Editorial: Suma de Letras.
Fecha publicación: 18 enero, 2018.
Precio: 18,90 €
Género: Thriller.
Nº Páginas: 344
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 9788491291589
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: 18 enero, 2018.
Precio: 18,90 €
Género: Thriller.
Nº Páginas: 344
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 9788491291589
[Disponible en eBook;
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Autora
Gin Phillips es autora de las premiadas novelas The Well and the Mine y Come In and Cover Me. Vive en Birmingham, Alabama, con su familia.
Sinopsis
Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente y bien educado.
Hace lo que su madre le dice y sigue las normas.
«Hoy las reglas son distintas.
Y las reglas dicen que nos escondamos
y no permitamos que el hombre del arma
nos encuentre.»
Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.
Pero, a veces, las normas son diferentes.
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
No sabría decir muy bien cuántas reseñas se han publicado sobre la novela Reino de fieras de Gin Phillips en las últimas semanas pero sin duda, han sido muchísimas. La editorial realizó a primeros de diciembre una promoción muy potente y un buen número de nosotros recibió una edición no venal de la novela para poder leerla con antelación a su lanzamiento, hecho que se produjo ayer, y poder así compartir nuestras opiniones con otros lectores. Como se suele decir, hay tantas lecturas e interpretaciones de un libro como lectores lo leen y por eso no ha sido de extrañar que hayamos podido encontrar reseñas muy entusiastas y otras algo más tibias. Lamentablemente, mi reseña también será algo templada porque, aunque hay aspectos de la novela que me han gustado, siento que me ha faltado la tensión narrativa necesaria como para dejarme pegada a las páginas del libro. Os cuento en detalle.
Joan y su hijo Lincoln de 4 años juegan en 'La cantera de los dinosaurios', una zona boscosa y poco transitada del zoo Belleville, al que suelen acudir algunas tardes. Allí, apartados de los espacios más concurridos y rodeados de árboles y tranquilidad, Lincoln inventa historias protagonizadas por sus superhéroes de plástico mientras la madre lo observa y se sorprende de la imaginación del pequeño. Es un momento de absoluta conexión entre ambos, de felicidad y paz apenas perturbada por el vuelo de un pájaro. De repente, Joan escucha ruidos lejanos. Parecen explosiones a los que, en principio, no da ninguna importancia pensando que son globos que estallan. No obstante, la realidad se impone cuando, cercanos a la hora de cierre del establecimiento, Joan y Lincoln se dirigen a la salida y en el camino se topan con un hombre armado y varios cuerpos tirados en el suelo. El pánico se apodera de Joan que intenta huir con su hijo en brazos. A partir de ahí, la historia avanza en una única dirección, la de salvar la vida y salir de aquel recinto sano y salvo. Si lo consigue o no, es algo que tendréis que averiguar con la lectura.
Al margen de Joan y Lincoln, también conoceremos a otros personajes como Kailynn, una joven trabajadora del zoo, Margaret Powell, una profesora jubilada que acude al zoo para hacer deporte tres veces por semana y a dos jóvenes más, Mark y Robby. Lo que le ocurra a estos personajes serán hilos argumentales que se van alternando con el de Joan y Lincoln, que quiero entender como la trama principal y de ahí que esté narrada en primera persona, mientras que las restantes sirven de acompañamiento y figuran narradas en tercera persona.
La trama de Reino de fieras tiene mucho que ver con esas espeluznantes noticias con las que a veces nos sorprenden los informativos. Sucesos que nos hablan de jóvenes adolescentes, arma en ristre, provocando una masacre, ya sea en centros educativos o en lugares públicos. En las últimas décadas no son pocas las ocasiones en las que se han producido hechos de esta índole, principalmente en Estados Unidos donde todos sabemos que el acceso a armas de fuego está poco controlado, conmocionando al mundo, sin poder entender muy bien, qué se le pasa a un joven por la cabeza para emprender esa especie de caza al hombre, dejando un reguero de sangre y desgracia a su paso. Y que una novela parta de esta idea me parece cuanto menos, interesante, porque además nos sirve para reflexionar. Sin embargo, tengo que decir que a mí la lectura se me ha quedado corta porque, si bien presuponía una trama llena de acción y con un punto máximo de tensión, he notado que la narración no me enganchaba y me provocaba algo de tedio. Para empezar, el momento en el que Joan descubre lo que realmente está ocurriendo dentro del zoo, que alguien se pasea por las instalaciones con un rifle en las manos y disparando a diestro y siniestro, me ha resultado bastante flojo. No he notado fuerza y me ha faltado tensión narrativa, esa corriente electrizante que me provoque inquietud y me obligue a continuar leyendo con fruición. Pero no faltaré a la verdad y por lo tanto, también tengo que reconocer que tales carencias se iban subsanando paulatinamente, a medida que avanzaba en la lectura, pero sin que adquiriera la potencia que yo necesitaba para sentirme totalmente absorbida por la historia. Después de mucho pensarlo creo que lo que ha fallado, a mi juicio, es que hay capítulos en los que no ocurre nada y encima, a veces, el relato de los hechos se desvía considerablemente en algunos momentos clave. Cuando la cosa está más caliente, los personajes se van por las ramas, comienzan a recordar cosas, conectan unos hechos con otros del pasado y en esos pasajes el lector pierde de vista lo principal, lo crucial en esta historia, que no es otra cosa que unos individuos intentando dar caza a todo aquel que se cruce en su camino. Quizá haya pretendido Phillips que el lector intime con los personajes y por eso cuenta tantas cosas sobre ellos pero un exceso de información adicional me ha sacado de la historia central.
Y lo mismo me ha ocurrido con la ambientación. El estilo de la autora brilla por su minuciosidad. Si ya en las primeras páginas observamos cómo se demora en describir con detalle los juegos entre madre e hijo, la actitud del pequeño, sus razonamientos infantiles, los pensamientos y las emociones de ambos, perfilando concienzudamente a los personajes, hace lo mismo con el entorno, con los lugares que rodean a los protagonistas, hablando de los distintos recintos que ocupan los animales del zoo, los restaurantes, los caminos y senderos que recorren el interior de la instalación. Yo he echado en falta un mapa del zoo Belleville, una pequeña ilustración donde pudiera señalar qué ocurre en cada lugar. Creo que un recurso tan simple como ese me hubiera ayudado a situar los hechos.
No obstante, y dicho lo cual, también tengo que comentar lo que a mí más me ha gustado. Por un lado, la novela explota la idea del hipervínculo entre madre e hijo, de su ansia de protección, ese afán de una madre por salvaguardar la integridad de su cachorro. En este aspecto he empatizado mucho con Joan cuando, obligada por las circunstancias, tiene que sacar fuerzas de donde no las hay y fingir tranquilidad y calma cuando el pánico se ha apoderado de ella. Su principal objetivo no es solo salvar a su hijo sino también impedir que el niño se de cuenta de lo que está ocurriendo y sufra por una situación traumática que puede dejarle huella. Todo ello conlleva también una parte importante de sacrificio, de exponerse ante el peligro, de ofrecerse para evitar que su hijo sufra daño alguno.
Por otra parte, tengo que aplaudir a Phillips en cuanto a la presentación de algún personaje. Como vulgarmente se suele decir, la autora me la coló. Y es que nos encontraremos a un personaje que parece débil, con problemas de integración social y por ahí me llegó a conquistar. No obstante, no contaba con la sorpresa que la autora me tenía preparada. De un párrafo a otro, mi opinión cambió totalmente y no pude evitar hasta sonreírme en un momento en el que no hay lugar para la risa. Y es que, a medida que vas conociendo los entresijos de la trama te das cuenta que ese personaje era totalmente necesario y que esa sensación de debilidad que transmite tiene un porqué. Ahí lo dejo.
Con un título que nos hace plantearnos quién es más animal en esta historia, la trama de Reino de fieras transcurre en el plazo de unas tres horas, con alternancia de hilos narrativos que terminan por confluir ocasionalmente en algún punto. La narración predomina sobre el diálogo y es que, para ser un thriller, tiene a veces un matiz introspectivo muy sobresaliente, con tantas reflexiones que se esparcen a lo largo de la historia. Para mí este carácter tan, digamos, intimista, ha restado intensidad a la historia y por eso quizá yo no he llegado a conectar con el relato. Pero como he comentado anteriormente, también tiene algunos aspectos muy positivos.
En definitiva, Reino de fieras no es el libro que me esperaba pero mi opinión es una más entre las muchísimas que se han publicado últimamente, así que, te animo a que te pasees por la blogosfera, leas otras reseñas y saques tus propias conclusiones.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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