Editorial: Roca Editorial.
Fecha publicación: julio, 2016
Precio: 17,90 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 320
Edición: Tapa blanda con solapas.
Nª Páginas: 320
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788416498154
[Disponible en eBook]
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Autora
Mónica Gutiérrez nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en Historia por la Universitat de Barcelona (UB). Apasionada lectora, escribe novela, relatos y poesía. En la actualidad compagina la escritura de ficción con la docencia y suele charlar de literatura con buenos amigos en su blog Serendipia. Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas criticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos.
Sinopsis
En vísperas de una tormenta de nieve, un viernes tras la barra de galeón pirata de un bar escondido, un barman procedente del Loira espera la llegada de Kate, la chica del extraordinario cabello flotante y las larguísimas bufandas. Kate vive en un edificio antiguo como su propia tristeza y hace tanto tiempo que se ha dejado llevar por la rutina que ya no recuerda el sentido de los pequeños detalles, la aventura escondida en las sorprendentes pistas cotidianas, la sal de la vida. Un extraño jardín y una emisora de radio colgada del cielo en una buhardilla de madera constituyen su refugio para ese otoño. Y, sin embargo, aunque en la pequeña ciudad de Coleridge todos ignoren las advertencias de un excéntrico meteorólogo, el tiempo está a punto de cambiar el noviembre de Kate de la mano de un hombre bueno con planes de venganza, un sábado de tortitas y la risa de los argonautas.
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Por fin saldo una deuda. Llevo más de dos años queriendo leer alguna de las publicaciones de Mónica Gutiérrez pero, por unas cosas y otras, siempre se me iban quedando atrás. No obstante, El noviembre de Kate llegó justo en el momento oportuno, en pleno verano, por paradójico que parezca, cuando algo de tranquilidad llegaba a mi vida literaria y bloguera, y aun teniendo muchas lecturas pendientes, me atreví a dar prioridad a esta novela. Se lo debía a su autora.
La cuestión es que en este mes de julio que ya acaba, con un sol justiciero y unas temperaturas que han conseguido que de lo mismo que abras el grifo del agua fría que el de la caliente, te vas a escaldar igual, me he arrellanado en mi sofá, refresco en mano y he puesto a tope el aire acondicionado para sentir el frío que Kate, la protagonista de esta novela, ha sentido a lo largo de algo más de las trescientas páginas de la nueva novela de Mónica. Transitar por esta novela ha sido un paseo muy agradable, lleno de encanto.
Kate trabaja de secretaria de un ejecutivo en Milton Consultants, una consultoría de gran importancia en su sector. Es un buen trabajo si no fuera porque tiene que soportar a un jefe impertinente que no tiene vida más allá de la oficina, desconoce el concepto de jornada laboral y tiene totalmente desatendida a su familia. La verdad es que está harta de no ser valorada, de ser importunada a cualquier hora con peticiones que están fuera de lugar, así que, medio convencida por un amigo y también por convicción propia, empieza a rondarle por la cabeza la idea de cambiar de puesto o bien encontrar alguna otra actividad que realmente la motive. La ocasión se le presenta cuando le ofrecen un puesto de colaboradora en Longfellow Radio, una emisora local en la que coincidirá con un grupo variopinto de personajes, a saber, Xavier, director de la emisora, William, el meteorólogo, Santi el técnico de sonido y Josh, un locutor. Inmediatamente la relación entre los chicos y Kate se vuelve distendida salvo por el garbanzo negro del grupo, Xavier, un individuo que pone pegas por todo y al que parece no haberle hecho mucha gracia que una mujer se incorpore al equipo. Por suerte, nuestra protagonista contará con el apoyo de los demás.
Por otra parte, en el bar del Hotel Ambassador se reúnen todos los viernes un grupo de amigos, cargados de todo tipo de cachivaches tecnológicos como si desde los cómodos sillones del bar estuvieran a punto de asaltar los servidores de la NASA. Don, un policía de la Unidad de Delitos Informáticos, será el otro protagonista de esta historia que junto a Punisher y Sierra, a cual más peculiar, conforman un trío un tanto freaks. Alrededor de este ecléctico equipo gira un misterio. Inicialmente no sabremos qué hacen tres hombres jóvenes, absorbidos por diversas pantallas de ordenador, iPads y móviles un viernes por la noche en el bar de un hotel. Podríamos pensar que son tres solitarios que solo se sienten felices en un mundo virtual pero en realidad todo tiene una justificación. Buscan algo, esperan un paso en falso para lanzar una red y hacer justicia porque llevan la palabra venganza grabada en la frente. Pero de todo ello nos iremos enterando paulatinamente.
El noviembre de Kate es una novela romántica en la que nacerá el amor entre sus dos protagonistas principales -Kate y Don-, un flechazo, al menos en lo que a Don respecta, en el que Pierre, el barman del hotel Ambassador, hará las veces de maestro de ceremonias, un celestino que contempla el mundo desde detrás de su barra y con el mandil atado a la cintura. En la forma en la que este amor nacerá y se desenvolverá tendrá mucho ver una gran y terrible tormenta que está a punto de azotar la localidad de Coleridge, lugar en el que se desarrolla la trama.
Pero aparte de la trama amorosa que obviamente coge más fuerza hacia los capítulos finales cuando la atmósfera se vuelve mucho más propicia para que Cupido haga de las suyas, permitiendo que Kate se relaje y se sienta más cómoda y confortable, esta novela cuenta con otro hilo, de menor importancia, cuyo desarrollo me ha sorprendido. Fraudes fiscales, venta ilegal de información a terceros, o vulneración de la ley de protección de datos son cuestiones que se manejan con soltura. Yo entiendo muy poco del tema y la verdad es que jamás me hubiera imaginado un negocio en el que se vende la información personal y privada de cada uno de nosotros si no fuera por las diversas noticias que empezaron a salir años atrás. En cualquier caso, me ha parecido que la autora conoce bien cómo funciona este negocio ilegal en el que todos somos víctimas.
Y si nos paramos a hablar de los personajes, resulta inevitable cogerle cariño a sus protagonistas. Kate es una joven que no sabe decir que no, a la que vamos a ver muy sola si no fuera por la amistad que mantiene con Pierre y su compañera de trabajo Marian. Hasta no hace mucho mantenía una relación con Robert pero eso llegó a su punto final y ahora se siente desorientada. El trabajo no la ayuda a mantener una vida en equilibrio y por eso se plantea dar un paso hacia adelante, algo que le cuesta la misma vida pues Kate no es una mujer muy resuelta sino más bien lo contrario, le cuesta muchísimo tomar decisiones y le asusta lo desconocido. En mi caso, uno de los aspectos del personaje que más me han conquistado ha sido el profundo ostracismo al que su familia la tiene condenada. No hay nada negativo entre ella y sus padres o su hermana, no hay peleas, disputas o guerras del pasado, más bien se trata de que a su familia le importa realmente poco lo que le ocurra a Kate. Ella ha terminado por resignarse y asimilarlo pero indudablemente le duele, de hecho me ha dolido hasta a mí ver a su padre y a su madre como prácticamente la ignoran. Si a todo ello se le une el terrible insomnio que padece por lo que pasa el día arrastrándose cuál zombi y las noches en vela, casi me han entrado ganas de acogerla en mi casa, mimarla y cuidarla.
Con respecto a Don he de decir que ha sido un personaje que me ha inspirado mucha ternura desde el principio. Por suerte, él goza de una posición familiar mucho más agradable pues goza del cariño y la atención de los suyos. Don vive con su padre, un carpintero jubilado que cocina como los ángeles, Charlie, un broker que solo sabe protestar y de vez en cuando aparecen por su casa dos gemelos, Jasper y Jacobs, hijos de Sarah, una vecina, que lo revolucionan todo y que ponen la banda sonora en forma de gritos de júbilo a una familia diferente. Don me parece un hombre justo y por eso está embarcado en una aventura que le puede costar el puesto de trabajo. Pero en la vida hay que poner a la gente en su sitio y él llega un lastre muy pesado que apenas le deja pensar en otra cosa. He de añadir además que, me ha resultado mucho más fácil sintonizar con Don que con Kate, pero no porque un personaje me haya gustado más que el otro, ambos me han gustado por igual, sino porque Don acostumbra a dirigirse con frecuencia al lector y eso permite que nos involucremos mucho más en la historia.
Habrá otros tantos personajes, algunos con mayor o menor calado pero de entre los más secundarios tengo que hacer un acto de justicia y mencionar al jefe de Kate porque, si al principio se muestra como un tipo insufrible, nos deparará una sorpresa. Me han gustado esos matices con los que Mónica construye a este personaje. Será que yo todavía confío en el hombre, en aquello de errar es de humanos y rectificar de sabios, y cuando veo a un personaje que se redime termino por hacer las paces con él.
¿En qué tiempo y en qué lugar se desarrolla la trama de esta novela? En realidad no hay excesiva precisión en los datos. Parece que la historia se desarrolla sobre el año 2013 y en la localidad de Coleridge, como dije antes, pero tampoco se le da mucha importancia a las coordenadas geográficas o temporales. No obstante, uno de los espacios más bonitos que vamos a encontrar en la novela es un enorme jardín en el que parece que el tiempo se detiene. Tal y como la autora lo describe da la sensación de ser un lugar impregnado de una magia especial donde los sueños adquieren alas, un mundo aparte, ajeno al que gira más allá de las paredes que lo circunscriben. Para Kate este jardín será su refugio, un lugar íntimo que solo compartirá con aquellos a los que realmente quiere.
Pero en relación a lo que decía antes, eso de que no hay mucha precisión ni concreción en cuanto a lugares, también me ha resultado llamativo la elección de los nombres de los personajes. Encuentro una mezcla indefinida que puede hacer pensar en que esta historia puede ocurrir en cualquier parte del mundo o en todos a la vez, así que lo mismo da que un personaje lleve un nombre castellano o anglo-sajón. De hecho, y creo que por ahí van los tiros, la autora nos deja la siguiente cita inicial:
En cuanto al estilo de Mónica debo decir que he sentido mucha calidez en la narración. Es más, he tenido las mismas sensaciones que al leer sus posts en Serendipia. Uno se siente confortable en su espacio, aspirando un aire fresco y ligeramente perfumado, al igual que me ha ocurrido con la lectura de esta novela en la que existe un notable equilibrio entre la narración y los diálogos, diálogos que, dicho sea de paso, son muy creíbles. Especialmente me han gustado los que mantienen Kate y su jefe, divertidos, socarrones, llenos de sarcasmo e ironía. La verdad es que podía imaginarme perfectamente las situaciones en las que ambos interactúan y me gustaría adquirir para mí la habilidad de Kate en sus respuestas.
En definitiva, he disfrutado mucho con la lectura de El noviembre de Kate de Mónica Gutierrez, una autora de cuyas novelas previas siempre he leído muy buenas opiniones y no me extraña. Si acostumbra a crear historias con tanta magia es normal que los lectores disfrutemos, así que, desde aquí, y aunque sea julio, te recomiendo que te pases por el noviembre de Kate para que conozcas a esta joven de cabello flotante y a Don, que nada más verla, quedó prendado. Romanticismo puro.
Por cierto Mónica, gracias por esa Marisa que sale en tu novela. Aunque muy secundaria, hace ilusión encontrar un personaje con tu mismo nombre, y además un personaje tan ingenioso y tan vinculado al mundo librero. ¡Suerte!
Agradezco a la autora y a la editorial el envío del ejemplar.
Retos:
- 100 libros
Pero en relación a lo que decía antes, eso de que no hay mucha precisión ni concreción en cuanto a lugares, también me ha resultado llamativo la elección de los nombres de los personajes. Encuentro una mezcla indefinida que puede hacer pensar en que esta historia puede ocurrir en cualquier parte del mundo o en todos a la vez, así que lo mismo da que un personaje lleve un nombre castellano o anglo-sajón. De hecho, y creo que por ahí van los tiros, la autora nos deja la siguiente cita inicial:
«Toda la geografía, los personajes y las situaciones de esta historia son producto de la imaginación de la autora y, por lo tanto, ficción, nada más que ficción. Solo eso».
En cuanto al estilo de Mónica debo decir que he sentido mucha calidez en la narración. Es más, he tenido las mismas sensaciones que al leer sus posts en Serendipia. Uno se siente confortable en su espacio, aspirando un aire fresco y ligeramente perfumado, al igual que me ha ocurrido con la lectura de esta novela en la que existe un notable equilibrio entre la narración y los diálogos, diálogos que, dicho sea de paso, son muy creíbles. Especialmente me han gustado los que mantienen Kate y su jefe, divertidos, socarrones, llenos de sarcasmo e ironía. La verdad es que podía imaginarme perfectamente las situaciones en las que ambos interactúan y me gustaría adquirir para mí la habilidad de Kate en sus respuestas.
Y peculiar es la estructura de El noviembre de Kate. Sin numerar pero encabezados por un título, iremos encontrando alternativamente, pero sin seguir una regla fija, capítulos en los que Kate o Don nos narrarán su historia desde su punto de vista y por supuesto, en primera persona. En realidad la novela narra la historia de su amor y cada uno irá aportando sus vivencias y contándonos cómo sucedió todo desde su punto de vista. Pero como antes dije que Pierre es en parte el encargado de que la semilla del amor germine entre los dos protagonistas y por eso habrá una introducción escrita por él en la que nos aclarará qué vamos a encontrar en las páginas venideras. A ello hay que unirle que, de manera salteada, vamos a encontrar pequeñas secciones que la autora ha denominado Fragmento de las memorias de William Dorner, el meteorólogo de Longfellow Radio. Me ha parecido simpático que intercale estas piezas en las que se va contando la evolución de la gran tormenta que tiene lugar en la novela y que, a la postre, será el detonamente final del amor entre Kate y Don. Al fin y al cabo, sin esa tormenta los hechos no hubieran sucedido como se narran, así que, me parece justo que tenga su parcela de protagonismo.
En definitiva, he disfrutado mucho con la lectura de El noviembre de Kate de Mónica Gutierrez, una autora de cuyas novelas previas siempre he leído muy buenas opiniones y no me extraña. Si acostumbra a crear historias con tanta magia es normal que los lectores disfrutemos, así que, desde aquí, y aunque sea julio, te recomiendo que te pases por el noviembre de Kate para que conozcas a esta joven de cabello flotante y a Don, que nada más verla, quedó prendado. Romanticismo puro.
Por cierto Mónica, gracias por esa Marisa que sale en tu novela. Aunque muy secundaria, hace ilusión encontrar un personaje con tu mismo nombre, y además un personaje tan ingenioso y tan vinculado al mundo librero. ¡Suerte!
Agradezco a la autora y a la editorial el envío del ejemplar.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- 100 libros
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