Autora
Cristina Morató es periodista, fotógrafa y escritora. Desde muy joven ha recorrido el mundo como reportera, realizando numerosos reportajes en América Latina, Asia, África y Oriente Próximo. Durante años alternó sus viajes con la dirección de programas de televisión y colaboraciones en radio y en prensa, trabajos que decidió abandonar para dedicarse a escribir sobre la vida de las grandes viajeras y exploradoras de la historia. En busca de sus rastros recorrió más de cuarenta países. Fruto de su investigación son sus obras Viajeras intrépidas y aventureras, Las reinas de África, Las damas de Oriente y Cautiva en Arabia. Sus últimos libros, Divas rebeldes y Reinas malditas, reflejan su interés por descubrir el lado más humano y menos conocido de mujeres poderosas y legendarias. Todas sus obras han sido acogidas con extraordinario éxito de crítica y público, y han sido traducidas a varios idiomas.
En la actualidad tiene una columna de opinión en la revista Mujer Hoy. Es miembro fundador de la Sociedad Geográfica Española, y miembro de la Royal Geographic Society de Londres.
Cristina Morató es periodista, fotógrafa y escritora. Desde muy joven ha recorrido el mundo como reportera, realizando numerosos reportajes en América Latina, Asia, África y Oriente Próximo. Durante años alternó sus viajes con la dirección de programas de televisión y colaboraciones en radio y en prensa, trabajos que decidió abandonar para dedicarse a escribir sobre la vida de las grandes viajeras y exploradoras de la historia. En busca de sus rastros recorrió más de cuarenta países. Fruto de su investigación son sus obras Viajeras intrépidas y aventureras, Las reinas de África, Las damas de Oriente y Cautiva en Arabia. Sus últimos libros, Divas rebeldes y Reinas malditas, reflejan su interés por descubrir el lado más humano y menos conocido de mujeres poderosas y legendarias. Todas sus obras han sido acogidas con extraordinario éxito de crítica y público, y han sido traducidas a varios idiomas.
En la actualidad tiene una columna de opinión en la revista Mujer Hoy. Es miembro fundador de la Sociedad Geográfica Española, y miembro de la Royal Geographic Society de Londres.
Sinopsis
Ni se llamaba Lola Montes ni era española, pero encandiló a toda una época con su arrebatadora belleza y pasional temperamento.
Bailarina, aventurera y cortesana, su vida fue una sucesión de viajes, escándalos y excentricidades. Haciéndose pasar por bailarina andaluza debutó en los teatros más importantes del mundo, aunque su talento artístico dejaba mucho que desear. Pero nada impidió que la irlandesa Elizabeth Gilbert, su verdadero nombre, triunfara en todo lo que hizo. Se codeó con los literatos, políticos, músicos y aristócratas más célebres de su tiempo, como Alejandro Dumas, Honoré de Balzac y George Sand. Se casó en tres ocasiones y tuvo una larga lista de amantes, entre ellos el compositor Franz Liszt con quien vivió un apasionado romance. Y, sobre todo, enamoró al rey Luis I de Bavira, quien la nombró condesa de Landsfeld. Por su amor, el monarca se vio obligado a abdicar en 1848. Tras sus aventuras en Europa, la bailarina se embarcó rumbo a Estados Unidos donde vivió la fiebre del oro y actuó para los rudos mineros.
Divina Lola nos traslada a escenarios exóticos y remotos, desde su Irlanda natal hasta la magia de la India; a ciudades como París, Londres, Munich, donde deslumbró con sus «danzas españolas», y a las peligrosas tierras de California y Australia, donde vivió como una intrépida pionera. Cristina Morató nos descubre la extraordinaria historia de una de las mujeres más famosas del siglo XIX.
Una mujer marcada por el escándalo
Ni se llamaba Lola Montes ni era española, pero encandiló a toda una época con su arrebatadora belleza y pasional temperamento.
Bailarina, aventurera y cortesana, su vida fue una sucesión de viajes, escándalos y excentricidades. Haciéndose pasar por bailarina andaluza debutó en los teatros más importantes del mundo, aunque su talento artístico dejaba mucho que desear. Pero nada impidió que la irlandesa Elizabeth Gilbert, su verdadero nombre, triunfara en todo lo que hizo. Se codeó con los literatos, políticos, músicos y aristócratas más célebres de su tiempo, como Alejandro Dumas, Honoré de Balzac y George Sand. Se casó en tres ocasiones y tuvo una larga lista de amantes, entre ellos el compositor Franz Liszt con quien vivió un apasionado romance. Y, sobre todo, enamoró al rey Luis I de Bavira, quien la nombró condesa de Landsfeld. Por su amor, el monarca se vio obligado a abdicar en 1848. Tras sus aventuras en Europa, la bailarina se embarcó rumbo a Estados Unidos donde vivió la fiebre del oro y actuó para los rudos mineros.
Divina Lola nos traslada a escenarios exóticos y remotos, desde su Irlanda natal hasta la magia de la India; a ciudades como París, Londres, Munich, donde deslumbró con sus «danzas españolas», y a las peligrosas tierras de California y Australia, donde vivió como una intrépida pionera. Cristina Morató nos descubre la extraordinaria historia de una de las mujeres más famosas del siglo XIX.
Una mujer marcada por el escándalo
que tuvo el mundo a sus pies.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Conocer a Cristina Morató no tiene precio. Periodista de profesión con muchas tablas y kilómetros a sus espaldas, lleva unos cuantos años embarcada en una aventura personal con la intención de acercarnos a la figura de diversas mujeres, algunas muy conocidas y otras que han pasado prácticamente desapercibidas, con una vida fascinante que todo el mundo debería conocer. De este modo llega la autora con una nueva publicación Divina Lola, cuyo subtítulo reza «La vida de Lola Montes, la falsa española que quiso ser reina». Con semejante frase y en un acto reflejo, cualquier lector sentirá inmediatamente deseos por saber quién es esa Lola Montes o bien, en caso de haber oído hablar de ella, por qué se habla de una falsa identidad.
En una entrevista de algo más de media hora, me encontré con una mujer alegre y dicharachera que a su vez hablaba con emoción y sorpresa sobre su último hallazgo femenino, la figura de Lola Montes, cuyas ocurrencias, narradas por Cristina Morató en un ambiente distendido, nos hizo reír a carcajadas. Esto es lo que nos contó.
Marisa G.- Cristina, tú abandonaste todo lo que hacías en radio y en prensa, salvo las publicaciones en Mujer Hoy, para dedicarte a sacar del baúl a todas esas mujeres que pasaron por el mundo con una vida fascinante y que la gente no conoce.
Cristina M.- Efectivamente. Ya llevo siete libros dedicados la mayoría de ellos a viajeras exploradoras y aventureras. En broma suelo decir que he emprendido mi propia cruzada literaria para rescatar del olvido a unas mujeres que me han parecido muy importantes. ¿Por qué elijo a las viajeras? Pues porque han sido las pioneras de lo que para mí es mi pasión, los viajes.
Es verdad que publiqué el primer libro, Viajeras intrépidas y aventureras, no pensando el interés que despertaría pero luego, y esto también lo digo de broma, casi que me han coronado como la experta en literatura femenina de viaje. Pues bienvenido sea pero no lo soy. Lo que soy es una mujer muy curiosa que lo que pretende es que se conozcan las hazañas de otras mujeres que recorrieron el mundo, que han hecho mucho por un mayor conocimiento geográfico del planeta pero que han sido totalmente olvidadas.
Es verdad que publiqué el primer libro, Viajeras intrépidas y aventureras, no pensando el interés que despertaría pero luego, y esto también lo digo de broma, casi que me han coronado como la experta en literatura femenina de viaje. Pues bienvenido sea pero no lo soy. Lo que soy es una mujer muy curiosa que lo que pretende es que se conozcan las hazañas de otras mujeres que recorrieron el mundo, que han hecho mucho por un mayor conocimiento geográfico del planeta pero que han sido totalmente olvidadas.
M.G.- ¿Y en qué momento se te ocurre meterte en esta historia? Tuvo que llegar un momento puntual en tu vida en el que tú tomaras esa decisión.
C.M.- Ocurrió hace unos años. Acababa de dejar la televisión y me encargaron un ensayo en una colección dedicada a las mujeres y a los viajes. En ese ensayo yo tenía que reflexionar sobre por qué viajaba, qué me empujó a mí a empezar a viajar tan joven y a dedicarme a este oficio de reportera. Empecé a investigar y descubrí unas vidas tan apasionantes, especialmente la de esas damas victorianas, que se adentraban en la selva con sus corsés, sus enaguas, sus sombrillas y tomaban el té de las cinco entre caníbales. Te aseguro que me quedé enamorada de estas damas decimonónicas hasta tal punto que jamás escribí aquel ensayo y al final eso se convirtió en mi libro Viajeras intrépidas y aventureras, que en el fondo es un ensayo muy somero. Luego profundicé más en Reinas de África y Damas de Oriente. De todos modos, aquel primer libro quedó como libro de referencia sobre las viajeras a lo largo de la Historia.
M.G.- ¿Y cómo llegaste a Lola Montes?
C.M.- Pues esta mujer surgió precisamente con mi primer libro. Cuando me estaba documentando para Viajeras intrépidas y aventureras se cruza en mi camino una tal madame Lola Montes que viaja en 1852 o 1853, cruzando el istmo de Panamá, sola a lomos de mula, una señora que viste ropas masculinas, con un carácter terrible... Me llamó mucho la atención y la incluí en mi libro pero de pasada, tan solo le dediqué tres líneas. Posteriormente viajo a San Francisco y me entero que hay un archivo en la universidad de Bekerley que contiene material sobre Lola Montes. Aquel material lo entregó un abogado al que menciono en el libro, Bruce Seymour, que se enamoró del personaje de Lola Montes, indagó mucho sobre él y cedió a la Bradford Library de la Universidad de Bekerley como cincuenta cajas con material recopilado durante sus viajes tras las huellas de Lola Montes. Es una locura el material que contiene esas cajas porque encuentras artículos de época, todas las portadas que ella protagonizó, las críticas teatrales que le hicieron en América,.. Cuando me doy cuenta que existe este material más la correspondencia entre el rey Luis I de Baviera y Lola Montes, que puedo consultar en los archivos de Munich, es cuando finalmente decido sentarme a escribir una biografía.
No podemos olvidar que estamos hablando de una impostora porque no se llamaba Lola Montes, sino Elizabeth Rossana Gilbert, irlandesa. Sus memorias no son más que una recopilación de mentiras y vanidades. Se han escrito muchas novelas sobre Lola Montes pero biografías reales que yo sepa, ninguna hasta ahora.
M.G.- Novelas y películas también pero esas películas narran la vida que ella se inventó.
C.M.- Claro. Mira esta mañana en la radio me han puesto la canción que Concha Piquer cantaba sobre Lola Montes y la letra no tiene desperdicio.
Yo decía si Concha Piquer hubiera sabido que Lola Montes era irlandesa hubiera soltado una carcajada porque en la canción la presenta bajo el topicazo de mujer de rompe y rasga.
A mí lo que me ha enamorado es su parte de impostora total, cómo es posible que se haya hecho pasar por nacida en Sevilla cuando no hay constancia de que estuviera en esta ciudad. Sé que ha estado en Cádiz y en Málaga, con su segundo marido de luna de miel pero aquí no ha habido forma de encontrar ni rastro de Lola Montes y sin embargo, lees las críticas que van diciendo de ella: «La famosa sevillana nacida en una familia de rancio abolengo en Sevilla acaba de llegar a la ciudad,...». Ella siempre dijo que era de Sevilla 100% y se inventaba que si era hija de un torero o que su padre era un héroe que había muerto en las guerras carlistas... Iba variando su versión y todo esto es lo que a mí me ha cautivado, cómo esta mujer pudo engañar a todos, al rey Luis I, al compositor Liszt,... a toda Europa que se puso a sus pies, con un personaje inventado sin haber pisado Sevilla.
M.G.- ¿Pero por qué se inventó todo esto? ¿Fue por salir de la mediocridad?
C.M.- Esto tiene su explicación pero cuando lo leas lo entenderás. Yo creo que lo hace para sobrevivir y ganarse la vida tras divorciarse a los 20 años de su primer marido, lo que la convierte en una mujer marcada en aquella Inglaterra victoriana. Cuando llegó a Londres, una profesora de la escuela de teatro, Fanny Kelly, ve su físico y le dice que para la danza clásica ya era tarde pero para el baile romántico como boleros si podría tener éxito. Así que le aconsejó hacerse pasar por española que bailaba boleros. Y coló, ¡vaya si coló!, pero lo malo es que era muy mala bailando y encima compitió con auténticas bailaoras buenas de flamenco de la época, como Pepita Peña.
M.G.- Lo mismo tenía hasta más éxito que las buenas.
C.M.- Yo creo que los que eran entendidos al final se daban cuenta de que era una embaucadora. De todos modos, por los testimonios que tengo, sí que tocaba bien las castañuelas. Además tenía arte, gracia, muy buen cuerpo y tendría también mucha picardía. Pero luego si lees las críticas que le hacían los críticos teatrales serios es que te tronchas. Hay uno que dice algo así como que tiene unas piernas fantásticas pero es mejor que Madame Montes se dedique a montar a caballo. Ella suplía la falta de técnica con la gracia, el desparpajo y la sensualidad. Y ya está. Se creó su personaje y fue vendiendo la marca España por todo el mundo cuando al final era irlandesa.
M.G.- Me hacen mucha gracia las citas con las que abres el libro. Las dos primeras nos dan una pista sobre el tipo de mujer que era Lola Montes. O bien la adorabas o bien la aborrecías.
C.M.- Creo que este libro no va a dejar indiferente a nadie. Habrá lectores que a mitad del libro ya no la soporten porque en la parte central prevalece su faceta de manipuladora y te entra como una especie de indignación... De todos modos, el final es tan sorpresivo que el lector termina por reconciliarse con ella.
En todo caso te diré algo. A estas alturas ya soy experta en mujeres rebeldes, adelantadas a su tiempo, poco dóciles, con fuerte carácter y temperamento pero nunca las juzgo. Creo que nunca hay que juzgar a los personajes, aunque si el lector quiere hacerlo, es libre. Pero menos aún juzgar a Lola Montes porque la mayoría de novelas anteriores a mi libro, siempre han mostrado el cliché de femme fatale y si lo hubiera sido, entonces no me hubiera pasado dos años de mi vida investigándola. Como digo, a mí lo que me puede de Lola es esa vena aventurera y todo lo que se inventó sobre su vida.
En todo caso te diré algo. A estas alturas ya soy experta en mujeres rebeldes, adelantadas a su tiempo, poco dóciles, con fuerte carácter y temperamento pero nunca las juzgo. Creo que nunca hay que juzgar a los personajes, aunque si el lector quiere hacerlo, es libre. Pero menos aún juzgar a Lola Montes porque la mayoría de novelas anteriores a mi libro, siempre han mostrado el cliché de femme fatale y si lo hubiera sido, entonces no me hubiera pasado dos años de mi vida investigándola. Como digo, a mí lo que me puede de Lola es esa vena aventurera y todo lo que se inventó sobre su vida.
M.G.- Has mencionado que tenía un carácter fuerte. Entiendo que a ello contribuyó la infancia que tuvo. Su madre y su padrastro prácticamente se desentendieron de ella y por otro lado, cuando vivía en la India, tenía una aya que la consentía muchísimo.
C.M.- Pues sí, la falta de cariño de una madre, tan ausente y con la que tiene una relación tremenda debió de influirle mucho. Además Lola no tuvo nunca amigas, ni hermanas. Vivió solo y como pudo aunque eso sí, siempre con protectores. Lola era muy lista y siempre estaba en el lugar adecuado para conocer a la persona adecuada.
M.G.- Ni tampoco tuvo hijos aunque se casó varias veces.
C.M.- No. Lola fue una mujer con una salud débil que contrajo la malaria en la India y siempre padeció de fiebres palúdicas. Sin embargo no paró de viajar ni de recorrer el mundo.
El problema de Lola es que era muy racial. No se conformó con ser la amante del rey Luis I, una amante al uso. Si se hubiera conformado con ser una especie de Madame Pompadour, hubiera tenido su lugar en la historia pero con el carácter que tenía,.. Nunca quiso estar a la sombra. Por eso, cuando se hace amante del rey, le exige pertenecer a la aristocracia bávara, y el rey la nombra condesa de Landsfeld, lo que fue un escándalo. Además le compra una villa palaciega donde la visita a diario. Decora la villa con todos los lujos. ¿Cuál es el problema? Pues que a medida que va pasando el tiempo se vuelve más arrogante, más exigente, y Lola empieza a intervenir en los asuntos de Estado y eso sella su destino hasta el punto del que el rey tiene que abdicar.
El problema de Lola es que era muy racial. No se conformó con ser la amante del rey Luis I, una amante al uso. Si se hubiera conformado con ser una especie de Madame Pompadour, hubiera tenido su lugar en la historia pero con el carácter que tenía,.. Nunca quiso estar a la sombra. Por eso, cuando se hace amante del rey, le exige pertenecer a la aristocracia bávara, y el rey la nombra condesa de Landsfeld, lo que fue un escándalo. Además le compra una villa palaciega donde la visita a diario. Decora la villa con todos los lujos. ¿Cuál es el problema? Pues que a medida que va pasando el tiempo se vuelve más arrogante, más exigente, y Lola empieza a intervenir en los asuntos de Estado y eso sella su destino hasta el punto del que el rey tiene que abdicar.
M.G.- Fue una bailarina mediocre pero a pesar de morir con tan solo cuarenta y años, le dio tiempo a ser muchas otras cosas. Dio conferencias y escribió libros.
C.M.- Sí, sí... En aquella época como bailarina española era muy mala pero como actriz valía mucho y para muestra un botón. Durante cuarenta años se representó a sí misma. Y luego cuando llega a América se le ocurre representar en los escenarios la obra Lola Montes en Baviera donde se interpreta a sí misma como cortesana. Era una versión muy light porque el rey era un gran amigo y no quería perjudicarlo más. Se empeñó en ser actriz dramática pero no valía y en su lugar, los periodistas americanos la coronaron como la reina de la comedia.
Lola es un ave fénix que resurge constantemente de sus cenizas. Cuando su belleza se marchita, ya no tiene agilidad y ya no llena auditorios, no pasa nada, ella se reinventa como conferenciante y se dedica a dar charlas por todas las ciudades americanas, charlas sobre la moda, la galantería o París y el amor. Es tal el éxito de estas charlas que ella empieza a ganar más dinero que Charles Dickens que en por esa época está también con su circuito de conferencias. Y fruto de su faceta de conferenciante publica en 1849 un libro pequeño titulado Las artes de la belleza o consejos de tocador de Madame Lola Montes, considerado el primer libro de consejos de belleza de la historia. La primera edición vendió 70.000 ejemplares. En todo lo que hizo triunfó aunque fuera una bailarina mediocre.
M.G.- ¡Qué fuerte! Y en un libro como este se hacía necesario incluir esas páginas llenas de fotografías de Lola, ¿verdad?
C.M.- Sí porque es una biografía, aunque se puede leer como novela. Además es la primera vez que invento unos diálogos para hacer más ameno la lectura pero te diré que estos diálogos están basados en cartas auténticas.
M.G.- Cristina yo he estado viendo unos vídeos que la editorial ha colgado en Youtube sobre una presentación que habéis hecho y que me ha parecido interesantísima y divertidisima. Era como una representación teatral en la que tú interpretabas a Lola Montes.
C.M.- Sí, decidí hacer una presentación muy original que fue un éxito de público. Los que nos dedicamos a escribir biografías, nos absorbe tanto el personaje que a veces ya no sabemos quiénes somos. Quise hacer un guiño a esta situación y efectivamente montamos una representación teatral con un decorado donde la actriz Juana Andueza se disfrazó de señor y se puso en la piel de todos los periodistas que Lola Montes conoció en América. Y por mi parte, hice el papel de Lola Montes.
No fue necesario disfrazarme sino que me vestí como si fuera a montar a caballo, con la fusta en la mano que me dio mucho juego y hubo muchas carcajadas.
No fue necesario disfrazarme sino que me vestí como si fuera a montar a caballo, con la fusta en la mano que me dio mucho juego y hubo muchas carcajadas.
M.G.- Pero Cristina es que tienes una vis cómica fantástica.
C.M.- Bueno, yo espero seguir vendiendo libros pero si al final esto no funciona... (risas). Mira yo creo que Juana y yo nos deberíamos ganar la vida como lo hizo Lola Montes, más que dando conferencias, pues representando su vida por todas las Españas y cobrando como hacía Dickens. ¡Me estás dando una idea! (risas). Es que la conferencias que daba Dickens las cobraba a un dólar la butaca. Lola Montes cobraba la butaca a tres dólares. Tú suma la cantidad y encima ella no tenía que darle a nadie una parte porque ella era su propio agente.
M.G.- Última pregunta. ¿Tienes ya fichada a la siguiente mujer que se va a subir a este homenaje?
C.M.- Siempre tengo en mente a alguna pero por ahora me voy a recuperar de Lola. Lo único que puedo adelantarte es que voy a seguir en mi empeño de descubrir mujeres desconocidas o presentar una cara desconocida de mujeres que han pasado a la historia y siempre en escenarios exóticos y remotos que me permita también viajar con la excusa del libro, claro. (Risas)
M.G.- (Risas) A ver, es un buen planteamiento sin duda. En fin Cristina que lo hemos pasado muy bien hablando de Lola Montes contigo, una figura singular que realmente debe llevar a todos los lectores. Muchas gracias por tu tiempo.
C.M.- Gracias a vosotros. Un placer.
Y así transcurrió la entrevista con Cristina Morató, verdaderamente un encuentro de lo más agradable y divertido.
C.M.- Gracias a vosotros. Un placer.
Y así transcurrió la entrevista con Cristina Morató, verdaderamente un encuentro de lo más agradable y divertido.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]