C.P.- Las habrá, seguro que sí, porque me encanta imaginar que con sesenta años voy a escribir una novela de Ada a sus sesenta años.

M.G.- Vais a evolucionar juntas.

C.P.- Claro, es un personaje que va a ir creciendo conmigo y que me va a acompañar siempre, con el que voy a testear la situación a nivel de autora en la que me encuentro a través de cómo se encuentra ella. Me gusta pensar que es mi compañera de largo recorrido. Pero es que tengo otros personajes que me están pidiendo novela y ahora que ya me ha dado ella la seguridad suficiente como para dejarla aparcada un par de años, me apetece meterme en una novela nueva en la que llevo trabajando ya unos seis o siete meses.

M.G.- ¿Un género distinto?

C.P.- Al principio quería una novela intimista para hablar del tema de la salud mental o del estigma de la enfermedad mental en nuestra sociedad, tenía una historia muy bonita hasta que de repente, una mañana me despierto y se me había muerto el personaje, con lo cual, sin querer me he vuelto a meter en una novela policiaca. Eso sí, con otro tinte. 

M.G.- En cuanto a tu estilo, hay algo que haces que me gusta mucho. Tú sueles adelantarnos pistas pero con mucha antelación. 

C.P.- Como tengo la historia metida en la cabeza, a veces me apetece soltarte algo y lo suelto y punto. Me ocurrió que cuando volví a leer con ojo crítico mi primera novela, Sangre, me di cuenta que abusaba de las anticipaciones. Le daba mucho ritmo a la novela pero perdía el efecto. Pensé que eso mismo en pequeñitas dosis podía funcionar muy bien, así que lo interioricé y empecé a hacerlo. 

También hay en esta novela como una cuenta atrás o el memento, ese contarte al revés el capítulo, porque me ha apetecido mucho experimentar a nivel narrativo con esta novela. 

M.G.- Antes nos has dicho que el gerente del cementerio de Granada aparece pero no es la única persona conocida que hace un cameo. Tenemos por ahí a Victoria Álvarez, la escritora. 

C.P.- Sí, sí,... Pobrecita todavía no le he mandado el libro con la buena ayuda que me prestó. Yo necesitaba una llave de una caja de seguridad que fuera especial y se pudiera meter en un objeto y ella me explicó que en la época de los zares había un tipo de llave que encajaba muy bien con lo que quería y encima me contó la historia de un zar que aparece en la novela. En fin que me dio toda la información que necesitaba.

M.G.- Y otra curiosidad. Aparece fugazmente una fadista a la que tú llamas Marcia pero que por la descripción tiene toda la pinta de ser Mariza, ¿me equivoco?

C.P.- Exacto. Quería música que no fuera jazz y se me ocurrió el fado. Yo no soy una gran versada en fado pero entre las fadistas que tienen un aspecto más rompedor y con una voz más bonita está Mariza. 

M.G.- A mí me encanta esa mujer y soy una gran aficionada al fado. Pero, antes de terminar quería preguntarte por la historia introductoria que abre la novela, una investigación entorno a una chica con síndrome de Asperger que me tenía totalmente enganchada. Yo creí que los tiros iban a ir por ahí. Te confieso que me dio rabia que todo se resolviera tan fácilmente.

C.P.- Esa historia, la de Davinia, solo me sirve para que Ada se plantee que el mundo muchas veces es injusto y luego aparte para describir a pie juntillas el trabajo de un investigador privado. Es decir, se llama a un investigador privado después de haber puesto diversas denuncias en la policía, la policía no puede hacer nada pero el investigador puede actuar porque no hay indicios de delito y en el momento en el que esos indicios aparecen, el investigador le entrega todo el material al policía. Ese es el trabajo de un investigador privado a día de hoy en España. Me apetecía también hacer ese recorrido antes de meterme de lleno en la novela.

M.G.-  Perfecto, pues Clara no tengo más preguntas. Esperaremos a la siguiente a ver qué nos planteas. Ha sido un placer volver a verte y espero que la vida te siga tratando tan bien.

C.P.- Eso espero. Gracias a ti. 


Y hasta aquí la entrevista con Clara Peñalver. Como dije más arriba, os comentaré mis impresiones en breve. 



[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]



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