¿Qué sería de la vida de un lector sin una Feria del Libro? En diversas ciudades españolas se celebra con carácter anual un homenaje al libro y a los lectores, unos días en los que todo gira en torno al papel y a la tinta, un evento en el que poder conocer a ese escritor que tanto nos emociona, descubrir algún autor nuevo, o asistir a interesantes charlas y conferencias. Mi vida sin los libros y, por extensión, sin una Feria del Libro no sería lo mismo.
Por suerte en Sevilla contamos con una primavera florida en cuestiones literarias. Nuestra Feria del Libro comenzó este año el pasado jueves, día 28 de abril y se prolongará hasta el próximo 8 de mayo. Aún nos quedan bastantes días por delante para poder disfrutarla. Y de todo lo que en estos días ocurre sabe mucho su director, Javier López Yáñez, quien tuvo la amabilidad de frenar su actividad y sentarse con nosotros a conversar y saciar nuestra curiosidad.
¿Queréis saber lo que nos contó? No te pierdas todo lo que nos descubrió.
Marisa G.- Javier, tú llegas a la dirección de la Feria del Libro de Sevilla como hace una década aproximadamente si no me equivoco.
Javier L.- Doce años.
M.G.- Doce años, bien. Me gustaría saber cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar hasta aquí.
J.L.- Soy librero desde hace treinta años. En su día abrí la librería Repiso pero la tuve que cerrar hace un año y poco. Durante los últimos años de la librería compaginaba esa labor con la organización de la Feria y del sector porque también he dirigido la Feria Nacional Andaluza de Libreros y desde el mes de junio pasado, he asumido la dirección de CEGAL (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros). Así pues estos años me he dedicado principalmente a la gestión cultural y a la gestión de organizaciones del sector.
M.G.- Y el cierre de Repiso, ¿cómo lo viviste?
J.L.- Muy mal. Cerrar una librería es muy doloroso sobre todo, cuando la abres con un fuerte carácter vocacional. Por supuesto que quieres vivir de la librería, y vivir dignamente pero tener que cerrar una librería cuando te ha impulsado a abrirla un sentimiento vocacional, eso es muy doloroso.
M.G.- Se están cerrando muchas librerías últimamente, ¿no?
J.L.- Se han cerrado muchas durante los años de la crisis, pero también es cierto que ahora comienzan a abrirse otras nuevas, especialmente en los últimos dos años. Está muy bien eso pero son librerías mucho más pequeñas, con menos músculo comercial, menos trayectoria,... De todas esas, lógicamente habrá algunas que no podrán mantenerse y otras que serán las librerías del futuro con algo más de cuerpo y que vayan agrandando o modificando su modelo.
En estos últimos años, lo que hemos perdido es volumen y seguridad en el sector. Y estamos hablando de librerías pequeñas que se crean prácticamente como autoempleo. Es muy diferente a otro tipo de librerías más fuertes que se han visto obligadas a cerrar. Las librerías grandes o medio grandes han sido quizá las más afectadas.
M.G.- ¿Crees que esas librerías que han cerrado se han visto afectadas por los grandes espacios o las cadenas de librerías?
J.L.- No tanto. Más bien creo que se ha debido al empobrecimiento del sector. El efecto de la crisis en las librerías no sólo repercute en lo económico. Digamos que hay una crisis propia del sector que ya se arrastraba de antes y que se basa en la sobreproducción. Hay una sobreproducción editorial brutal y eso lleva a una incapacidad de la librería para gestionar, y gestionar financieramente también el volumen de lo que se publica. Esto junto con los cambios en los sistemas de distribución ha conseguido que librerías que necesitaban de un gran volumen estuvieran en un momento muy crítico. Sin embargo, lo que se ha salvado un poco más son las librerías que se basan en el autoempleo. Y es que en el sector se ha perdido muchísimo empleo.
M.G.- Bueno y estamos en plena Feria del Libro de Sevilla (FLS) con una nueva edición, ¿en qué estado de salud se encuentra?
J.L.- Lo he repetido este año algunas veces. Me recuerda al inicio del ciclo, cuando yo comencé con la Feria. Por entonces se creó la Asociación Feria del Libro de Sevilla. Fue un momento en el que se cambió el modelo, se profesionalizó la gestión, la Feria del Libro se basó en la actividad que cada librería y editorial desarrollaba durante el año y que puede ofrecer en la feria. Ese es el modelo a seguir. Nosotros no organizamos un festival en el que se muestra lo que nos gusta sino que dejamos esa iniciativa en manos de los expositores y las entidades colaboradoras. Queremos que sea un evento real, que muestre realmente lo que es el sector, para lo bueno y para lo malo, aunque esto es algo arriesgado pero nos sirve para hacer luego algunas correcciones. Así que sobre el momento actual, después de haber pasado una crisis importante, después de haber estado en riesgo la celebración de la Feria, se puede decir que tengo la sensación de que vuelve a animarse, se animan las ventas y las instituciones con responsabilidad cultural apuestan de nuevo fuerte por la Feria. Creo que comenzamos de nuevo un ciclo muy bueno.
M.G.- O sea que comenzáis a respirar de nuevo.
J.L.- Estamos respirando sí, o empezamos a respirar y con buena perspectiva. Eso ayuda muchísimo.
M.G.- Son diez días de feria pero imagino que esto tiene un trabajo previo y posterior. La Feria del Libro como entidad, ¿a qué se dedica el resto del año?
J.L.- Efectivamente esto es un trabajo de todo el año. En esta feria empezamos ya a intentar intuir de qué puede ir la Feria del Libro del año que viene. Por supuesto, hay que evaluar errores y fallos, realizar pequeñas o grandes modificaciones para perfeccionar el modelo, pero hay que ir pensando a qué vamos a dedicarla el año que viene, qué actividades pueden ser buenas para todos los tipos de público que asisten y demás. A partir de septiembre se empieza a contratar con las editoriales, bueno y con las librerías también, pero especialmente con el sector editorial para ver qué quieren hacer y qué esperan de la Feria del Libro del año siguiente. En ese momento se empieza a establecer los acuerdos con las editoriales y con las instituciones culturales. Y es a partir de enero cuando la actividad se incrementa a tope. Entramos en un periodo crítico, en el que ya empieza la organización de toda la programación y un mes y medio antes el trabajo nos absorbe a jornada completa y a semana completa.
M.G.- Este año la FLS está dedicada a la literatura infantil y juvenil. Entiendo que es una manera de fomentar la lectura entre los más jóvenes porque Javier, ¿tú crees que la gente joven lee o por el contrario las nuevas tecnologías roban tiempo para la lectura?
J.L.- Yo creo que la lectura se comparte con otras fórmulas de ocio y entre ellas está el uso de las nuevas tecnologías aunque hay que matizar. Si hablamos de ver televisión habrá que diferenciar entre ver televisión basura o ver una buena serie de televisión, algo que creativa y artísticamente puede ser positivo. Con los libros ocurre igual. Una persona puede leer mucho pero no crece en su capacidad lectora o de comprensión porque no elige lecturas de calidad.
En cualquier caso, sí que las nuevas tecnologías roban tiempo a la lectura pero hay otras cuestiones que hay que tener en cuenta. La lectura se ha desprestigiado mucho. Posiblemente en el colegio o en las familias no se está haciendo todo lo que se debería hacer por el fomento de la lectura pero es que tampoco podemos plantearnos el tema como una cuestión de obligatoriedad. Si alguien no está leyendo debe ser porque no se lo estamos poniendo suficientemente al alcance o porque no le estamos mostrando lo ilusionante que puede llegar a ser la lectura o simplemente porque no le gusta. No se puede forzar porque debe ser un placer y si no te gusta no vas a leer por mucho que insistamos. Pero el problema surge cuando ni siquiera sabes si te gusta leer o no porque sencillamente no lo has probado. Ese es el papel del educador, de los bibliotecarios, de los libreros y por supuesto también de los padres e incluso de los medios de comunicación. En cualquier tipo de programa y de corte muy popular se nos acercan un montón de productos pero escasamente nos acercan libros.
M.G.- Y sin embargo la producción literaria infantil y juvenil es muy amplia. Ya me hubiera gustado a mí cuando pequeña que hubiera habido tantísimo donde elegir como ahora.
J.L.- Sí, pero hay un problema de base. Muchas veces la promoción de libros de lectura en los colegios va paralela a la promoción de libros de texto y en este sentido, el criterio de calidad escasea porque estamos hablando de una operación puramente comercial. El peso de las editoriales en este punto sí es una cuestión muy importante, especialmente en el caso de las editoriales dependientes de congregaciones religiosas que realizan una pura campaña de promoción y a la vez que te venden libros de textos te venden colecciones literarias. Esto no es más que una operación comercial no suficientemente filtrada por el profesorado en muchos casos, aunque no en todos. Y ahí sí que habría que hacer mucho esfuerzo porque es el profesorado quien debe decidir esa calidad y no el equipo comercial de libros de texto de una editorial. Esa sería la vertiente negativa pero también hay una positiva. Muchos profesores están ofreciendo lecturas adecuadas para los niños, y con adecuadas no me refiero a lecturas descafeinadas, porque una lectura adecuada puede ser leer a Stevenson en la edad correcta. No tratemos a los niños como tontos. Ya lo decía Antonio Rodríguez Almodóvar en el pregón de inauguración, cuando mencionaba unas palabras de Ana María Matute. Los niños no son tontos y no se les debe tratar como tal. A veces nos obsesionamos con darle unos contenidos políticamente correctos hasta la saciedad. Lo que tenemos que acercarle es calidad literaria para que vayan aprendiendo a disfrutar cada vez más de la lectura.
M.G.- Has mencionado a Antonio Rodríguez Almodóvar el encargado de inaugurar la feria con su pregón, un escritor muy vinculado a la literatura infantil. No se podía haber elegido un autor más señero en ese terreno, ¿verdad?
J.L.- Sin duda. Que yo recuerde, Premios Nacionales de Literatura Infantil y Juvenil en Sevilla solo hay dos: Eliacer Cansino, que es además uno de los Premios Feria del Libro de Sevilla de este año y Antonio Rodríguez Almodóvar, que lo fue hace unos años. Antonio ha sido este año el pregonero y es una persona presente en la feria continuamente. Es una persona muy reconocida a nivel nacional que hace poco ha sido nombrado académico de la Real Academia y tiene un prestigio increíble. Yo tengo a veces la sensación que en Sevilla no se le da el reconocimiento que merece.
M.G.- No se le da el lugar que le correspondería, ¿verdad?
J.L.- No, es que además estamos hablando de uno de los principales investigadores de los cuentos populares, de los cuentos de tradición oral. Esto es algo muy importante.
M.G.- Y de la programación que se presenta este año, ¿cuál crees que es el plato fuerte?
J.L.- Decir uno es difícil. Te puedo decir dos o tres, por ejemplo contar con Leonardo Padura en una doble vertiente además. Hemos conseguido poner en marcha un taller literario con él organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y a la vez asistirá a una tertulia-conversación más orientada al público general. Te diría también que la presencia de Santiago Roncagliolo es para destacar. Pero a mí hay algo que me ha atraído mucho y es una mesa que se celebró ayer sobre nueva narrativa en Andalucía con Beatriz Rodríguez, Jesús Carrasco o Eva Díaz. Observo que hay una serie de autores andaluces de muy alto nivel y que han conseguido destacar también comercialmente. Algo que no le ocurre a todos los buenos escritores que tenemos. Eso es realmente importante porque va a suponer un tirón para esa cantera que hay ahora mismo en Sevilla y en Andalucía. Y en relación a esto que te comento, pues también me parece importante un homenaje que hay a los narraluces. Me parece una conexión muy bonita que estemos hablando de la generación de los narraluces y que a la vez estemos hablando en la feria de la nueva narrativa andaluza.
M.G.- Y has mencionado los premios que va a otorgar la FLS este año. Eliacer Cansino se lleva uno, la librería Yerma otro,... ¿En qué criterios os basáis para otorgarlos?
J.L.- No nos imponemos que deba de haber un premio por cada sector pero procuramos siempre reconocer la creación y por eso este año hemos elegido al autor Eliacer Cansino, especialmente al estar este año dedicada la feria a la literatura infantil y juvenil. Procuramos que haya una cierta conexión con la temática de la feria. Además, intentamos que haya siempre entre los premiados una biblioteca, una librería, una editorial... A veces buscamos otros ámbitos paralelos, por ejemplo con los narradores orales o los cuentacuentos. Este año es Manolo Garrido de Piratas de Alejandría pero anteriormente han sido premiados Pepe Pérez o Juan Arjona que son narradores que se encargan de extender la afición por la lectura.
Este año también premiamos a Antonio García Villarán que ha sido el responsable de la imagen de la feria desde hace diez años, tanto en lo que se refiere al logotipo como a la cartelería, además es editor y ha colaborado muchísimo con la feria. En su día también premiamos a la ilustradora Raquel Díaz Reguera, encargada del cartel de este año. En fin, intentamos abarcar todo el sector del libro y encontrar el año adecuado para cada uno de ellos.
M.G.- El cartel de este año es una preciosidad. Refleja muchísimo la esencia del lector.
J.L.- Efectivamente. Es que además, a mi juicio, es adecuado para un evento infantil y juvenil pero no se queda en los clichés y encima no solo es una obra de arte sino que además es buen cartel. No necesariamente una obra de arte puede funcionar bien como cartel.
M.G.- Y Javier, a mí me gusta mucho leer y siempre espero con ansia la llegada de estas fechas, la llegada de la Feria del Libro. Sé que las comparaciones son odiosas, pero a la vez miro con cierta envidia la Feria del Libro de Madrid o el Sant Jordi. ¿Podríamos llegar a esos niveles algún año?
J.L.- Pues te voy a decir algo antes, el anterior director de la Feria del Libro de Madrid, el año que vino a visitar nuestra feria me transmitió que sentía mucha envidia porque nosotros podíamos empezar a crear una feria desde un punto de partida y aprendiendo de los errores. ¿Por qué me decía esto? Pues porque en su día nos basamos bastante en la Feria del Libro de Madrid. Toda feria tiene que ir evolucionando y cambiando un poco su modelo y es muy complicado hacer cambios en una feria tan potente como la de Madrid.
Nosotros no podremos llegar al volumen de la Feria del Libro de Madrid. Es imposible por población, por lo que supone también el sector del libro en Madrid. Es como intentar emular el Día de Sant Jordi. Podríamos hacer un buen Día del Libro en ciudades andaluzas pero es que estamos hablando de Madrid y Barcelona, ciudades con una población enorme. Hay que ser muy conscientes y saber el punto en el que hay que estar. Estoy convencido que la Feria del Libro de Madrid es y seguirá siendo la primera a nivel nacional, sin lugar a dudas, y que luego hay una serie de ferias como la de Sevilla o la de Valencia que están en segunda línea. Además nos somos competencias sino todo lo contrario.
M.G.- Se complementan.
J.L.- Sí y se apoyan. Por ejemplo, en Andalucía a través de la Federación Andaluza intentamos coordinar las ferias andaluzas porque es muy importante que nos apoyemos, primero para el tema de la organización pero también la comunicación es esencial. Si la Feria del Libro de Cádiz que empieza justo en cuanto acabe esta, tiene éxito y funciona bien en cuanto a comunicación y esa información llega a Sevilla, lógicamente el lector sevillano se motivará a acercarse a Cádiz. Así que en ese sentido no hay competencia. Sí creo como director de la FLS que de la misma manera que en Sevilla sabemos cuál es el nivel que tiene la de Madrid en comparación con nosotros, lo que tenemos que encontrar es el modelo adecuado para cada ciudad en Andalucía, que no tiene que ser el mismo. Todo dependerá de la población, de los medios de comunicación,...
M.G.- La feria se basa mucho en los patrocinadores, los colaboradores como el Ayuntamiento, el ICAS,... ¿Echas en falta alguna institución relacionada con la cultura que no preste su apoyo a la feria?
J.L.- Hecho en falta aún más esfuerzo por parte de todos los que ya están, eso sin duda. Creo que todo va a ir creciendo porque estamos en un buen momento, con lo cual no hay una actitud de reproche sino todo lo contrario. Hay un buen nivel de colaboración. No obstante la parte que echo en falta es más desde el ámbito de la educación. Con el Ayuntamiento de Sevilla lo hacemos bien porque la Delegación de Educación sí se implica pero nos gustaría ver más implicación por parte de la Consejería de Educación. Esa parte me parece fundamental porque creo que es importante para la feria, como actividad de fomento a la lectura. Y luego, por supuesto, la aportación privada. En una época en la que casi se nos ha vendido el mecenazgo como la panacea, notamos que el mecenazgo se dirige a grandísimos eventos y además suelen mirar muy poco hacia el libro. Hay fundaciones culturales que bueno sería poderlas acercar a la feria.
M.G.- ¿Y las editoriales que tal se portan con la FLS?
J.L.- Las editoriales bien, hay buena implicación. Creo que las editoriales sevillanas pequeñas encuentran la feria como un buen lugar para darse a conocer. Eso puede ser mediante su propia caseta o con la presencia de sus libros en las casetas de las librerías. Luego la mayor parte de las actividades que hacemos se organizan con la colaboración de las editoriales y los grandes grupos como Random House, o Planeta y Anaya, que participan en la Feria con patrocinio y aportación económica. Las editoriales no es que colaboren sino que entienden que tienen una oportunidad en la feria para cubrir sus necesidades de promoción.
La FLS no es solo venta. Yo la concibo como algo con tres patas. Por un lado está la venta y es lo que más preocupa y debe preocupar a las librerías. Por otro lado, la promoción que es lo que preocupa y debe preocupar a las editoriales. Y por último el sentido cultural y el fomento de la lectura, obligación de las instituciones culturales. De ahí que se haga necesaria la colaboración del Ayuntamiento y la Consejería de Cultura de manera potente.
Si no conseguimos promocionar un libro no estamos cumpliendo nuestro trabajo. Una editorial es importante que traiga un autor pero es muy importante que eso se refleje en los medios de comunicación. Si no cubrimos esa capacidad de promoción, la feria pierde valor. Creo que eso es uno de los éxitos de la FLS. Hemos conseguido que la promoción sea fuerte.
M.G.- ¿Y el público sevillano responde?
J.L.- Sí. La feria es para el público general. Lo que ocurre es que aquellos que frecuentamos las librerías todo el año nos gusta encontramos aquí pero la realidad es que aquí vamos a encontrar lo que vamos a encontrar en las librerías todo el año. La FLS está concebida como una fiesta que va dirigida al lector poco lector.
M.G.- ¿Sí?
J.L.- Si, porque lo que se pretende es acercar la feria y los libros a quienes menos leen para mostrarles esa ilusión e incluso mostrarles ese carácter feliz que tiene la lectura. Que cuando pasen por aquí y vean que hay tanta gente, que piensen que se debe disfrutar mucho leyendo ¿no?
M.G.- (Risas) ¡Y tanto!
J.L.- Y no lo digo banalizando. Se puede disfrutar de un libro pero, como bien sabes, acabarlo con lágrimas en los ojos pero lo has disfrutado igualmente. Por eso la programación de la feria es y debe ser muy diversa. Lógicamente nos llegan críticas y es bueno que vengan. Hay quienes nos dicen que hay actividades muy comerciales que no deberían estar, otros nos dicen todo lo contrario. Las críticas a veces son contradictorias. Cada cual lo ve desde su perspectiva y lo expone. Nuestro planteamiento o modelo de feria es incluir todo lo posible y reflejar lo que es el sector del libro.
M.G.- Las actividades que se desarrollan son muy variopintas... ¿Sois vosotros los que las proponéis o bien son los demás los que os las proponen a vosotros?
J.L.- Nosotros preguntamos a las editoriales lo que quieren hacer cada año. En muchos casos les hacemos sugerencias sobre libros o actividades que creemos que pueden funcionar bien. Nuestra obsesión es traer actividades que pensamos que pueden tener un buen resultado. No me refiero solo a las comerciales sino que a veces vemos un título en una pequeña editorial que pensamos que una vez puesto en la feria puede tener un buen resultado. Esa es un poco la apuesta. A veces aceptamos sus propuestas y en otras ocasiones les hacemos sugerencias.
Lo mismo ocurre con las instituciones. Por ejemplo, con el Centro Andaluz de las Letras nos sentamos cada año y acordamos los autores que hay que traer a la feria. Así se construye el programa, de forma colectiva.
M.G.- Yo te agradezco mucho que este año venga Santiago Posteguillo que aunque estuvo aquí no hace mucho, nunca lo he visto en la feria.
J.L.- Es verdad estuvo hace bien poco pero en feria ha estado también firmando aunque hace tiempo.
M.G.- Y Javier, tú como librero, ¿crees que el precio de los libros es justo? ¿No habría forma de abaratarlo un poco? Es que a los que nos gusta leer el bolsillo se nos reciente mucho.
J.L.- Yo siempre he pensado que el precio de los libros no es alto. Es cierto que tras la crisis los precios se han quedado algo alto a mi juicio. Pero la única solución es acabar con la sobreproducción que es lo que hace que haya que producir mucho para poder llegar a la venta. Y luego está esa carrera que hay por situar los libros en las grandes superficies. Pero esto es muy complejo.
También es relativo que el precio de los libros sea caro. Para el que lee poco, tres o cuatro libros al año, no creo que suponga un coste muy elevado. El mayor problema viene cuando se trata de personas muy, muy lectoras pero hay que tener en cuenta que el libro es el único producto que está accesible de forma gratuita a través de las bibliotecas. Allí encuentras un montón de libros y lo importante es que leas. A veces pienso que no son más que excusas para no leer.
M.G.- Y habéis lanzado por twitter un concurso con el hastag #librosquemarcan. ¿Cuáles fueron los libros que te marcaron Javier?
J.L.- De pequeño los cómics de Asteríx y Tintín, Los Cinco. De ahí pasé a Stevenson y a Chesterton. Esa es mi trayectoria inicial pero claro cuando te embarcas en llevar una librería terminas leyendo de todo. Y es muy importante empezar a leer libros de calidad. Eso lo que te hace lector.
M.G.- Sin duda. Pues no te robo más tiempo. Te agradezco muchísimo este rato que nos has concedido y espero que la FLS funcione muy bien. Que la sigas disfrutando.
J.L.- Lo mismo os deseo.
Y hasta aquí la entrevista con el director de la FLS, Javier López Yáñez. Espero que os haya resultado interesante. Con esta entrevista inicio un breve ciclo de encuentros y charlas con personas del mundo editorial y librero. Con ellas pretendo dar una visión distinta del mundo literario de aquella que nos ofrecen los autores. Creo que puede ser interesante tener otros puntos de vista.
[Algunas ilustraciones e imágenes tomadas de Google]