Año: 1994
Nacionalidad: EE.UU
Director: Kenneth Branagh.
Reparto: Robert De Niro, Kenneth Branagh, Helena Bonham Carter, Tom Hulce, Aidan Quinn, Ian Holm, Richard Briers, John Cleese, Robert Hardy, Cherie Lunghi, Trevyn McDowell, Hannah Taylor Gordon, Celia Imrie, Gerard Horan, Mark Hadfield, Jimmy Yuill, Richard Clifford, Hugh Bonneville, Patrick Doyle.
Género: Terror.
Sinopsis: La prematura muerte de su madre durante un parto, arranca violentamente a Víctor Frankenstein de su idílica vida en Ginebra. Desde ese día, la idea de vencer a la muerte será su obsesión y, por ello, decide estudiar medicina en Ingolstadt. Allí conoce al siniestro profesor Waldman, de quien se rumorea que pasó su juventud estudiando la posibilidad de crear a un ser humano. Víctor no sólo se interesa por sus experimentos, sino que está dispuesto a llegar hasta el fondo de la cuestión cueste lo que cueste.
Nacionalidad: EE.UU
Director: Kenneth Branagh.
Reparto: Robert De Niro, Kenneth Branagh, Helena Bonham Carter, Tom Hulce, Aidan Quinn, Ian Holm, Richard Briers, John Cleese, Robert Hardy, Cherie Lunghi, Trevyn McDowell, Hannah Taylor Gordon, Celia Imrie, Gerard Horan, Mark Hadfield, Jimmy Yuill, Richard Clifford, Hugh Bonneville, Patrick Doyle.
Género: Terror.
Sinopsis: La prematura muerte de su madre durante un parto, arranca violentamente a Víctor Frankenstein de su idílica vida en Ginebra. Desde ese día, la idea de vencer a la muerte será su obsesión y, por ello, decide estudiar medicina en Ingolstadt. Allí conoce al siniestro profesor Waldman, de quien se rumorea que pasó su juventud estudiando la posibilidad de crear a un ser humano. Víctor no sólo se interesa por sus experimentos, sino que está dispuesto a llegar hasta el fondo de la cuestión cueste lo que cueste.
[Fuente: Filmaffinity]
Hace unos quince días os hablaba de la película Remando al viento (1998) que narraba aquel verano de 1816 en el que nació una de las obras más conocidas de la literatura universal y poco después os hablé de la obra en sí, de Frankenstein o el moderno Prometeo, todo ello en un homenaje a la autora Mary Shelley, con motivo del bicentenario de la publicación de dicha novela. Pues bien, hoy quiero cerrar este homenaje con otra película más, con una adaptación cinematográfica que se ha hecho sobre la historia ideada por la jovencita Shelley, una más de las muchísimas que se han llevado al cine en diferentes claves, pero que, a mi juicio, y hasta donde yo sé, es la más fiel al texto original que conozco. Si estoy equivocada, sacadme de mi error.
Creo que es la tercera vez que me siento a ver esta película. A medida que la iba visionando, iba rumiando esta reseña y pensaba comentar que se trata de una adaptación muy fiel pero, ya hacia el desenlace tuve que variar ligeramente mi opinión pues no recordaba los diversos cambios que su director, y también actor, Kenneth Branagh introduce. Se trata de modificaciones sustanciales pero aun así, encajan con coherencia en esta historia fantástica, mal tildada de terror, pues la historia no solo recoge la creación de un monstruo que asusta a todo aquel que se cruza en su camino, sino mucho más.
No voy a profundizar en la sinopsis. Primero porque, grosso modo, la mayoría conoce el grueso de la historia. Segundo porque, si habéis leído la reseña de la novela (puedes leerla aquí), tenéis datos más que suficientes sobre la estructura. Tercero porque los hechos que faltan y son propios de la película, ya los aporta el resumen realizado por la web Filmaffinity y que encontráis más arriba. En su lugar, abordaré los aspectos que más me han gustado de esta adaptación y también comentaré los cambios que he advertido entre el texto y la cinta. No obstante, y antes de empezar, me gustaría comentar un asunto curioso en el que he reparado en más de una ocasión. No ocurre siempre pero, he observado que, a peores críticas profesionales, mejores son las de los espectadores, de tal modo que a veces dudo si unos y otros vemos la misma película o bien puede ser que a los profesionales los metan en un pase de prueba antes del pulido definitivo de la película. Es que me resulta del todo inconcebible que las opiniones sean tan demoledoras por un lado y tan aceptables por otro. En fin, yo solo os puedo ofrecer mi opinión como espectadora y perteneciendo a ese grupo, tengo que deciros que a mí la película me parece correcta, y una manera interesante de acercarse a la obra.
Con una melodiosa voz que hipotéticamente corresponde a Mary Shelley, se inicia la película de este modo: 'Me propuse idear una historia que hablara de los misteriosos temores de nuestra naturaleza y despertara un terror escalofriante, que hiciese que el lector temiese mirar a su alrededor, que helase la sangre y acelerase los latidos del corazón'. Para empezar, la película carece absolutamente del carácter epistolar que tiene la novela pues la estructura está ligeramente alterada, rompiendo en parte el armazón de anillos concéntricos con el que cuenta el texto original. Pero el inicio, con Robert Walton a bordo de un barco camino del Polo Norte y con Víctor Frankenstein llegando malherido y maltrecho al barco encallado, persiguiendo a su criatura por los mares de hielo, se mantiene igual. Y es que, como dije antes, esta película respeta en gran parte lo escrito por Shelley.
¿Cuáles son los cambios que se advierten? Para empezar la motivación de Víctor no es la misma en la película que en la novela. Digamos que en el texto original, Frankenstein es un joven curioso, con grandes deseos de aprender, y un carácter científico innato. Independientemente del devenir de los acontecimientos, sabemos que el joven médico desea hacer grandes contribuciones a la ciencia. Sin embargo, en la película es la muerte de su madre -algo que sí ocurre en la novela pero que se asume como una circunstancia más de la vida-, así como la de algún amigo más, la que incita a Víctor a cambiar el orden del mundo, a desafiar la muerte y a generar vida a partir de materia muerta.
Otra gran modificación es la creación propiamente de la criatura. En la película se dan detalles sustanciosos de la forma en la que Víctor consigue dar vida a un cuerpo muerto. Se hace mención a leyes físicas, a elementos atmosféricos, o a cuestiones anatómicas. Shelley, y entiendo que por motivos obvios, omitió todo tipo de detalles al respecto pero sobre esta circunstancia se ha hecho mucho hincapié en bastantes adaptaciones al cine. Parece que, el 'experimento' es una cuestión que visualmente no se puede pasar por alto.
Pero la variación más sorprendente sobre el argumento original, al que se le van quitando secuencias e incorporando otras nuevas, no ocurre hasta prácticamente el último cuarto de película. No quiero desvelar de qué se trata. Simplemente os reitero que encaja bastante bien y es muy coherente con la naturaleza de la historia en sí, hasta el extremo de preguntarme qué opinaría Mary Shelley sobre ellos. Podrá sonar a mofa pero a mí me parece que hasta el podría gustar.
En cuanto a los personajes, y ya que estamos hablando de cambios, os diría que Branagh incorpora un personaje más que no figura en la novela. Se trata del profesor Waldman que si bien no tiene mucha presencia en la cinta sí tiene un gran protagonismo por ejercer una potente influencia en Víctor. El personaje está interpretado por John Cleese, muy bien caracterizado, de pelos largos y canosos y de oscura mirada tras la que se oculta parte de un secreto que no debería ver la luz jamás.
Robert Walton, el joven aventurero que intenta llegar al Polo Norte, también es un personaje más de segunda fila. En la novela muestra un carácter más inmaduro, más romántico, más tibio que en la película, donde veremos a un hombre mucho más temperamental y con más brío. Interpretado por Aidan Quinn, posee el mismo espíritu aventurero y demente que el propio Víctor Frankenstein posee, ese deseo de pasar a la posteridad y dejar un legado.'La vida viene y se va pero si tenemos éxito nuestros nombres vivirán para siempre'.
Pero sin duda copan el máximo protagonismo otros personajes como el propio Víctor Frankenstein, un joven ginebrino, de buena cuna y mejor educación, con ideas tejidas lectura tras lectura, embebido de las teorías de los grandes científicos y pensadores de otros tiempos. Dolido por la muerte que le arrebata a sus seres queridos, Víctor desea convertirse en Dios, en un dador de vida lo que le acarreará terribles consecuencias. El dolor llama al dolor. La muerte llama a la muerte. Nuestros actos no pasan desapercibidos. El doctor Frankenstein está muy bien interpretado por Kenneth Branagh, bajo mi punto de vista. He leído por ahí que está muy sobreactuado pero si has visto varias películas de este actor irlandés terminas por entender que sus papeles dramáticos son muy potentes, que imprime mucha fuerza a sus palabras y a sus actos. Branagh, en este caso, no solo es un actor más sino también el director de la cinta. Le gusta adaptar grandes clásicos, dirigirlos e interpretarlos. Recientemente lo hemos visto en Asesinato en Orient Express y ya prepara otra adaptación de otra novela de Agatha Christie, Muerte en el Nilo. Por sus manos han pasado obras también de Shakespeare como Enrique V o Mucho ruido y pocas nueces, película esta última que os recomiendo. Me parece fantástico su interés por acercar estas obras al público.
Sobre Robert De Niro ejecutando a la criatura, casi sobran las palabras. Aparte de la caracterización, con esos costurones que le cruzan la cara y el cuerpo y que lo convierten en un ser grotesco y deforme, el abrigo raído y polvoriento le confiere un aspecto lastimoso. Su andar tambaleante, de ser imperfecto no le resta calidez a la tristeza de sus ojos en sus momentos más amargos porque esta criatura, más allá de dar pavor, lo que provoca es compasión. Aunque su homónimo literario suscita más ternura, se explota más el lado dramático de su existencia. En cualquier caso, en el personaje se producirá un cambio de personalidad tras averiguar su terrible origen y destino, su verdadera naturaleza. De Niro, con la maestría que le caracteriza, sabe adaptarse a la cara y la cruz de un personaje que busca la venganza por devolver el dolor que le han infringido pero que, en el fondo, solo quiere ser aceptado. Es el personaje más interesante de la historia escrita y de la propia película, un personaje para analizar y que, muy posiblemente, altere la concepción que tienes de la obra en sí.
Por último, Elizabeth es la amada de Víctor. El personaje está encarnado por Helena Bonham Carter, una actriz con la que tengo luces y sombras. En ocasiones me gusta bastante aunque aquí no me ha impactado mucho. Bueno, hacia el final lo va a tener algo más complicado pero mejor no cuento nada.
Y aparte de las variaciones en el argumento y de las interpretaciones, tengo que destacar el vestuario, la música y la ambientación, no solo ya de la sociedad en sí, sino del entorno más familiar y cercano de Víctor Frankenstein. La casa en la que reside la familia, enorme y con una decoración prácticamente minimalista, con grandes espacios despejados y una gigantesca escalinata sin balaustrada impresiona. Por esos escalones suben y bajan los aturdidos, asustados y enloquecidos personajes de esta historia que tienen que afrontar tragedias terribles. También está muy bien conseguida la cabaña del bosque en la que vive una familia que tendrá cierta vinculación con la criatura. Y lo mismo ocurre con el laboratorio de Víctor, siempre en penumbra por ocultar los terribles secretos que alberga, lleno de artilugios extraños, con dibujos a carboncillo que muestran parte de la anatomía humana, o recipientes con líquidos burbujeantes.
Como reparo, podría decir que en algún momento puede resultar larga. Son dos horas de metraje pero en una película como esta, creo que acortar el argumento perjudicaría bastante el resultado final.
En definitiva, creo que este largometraje ofrece una visión muy a tener en cuenta de la obra de Mary Shelley, una novela que, como dije antes, no trata sobre un monstruo terrible sino que, ya lo comenté en la reseña correspondiente, ahonda en otras cuestiones del alma humana. Tanto es así, que en los últimos minutos alguien pronuncia estas palabras que bien podrían resumir la esencia de la historia: 'Entregué mi corazón a conocer la sabiduría, la demencia y la locura y percibí que todo es vanidad y vejación del espíritu, pues en mucha sabiduría hay mucho dolor y aquel que aumenta sus conocimientos, aumenta su pesar. Porque Dios observará todas las obras y todos los secretos para juzgarlos, tanto si son buenos como si son malos'.
Pongo fin a mi particular homenaje, animándoos a leer la novela o a ver esta película. Mary Shelley nos regaló una historia maravillosa.