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JOSÉ OVEJERO: 'Jugar con la fantasía del lector es mucho más interesante que verter toda mi fantasía'

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En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, bajo el concepto 'cuento' se recogen varias acepciones entre las que figuran: 1. Narración breve de ficción, 2. Relato, generalmente indiscreto, de un suceso y 3. Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención. En todas ellas encaja perfectamente el nuevo volumen de cuentos de José Ovejero pues existe brevedad, ficción, invención y, según qué caso, hasta indiscreción. Mundo extraño nace tras diez años de sequía en el género del cuento, y llega, como se puede intuir a raíz de su título, para proponernos una realidad distinta a lo cotidiano, a lo común, a la que habitualmente manejamos, en la que cualquier cosa es posible. 

La semana pasada nos visitó el autor y tuvimos la ocasión de conversar con este escritor madrileño que se atreve absolutamente con todo, dejando fluir su imaginación. Al final y cabo, no somos tan distintos a los personajes que Ovejero nos muestras en estas historias. 



Marisa G.- José, leyendo tu biografía eres como un hombre orquesta y no solo porque escribas todo tipo de género -novela, poesía, teatro, cuento, ensayo e incluso libros de viajes-, sino porque eres actor e incluso has dirigido algún documental.

José O.- Es lo que tiene no ver la tele. Tengo un par de horas más que al resto de los mortales. Siento mucha curiosidad por todo, me gusta hacer mil cosas y siempre pongo mucho entusiasmo en lo que hago.

M.G.- Hace un tiempo conocí a un autor que también era muy versátil y me comentaba que la historia que surge en la cabeza del escritor es la que decide el género. ¿En tu caso también es así?

J.O.- En general, sí. Cuando se me ocurre alguna idea, inmediatamente se empieza a orientar, si va a ser novela, un cuento, un artículo,... pero es verdad que hay épocas que son propiamente de cuentos, se me van ocurriendo uno tras otro y cuando ya tengo unos cuantos es cuando opto por agruparlos todos en un libro.

M.G.- He observado que durante la promoción se ha hecho mucho hincapié en el tiempo que ha transcurrido entre el anterior libro de cuentos y este. A mí más que los diez años que han pasado me llama la atención el motivo. Creo que has comentado que casi se te había olvidado cómo se escribían los cuentos.

J.O.- No es que se me hubiera olvidado sino más bien que estaba estancado. En mis novelas he ido ampliando mi registro, mi manera de escribir, he ido llegando a sitios a los que antes no llegaba pero con el cuento tenía la impresión de que estaba moviéndome en la misma zona. No quería escribir el mismo tipo de libro que el anterior, quería encontrar otra forma y hasta que no la he encontrado no me he puesto a ello.

M.G.- 'Mundo extraño' es un conjunto de catorce cuentos más cinco microrrelatos. Dices en la Nota de Autor: '... me gusta imaginar un hilo conductor que los trenza y creo que aquí lo hay pero no seré yo quien lo explique'. ¿Se podría decir que el hilo conductor consiste en la deformación de la realidad?

J.O.- Sí, creo que va por ahí, una deformación de la realidad que no nos aleja de ella sino que nos acerca. Es como una caricatura donde se ve que no eres exactamente tú pero te ves identificado con los rasgos que se exageran. A lo mejor ese mundo extraño que funciona en las historias del libro no es realmente tan extraño, como puede parecer a primera vista.

M.G.- En estos cuentos no hay filtro de ningún tipo, puede ocurrir de todo y encontramos todo tipo de personajes. Creo que has querido escarbar en la parte más oscura del ser humano, hurgar en esos rincones inconfesables y dar a los personajes libertad absoluta.

J.O.- Sí, esto es algo que ya he hecho otras veces, indagar en esa parte de los personajes que uno normalmente no mostraría a los demás. No sé si te has dado cuenta que a veces la narración nos introduce en lo que el personaje está pensando, en lo que está sintiendo. En nuestro día a día hacemos un montón de cosas pero, a menudo, lo que somos reside realmente en lo que no decimos o en lo que no mostramos, en todo eso que vamos pensando, sintiendo o deseando. Estas historias son un acercamiento a toda esa parte que generalmente no exteriorizamos.

M.G.- En ese sentido somos unos hipócritas. Tendemos a ocultar parte de nuestro verdadero ser. 

J.O.- Bueno, en realidad es una estrategia de supervivencia que me parece razonable. No hay que moralizarlo. No es más que una manera de defendernos. Eso de ser totalmente sincero es un horror. Cada uno necesita una protección a sus fragilidades, a sus miedos, a sus debilidades,... lo que pasa es que si esa parte se vuelve demasiado poderosa se convierte en un problema.

M.G.- Para mí estos cuentos son valientes, a veces presentan situaciones absurdas y unos personajes con tintes algo inhumanos. ¿Crees que estos cuentos requieren también un tipo de lector valiente que se deje llevar por el experimento que tú nos propones?

J.O.- Creo que estos cuentos requieren de un lector dispuesto a jugar porque habrás visto que los cuentos tienen estilos diferentes, voces diferentes, concepciones del cuento propiamente muy distintas,... Si eres un un lector muy rígido, que quiere una cosa muy concreta, entonces a lo mejor este no es tu libro. Pero una vez que estás dispuesto a jugar, no creo que tengas que ser especialmente valiente. Precisamente la literatura es ese espacio protegido en el que podemos asomarnos a un montón de cosas inusuales. 

M.G.- Pero, ¿crees realmente que el lector se puede llegar a identificar con estos personajes?

J.O.- Sí, sí, incluso en los cuentos más disparatados. Por ejemplo, en el primero una madre se suicida en Nochebuena. Llega la hija y su primera preocupación es cocinar el pavo porque están esperando visita y hay que darles de cenar. Tan normal. Y dices: '¡qué disparate!' Pero en realidad, ¿qué hacemos en todas nuestras cenas navideñas? No deja de ser un rito, una celebración, poner buena cara aunque por debajo haya rencillas, los cuñados se llevan fatal y se hace la vista gorda, el hijo tiene problemas de drogas y nadie dice nada. En todas las familias hay un montón de dramas que en Nochebuena es como si no existiesen. El cuento es exagerado y un poco disparatado pero no es tan extraño.

M.G.- Sí que es cierto que hay algunas historias que descolocan un poquito. Por ejemplo, 'Mens sana' tiene un narrador que va saltando de un tema a otro sin orden ni concierto o en 'Fucking Vincent' realmente no ocurre gran cosa.

J.O.- Sí, hay historias en las que el lector puede tener la impresión de que no está pasando nada de particular pero es como en nuestras propias vidas y también al revés. A veces tenemos la impresión de que en nuestra vida no ocurre nada pero luego si te fijas, pasan un montón de cosas. Y así nos va. No nos damos cuenta de las maravillas que suceden a nuestro alrededor para bien o para mal.

M.G.- Esto que mencionas viene recogido en el cuento que se llama, precisamente, 'Nunca me pasa nada'. Pero luego hay otros tantos que son muy inquietantes como por ejemplo 'Venta segura'u otros que rozan el terror como en'La casa de Armagedón'.

J.O.- Sí. En 'Venta segura' solo se narra el momento en el que un tipo pretende vender un seguro a dos ancianos y él se siente incómodo. Te llegas a preguntar si ese ambiente asfixiante es realmente así o si simplemente él se está montando todo ese terror en su cabeza. A mí ese cuento me gusta porque no sucede nada realmente pero tenemos esa sensación de amenaza, de inminencia constante,...

M.G.- En ese cuento en concreto juega un papel muy importante la imaginación del lector. Hay unos bocadillos que los ancianos le ofrecen al narrador y yo sinceramente me empecé a imaginar que contenían algo muy, muy extraño. Es muy psicológico.

J.O.- Y eso es muy bonito, por eso digo que me gustan los lectores dispuestos a jugar. El lector completa lo que no está. En el fondo es un prodigio. El lector está continuamente añadiendo cosas a lo que tú estás escribiendo. Jugar con la fantasía del lector es mucho más interesante que verter toda mi fantasía.



M.G.- La gente que es muy clásica en esto de los cuentos, consideran que deben seguir unas pautas concretas. Poniéndonos en ese caso, ¿qué pautas debería seguir el microrrelato?

J.O.- Precisamente en este volumen lo que pretendo es no atenerme a las pautas clásicas del cuento. Existen decálogos de lo que debe ser un buen cuento pero un cuento puede ser un montón de cosas distintas. En relación al microrrelato sucede lo mismo, aunque sea algo tremendamente comprimido. Con el microrrelato se cae fácilmente en la banalidad, en la sorpresa final, en el aforismo. He leído pocos microrrelatos que se me hayan quedado dando vueltas en la cabeza, algo que sí me ocurre con un buen relato. Lo que yo quería con el microrrelato era intentar que dejara el mismo eco en el lector que puede dejar un relato largo. Ese era mi único objeto.

M.G.- Algo que me parece peculiar pero a la vez me gusta, la mezcla de drama y humor dentro de la misma historia...

J.O.- Efectivamente, lo dramático y lo cómico están muy unidos en este libro y la mezcla funciona muy bien. Es el fruto de las reacciones de unos personajes que se escapan de lo habitual.

M.G.- Y en cuanto a los narradores me llama la atención que hay mucho equilibrio entre las voces masculinas y femeninas. Casi la mitad de los cuentos están narrados por mujeres. No sé si esto responde a un motivo concreto.

J.O.-Las voces femeninas siempre me han gustado. De hecho en otros libros anteriores la voz femenina está muy presente. Si me preguntas si hay algún motivo para ello no sabría responderte muy bien. Creo que la voz femenina tiene para mí la ventaja de que yo soy un hombre y por tanto ya hay una distancia inmediata entre mi persona y el narrador. Hacerlo así me ayuda a darle una voz propia al narrador que no sea la mía prestada.Pero también hay un punto de curiosidad, por ese juego de ventriloquía que te permite la literatura.

M.G.- Y hablando de los narradores hay un cuento en el que la voz pertenece a un adolescente. Me refiero a 'Papá es un perro'. Me vas a perdonar si lo que te voy a decir es una barbaridad pero yo juraría que ese adolescente tiene síndrome de Asperger.

J.O.- Es posible, sí. De hecho yo lo pensé también. No lo planteé así exactamente. Quería un niño listo pero también extraño, muy poco empático, muy cerrado en su propio mundo y por lo tanto sí que podría ser un niño con Asperger, sí.

M.G.- Te lo comento por la sensación que me producía su percepción de la realidad, su forma de interpretar el mundo.

J.O.- No fue deliberado pero sí, hay algo de lo que comentas.

M.G.- En cuanto a los temas, se habla de la familia, del éxito,... ¿Qué otros temas se abordan?

J.O.- Las relaciones de pareja y las relaciones familiares, la necesidad de aceptación, la necesidad de proyectar tu imagen a través de las redes sociales y luego en 'Venta segura' se habla de una manera encubierta de esta sociedad competitiva en la que tienes que vender olvidándote de la ética.

M.G.- Tienen un toque de crítica social, ¿no?

J.O.- Sí, y de reflexión sobre la sociedad en la que vivimos.

M.G.- Te he leído decir que aconsejas leer los cuentos en orden, ¿por qué?

J.O.- Pues aparte de porque he pasado horas pensando en qué orden ponerlos (risas) también porque creo que hay un ritmo. Los primeros son un poco delirantes y nos muestran mundos que comparar con el nuestro. Luego aparecen otros más intimistas y por último vamos hacia un final donde podemos encontrar una especie de resumen de todo lo que he hecho en el libro. Al final el lector los leerá como quiera, claro (risas).

M.G.- Bueno, yo los he leído en orden. Pero qué imaginación más fabulosa tienes que tener para inventarte estas historias. ¿Cómo se te ocurre la idea de escribir un cuento de una señora que se suicida en Nochebuena, de la manera que lo hace y la reacción de sus familiares?

J.O.- Si te digo que espontáneamente suena un poco raro pero es así. Me siento y de repente se me ocurre. Me viene la voz del narrador. Lo fundamental es ese punto de partida. Una vez que tengo la voz, el cuento empieza a fluir solo. El problema esencial de un cuento no es encontrar el final ni la estructura sino la voz y que la voz pueda llevar el peso de la historia.

M.G.- José yo los he disfrutado muchísimo. Soy lectora que suelo entrar al trapo y me ofrezco voluntaria en todo tipo de historias. Me he divertido, las cosas como son, no te lo voy a negar,...

J.O.- Sí, claro. El libro es brutal a ratos pero también es divertido.

M.G.- Lo dejamos aquí y espero que sean muchos los lectores que se presten a leerlo. Gracias por esta entrevista y hasta la próxima.

J.O.- Muchas gracias a ti.

Y hasta aquí la entrevista. Anímate a probar cosas nuevas, a zambullirte en lecturas distintas y acércate a estos cuentos de José Ovejero, sin miedo. 

Ficha novela

Editorial: Páginas de Espuma.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Nº Páginas: 192
Publicación: enero, 2018
Precio: 17,00€
ISBN: 978-84-8393-231-5
Disponible en eBook
Puedes empezar a leer aquí

Ficha completa aquí









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