Editorial: Zenith.
Fecha publicación: noviembre, 2017.
Precio: 14,90 €
Género: Novela gráfica.
Nº Páginas: 208
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 978-84-08-17688-6
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: noviembre, 2017.
Precio: 14,90 €
Género: Novela gráfica.
Nº Páginas: 208
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 978-84-08-17688-6
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Autora
Moderna de Pueblo es una personaja de cómic creada por Raquel Córcoles (Reus, 1986) que se muda a los 20 años a la gran ciudad para terminar Periodismo y comerse el mundo, pero no consigue ni comerse los mocos.
Después de muchas desventuras en la ciudad, decide contarlo en su primer libro Soy de pueblo (Lumen, 2010) con Marta Rabadán y, tras aún más fracasos sentimentales, se queda a gusto publicando Los capullos no regalan flores (Lumen, 2013), que ya va por la 9ª edición, con más de 40.000 ejemplares vendido, y que ha sido publicado en Francia, Brasil, Portugal, Singapur y Malasia (se ve que capullos hay en todo el mundo, ¡no hay escapatoria!).
Tras conocer a muchos pedantes en los barrios hipsters de la ciudad, publica junto al guionista Carlos Carrero Coolcureta: la novela gráfica (Lumen, 2014), que ya va por la 5ª edición. También ha colaborado en medios como Cuore, GQ o El País y han realizado una miniserie de vídeos animados para TV3 que puede verse en el canal de Youtube/modernadepueblo.
Raquel, en plena crisis de los 30, publica el libro que tienes entre las manos: Idiotizadas, un cuento de empoderhadas.
Sinopsis
Moderna de pueblo ha crecido escuchando frases como -Eso no es propio de una señorita-, -Esa es una zorra- o -El día de tu boda será el más feliz de tu vida-.
Pero tras mudarse a la ciudad y conocer a Zorrocienta, Gordinieves y la Sirenita pescada, va despertando de esas y muchas otras idiotizaciones y emprende un largo camino para desaprender lo que nunca deberían habernos enseñado.
Dos cuestiones básicas se juntaban en este libro para querer leerlo. Por un lado que sienta absoluta devoción por las novelas gráficas, los cómics o los libros ilustrados. Cada día me atrae más el género, por su colorido, por las temáticas que abordan, por el punto de vista, por el buen rato que paso con su lectura,... hasta el extremo de entrar en una librería y no dejar de visitar esa sección. De hecho ya le tengo echado el ojo a unos cuantos volúmenes más. Por otro lado, me gusta la perspectiva de Moderna de Pueblo y su manera de mirar el mundo, especialmente el femenino, esa mirada crítica que no deja títere con cabeza, que a veces roza lo descarado o lo soez pero que a mí me hace partirme de risa.
Pero a estos dos motivos habría que añadirle algo más. A diferencia de las anteriores publicaciones de Moderna,Idiotizadas es un señor libro con más de doscientas páginas. Hasta el momento, leer una novela gráfica de su autoría conllevaba un ligero grado de decepción desde el inicio porque sabías que, en el tiempo en el que tardabas en preparar un café, la lectura se había volatizado. Sus libros anteriores me dejaban con ganas de más, de tal modo que era llegar al final y volver de nuevo al principio para releerlo, eso sí, esta vez disfrutando del café recién hecho. En el caso que nos ocupa no ocurre eso. Idiotizadas es un volumen mucho más extenso cuya lectura y disfrute te lleva algo más de un suspiro y sigue siendo un libro al que acercarse de vez en cuando para refrescar ideas. Casi un manual para la vida moderna. Pero entremos en materia.
Antes de nada habría que preguntarse qué es eso de 'Idiotizadas' y 'Empoderhadas'. La RAE recoge el verbo 'idiotizar', que dicho sea de paso suena bastante bien y lo utilizo poco, sin embargo no contempla el adjetivo, como tampoco incluye el término 'empoderhada'. Era lógico. De todos modos, son dos palabras de fácil comprensión y os podréis imaginar que hacen referencia a la cualidad de volverse idiota (ya sea de motu propio o por efecto de terceras personas) o al hecho de otorgar poder a los más desfavorecidos (en el caso que nos ocupa, gracias a la intervención de unas hadas en forma de amigas sinceras). Y es que, a lo largo de ocho capítulos, Moderna de pueblo nos va a mostrar su vida en la ciudad tras haber abandonado su pequeño pueblo. Pero no será lo único que deje atrás. Se inicia este cuento en el que metafóricamente se ha suprimido el color rosa, con una brillante lección por parte de la madre de la protagonista:'No renuncies a ti, a tu vida, a tus sueños solo por un hombre'. Y es que, generación tras generación, se nos ha ido trazando un camino para llegar a la meta de la felicidad, un sendero en el que existían varias paradas fijas, entre ellas marido e hijos. Por suerte, Moderna pondrá freno a esa tendencia de reprimir a la mujer, hará las maletas y emprenderá camino hacia la ciudad donde le espera la vida y también sus compañeras de aventuras y desventuras, tres amigas, las que figuran en la cubierta, y que representan tres princesas Disney un tanto transgresoras: Blancanieves en versión fat food, la Cenicienta mostrando su lado más shut shaming y la Sirenita que al final termina atrapada entre redes.Nuestra Moderna encarna el papel de la Bella Durmiente, y aunque lo que está dormido es su reloj biológico y no siente, ni escucha, ni le interesa la llamada de la naturaleza, a mí me hace gracia pensar que su estado latente también se debe a las resacas que padece tras irse de farra con sus amigas.
Como digo, Idiotizas es un cuento y como tal, comenzará con la típica frase 'Érase una vez...'pero es un cuento que intenta hacer añicos todas esas enseñanzas estereotipadas y sujetas a encorsetamientos.'La mujer debe salir de casa de sus padres para casarse y vivir con un marido'. NO. Moderna contempla a su propia madre, amargada y absorbida por el trabajo del hogar, habiendo renunciado a sus sueños simplemente porque alguien le dijo un día que el destino de la mujer era encontrar un hombre con el que casarse, formar una familia y dejarse la piel en el cuidado de la misma. Hoy día sabemos que para ser feliz no siempre es necesario estar enamorada ni tener a un hombre al lado (hagámoslo extensible a tener pareja, sea del sexo que sea) y esto es algo que Moderna sabe de buena tinta pero ¿hay que renunciar a un corazón palpitante por temor a perder nuestra identidad? Bueno, amar y ser amado es maravilloso, el problema está cuando ese amor te exige ciertos sacrificios. Estar enamorado no implica anularse a uno mismo, dejar de hacer las cosas que te gustan o lanzarte en paracaídas con el vértigo que tienes, solo porque a él le hace ilusión compartir esa experiencia contigo. 'Vale, el infarto lo sufro yo, pero es que te quiero'. Esta es una de esas idioteces que se abordan en el libro pero habrá muchas más.
Como digo, Idiotizas es un cuento y como tal, comenzará con la típica frase 'Érase una vez...'pero es un cuento que intenta hacer añicos todas esas enseñanzas estereotipadas y sujetas a encorsetamientos.'La mujer debe salir de casa de sus padres para casarse y vivir con un marido'. NO. Moderna contempla a su propia madre, amargada y absorbida por el trabajo del hogar, habiendo renunciado a sus sueños simplemente porque alguien le dijo un día que el destino de la mujer era encontrar un hombre con el que casarse, formar una familia y dejarse la piel en el cuidado de la misma. Hoy día sabemos que para ser feliz no siempre es necesario estar enamorada ni tener a un hombre al lado (hagámoslo extensible a tener pareja, sea del sexo que sea) y esto es algo que Moderna sabe de buena tinta pero ¿hay que renunciar a un corazón palpitante por temor a perder nuestra identidad? Bueno, amar y ser amado es maravilloso, el problema está cuando ese amor te exige ciertos sacrificios. Estar enamorado no implica anularse a uno mismo, dejar de hacer las cosas que te gustan o lanzarte en paracaídas con el vértigo que tienes, solo porque a él le hace ilusión compartir esa experiencia contigo. 'Vale, el infarto lo sufro yo, pero es que te quiero'. Esta es una de esas idioteces que se abordan en el libro pero habrá muchas más.
Considero que todas las situaciones que se muestran en el libro están llevadas al extremo y están muy caricaturizadas pero ahí radica la gracia. Me ha gustado mucho uno de los personajes, esa Cenicienta sin príncipe pero muy intransigente con las relaciones de pareja. La veremos decir que la gente se vuelve idiota cuando comienza una relación y, aunque generalizar está de más, lo cierto es que no le falta razón a veces. Por no hablar de ese intento de captación que se produce cuando tus amigas tienen pareja y tú no. Inmediatamente empiezan a buscarte candidatos. O mi tema preferido, la maternidad, ese vergel de felicidad máxima al que intentan llevarte porque ¿cómo es posible que no quieras tener hijos? ¡¡Eso es ir contra natura!! Pero el libro aborda otras muchas cuestiones siempre desde el humor como las distintas educaciones que se reciben en el seno familiar en función de si eres niño o niña, la inconcebible tendencia de menospreciar y vilipendiar a una chica que explora su sexualidad y no muestra ningún tipo de pudor. De verdad, resulta ya muy cansino que el promiscuo y la promiscua no solo se diferencien por ser el mismo sustantivo con dos géneros. Existe todo un abismo detrás de estas dos palabras que lo único que denota es lo retrógrado que podemos llegar a ser.
Asimismo, Idiotizadas hace un recorrido por las diversas etapas en una relación de pareja. La pasión y el desenfreno inicial que dará lugar con el tiempo a la monotonía. Analizará la tendencia de la mujer a estar impecable antes de tener pareja o en los inicios de una relación, para relajarse estéticamente después cuando ya la ha encontrado. Me he divertido mucho cuando a una de las protagonistas se le critica su look Tomboy. No sé vosotras pero yo ya estoy un poquito harta del 'para presumir hay que sufrir'. Ni tengo intención de presumir y mucho menos de sufrir así que soy la típica que, solo en contadas excepciones calzo tacón y porque me encantan ese tipo de zapatos pero eso sí, siempre con mi par de bailarinas en el bolso. A la primera de cambio, ¡adiós tacones! Idiotizadas trata este tipo de cuestiones que están íntimamente relacionadas connuestras inseguridades, lo que me ha hecho recordar la anécdota que me contó una amiga hace un tiempo. Se quejaba esta chica que en el trabajo no era muy considerada por sus compañeros. Al parecer, cuando tenía que emprender alguna tarea en equipo, sus opiniones eran desatendidas. ¿Y sabéis qué hizo? Dejó en casa sus zapatos planos y su ropa informal y comenzó a acudir a la oficina con tacones de vértigo y prendas ajustadas. Un tanto patético llegar a eso, ¿no? Pero yo me pregunto, ¿realmente sus compañeros no le prestaban atención por vestir de manera informal o era su propia inseguridad la que generaba esa actitud en sus colegas?Pensadlo. Nos han inculcado que debemos ir siempre bellas y hermosaspara salir a la calle. Recuerdo a mi madre que me decía 'Hija, ¡píntate un poco!'Porque esa es otra, el maquillaje. Una cosa es que te mires al espejo, veas que tienes unas ojeras que te llegan a la barbillay te apetezca camuflar ese aspecto y otra muy distinta es verse en la obligación de maquillarse aunque no te apetezca lo más mínimo, simplemente porque lo mandan los cánones. Si no estamos maquilladas, si usamos ropa deportiva y zapatos planos, nos sentimos inferiores. ¡Bobadas! Pero el cuidado y nuestro aspecto físico siempre ha sido una asignatura más en nuestra formación. Tienes que mantenerte delgada, tienes que lucir buen tipo y usar ropa ajustada. Por suerte, en Idiotizadas tenemos un personaje que nos va a ayudar a romper con todos esos mitos, la Blancanieves fat food, o como la conocemos en el libro,Gordinieves. Se narrará el calvario que sufrió esta pobre chica cuando su madre pretendióconvertirla en una Barbie. Dietas y más dietas, privaciones de todo tipo, ejercicio,... más el machaque moral al que la sometía su progenitora. Por suerte, encontró buenos amigos que le hicieron abrir los ojos y ahora va por la vida feliz, con sus michelines y su vello corporal a lo largo y ancho de su cuerpo. ¡Y tan pancha, oiga!La historia es una adaptación muy personal del cuento de Blancanieves. Y no será el único porque, entre tema y tema que hay que desmitificar y desenseñar, se van insertando versiones muy sui generis de los cuentos clásicos de Disney, como Zorricienta o el Bello y la Bestia.
Idiotizadas hace una crítica mordaz, ácida y muy acertada contra esas historias de princesas y príncipes que solo llenan la cabeza de falsas ilusiones.A mí me resulta un poco increíble que en los tiempos en los que estamos todavía haya que hacer hincapié en este tipo de cosas pero nunca está de más. Por suerte las nuevas generaciones comienzan a pensar de otro modo.Tengo una sobrina de veinticinco años que vive con su novio desde hace bastante tiempo. Es fácil verla con sus amigas de toda la vida, o con sus compañeros de facultad haciendo planes o viajando, sin su pareja. Él hace lo propio con sus amigos. A mí al principio esto me parecía extraño, y más si ya conviven juntos desde hace tiempo. Sin embargo, después de pensarlo mucho me pareció algo estupendo. En mis veinte años era más normal echarse novio y desaparecer del círculo de tus amigas. Si salías era con el novio, si ibas al cine era con el novio, si te ibas de viaje era con el novio. Claro, me ocurrió que cuando aquello se rompió estaba más sola que la una. ¡No tenía a nadie!Así que me parece genial que ellas (y ellos) mantengan su propio espacio, su propio círculo de amigos y hagan vidas separadas.
Idiotizadas hace una crítica mordaz, ácida y muy acertada contra esas historias de princesas y príncipes que solo llenan la cabeza de falsas ilusiones.A mí me resulta un poco increíble que en los tiempos en los que estamos todavía haya que hacer hincapié en este tipo de cosas pero nunca está de más. Por suerte las nuevas generaciones comienzan a pensar de otro modo.Tengo una sobrina de veinticinco años que vive con su novio desde hace bastante tiempo. Es fácil verla con sus amigas de toda la vida, o con sus compañeros de facultad haciendo planes o viajando, sin su pareja. Él hace lo propio con sus amigos. A mí al principio esto me parecía extraño, y más si ya conviven juntos desde hace tiempo. Sin embargo, después de pensarlo mucho me pareció algo estupendo. En mis veinte años era más normal echarse novio y desaparecer del círculo de tus amigas. Si salías era con el novio, si ibas al cine era con el novio, si te ibas de viaje era con el novio. Claro, me ocurrió que cuando aquello se rompió estaba más sola que la una. ¡No tenía a nadie!Así que me parece genial que ellas (y ellos) mantengan su propio espacio, su propio círculo de amigos y hagan vidas separadas.
Me lo he pasado genial leyendo Idiotizadas porque con el sentido del humor y la ironía plantea cuestiones muy serias. Creo que es el mejor volumen que nos ha ofrecido hasta ahora Raquel Córcoles, en el que derrocha mucha imaginación e ingenio a través de sus ilustraciones. Suele cuidar muchísimo los detalles y por eso no solo me centro en leer los textos sino en escudriñar los dibujos para darme cuenta de esa ráfaga de viento que entra por una ventana, el cerco que ha dejado un vaso sobre una mesa o los mensajes que figuran en las camisetas de las protagonistas. Todo ello, a todo color, un aliado más que nos ayuda a adentrarnos en la historia.
Pero tengo que hacer una objeción. Sigo emperrada en batallar contra esa irracional manera de destrozar nuestro lenguaje, inventándonos palabras simplemente por tener un sustantivo terminado en 'a' y así pretender que el colectivo femenino se sienta integrado. Todo esto lo comento porque en la biografía aparece la palabra 'personaja' y no, por favor. Ya no más 'miembras', no más 'portavozas', ni más 'jóvenas'. Dejemos de una vez esta corriente absurda que no conduce a ningún sitio. Creo que muchas mujeres, entre las que me incluyo, se sienten aceptadas e integradas en el saco de los sustantivos de género común. Todo lo demás es hacer el ridículo.
Por lo demás, os recomiendo leer Idiotizadas, este cuento de empoderhadas porque, al margen de ser muy divertido, incluye importantes enseñanzas.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Pero tengo que hacer una objeción. Sigo emperrada en batallar contra esa irracional manera de destrozar nuestro lenguaje, inventándonos palabras simplemente por tener un sustantivo terminado en 'a' y así pretender que el colectivo femenino se sienta integrado. Todo esto lo comento porque en la biografía aparece la palabra 'personaja' y no, por favor. Ya no más 'miembras', no más 'portavozas', ni más 'jóvenas'. Dejemos de una vez esta corriente absurda que no conduce a ningún sitio. Creo que muchas mujeres, entre las que me incluyo, se sienten aceptadas e integradas en el saco de los sustantivos de género común. Todo lo demás es hacer el ridículo.
Por lo demás, os recomiendo leer Idiotizadas, este cuento de empoderhadas porque, al margen de ser muy divertido, incluye importantes enseñanzas.
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