Año:1942
Nacionalidad: EE.UU.
Director: George Stevens.
Reparto: Spencer Tracy, Katharine Hepburn, Fay Bainter, Reginald Owen, William Bendix, Dan Tobin, Roscoe Karns.
Género: Comedia.
Sinopsis: Ésta es la primera película de la famosa pareja formada por Spencer Tracy y Katharine Hepburn. Él es un periodista deportivo, ella, una periodista política que necesita que le recuerden los placeres simples de la vida. Una inteligente comedia de lucha de sexos llena de química y encanto.
[Fuente: Filmaffinity]
Uno de los romances más sonados de Hollywood fue el que protagonizó Spencer Tracy y Katharine Hepburn, un romance que se inició justo en el rodaje de esta película, La mujer del año, en el que ambos actores coincidieron por primera vez. A partir de entonces surgió el amor, coincidieron en otros largometrajes y estuvieron juntos veintisiete años. Lo curioso es que no fue una relación oficial. Spencer era católico, estaba casado y nunca se divorció. Aunque su entorno conocía que estaban juntos, intentaron mantener su relación apartada de miradas indiscretas, compartiendo vida en los periodos en los que no tenían rodaje. Ella permaneció a su lado hasta el mismo momento de la muerte de Spencer, el 10 de junio de 1967.
La mujer del año narra el romance de dos periodistas del Chronicle de Nueva York. Sam Craig cubre la sección de deportes y se pasa el día viendo partidos de beisbol, rugby, boxeo,... de los que hace las crónicas para su periódico. Por su parte, Tess Harding es una reputada periodista internacional, hija de diplomático, se ha recorrido el mundo tras las noticias políticas que mueven el mundo, tiene importantes contactos y es una mujer muy independiente. Afín al movimiento feminista que lidera su tía Ellen, da conferencias en favor de los derechos de la mujer pero no parece entender muy bien la esencia del pueblo americano. Sus declaraciones en una radio local recriminando que su país solo piensa en beisbol mientras el mundo se debate en una guerra mundial, despiertan el lado más sarcástico de Craig y comienzan a lanzarse puyas en forma de columnas a través del periódico. Sin embargo, el director del rotativo los reúne en su despacho para darles un tirón de oreja a ambos. Será la primera vez que se vean y así saltará la chispa de su amor. A partir de ahí comienzan una relación y se casan. Ambos continúan con su trabajo pero... Bueno, como siempre os digo, el resto es mejor que lo descubráis vosotros.
La película analiza el papel del hombre y de la mujer. Se acepta desde todos los ámbitos que la mujer ejerza una profesión, también que compita con el hombre en el mismo sector, incluso que tenga más éxito que él pero siempre y cuando se trate de una mujer soltera. Las tornas cambian si ella pasa a ser la esposa de.¿Cómo asimilar que la esposa tenga más éxito que el marido? ¿Cómo puede un matrimonio ser feliz si ella se dedica a su trabajo en vez de cuidar al esposo y encargarse del hogar? Bueno, este largometraje nos presenta una pareja poco convencional. Tess es una reconocida periodista que organiza fiesta a las que asiste personas muy influyentes de todo el mundo, cuyas opiniones son muy tenidas en cuenta y sus declaraciones ocupan titulares de los medios de comunicación. Vive por y para el trabajo, siempre pendiente de los diversos acontecimientos políticos que azotan el mundo, y anda siempre con prisas, incluso el día de su boda. Por su parte, Sam no es más que un periodista local, un hombre mucho más tranquilo, y que está locamente enamorado de Tess. Su amor por ella le permite superar todos los escollos iniciales una vez que han contraído matrimonio pero los problemas no tardaran en aparecer. Es entonces cuando el tono de la película cambia radicalmente. De la comedia, con escenas llenas de humor, se pasará al dolor, a la decepción y al drama. ¿Estamos ante un matrimonio irreconciliable? ¿Algunos de los dos dará su brazo a torcer? Creo que, teniendo en cuenta que estamos en 1942, os podréis hacer una idea del desenlace de la película, aunque advierto que hay matices.
Katherine Hepburn en el papel de Tess Harding está fabulosa. Su personaje es un poco egoísta en alguna ocasión, exigiendo a su marido más de lo que se puede esperar. Ella sabe adoptar perfectamente el papel de mujer independiente que vive entregada a su carrera profesional. El trabajo es lo primero. Es maravilloso verla moverse en pantalla, siempre con ese brillo en los ojos, con su esbelta figura -sorprende la minúscula cintura- y ataviada con unos sombreros ridículos pero muy divertidos.
Y Spencer Tracy haciendo de Sam Craig tampoco se queda atrás. Es el hombre con un toque estereotipado pues para él, el deporte es lo único importante. Enamorado y entregado, Sam tiene un límite y saca su lado más rencoroso y vengativo en un momento puntual que la película justifica porque ella, bueno, ella es una mujer que se ha desviado de su camino. Repito. Estamos en 1942. Tracy le saca partido a su personaje, lo muestra sumamente paciente con su encogimiento de hombros y su mirada de resignación pero también sabe enfadarse cuando la situación lo supera. Tracy confiere al personaje una cara y una cruz. El amor es el amor, pero el hogar es el hogar.
Y Spencer Tracy haciendo de Sam Craig tampoco se queda atrás. Es el hombre con un toque estereotipado pues para él, el deporte es lo único importante. Enamorado y entregado, Sam tiene un límite y saca su lado más rencoroso y vengativo en un momento puntual que la película justifica porque ella, bueno, ella es una mujer que se ha desviado de su camino. Repito. Estamos en 1942. Tracy le saca partido a su personaje, lo muestra sumamente paciente con su encogimiento de hombros y su mirada de resignación pero también sabe enfadarse cuando la situación lo supera. Tracy confiere al personaje una cara y una cruz. El amor es el amor, pero el hogar es el hogar.
La pareja funciona de maravilla dentro de la película. La complicidad de ambos es palpable y el cruce de miradas está cargado de electricidad. No se puede decir que uno esté por encima del otro e incluso cuando están juntos son dos titanes que se devoran o se lastiman. Un choque de trenes fantástico.
A pesar de tener su parcela de drama, La mujer del año es propiamente una comedia, de ahí que cuente con escenas muy divertidas -no olvidaré nunca la secuencia del dormitorio en la noche de bodas-, y diálogos muy rápidos y dinámicos, llenos de humor pero también de amor, lo que consigue que el espectador disfrute con cada segundo de metraje.
La guerra de sexos queda planteada en esta película en la que el amor surge en un segundo y se aviva en un minuto. Probablemente lo mismo que le ocurrió a Tracy y Herburn. Esta lucha entre hombre y mujer no será la única que interpreten en su vida. Volveremos a ver a la pareja en La costilla de Adán pero de momento, y a la espera de hablaros de ese otro largometraje dirigido por George Cukor, os recomiendo que veáis el primer trabajo de este tándem cuyo amor traspasó la pantalla. No es lo mejor que he visto pero sí es bastante recomendable.
Fragmento [en inglés]:
Puedes adquirirla aquí: