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EL AUTOR (DRAMA - 2017)

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Año: 2017

Nacionalidad: Española.

Director: Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández.

Reparto: Javier Gutiérrez, Antonio de la Torre, Adelfa Calvo, María León, Adriana Paz, Tenoch Huerta, Rafael Téllez, Craig Stevenson, Miguel Ángel Luque, Carmelo Muñoz Adame, Domi del Postigo.

Género: Drama

Premios: Nominada Mejor Película para Los Goya.

Sinopsis: Álvaro (Javier Gutiérrez) se separa de su mujer, Amanda (María León), una exultante escritora de best-sellers, y decide afrontar su sueño: escribir una gran novela. Pero es incapaz; no tiene talento ni imaginación... Guiado por su profesor de escritura (Antonio de la Torre), indaga en los pilares de la novela, hasta que un día descubre que la ficción se escribe con la realidad. Álvaro comienza a manipular a sus vecinos y amistades para crear una historia, una historia real que supera a la ficción... Adaptación de 'El móvil'.

[Fuente: Filmaffinity]





En el mes de octubre publiqué la reseña de un libro titulado El móvil (puedes leer la reseña aquí). Se trataba de un relato breve, una de las primeras obras publicadas por el autor extremeño Javier Cercas. Fue redactando aquella reseña cuando tuve conocimiento de la adaptación al cine que se estaba preparando de aquella historia, cuyo director sería Manuel Martín Cuenca (Caníbal, 2013 o La flaqueza del bolchevique, 2003), y contaría con nombres como Javier Gutiérrez, María León y Antonio de la Torre en el reparto. La película se estrenó el pasado mes de noviembre, figurando a día de hoy todavía en cartelera, y con el aplauso de la crítica, se presenta a los Goya con nueve nominaciones entre las que destacan las categorías de Mejor Película, Mejor Actor Protagonista (Javier Gutiérrez), Mejor Actor de Reparto (Antonio de la Torre) o Mejor Guion Adaptado.

Dicen que rectificar es de sabios y siendo así, a mí me toca hacerlo en este momento pues tengo que confesar que la primera vez que vi la película quedé un tanto decepcionada. Para empezar sentí que existían demasiadas omisiones y añadiduras en el guion, que el protagonista de la historia no me terminaba de convencer y el ritmo era demasiado lento, de tal modo que me costaba mantener la atención en un relato cuya versión literaria me había fascinado. No obstante, opté por verla una segunda vez y en esta ocasión es justo decir que mis impresiones cambiaron radicalmente. En el segundo visionado me olvidé del relato de Javier Cercas, me dispuse a disfrutar del largometraje como si no tuviera una fuente de inspiración y descubrí que la película es fabulosa en todos los sentidos.¿Dónde estaba el problema entonces? Pues creo que en la idea que me había hecho, en pensar que me iba a topar con un calco del relato literario cuando resulta que esta película no deja de ser una adaptación.

El largometraje comienza durante una masterclass sobre escritura creativa. A la charla acude Álvaro (Javier Gutiérrez) junto a sus compañeros del taller de escritura al que asiste por las noches y que dirige Juan (Antonio de la Torre). Escribir es la verdadera pasión de Álvaro, sueña con convertirse en un importante escritor, creador de buena literatura, pero mientras su sueño se cumple y no, no le queda más remedio que trabajar como ayudante en una notaria. Sus días transcurren entre escrituras y expedientes que se amontonan a ambos lados de su mesa, ubicada en un estrecho cubículo donde tiene que aguantar a un compañero insoportable, rancio, provinciano, fácilmente impresionable, muy dado a la verborrea y a la conversación intrascendente. 

Álvaro se siente un fracasado, especialmente cuando a su mujer, Amanda García Carvajal (María León) le otorgan la Medalla de Oro de Andalucía por haberse convertido en autora revelación con la publicación de su primera novela de la que ha vendido 300.000 ejemplares. Es entonces cuando su vida se trastoca por completo. Perderá estabilidad personal, laboral, marital y emocional, naufraga, se siente hundido, no consigue escribir algo que tenga un mínimo de calidad pero no tira la toalla. Cuando Juan le abre los ojos, él decide narrar la vida de sus vecinos, gente diversa, con diferentes estilos de vida, de distintas edades y condición. Para ello pone en marcha un plan peliagudo del que mejor no os desvelo nada. Sólo os diré que el quid de la cuestión está en crear drama. Si hay drama, hay novela. Y sabed que la inspiración está en la calle, que hay que investigar la vida y que la historias las tenéis delante de vuestras narices. Ahora bien, ¿todo vale con tal de escribir una buena novela? ¿Cuáles son los límites a los que se tiene que restringir un escritor? Estas son las preguntas que lanza la película y que nos ofrece, además, un doble final, a cual más sorprendente. Cuando pensábamos que la historia había llegado a su fin, el argumento sigue avanzando, rizando aún más el rizo, porque Álvaro quiere que el desenlace de su libro sea inigualable.

El argumento de El autor sirve también como vehículo crítico, pues plantea un debate que nos persigue a todos los que nos gusta leer y especialmente a los que les gusta escribir. ¿Qué es realmente literatura? ¿Qué calidad tienen aquellos libros que más venden hoy en día? En ese sentido el matrimonio formado por Álvaro y Amanda sirve para poner la cuestión sobre la mesa. Álvaro aspira a escribir historias solventes, potentes, con personajes poderosos, que dejen huella y cuyos trabajos recuerden a los grandes nombres de la Literatura universal, mientras que Amanda es una escritora de best-seller, su novela no es más que literatura de masas, como se la llega a definir en el largometraje, pero eso sí, vende libros como churros. ¿Qué debe primar sobre qué? ¿Es lícito sacrificar la calidad literaria en favor de ocupar el top de ventas? La eterna diatriba. 

Y es que inventar historias, escribir novelas, idear personajes,... no es tarea fácil. El novelista tiene que enfrentarse al vacío y crear algo de la nada, mientras se estruja su magín. Todos hemos oído hablar del bloqueo del autor, del miedo al folio en blanco, cuestiones que quedan muy bien reflejadas en la película que cuenta con un toque simbólico. Todo lo que rodea a Álvaro en su lugar de trabajo es blanco. Las paredes de la habitación, su mesa, la silla en la que sienta hora tras hora tecleando, la pantalla de ordenador, el teclado, el ventilador que refresca sus ideas, las ventanas,... Todo es blanco como blanco es el papel que los escritores deben emborronar con buenas historias. 

Sobre el reparto, resulta impensable pasar por alto el magnífico trabajo de Javier Gutiérrez, que se envuelve con la piel de un personaje muy visceral. Cualquier experiencia relacionada con la literatura, cualquier muestra de ánimo, cualquier consejo importante que le den, lo lleva a una especie de éxtasis que torna sus ojos en agua, con la mirada ida, tal como si hubiera tenido una experiencia religiosa. Gutiérrez, con alguna escena de desnudo impactante, se enfrenta a un personaje manipulador, obsesivo, delirante, y para ello se vale de unos diálogos tramposos, mezquinos, esquivos, llenos de engaños y mentiras a los que acompaña de manera sobresaliente su lenguaje gestual, las facciones de su rostro, sus frías miradas. Álvaro es un lobo con piel de cordero y Gutiérrez lo sabe.

María León tiene un papel interminente. Su personaje, Amanda García Carvajal, asoma en los momentos más puntuales. Primero para hundir a su marido con el premio que le han otorgado y después para restregarlesu éxito y darle consejos de tres al cuarto. Su interpretación no es especialmente brillante a mi juicio pero es cierto que su personaje tiene un punto de parodia muy divertido al que ella sabe sacarle punta, y que nos muestra a esos personajillos que alcancen el éxito rápido con un producto mediocre. 

Antonio de la Torre también tiene un papel menor pero no por ello menos importante. Está descomunal en los momentos más punzantes de su personaje, ese profesor de escritura que tiene la difícil labor de comunicar al aspirante a escritor si tiene madera de novelista o no, que se cree íntegro pero cuando le conviene es un hipócrita de padre y muy señor mío. En un momento dado, el actor saca su furia interior para volcar en Álvaro lo que realmente piensa de él. Sus palabras son hirientes, duras, ásperas,... Escuecen tanto que hasta el mismo espectador se achica, se siente pequeño y se hunde en su propio asiento. 

Estamos ante un reparto que suena a andaluz y no solo por León y de la Torre, sino también por Adelfa Calvo en el papel de doña Lola, la portera del inmueble, una señora entrada en carnes, casada con un parásito social, borrachín de lamparón en camiseta interior, necesitada en el amplio sentido de la palabra, que ha perdido la ilusión por la vida y tan solo se dedica a averiguar el mayor número de chismes de los vecinos. Corresponde este personaje a un rol estereotipado que divierte pero también enternece, pues ella tiene su corazoncito. Adelfa Calvo lo hace de lujo. Le da a doña Lola ese aire de mujer solitaria pero con vida en sus entrañas y que está deseando que le llegue una segunda oportunidad. 

Y el andaluz se mezcla con el acento mexicano en los actores Adriana Paz y Tenoch Huerta, vecinos de Álvaro, pequeñas marionetas en las manos del futuro autor revelación. Es la primera vez que los veo en pantalla pero tienen un papel fundamental en toda la trama y sus interpretaciones son bastante apropiadas.

La acción transcurre en Sevilla durante el verano de 2017. La ciudad no cobra un protagonismo excesivamente destacable y la historia bien se podría haber desarrollado en otra ciudad. Ahora bien, quiero pensar que el director ha optado por ubicar la trama en esta ciudad y en los meses de verano con la intención de valerse de las altas temperaturas y el calor insufrible que aquí padecemos y que puede llegar a alterar nuestra personalidad, unas circunstancias que ayudan a matizar la acción. Veremos a Álvaro con la frente sudorosa en más de una escena, con la cara desencajada, con un ventilador que chirría y chirría en su oído, provocando incomodidad en el ambiente y en el espectador, y con severas marcas de sudor estampadas en sus prendas de vestir. Son detalles que ayudan a fomentar la tensión y aumentan la intensidad del clímax. 

Con algún plano a lo Hitchcock, El autor nos plantea una historia interesante que, como ya me ocurrió al leer el libro, me empuja a preguntarme de qué modo los escritores construyen sus historias, en qué se basan, una película a cuyo frente se pone un personaje principal que bien podría ser la serpiente del Paraíso, inoculando su veneno a todo aquel del que quiera valerse para conseguir su fin, que no es otro que escribir una novela y de cuyo futuro no sabremos nada. ¿Se convertirá Álvaro en el próximo autor revelación? No dejéis de verla. La crítica profesional le da ha dado su beneplácito y prácticamente la mayoría del público la aclama. En mi caso, me alegro haberle dado una segunda oportunidad porque la he disfrutado muchísimo. 

Ya veremos qué ocurre en los Goya pues compite en la categoría de Mejor Película con Estíu 1993, Handi, Verónica y La librería, otro peso pesado.





Trailer:









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