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LOS DESERTORES DE OXFORD STREET de José Luis Ordóñez

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Editorial: Algaida.
Fecha publicación: febrero, 2018.
Precio: 20,00 €
Género: Romántica.
Nº Páginas: 664
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN:
978-84-9067-893-0
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]



Autor

José Luis Ordóñez nació en Sevilla en 1973. Es licenciado en Filología, tiene un Máster Internacional en Guion y colabora como crítico de cine en Canal Sur Radio. Ha sido premiado en el campo del cortometraje, la novela, el relato breve y el teatro. En el ámbito del género negro, ha ganado el VII Premio Sexto Continente de Relato con "El amor solo existe en las novelas", publicado en Antología del Relato Negro IV (2011) y el Accésit del II Premio de Novela Negra Wilkie Collins con Madera podrida con un clavo oxidado (2013).

En 2017 participa en la antología Siete piezas de teatro breve, y publica las novelas Junior y la carta fantasma y Los monstruos del escritor.

Desde su columna como colaborador de Solo Novela Negra, ofrece un aspecto diferente del género policial y negro. 

Sinopsis

Diciembre de 1899. Abraham Van Helsing decide utilizar la máquina del tiempo que ha construido para devolverle la vida a su sobrina Emily, muerta en trágicas circunstancias. Pero la máquina aún no está perfeccionada y los cinco intentos anteriores han fracasado, provocando la muerte de los viajeros.

Desesperado, y convencido de que el viaje en el tiempo resulta letal para el corazón de los seres vivos, Van Helsing recurre a un no-muerto para que realice la prueba definitiva: nada menos que su archienemigo, el mismísimo conde Drácula, que vive en Londres bajo la identidad del conde Erik Larsson.

Una aventura decimonónica que revela la existencia de una poderosa sociedad secreta con miembros como Wyatt Earp o Jules Verne.

[Información tomada directamente del ejemplar]
 


El  pasado jueves tuvo lugar la presentación de la novela Los Desertores de Oxford Street de José Luis Ordóñez (Algaida Editores), un acto al que tuve la oportunidad de acudir en primera línea de combate, acompañando al autor en esta puesta de largo. A pesar de que la climatología invitaba a quedarse en casa, sobre las 19 horas se fueron congregando amigos y lectores que prácticamente completaron el aforo de la sala de presentaciones en la librería Casa del Libro. Mucha era la expectación por saber qué escondía las páginas de la nueva novela de Ordóñez, la que hace la número quinta, después de que, desde finales de 2017, publicara dos novelas más, Los monstruos del escritor y Junior y la carta fantasma.

Tras los agradecimientos de rigor, quise hacer un breve repaso a la trayectoria del autor resaltando su formación académica en literatura y cine, con diversas publicaciones individuales, colaboraciones en proyectos colectivos, dirección de diversos cortometrajes, estrenos teatrales, participación en programas culturales radiofónicos como crítico de cine,... actividades por la que ha recibido diversos premios y menciones para, a continuación, entrar de lleno en la novela de la que paso a daros detalles.

Como podéis comprobar la sinopsis de la novela nos habla de una sociedad secreta, precisamente la que da título al volumen 'Los Desertores de Oxford Street'. En el 123 de Oxford Street se reúnen intelectuales, científicos y escritores que pretenden desarrollar el progreso a una velocidad superior que el resto del mundo. Son mentes brillantes que llevan a cabo estudios y experimentos que contribuyen a favorecer el avance tecnológico siempre en beneficio del mundo. A esta sociedad pertenece uno de los personajes principales de la novela, Abraham Van Helsing, el famoso cazavampiros, que en diciembre de 1899 vive sumido en un profundo pesar. Su adorada sobrina Emily falleció unos meses atrás y él, valiéndose de unos de los inventos de la sociedad secreta a la que pertenece -una máquina del tiempo-, pretende que alguien en su nombre viaje al pasado para rescatar de una muerte segura a su sobrina.

Así pues, Los Desertores... nos propone un viaje en el tiempo, un viaje hacia un pasado reciente, al 14 de agosto de 1899, para cambiar algunos hechos en el curso de la historia. Siendo así, la novela nos propone dos hilos temporales que se entremezclan y que constituye un sólido armazón sobre el que se sustenta toda la historia. Como es habitual en argumentos de esta índole en el que se alterna el pasado y el presente, en esta novela se juega con la elipsis narrativa de tal modo que la trama se iniciará con unos capítulos introductorios que narrarán lo acontecido poco antes de ese diciembre de 1899. Posteriormente conoceremos los hechos que se producen entre el 24 y el 25 de diciembre, noche en la que se pone en marcha el viaje en el tiempo. Y por último, conoceremos lo que ocurre a partir del 14 de agosto, periodo en el que Van Helsing emprende un viaje a Francia y tendrá lugar la muerte de Emily. Todo eso en ese mismo año de 1899.

Y para salvar a su sobrina, a Van Helsing no se le ocurre nada mejor que acudir a su más temido enemigo, a un no-muerto, al mismísimo Drácula y aquí ya empieza una de las múltiples peculiaridades que tiene esta novela porque, reunir en la misma habitación a dos antagonistas no puede, a priori, traer nada bueno. Ambos son personajes de ficción en la novela de Bram Stoker aunque José Luis les concede una existencia real, un verdadero hálito de vida en su novela. Y aunque parezca una auténtica locura, lo cierto es que Drácula emprenderá ese viaje en el tiempo con el 'noble propósito' de ayudar a Van Helsing y salvar a Emily. Bueno, lo de noble propósito es cuestionable pero mejor no os desvelo nada más.

Pero por si todo esto fuera poco, la novela cuenta con unas cuantas subtramas como por ejemplo la presencia de una extraña secta en una población cercana a París cuya existencia gira alrededor de un libro maldito o la aparición de una peculiar comunidad en una isla de las costas de Brasil cuyos miembros llevan un curioso dibujo tatuado en su piel. Trama y subtramas quedan debidamente conectadas de tal modo que la novela adquiere una complejidad brutal en la que no hay fisuras, ni cabos sueltos. El lector, al que el autor lleva en volandas de sorpresa en sorpresa, irá recorriendo el camino que Ordóñez nos propone sobre un engranaje perfecto, en el que las ruedas dentadas encajan a la perfección con un precisión de relojería suiza. Nada queda en el olvido pues la novela está realmente bien urdida y muy bien ejecutada.

Y en cuanto a los personajes habría que decir que estamos ante una novela coral donde entran y salen numerosos personajes, ya sean de ficción o de carne y hueso. Entre los principales vamos a encontrar a esos dos archienemigos conocidos por todos, a Van Helsing y a Drácula, siendo el primero ese individuo valiente, inteligente, sagaz y astuto del que tanto se ha escrito y que incluso tiene su propio spin off cinematográfico. Van Helsing tiene la misión de acabar con Drácula y con todos los convertidos que pueblan la tierra. Será un personaje al que conozcamos en dos momentos de su vida, en el pasado reciente, justo antes de la muerte de su sobrina, mostrándose como un tipo fuerte y recio, y en el presente de la novela cuando, afectado por una enfermedad de la que no quiero desvelar nada, lo veremos en un estado lastimoso. 

Con respecto a Drácula, os diré que para mí es uno de los mejores personajes de la novela, un personaje que además se aleja de la imagen preconcebida que tenemos de este chupasangre. Desde aquella película muda de 1922, pasando por Bela Lugosi, Christopher Lee o incluso Gary Oldman, Drácula siempre ha sido un personaje siniestro, de mirada gélida e hipnotizadora, sin embargo, el Drácula de José Luis Ordóñez es algo distinto. Sigue siendo un tipo del que mejor estar lejos y sigue teniendo porte elegante, envuelto en su sempiterna capa negra, pero este Drácula tiene un sentido de la ironía tremendo y es muy mordaz, hasta el punto de resultar divertido. Y ahí no acaba la cosa pues el vampiro entre los vampiros, a pesar de ser dueño de un corazón que no late, muestras signos de humanidad: es ligeramente compasivo, siente curiosidad, sorpresa e incredulidad, quizá todo ello no son más que reminiscencias de cuando era un ser mortal. De algún modo, Ordóñez lo humaniza, le resta ferocidad y esto, más allá de provocar rechazo en el lector, lo atrae mucho más.

En el terreno femenino, sobresale el personaje de Emily, la sobrina de Van Helsing. Es una joven adelantada a su tiempo, terca, testaruda, observadora y muy obstinada, una jovencita que no encaja en absoluto en los cánones de la época y de la que no se puede esperar nada que venga dictado por la sociedad en la que le toca vivir. Emily no piensa en matrimonio ni en hijos, como cabría esperar, sino en vivir aventuras. Enriquecer su educación, vestir con elegancia o ir a la moda son cuestiones que le traen sin cuidado. En su lugar...


Emily es, sin duda, un personaje muy interesante y con muchos matices que pone en jaque la línea de pensamiento de la época y que cuestiona el papel al que la mujer se ve resignada en ese siglo. Realmente, hubiera disfrutado muchísimo en la manifestación del pasado 8 de marzo pero claro, aun con ese temperamento, no lo tendrá nada fácil. No solamente la sociedad le pone trabas sino que también tiene que lidiar con su tío, un hombre anticuado y machista, como no podría ser de otro modo.

También tendremos personajes algo más secundarios pero con su parcela de protagonismo como Dick Handler, personaje que abre y cierra la novela, un justiciero que se toma la ley por su cuenta y llega hasta donde no llega Scotland Yard o Tom Sideways, un cochero enamoradizo que aparecerá en dos momentos puntuales. Y más, más personajes, irán surcando las páginas de este libro que ya iréis descubriendo con la lectura.

Pero si antes hablaba de las peculiaridades del argumento de esta novela, aquí tengo que hacer otro aporte más porque en Los Desertores... aparecerán personajes reales que harán algún que otro cameo como Julio Verne, Wyatt Earp y otro más que no quiero desvelar por no romper la sorpresa. Salvo con Earp, al que veremos entrado ya en la cincuentena y con ansias de vivir una última aventura más, lo más interesante es que el autor no se toma ninguna licencia sino que realmente estos personajes perfectamente podrían haber estado en ese momento y en ese lugar literario porque efectivamente estaban en ese momento y en ese lugar en el plano real. Y seguimos rizando el rizo, esto no solo ocurre con los personajes sino también con los hechos, pues en la novela se menciona la erupción de un volcán que realmente tuvo lugar y que, en cierto modo afectará a la trama. 


[Fuente: Inés Toro]

Todo esto lleva a pensar en el arduo trabajo que ha tenido que llevar a cabo el autor para encajar tantas y tantas piezas.  Es fácil imaginárselo haciendo cábalas, buscando puntos de conexión, a la caza y captura de esos personajes de la Historia que encajaran en su argumento y dieran a la novela un toque de ingenio. Para que os hagáis una idea, pensad en un puzle de 10.000 piezas y en lo titánico de su ejecución. Así es Los Desertores de Oxford Street.

Y que estamos ante una novela eminentemente aventurera es algo que no podemos obviar porque los personajes corren auténticas hazañas y peripecias, pero tratándose de viajes en el tiempo resulta lógico pensar que tiene su punto de ciencia ficción y más aún, su toque de steampunk, ese subgénero literario dentro de la ciencia ficción con argumentos que se desarrollan en la Inglaterra victoriana donde la tecnología a vapor está a la orden del día. Además no va a faltar el toque romántico, muy sutil porque en esta historia, en la que se viven verdaderas aventuras, en los más momentos más intensos y de más peligro, las relaciones se estrechan dando pie a acciones muy heroicas y románticas. Y claro, si tenemos a Drácula como protagonista, acompañado de algún que otro vampiro más,¿cómo podía faltar el terror en esta historia? Pues no, no falta y además contribuye a generar su dosis de intriga y suspense. Así pues, si me preguntáis a qué tipo de lectores está dirigido Los Desertores..., sin pensarlo mucho os responderé que a todo el común de los mortales (e inmortales, por hacerle un guiño al vampiro más famoso), porque con una historia tan interesante, un nutrido grupo de personajes y una mezcolanza de géneros como esta, probablemente satisfaga las expectativas de todo el que se acerque a esta historia.

En cuanto a su estructura, la novela cuenta con un capítulo introductorio que antecede a cuatro grandes bloques. Los capítulos son muy breves y muchos terminan en el típico cliffhanger o suspense que alienta al lector a seguir con la lectura. A pesar de las casi 700 páginas, la novela se lee con muchísima agilidad y fluidez. Es cierto que, en los capítulos iniciales, cuando vemos a Van Helsing junto a Drácula proponiéndole ese viaje en el tiempo, la narración es más pausada porque entiendo que el autor pretende que el lector disfrute de la interactuación entre ambos, de la oratoria que manejan, del juego entre el gato y el ratón, con unos diálogos llenos de dobles sentidos, aun así, vas avanzando en la lectura, te vas adentrando en la trama y terminas por aferrarte a sus páginas con ansias de seguir leyendo. Es de esas novelas en las que uno piensa cuando está en el trabajo, que provoca ese deseo de llegar a casa, olvidarse del mundo y sentarse a leer.

Ordóñez posee un estilo refinado y elegante, acorde con los tiempos en los que transcurre la trama. Con una prosa descriptiva en su justa medida, rica en detalles pero sin apabullar, conseguimos hacernos una clara idea de los personajes y de su entorno. Se advierte también un meticuloso cuidado en los diálogos que resultan muy naturales donde el lenguaje se ajusta al estatus de los personajes y a su época. Y se añade además que la novela cuenta con una ambientación envolvente que nos traslada al Londres de finales del siglo XIX. Aunque la ciudad no cobra un importante protagonismo, sí veremos a los personajes pasear por sus calles y visitar el barrio de Chelsea donde vive Van Helsing. En cualquier caso, y para ponernos en antecedentes, en las primeras páginas se hace una especie de retrato de las sociedad de la época, con especial hincapié en lo social y lo cultural, de ahí que se mencione la proliferación de teatros,  la publicación de libros y  la magia del cinematógrafo.

No quisiera terminar la reseña sin mencionar las diversas referencias literarias que salpican el texto. Dado la identidad de los personajes protagonistas, Bram Stoker será mencionado con frecuencia pero hay que decir que no sale bien parado. Resulta hilarante la inquina que Drácula le tiene a su supuesto creador, criticando la labor del autor irlandés pero es esta una actitud en la que no deseo entrar porque rompería los momentos más divertidos de la trama. Desde luego, Stoker es el exponente de una profesión o vocación vapuleada a lo largo de toda la historia, pues el autor pone en boca de sus personajes reflexiones y citas que dejan en entredicho la creación, la inventiva y la imaginación de los escritores. 


Y en cuanto a las referencias, el cine no puede quedar atrás. Teniendo en cuenta que José Luis Ordóñez es crítico de cine, he intuido en diversos pasajes de la novela escenas que me han recordado a grandes obras de la literatura pero en su versión cinematográfica, como El pueblo de los malditos o La semilla del diablo.

En definitiva, solo puedo decir que he disfrutado muchísimo con la lectura de Los Desertores de Oxford Street. Me ha parecido un argumento sumamente interesante, con un tratamiento de los personajes que aporta su toque de originalidad.

Y esta fue mi contribución en la presentación de esta novela. A partir de este momento tomó la palabra el autor que desarrolló algunas de las ideas expuestas, explicando de qué manera se le ocurrió esta novela y comentando la personalidad de los protagonistas. Se abrió posteriormente el turno de preguntas, lo que permitió que muchos de los asistentes pudieran indagar más sobre la novela y así estuvimos debatiendo hasta el final del acto..

Por mi parte, solo me resta dar las gracias a José Luis Ordóñez por contar conmigo para la presentación. Intenté transmitir mi entusiasmo durante el acto del mismo modo que he querido transmitirlo en esta reseña. Me lo he pasado tan bien con esta lectura que no me queda más remedio que invitaros a viajar al Londres de 1899 de la mano de Abraham Van Helsing y Drácula.










[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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