Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: enero, 2018.
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 622
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788401020520
[Disponible en eBook;
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Autora
Anne Jacobs ha publicado con otro nombre novelas históricas y sagas exóticas con gran éxito de ventas, pero este título ha supuesto su confirmación como autora de best sellers.
Sinopsis
Una mansión. Una poderosa familia. Un oscuro secreto...
Augsburgo, 1913. La joven Marie entra a trabajar en la cocina de la impresionante villa de los Melzer, una rica familia dedicada a la industria textil. Mientras Marie, una pobre chica proveniente de un orfanato, lucha por hacerse un sitio entre los criados, los Melzer esperan con ansiaa el comienzo de una nueva temporada invernal de baile, cuando se presentará en sociedad a su bella hija Katharina. Solo Paul, el heredero, permanece ajeno al bullicio, pues prefiere su vida de estudiante en Múnich. Hasta que conoce a Marie...
[Información tomada directamente del ejemplar]
Antes que nada quisiera pedir disculpas. Esta reseña se publica dentro de la lectura conjunta que organizaba El templo de la lectura, Libros que hay que leer, Adivina quien lee y Lectora de Tot, y tenía que haber visto la luz el pasado día 13 de abril pero, no sé muy bien cómo, tenía en mente que era el día 30, es decir, hoy. Así que, aunque un poco tarde, aquí la tenéis. Espero que me disculpéis.
Antes que nada quisiera pedir disculpas. Esta reseña se publica dentro de la lectura conjunta que organizaba El templo de la lectura, Libros que hay que leer, Adivina quien lee y Lectora de Tot, y tenía que haber visto la luz el pasado día 13 de abril pero, no sé muy bien cómo, tenía en mente que era el día 30, es decir, hoy. Así que, aunque un poco tarde, aquí la tenéis. Espero que me disculpéis.
Dicho lo cual, lo siguiente que tengo que deciros es que La villa de las telas me ha gustado más de lo que esperaba. Como ya he comentado muchas veces, soy de esas lectoras que se decantan por ciertas lecturas en función de la cubierta y, no os voy a mentir, fue ver la portada de La villa de las telas y me quedé prendada. Luego leí la sinopsis y me imaginé ante qué tipo de libro estaba, un novela de corte histórico, a lo Downton Abbey, con romance y misterio. Sabía que me iba a gustar pero en realidad ha sido mucho más que eso. Creo que los distintos elementos que componen la novela, -la parte histórica-social, el romance y el misterio-, están muy equilibrados de tal modo que no resalta uno sobre otro y todo conforma un conjunto bastante agradable.
Pero hablemos del argumento. La sinopsis que ofrece la editorial se queda bastante corta, por lo que conviene entrar algo más en profundidad. Los Melzer son una familia burguesa de principios del siglo XX. Johann Melzer dirige una fábrica textil en Augsburgo. Casado con Alicia, es padre de tres hijos: Paul, Katharina y Elizabeth. La familia reside en una enorme mansión dividida en dos zonas. La parte noble, donde hacen su vida los dueños y la parte de las cocinas, escalera de servicio y última planta de la casa donde viven y trajinan todos los miembros del servicio: la señora Schmalzler (ama de llaves), Robert (chófer), la señora Brunnemayer (cocinera), la señorita Jordan (doncella personal), Auguste (2ª doncella) y algunos más. Hasta esa casa llega Marie Hofgartner, una joven procedente del orfanato de los Siete Mártires. Entrará a trabajar como ayudante de cocina y aunque inicialmente no es muy bien recibida por el resto del servicio, que la trata con dureza y desdén, lo cierto es que poco a poco se irá ganando la confianza de todos ellos. Incluso hará muy buenas amistades con la señorita Katharina hasta el punto de acabar siendo su doncella personal.
Entre aquellas lujosas paredes, con mucho trabajo pero también una vida mucho mejor que la que ha tenido hasta entonces, Marie conseguirá descubrir quién es realmente y cuáles son sus orígenes. En torno al pasado de la joven girará buena parte de la novela, constituyendo un misterio que poco a poco se va desvelando. Si Marie ha acabado trabajando con los Melzer no será por cuestiones circunstanciales sino que hay una justificación detrás de todo ello y aunque tendrá que pasar penalidades y enterarse de cosas muy desagradables, el trabajo junto a los Melzer tendrá un lado positivo pues también el amor es un pilar importante en el argumento, no obstante será un amor bastante explotado desde el punto de vista literario y cinematográfico y aún así a mí no me ha resultado una temática cansina.
Sin embargo, La villa de las telas también se centra en otras cuestiones. Al margen del amor y el misterio sobre los orígenes de Marie, quizá la temática más destacable es la que aborda la vida de los miembros del servicio de una importante familia. La novela nos muestra sus alegrías, sus penas y por su puesto sus vidas privadas más allá de su jornada laboral. Los criados de los Melzer también se divierten, también lloran y también se enamoran. Todo ello siempre bajo el amparo de una estructura jerárquica que implicaba que tuvieran más o menos privilegios. Pero la novela contará también con otras subtramas como la que involucra a Paul en varios problemas monetarios con sus amigos. No es este un hilo especialmente desarrollado y a mí me hubiera gustado un poco más de profundidad al respecto. A su vez, se mencionarán diversas cuestiones de índole político-social como las huelgas de obreros, la revolución de la mujer por ocupar un papel más activo en la sociedad, mucho más independiente y autónomo, o ya desde el plano industrial se hará un retrato del funcionamiento de las fábricas, los turnos o la contratación de personal haciendo uso de niños y niñas en edad escolar a los que se les pagaba una miseria porque sus familias pasaban penurias. Incluso se mencionará algún que otro curioso hito histórico.
Y dado que la novela transcurre en Augsburgo, la ciudad también tiene su parcela de protagonismo. Pasearemos por sus calles y contemplaremos la vida social de la ciudad, los teatros, las festividades, las costumbres. A este respecto hay que decir que la novela está muy bien ambientada y el lector fácilmente puede verse en esa Alemania que, hacia el final de la novela, contempla en el horizonte la sombra de la I Guerra Mundial.
La villa de las telas es una novela coral que se encuadra dentro de las sagas familiares. El foco de atención se mueve entre diversos personajes lo que consigue que la novela sea muy dinámica. De entre los personajes principales no cabe duda que destaca la propia Marie, una joven de dieciocho años que, a pesar de proceder de un estrato social bajo, tiene algo en su porte que la hace diferente de las demás chicas de su clase. Marie es huérfana. Su madre falleció siendo ella una niña pequeña y desde entonces ha ido pasando de mano en mano. Tiene un carácter cándido y soñador pero al mismo tiempo se muestra desafiante y arrogante. No es la típica chica que se deja amilanar fácilmente sino que defiende lo suyo y nadie la frena. Desde un punto de vista literario resulta un personaje muy interesante y con muchos matices. A su alrededor, todo el misterio de su nacimiento y sus orígenes.
Katharina es una niña bien. Es una chica caprichosa y engreída, amante del arte y de la vida bohemia aunque su estatus social la tiene encorsetada. Ella representa ese espíritu femenino incipiente, esa mujer que lucha por su libertad y sus derechos aunque lo hará desde la comodidad que le confiere su familia. La joven buscará en Marie su gran apoyo tanto para enfrentarse a su familia como para conseguir sus sueños.
En cuanto a Elizabeth, ella se siente un patito feo. De figura redondeada, es poca agraciada y siempre ha envidiado la silueta de su hermana y su madre. Su único anhelo es encontrar marido pero la cosa la tiene un poco complicada.
Paul, es el heredero de los Melzer. Es un joven estudiante, alocado y derrochador que simplemente vive la vida en Múnich con nulas preocupaciones. Sin embargo será un personaje que cambie sustancialmente. Cuando el devenir de los acontecimientos comiencen a afectarle notaremos mucha más madurez.
Johann Melzer es un personaje que me ha gustado mucho por su manera de pensar. Se aleja totalmente del típico empresario cuya fortuna le viene por herencia familiar. Johann es un hombre hecho a sí mismo que ha conseguido lo que tiene a base de esfuerzo, sacrificio y trabajo. Esto es algo que se nota a la hora de educar a sus hijos, a los que pretende hacer hombres y mujeres de provecho, que trabajen con ahínco y se comporten con humildad.
Y aquí no quedará la cosa, entre los personajes encontraremos a Alicia, la esposa de Johann Melzer y a toda una cohorte de personajes más secundarios que irán entrando y saliendo de escena.
La novela se estructura en siete bloques, con un total de cincuenta y seis capítulos y que abarcan una horquilla temporal que va desde el otoño de 1913 a junio de 1914. Prácticamente todo un año compartiremos vida con la familia Melzer.
En cuanto al estilo es muy ágil. No prevale el diálogo frente a la narración pero es una novela que, a pesar de su volumen -más de seiscientas páginas- se lee con mucha avidez seguramente por el vaivén de personajes, por el misterio que se encierra entre sus páginas y por esas relaciones amorosas -más de una-, que veremos desarrollar a lo largo de la novela.
En definitiva, La villa de las telas me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Acostumbrada a este tipo de novelas en las que, más o menos, los acontecimientos son predecibles, confieso que ha sido una lectura a la que me apetecía regresar al finalizar mi jornada. Por lo tanto, creo que es una propuesta muy recomendable.
Por cierto, parece ser que forma parte de una trilogía aunque, a mi juicio, es una novela autoconclusiva que se puede leer sin que quede ningún fleco suelto.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Entre aquellas lujosas paredes, con mucho trabajo pero también una vida mucho mejor que la que ha tenido hasta entonces, Marie conseguirá descubrir quién es realmente y cuáles son sus orígenes. En torno al pasado de la joven girará buena parte de la novela, constituyendo un misterio que poco a poco se va desvelando. Si Marie ha acabado trabajando con los Melzer no será por cuestiones circunstanciales sino que hay una justificación detrás de todo ello y aunque tendrá que pasar penalidades y enterarse de cosas muy desagradables, el trabajo junto a los Melzer tendrá un lado positivo pues también el amor es un pilar importante en el argumento, no obstante será un amor bastante explotado desde el punto de vista literario y cinematográfico y aún así a mí no me ha resultado una temática cansina.
Sin embargo, La villa de las telas también se centra en otras cuestiones. Al margen del amor y el misterio sobre los orígenes de Marie, quizá la temática más destacable es la que aborda la vida de los miembros del servicio de una importante familia. La novela nos muestra sus alegrías, sus penas y por su puesto sus vidas privadas más allá de su jornada laboral. Los criados de los Melzer también se divierten, también lloran y también se enamoran. Todo ello siempre bajo el amparo de una estructura jerárquica que implicaba que tuvieran más o menos privilegios. Pero la novela contará también con otras subtramas como la que involucra a Paul en varios problemas monetarios con sus amigos. No es este un hilo especialmente desarrollado y a mí me hubiera gustado un poco más de profundidad al respecto. A su vez, se mencionarán diversas cuestiones de índole político-social como las huelgas de obreros, la revolución de la mujer por ocupar un papel más activo en la sociedad, mucho más independiente y autónomo, o ya desde el plano industrial se hará un retrato del funcionamiento de las fábricas, los turnos o la contratación de personal haciendo uso de niños y niñas en edad escolar a los que se les pagaba una miseria porque sus familias pasaban penurias. Incluso se mencionará algún que otro curioso hito histórico.
Y dado que la novela transcurre en Augsburgo, la ciudad también tiene su parcela de protagonismo. Pasearemos por sus calles y contemplaremos la vida social de la ciudad, los teatros, las festividades, las costumbres. A este respecto hay que decir que la novela está muy bien ambientada y el lector fácilmente puede verse en esa Alemania que, hacia el final de la novela, contempla en el horizonte la sombra de la I Guerra Mundial.
La villa de las telas es una novela coral que se encuadra dentro de las sagas familiares. El foco de atención se mueve entre diversos personajes lo que consigue que la novela sea muy dinámica. De entre los personajes principales no cabe duda que destaca la propia Marie, una joven de dieciocho años que, a pesar de proceder de un estrato social bajo, tiene algo en su porte que la hace diferente de las demás chicas de su clase. Marie es huérfana. Su madre falleció siendo ella una niña pequeña y desde entonces ha ido pasando de mano en mano. Tiene un carácter cándido y soñador pero al mismo tiempo se muestra desafiante y arrogante. No es la típica chica que se deja amilanar fácilmente sino que defiende lo suyo y nadie la frena. Desde un punto de vista literario resulta un personaje muy interesante y con muchos matices. A su alrededor, todo el misterio de su nacimiento y sus orígenes.
Katharina es una niña bien. Es una chica caprichosa y engreída, amante del arte y de la vida bohemia aunque su estatus social la tiene encorsetada. Ella representa ese espíritu femenino incipiente, esa mujer que lucha por su libertad y sus derechos aunque lo hará desde la comodidad que le confiere su familia. La joven buscará en Marie su gran apoyo tanto para enfrentarse a su familia como para conseguir sus sueños.
En cuanto a Elizabeth, ella se siente un patito feo. De figura redondeada, es poca agraciada y siempre ha envidiado la silueta de su hermana y su madre. Su único anhelo es encontrar marido pero la cosa la tiene un poco complicada.
Paul, es el heredero de los Melzer. Es un joven estudiante, alocado y derrochador que simplemente vive la vida en Múnich con nulas preocupaciones. Sin embargo será un personaje que cambie sustancialmente. Cuando el devenir de los acontecimientos comiencen a afectarle notaremos mucha más madurez.
Johann Melzer es un personaje que me ha gustado mucho por su manera de pensar. Se aleja totalmente del típico empresario cuya fortuna le viene por herencia familiar. Johann es un hombre hecho a sí mismo que ha conseguido lo que tiene a base de esfuerzo, sacrificio y trabajo. Esto es algo que se nota a la hora de educar a sus hijos, a los que pretende hacer hombres y mujeres de provecho, que trabajen con ahínco y se comporten con humildad.
Y aquí no quedará la cosa, entre los personajes encontraremos a Alicia, la esposa de Johann Melzer y a toda una cohorte de personajes más secundarios que irán entrando y saliendo de escena.
La novela se estructura en siete bloques, con un total de cincuenta y seis capítulos y que abarcan una horquilla temporal que va desde el otoño de 1913 a junio de 1914. Prácticamente todo un año compartiremos vida con la familia Melzer.
En cuanto al estilo es muy ágil. No prevale el diálogo frente a la narración pero es una novela que, a pesar de su volumen -más de seiscientas páginas- se lee con mucha avidez seguramente por el vaivén de personajes, por el misterio que se encierra entre sus páginas y por esas relaciones amorosas -más de una-, que veremos desarrollar a lo largo de la novela.
En definitiva, La villa de las telas me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Acostumbrada a este tipo de novelas en las que, más o menos, los acontecimientos son predecibles, confieso que ha sido una lectura a la que me apetecía regresar al finalizar mi jornada. Por lo tanto, creo que es una propuesta muy recomendable.
Por cierto, parece ser que forma parte de una trilogía aunque, a mi juicio, es una novela autoconclusiva que se puede leer sin que quede ningún fleco suelto.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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