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JAVIER CASTILLO: "Lo que me importa es que la historia enganche al lector y lo entretenga"

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Javier Castillo ha llegado para quedarse. En esa dirección apunta los 100.000 ejemplares que ha llegado a vender de su primera novela, El año que se perdió la cordura, con la que debutó en largo recorrido. De igual modo, nos hace pensar lo mismo las presentaciones a las que asiste una multitud de público, ávido por conocer a un joven autor que ha logrado enganchar a los lectores con una historia llena de tensión y misterio. El autor, que acaba de publicar la secuela -El año que se perdió el amor-,  visitó Sevilla para una firma de ejemplares y, contagiados por el entusiasmo de este malagueño que aún no se cree lo que le está pasando, pudimos conversar con él durante unos instantes. 

Marisa G.- Javier, un placer volver a verte.

Javier C.- Lo mismo digo.

M.G.- Nos vimos no hace todavía un año. Vaya trayectoria buena que ha tenido y está teniendo 'El año que se perdió la cordura'. ¿Cómo lo estás viviendo?

J.C.- Pues con muchísima emoción. La verdad, es que no me creo lo que me está pasando. Todas las presentaciones, las firmas de libros, todo está siendo muy emotivo. Es increíble.

M.G.- Y a todo eso se une que se han adquirido los derechos para una serie en televisión.

J.C.- Efectivamente, fue hace un mes. No te imaginas cómo estoy. Fue un proceso de negociación largo entre varias productoras y luego hubo que tratar ciertos detalles como la ambientación que, por supuesto, no puede ser en Estados Unidos. Pero cuando ya se cerró todo y se firmó, me quedé como flotanto. ¿Esto realmente me está pasando a mí? ¿De verdad van a ser una serie de televisión de una historia que yo he escrito en el tren? No me lo creo.

M.G.- ¿Pero el proyecto llegará a buen puerto? A veces se adquieren los derechos pero la serie no prospera. Esperemos que no sea tu caso porque tengo curiosidad por ver la historia en televisión.

J.C.- Bueno, de momento estamos en el paso inicial pero tiene muy buena pinta porque es una productora muy, muy, muy importante.

M.G.- Ah, estupendo. Y para rematar la faena la novela se está traduciendo a varios idiomas.

J.C.- Al italiano, turco, japonés,... Está siendo...

M.G.- Un pelotazo, vamos...

J.C.- ¡En toda regla! (Risas)

M.G.- No me extraña que hayas tenido que dejar tu anterior trabajo.

J.C.- Sí, lo he tenido que hacer porque era todo muy complicado. Quiero disfrutar de todo lo que me está pasando y con el trabajo era difícil. Si me llegaba una buena noticia de la editorial no podía disfrutarla porque estaba absorbido por el trabajo. Esto es algo que ocurre no ya una vez en la vida sino en cincuenta vidas y he apostado por mi pasión, por lo que realmente quiero desde que tenía catorce años.

M.G.- Entonces esta novela no ha visto el tren, ¿no?

J.C.- Esta novela ha visto el tren en el último párrafo.

M.G.- ¿En serio? (Risas)

J.C.- Sí, sí. Dejé el último párrafo para escribirlo en el tren, sabiendo lo que iba a escribir. Llegué a la estación, cogí el cercanías, me monté, lo escribí y me bajé. Sé que suena ridículo pero lo hice por cariño.

M.G.- (Risas) Suena divertido. Bueno, en nuestro anterior encuentro me dijiste que esta novela ya la tenías escrita. Entiendo que la historia la concebiste para que tuviera dos partes desde el principio.

J.C.- Sí, pero en realidad iban a ser tres partes solo que he querido reunificar las tramas del segundo y del tercero en un único libro porque quería cerrar la historia con un ritmo que me convenciera. La segunda parte no me terminaba de convencer en cuanto a ritmo. Además quería ser honesto porque no se trata de vender más al tener una trilogía, lo que me importa es que la historia enganche al lector y lo entretenga. Era una cuestión de honestidad y de estar convencido con lo que publicaba.

M.G.- Pues no sabes lo que te lo agradezco. Como lectora no soy muy partidaria de las trilogías porque me da rabia estar esperando la publicación de cada libro para llegar al final de la historia.

J.C.- A mí me pasa igual. Da rabia tener que esperar y como no me parecía justo decidí hacerlo así.

M.G.- Javier, cuando estamos en una saga debe resultar muy complicado refrescar la memoria del lector, hacerle rememorar esos detalles que se le pueden haber olvidado por el paso del tiempo y que son importantes para la resolución. ¿Cómo lo has hecho tú?

J.C.- He intentado ir contando fragmentos del libro anterior en momentos muy claves de la trama. Pensé que era mejor hacerlo así antes de ponerme a hacer un resumen al inicio de esta novela del tipo 'En el capítulo anterior,...' (Risas)

M.G.- Entiendo, pero no debe ser fácil elegir esos momentos. 

J.C.- A veces sale de manera natural, aunque te parezca que nunca va a aparecer esa escena que te permita introducir algún recordatorio de la trama anterior.

M.G.- Te confieso que esto es algo que me preocupa en una saga porque, con tantas lecturas, a mí se me van olvidando detalles. En el caso de tu novela creo que lo has hecho bastante bien. En algún momento el lector se puede sentir ligeramente desorientado pero le vas recordando los hechos y vamos atando cabos de tal modo que todo cuadra.

J.C.- Sí, hay que ir leyendo para entender toda la historia.

M.G.- ¿Y por qué inicias esta novela con una escena que se parece muchísimo a la que encontramos al principio de la anterior?

J.C.- Quería hacer un guiño a la anterior. Me interesaba que el lector asociara los dos libros no solo por el título sino que además entendiera que estas son las dos novelas de Javier Castillo y ambas forman un dúo, la cordura y el amor. El inicio de las dos novelas es muy parecido, en la primera aparece un hombre desnudo con una cabeza entre sus manos, y en la segunda es una mujer desnuda la que inicia la historia con un montón de papelitos amarillos en su mano en el que figuran nombres escritos. A partir de ahí los libros son distintos pero comparten el ritmo, el estilo,...

M.G.- Uno de los grandes misterios de esta historia es esa especie de secta que va asesinando a una serie de personas que son potencialmente peligrosas para la humanidad. En la anterior apenas nos dabas información sobre esa comunidad, algo que resuelves en esta entrega.

J.C.- En esta se cuenta todo, sí. Se cuenta el porqué de esa secta, cómo empezó, cómo evolucionó, quién la lidera o por qué uno de los personajes cambia radicalmente. Ese personaje es muy interesante porque vive una situación complicada. Le han contado una historia que cree como cierta pero también tiene el recuerdo de una familia, el amor que sentía por ellos.

M.G.- ¿Pero todo ese pasado de la secta ya lo tenías pensado o has tenido que inventarlo ahora para esta novela?

J.C.- Lo tenía ya pensado, así que esa parte fue fácil.



M.G.- Aunque tendemos a catalogar tus novelas como 'thrillers', tú insistes mucho en que son historias de amor y efectivamente la fuerza del amor, su potencia, es algo que se percibe con mucha nitidez en esta entrega. Tiene muchos tintes románticos.

J.C.- Sí, pero vas a encontrar muchos tipos de amor y no solo el amor de pareja. He querido resaltar el amor a la familia, sobre todo, el que tiene un padre por sus hijas, de una hija por sus padres,... aunque claro, también está el amor de pareja. 

M.G.- Los personajes en esta novela sufren una barbaridad. Todos.

J.C.- Sí, Steven y Jacob, personajes que ya recordaran los que le leyeron la anterior novela, lo pasan realmente mal. Luego está Bowring, el inspector del FBI, un personaje muy típico con un caso no resuelto que le pesa mucho, está pasando una mala racha, no da pie con bola, es un tipo muy aburrido. 

Y un personaje que también lo pasa realmente mal y que pasa muy desapercibido es Kate. Es un personaje que a mí me gusta mucho. En la primera novela apenas sale y en esta tiene más presencia. El lector va a averiguar qué le ha ocurrido, porque está donde está, qué siente... Es una historia que me duele muchísimo al verla anclada a un único recuerdo, el de sus hijas, con esa pulsera que se rompió en los primeros capítulos de la anterior y esa llamada de teléfono que le hace Steven y que ella repite una y otra vez. Ella finge coger una llamada de teléfono y mantener aquella conversación tan dolorosa que tuvo con su marido en la primera novela. Lo hace una y otra vez. Es un bucle.

M.G.- Y una curiosidad, ese inspector que mencionas se llama Bowring Bowring. Mismo nombre y apellido. ¿Por qué?

J.C.- Me gusta mucho jugar con los nombres de los personajes y que signifiquen algo aunque sea de manera sutil. En la primera novela teníamos a Stella Hyden y al doctor Jenkins para establecer una conexión con Jekyll y Hyde, por aquello de la locura. En este caso lo de 'Bowring' me servía para construir un personaje aburrido, con una vida vacía, porque suena como 'boring', aburrido en inglés. Y encima dos veces. 

M.G.- Javier, me estoy dando cuenta ahora que la novela está muchísimo más pensada de lo que creía. 

J.C.- Pienso mucho cada detalle de la novela. Es verdad que escribir supone mucho trabajo pero luego también tienes que hacer una gran labor si quieres aligerar la novela para que sea amena, que entretenga a todo el mundo y llegue al mayor número de lectores posibles, de todas las edades. 

Me fijo mucho en lo que hacen otros autores y aprendo con cada libro que leo. Tengo pinceladas de muchos novelistas que me gustan. Por ejemplo, Paul Auster se mete en casi todos los libros que escribe. Eso me parece muy original. Y esto lo sabe muy poca gente pero, en 'El día que se perdió el amor' aparezco yo en un momento determinado, cuando uno de los protagonistas se cruza con un chico trajeado al que le pregunta por una calle. Ese soy yo. Eso está basado en una anécdota que me ocurrió en Londres. 

Y luego hay otros muchos detalles. Casi se puede decir que la novela está dentro de la novela, que vive en las paredes de una habitación misteriosa. Pero de eso mejor no contamos nada. 

M.G.- Ah, sí. Esa habitación es un misterio. Pero hablando de tus influencias, para la reconstrucción del monasterio donde vive la secta y donde se celebran una serie de rituales, ¿has echado mano a todos esos libros que lees o a todas esas películas que se que ves?

J.C.- No. Todo eso es pura imaginación. Me lo he ido imaginando a medida que iba necesitando los lugares, los rituales,... Vas construyendo la magia poco a poco. Pero si te fijas cuento muy poco del monasterio. Solo voy dando algunos detalles y dejo al lector que se lo vaya imaginando a su gusto.

M.G.- La acción ocurre en Estados Unidos como en la anterior y también nos vas proporcionando referencias temporales. Una parte importante del argumento transcurre en un solo día, o en día y medio, entre el 14 y el 15 de diciembre. ¿Concentrar todos los hechos en tan pocas horas no restringe mucho la libertad de movimiento de los personajes? Tienes que ser muy preciso en todo lo que cuentas porque el tiempo pasa rápido y la trama tiene que avanzar.

J.C.- Sí, hay que ir mirando las horas y los cruces en el tiempo. Tienes que saber cuánto está avanzando cada personaje en un transcurso lógico. No puedes hacer que un personaje recorra ochocientos kilómetros en veinte minutos. Todas estas cuestiones temporales hay que tenerlas muy en cuenta pero también es verdad que ponerte un marco temporal favorece el ritmo de la novela.

M.G.- Y juegas con esas dos fechas, el 14 y el 15 de diciembre, con las que hay alternancia. Por ejemplo tenemos un capítulo que transcurre el día 15 y el siguiente transcurre el día 14.

J.C.- Sí porque hay un personaje que avanza en su trama hasta el día 15 pero el otro no. Voy jugando según lo que me interese contar o no en un momento concreto.

M.G.- El desenlace es brutal.

J.C.- ¿Te ha gustado?

M.G.- Sí. Hacer coincidir de ese modo los hechos y los personajes,... No quiero desvelar nada pero es bueno.

J.C.- Es un desenlace que se ve desde diversos puntos de vistas.

M.G.- Eso es pero mantengamos el secreto. Bueno, y me has dicho que la historia está cerrada.

J.C.- Está cerradísima.

M.G.- Seguro, ¿no? Mira que después los autores les cogéis cariño a los personajes y os animáis con otra novela.

J.C.- No, no,... no es mi caso. Podría seguir la historia hablando del monasterio y la comunidad pero eso sería centrarme en algo que no es la trama principal, la familia. 

M.G.- ¿Y qué nos tienes preparado para el futuro?

J.C.- Estoy escribiendo una novela negra sobre una desaparición, ambientada también en Estados Unidos pero es algo que está justificado por la identidad del personaje principal. No tiene tintes fuertes de amor porque toca otra temática distinta, aunque también aborda las relaciones. No te puedo contarte más. (Risas)

M.G.- ¿Volverás a montarte en el tren para terminarla?

J.C.- ¡Seguro!

M.G.- Te vamos a empezar a llamar el chico del tren. (Risas)

J.C.- (Risas) No me importa.

M.G.- Pues esperamos esa nueva novela. Javier, muchas gracias y disfruta de todo lo que te está porque no es nada fácil que ocurra algo así.

J.C.- Sí, lo estoy disfrutando mucho. Gracias a ti.

Si aún no conoces a Javier Castillo, 



Ficha novela


Editorial: Suma de Letras.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 432
Publicación: Enero, 2018
Precio: 17,90€
ISBN; 9788491291732
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.














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