Año: 2016
Nacionalidad: Española.
Director: Rodrigo Sorogoyen.
Reparto: Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Javier Pereira, Luis Zahera, Raúl Prieto, María de Nati, María Ballesteros, José Luis García Pérez, Mónica López, Rocío Muñoz-Cobo, Teresa Lozano, Francisco Nortes, Andrés Gertrúdix, Jesús Caba, Alfonso Bassave, Raquel Pérez.
Género: Thriller. Policíaco.
Sinopsis: Madrid, verano de 2011. Crisis económica, Movimiento 15-M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores de policía Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) deben encontrar al que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido. Esta caza contrarreloj les hará darse cuenta de algo que nunca habían pensado: ninguno de los dos esta tan diferente del asesino.
[Información facilitada por Filmaffinity]
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Que Dios nos perdone es de las últimas películas que me quedaban por ver de las nominadas a Mejor Película en los últimos premios Goya. El hecho de que Roberto Álamo se alzara con la estatuilla a Mejor Actor y que, como compañero de reparto tuviera a Antonio de la Torre eran un aliciente para mí. Realmente la sinopsis me resultaba interesante y grosso modo, y excepto algunos detalles, me he encontrado con lo que esperaba, una película policíaca.
Estamos en verano y hace mucha calor en Madrid. Mientras algunos pueden tomarse vacaciones el Cuerpo Nacional de Policía está más atento que nunca. Son muchos los frentes que tiene abierto. Por un lado, todo el movimiento 15-M que aún colea, hay muchos visitantes extranjeros haciendo turismo y por si fuera poco, se espera la visita de Benedicto XVI. Con este panorama Javier Alfaro y Luis Velarde tienen que enfrentarse a un caso complicado, a una serie de asesinatos en los que diversas mujeres pierden la vida al ser asaltadas con objeto de robarle sus pertenencias. Sin embargo, más allá de considerarse inicialmente asesinatos independientes, los inspectores de policía llegan a la conclusión que el móvil no es el robo sino la violación y que todas ellas, mujeres de avanzada edad, han perdido la vida a manos del mismo hombre. La trama de la película consistirá en la investigación y en la búsqueda de ese asesinocon un claro perfil psicológico, a la par que el espectador también asiste a ciertas crisis personales que aquejan a ambos policías.
A grandes rasgos este es el guion de la película, un guion bien construido salvo hacia el final en el que hay un par de situaciones que han roto con un trabajo aceptable. Por un lado, y teniendo en cuenta que la cinta es más bien plana en lo que a suspense se refiere, se agradece una escena cargada de tensión, favorecida por la intermitencia de una bombilla que no quiere funcionar correctamente. Sin embargo, justo en el momento álgido tendrá lugar un hecho que bajo mi punto de vista no resulta nada creíble.
Tampoco me parece muy acertadas algunas casualidades que se producen y que dan pie a que el caso se enroque aún más o que el asesino se escabulla cuando está a punto de ser detenido de la manera en la que lo hace, siendo tan enclenque y teniendo que enfrentarse al robusto Alfaro. Pero si el asesino no tiene que dos "guantás", no entiendo cómo se desarrollan así los hechos.
En cuanto al desenlace, sustentada más en una venganza personal que profesional, pondrá en evidencia el título de la película.Que Dios nos perdone viene a decirnos que ninguno estamos libre de pecado, que los buenos no son tan buenos y que los malos no lo parecen tanto si entramos en comparaciones.
Pero quizá una de las preguntas más contundentes que me surgen tras ver la película es: ¿por qué mostrar así a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía? La cinta explora el ambiente enrarecido que se puede respirar dentro de una comisaria, donde un policía, un mal policía, no deja de tener trifulcas con sus compañeros metiéndose en líos constantemente. No dudo que algo así pueda ocurrir pero no sé si el nivel de violencia que nos deja entrever la película se ajuste a la realidad.
Javier Alfaro es un policía muy desfasado, un mal ejemplo y eso nos puede hacer pensar que hay tipos por la calle portando un arma y que no están en sus cabales, algo que me creo totalmente.Desde luego el personaje no da muy buena imagen del cuerpo pero para enmendarlo, hacia el ecuador de la cinta, y cuando el caso está en toda su salsa, se hace una especie de discurso ensalzador de esta profesión, señalando que los policías son los únicos salvadores este caótico y loco mundo, lleno de indeseables. El discurso en si chirría un poco por la gravedad con la que se pronuncia aunque no cabe duda de que es una profesión arriesgada y que desarrolla una labor inconmensurable. De todos modos, esto es una película y no sé si un discurso así debería tener cabida.
En cualquier caso, el punto fuerte de la película es el tándem que componen los dos policías, tan diferentes uno del otro pero a la vez formando tan buen equipo.
Javier Alfaro es un tipo duro, un policia bastante polémico, un tanto macarra, muy agresivo y violento, conocedor de los bajos fondos y que en cuanto se le roza una mijita sale en estampida cual toro de Miura arrasando con todo lo que encuentra a su paso. Anteriormente ha tenido problemas y por eso ha estado suspendido de empleo y sueldo, además de haber tenido que estar en tratamiento y terapia. Él encarna ese policía pasado de rosca, que se toma la justicia por su mano, que cree tener siempre la razón y que se enfrenta al cualquiera, dentro y fuera de la comisaría. Incluso su indumentaria lo define. Interpretado por Roberto Álamo he de decir que me ha gustado más lo que el actor aporta al personaje desde el punto de vista físico que desde el punto de vista interpretativo.
Por su parte, Luis Velarde es todo lo contrario. Siempre trajeado y de corbata, se siente coartado por la tartamudez que padece. Comedido, silencioso y reservado, piensa mucho antes de actuar, es un gran observador y por ende un policía al que no se le pasa nada por alto. Le gusta trabajar a su aire, algo que incomoda a sus compañeros salvo a Javier. Es constante en su deducciones, establece conexiones que a otros se les pasa y se vuelca en su trabajo porque no tien vida personal.
Como dije antes, de ambos policías podremos ver parte de su entorno más íntimo. Javier Alfaro está casado y es padre de dos hijos. Parece que su matrimonio está en buena forma aunque no suele ser muy cariñoso ni con su mujer ni con sus hijos. Javier está solo compretido con su trabajo en el que se deja la piel porque es así donde puede demostrar verdaderamente sus demonios interiores. Confiado y seguro, comprobará que no todo es lo que parece ser dentro de su hogar y esto incrementará la presión que el personaje sufrirá pues se le acumulan diversas borrascas.
En cuanto a Velarde, poco a poco sabremos que tuvo una infancia difícil por estar bajo el yugo de una madre exigente.A los pocos minutos del arranque de la cinta lo veremos en un obituario, visitando la tumba de su madre y llevándole unas flores. Este detalle parece sin importancia, una escena de relleno que nos ayuda a perfilar al personaje quizá como hijo único que añora las faldas de su progenitora. Sin embargo, es una escena crucial que nos ayudará a comprender por qué él es capaz de predecir los pasos del asesino.
Velarde parece un tipo repremido al que no se le conoce relación alguna. No obstante, no parece rehuír de las mujeres, más bien lo contrario, al conocer a Rosario, una joven con la que vivirá un episodio complicado y que también deja en entredicho la bonhomía del policía, interpretado por Antonio de la Torre que habrá tenido que practicar lo suyo para hablar como un tartamudo.
En otro orden de cosas, me gusta el baile de la cámara en esta película. La película comienza con un barrio inicial por la Plaza del Sol por la que se ve diversos viandantes. ¿Hacia dónde tiene que enfocar el espectador? ¿A unos extranjeros portando una bandera, a un indigente arrastrando un carrito de la compra, un par de tipos barbudos? Probablememente a un coche de policía que se pone en marcha, como en marcha se pone la historia. Además, veremos a la cámara bailar de nuevo en una escena de acción bastante bien rodada. Y por último, hay otra escena que juega con los reflejos en un cristal y que me ha parecido muy original.
En definitiva, Que Dios nos perdone es una cinta entretenida aunque algo larga. Me ha faltado algo de más acción en la trama y creo que hay algunos detalles que afean un tanto el resultado pero aun así, está bien y me ha gustado verla pero eso sí, solo para las tardes de domingo.
Trailer:
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[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]