Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: abril, 2016.
Precio: 0,99 €
Precio: 0,99 €
Género: Narrativa.
Edición: DIgital.
Edición: DIgital.
ISBN: 9788401017711
[Puedes leer el primer capítulo aquí]
Autor
Miguel de León nació a finales de 1956 en La Laguna, Tenerife. Se crió en el seno de una familia muy humilde, en Valle de Guerra, una zona rural del municipio de La Laguna, a cuya ciudad se trasladó a vivir con diez años, cuando comenzó la enseñanza secundaria. Mayor de seis hermanos, tuvo que ayudar desde niño a sacar a los pequeños adelante. Repartió periódicos, trabajó en una procuraduría y fue aprendiz administrativo en unas oficinas mientras estudiaba el bachiller con los adultos del turno de noche. Con quince años, sin haber terminado del todo el último curso de bachillerato, tuvo que desistir de la asistencia a las clases. Fue peón albañil, freganchín y pinche de cocina, camarero, ferrallista, operador de guillotina y foto montador en una litografía y, por último, administrativo en una empresa importadora, hasta el ingreso en el servicio militar. A su término, fue vigilante jurado y se hizo programador informático estudiando por su cuenta. Trabajó como programador y analista informático y fue gestor comercial en una importante empresa nacional de la que salió en 1991 para establecer una pequeña empresa de la que ha vivido hasta hoy.
Sinopsis
En un pueblo imaginario al norte de la isla de Tenerife, en una casa emblemática para los habitantes, aparecieron hace más de veinte años el cadáver de un hombre y de su hija. Él es el heredero del título de marqués que da nombre al lugar. No es rico sin llegar a ser pobre. Todo apunta a que, atormentado por la reciente separación de su mujer, mató a la niña y se suicidó.
Los cadáveres están enterrados en la cripta familiar, en la propia casa, donde acude la madre de la niña cada domingo para visitar la tumba de su hija.
Damián, el vigilante de la casa, descubre un día una misteriosa mancha en la losa sobre la cripta, que recuerda mucho a un dibujo que había hecho la niña en vida y trata de limpiarla, sin conseguirlo, porque reaparece con más fuerza. El misterio no se desvelará hasta el día en que Damián encuentra algo que debe entregar a la madre de la niña.
¿Cúal es ese misterio? ¿Qué significa la mancha imborrable en la losa? Y, sobre todo, ¿qué oscuro relato esconden las muertes del padre y la hija?
Los cadáveres están enterrados en la cripta familiar, en la propia casa, donde acude la madre de la niña cada domingo para visitar la tumba de su hija.
Damián, el vigilante de la casa, descubre un día una misteriosa mancha en la losa sobre la cripta, que recuerda mucho a un dibujo que había hecho la niña en vida y trata de limpiarla, sin conseguirlo, porque reaparece con más fuerza. El misterio no se desvelará hasta el día en que Damián encuentra algo que debe entregar a la madre de la niña.
¿Cúal es ese misterio? ¿Qué significa la mancha imborrable en la losa? Y, sobre todo, ¿qué oscuro relato esconden las muertes del padre y la hija?
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Miguel de León ha llegado a la vida de los lectores por suerte para cada uno de nosotros. No hace mucho os hablé de su primera novela publicada, Los amores perdidos, un debut del que solamente podía decir bondades (puedes leer la reseña aquí) y no fui la única que se derritió, casi literalmente, con aquella historia enclavada en las Islas Canarias y desarrollada a lo largo de setenta años, sin que contexto geográfico y temporal fueran diseccionados al milímetro porque aquella historia, como bien me dijo el autor, podía ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar.
Hace unas semanas Miguel de León volvió a hacerme otro regalo, enviándome un relato breve que Plaza & Janés solo ha publicado en formato digital. Y sé que por estos rincones habré dicho hasta la saciedad que no soy lectora de formato digital pero hay excepciones. Ruego me disculpen los que me tengan que disculpar. Hay excepciones sí, cuando se trata de una autoría que supone una garantía para mí y cuando la historia es de corta extensión, no más de cuarenta y pocas páginas. Pues bien, paso a contaros.
El Collado de la Marquesita es un caserón venido a menos pues tuvo tiempos mejores cuando la alegría y la felicidad eran la savia de aquellas paredes. La vida renació con un amor que surge como surgen los buenos amores, sin buscarlos, y que dio como fruto una pequeña niña a la que todos adoraban. Tiempos de los que ya solo se acuerdan unos pocos pues un trágico suceso, provocado por diversas circunstancias, siendo unas motivos y otras consecuencias, sumió a la casona en un niebla lúgubre y tenebrosa veinte años atrás y a su alrededor terminó por tejerse una leyenda propia de las mentes más fantasiosas.¿Realmente los vecinos veían lo que decían ver? Dicen que cuando alguien muere en trágicas circunstancias no abandona este mundo totalmente. Y en la casona hubo tragedia y muertes.
Para Damián, el único residente en el Collado, encargado de mantener la casa en las mejores condiciones posibles todo son fantasías de gente de pueblo. En su profunda soledad, Damián solo cree en lo empírico y echa mano de los recuerdos como únicos compañeros. También los libros le harán compañía y en él será fácil que muchos lectores, los que acudimos a la Literatura como bálsamo reparador, nos sintamos identificados.
Un narrador en tercera persona nos pondrá al día sobre la historia de Damián, cómo acabó él trabajando para el marqués, cómo vivió el trágico suceso ocurrido en la finca, así como la vida de sus dueños, la del marqués casado con una joven de la que se enamoró al instante y esa niña, tan pequeña, tan llena de futuro, tan bella,...
No os quiero contar mucho más porque la sinopsis ya aporta lo más fundamental de la historia. Solo os diré que la alegría y la felicidad terminará por tornarse en corazones rotos, resignación, abatimientos, decisiones dolorosas y una tesitura muy complicada, elementos que el lector puede encontrar en este breve relato con un desenlace humedecido por las lágrimas de sus protagonistas tras el hallazgo de una carta reveladora.
En esta historia, vuelve a ser poco importante el lugar y el tiempo pues en la narrativa de Miguel de León lo que prima por encima de todas las cosas son las emociones, los recuerdos, los dolores del pasado y los dictados del corazón, por eso sus personajes son tan humanos y cercanos, por eso nos llenan tanto y resultan difíciles de olvidar.
Por otra parte, la prosa de Miguel de León es mágica. Tiene la habilidad de dejar al lector enganchado a una frase que por bella, resulta casi obligatorio volverla a leer hasta casi memorizarla, consigue abstraernos, introducirnos plenamente en la trama. Y por todo ello, he vuelto a disfrutar muchísimo de esta breve historia, conmovedora y tierna que os recomiendo muchísimo.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
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