Editor: Editorial Minimal (14 de noviembre de 2014)
Colección: Grandes Clásicos
Format: EPUB
Precio: 0,99 €
Tamaño del archivo: 108 KB
Protección: DRM
Idioma: Español
Autor
Nació en Nueva York, el 30 de abril de 1783. Realizó estudios de Derecho, pero su vocación se interesaba más por el periodismo y la escritura que por la abogacía. En 1802 comenzó a escribir artículos en periódicos de Nueva York. En 1815 se fue a vivir a Liverpool y allí trabó amistad con importantes hombres de letras: sir Walter Scott y Thomas Moore, entre otros. Escribió algunos ensayos y relatos bajo el seudónimo de Geoffrey Crayon. En Madrid perteneció al cuerpo diplomático de su país. Nuevamente en Estados Unidos en 1846, regresó a Sunnyside, su casa de campo, y allí falleció el 28 de noviembre de 1859.
Sinopsis
Publicada por Washington Irving en 1820, “La leyenda de Sleepy Hollow”, se ha convertido en un clásico ineludible para la literatura universal, que ha suscitado numerosas adaptaciones cinematográficas. La historia se dearrolla en 1784, en los alrededores del asentamiento holandés de Tarry Town (Tarrytown, Nueva York), en un apartado valle llamado Sleepy Hollow. Este es conocido por sus fantasmas y el ambiente embrujado que impregna la imaginación de sus habitantes y visitantes. El espectro más infame del lugar es el Jinete sin Cabeza, de quien se dice que es el fantasma de un antiguo soldado que fue alcanzado en la cabeza por una bala de cañón durante "alguna batalla sin nombre" de la Guerra Revolucionaria de EEUU y quien "cabalga hacia la escena de la batalla en una nocturna búsqueda de su cabeza".
[Biografía facilitada por Casa del Libro; sinopsis tomada directamente del ejemplar]
Ahora que se acerca el Día de los Difuntos (me niego a festejar Halloween), hay muchas propuestas para leer libros de terror, un género que a mí particularmente me encanta. Esto ya lo sabéis los que acudís a este espacio con frecuencia. La cuestión es que, dado que se acercan esas fechas y he escuchado hablar tanto de Washington Irving y sus obras, me pareció oportuno abordar uno de sus cuentos más famosos, La leyenda de Sleepy Hollow, máxime cuando la historia me sonaba de una adaptación al cine. Cuál no ha sido mi sorpresa al descubrir una historia que en nada tiene que ver con lo que esperaba. Pensaba que me estaba adentrando en una historia de terror escalofriante y resulta que me ha parecido muy divertido. De hecho he visto que algunos lectores la catalogan como un cuento de humor. No llegaré yo a tanto pero sí es cierto que me he reído en algún momento y la lectura me ha dejado una leve sonrisa en los labios. Eso sí, el terror y el miedo no han aparecido por ningún lado.
Antes de entrar en materia os quiero advertir que yo he leído una edición digital (cosa rara en mí pero siendo un cuento de pocas páginas no me ha supuesto gran escollo). No obstante, sé de buena tinta que en el mercado encontramos ediciones muy buenas como la de la editorial Alba, un volumen ilustrado del que hablan maravillas y del que podéis obtener más información aquí.
La leyenda de Sleepy Hollow gira alrededor de una localidad cercana al río Hudson y de un maestro de escuela. Sleepy Hollow es un lugar que antaño fue habitado por los primeros colonos holandeses cuyos descendientes son 'gente apacible, serena, acaso indolente'. Es una tierra'envuelta en una atmósfera de ensoñación y calma densa', de ahí su nombre. Las gentes que pueblan este lugar piensan que un aire mágico flota sobre toda la comarca, y no es de extrañar que sus habitantes crean en supersticiones y fenómenos extraños. De hecho, 'suelen caer a menudo en trance y tienen visiones; escuchan en el aire voces y músicas indescifrables'. Entre todos los sucesos raros que han acontecido en el lugar predomina la leyenda de un joven soldado que fue decapitado durante un combate. Ahora el espectro errabundo, denominado El Jinete sin cabeza de Sleppy Hollow, se dedica a buscar su testa durante las noches más oscuras y solitarias, aterrorizando a todo aquel que se cruce en su camino.
En aquel apartado lugar, 'un remanso de paz' en el que todavía se conservaban las 'costumbres, usos y tradiciones' de los primeros colones, habitaba Ichabod Crane, el maestro encargado de educar a los hijos de los granjeros del entorno, muy dado a leer historias siniestras y de terror que activaban inmediatamente su imaginación. En el plano profesional era un hombre justo e indulgente que, sin ser una persona cruel y prepotente, educaba a sus discípulos con mano dura a la vez que, tras la escuela, era también 'el mejor compañero de juegos de los niños'. En el plano social, Crane parecía gozar de la admiración de las féminas rurales pues su cultura evidenciaba aún más la ignorancia y los rudos modales de sus esposos. Pero entre todas aquellas mujeres había una en concreto por la que Ichabod bebía los vientos. Se trataba de Katrina Van Tessel, 'la hija única de un granjero holandés muy rico'. La belleza de la joven cautiva al maestro aunque yo diría que más que la hermosura sería la dote la que encandila al profesor. A un muerto de hambre como Ichabod todo lo que los Van Tessel tienen al alcance de la mano le parece un auténtico tesoro y pone todo su empeño en conquistar a Katrina, esperanzado en que la joven sabrá apreciar sus cualidades. Y así se lanza a cortejar a la dama pero ¡ay! no contaba con Brom Van Brunt,'un tipo achulado, de mirada pícara, que era en la región todo un héroe merced a su fuerza y a sus baladronadas a menudo temerarias'. Lo que le pase a Ichabod Crane en esa aventura amorosa que ha decidido emprender lo dejo en el aire a la espera de que aparezca el jinete sin cabeza.
La lectura de este cuento ha tirado por tierra todo lo que tenía en mente sobre Sleepy Hollow. En ocasiones, el séptimo arte desvirtúa tanto una historia que la convierte en otra totalmente distinta y esto es lo que ocurre con este cuento de Washington Irving. Pero con estas palabras no quiero transmitir decepción, más bien todo lo contrario. La sorpresa inicial al comprobar que el tono de la narración se alejaba del terror ha dado paso a una perspectiva distinta, a un acercamiento nuevo sobre la obra. Sin duda, la he disfrutado mucho.
Por otra parte, Ichabod Crane es un personaje al que se le coge mucho cariño. Es un hombre en cierto modo inocente, con muy poca maldad, sin recursos para sobrevivir pues tiene un sueldo tan mísero que apenas le llega para el pan diario. Es normal que el hombre quiera prosperar y más si lo hace con una buena familia y una bella mujer por vía matrimonial pero su imaginación le juega malas pasadas. Leer tantos libros de terror o escuchar tantas historias tenebrosas pueblan su mente de fantasmas y apariciones. Lo que le ocurre es tremendamente divertido por mucho jinete sin cabeza que aparezca en la historia. Y creedme que son igualmente divertidas todas las reflexiones que el narrador vierte sobre el papel de la mujer y su naturaleza como denota el siguiente párrafo:'Digamos que el pobre maestro hubiera podido disfrutar por mucho tiempo de una existencia plácida y feliz, sólo alterada por estas minucias, obra del maligno, de no haberse cruzado en su camino la criatura que más turbaciones causa en la existencia del hombre, mayores aún que cualesquiera espectros, demonios y brujos juntos: una mujer'. Esto por no hablar de la comparación que se establece entre las gallinas y las amas de casa o lo mal parada que sale Katrina cuando tiene que elegir entre tanto pretendiente.
Escrito en primera persona, el narrador asegura haber escuchado esta historia durante el tiempo que vivió en Sleepy Hollow y parece que el texto es fruto de un recuerdo que viene a su mente. En ocasiones da la sensación de estar narrando la historia a un grupo de gente congregada alrededor de un buen fuego, justo lo que más le gustaba a Crane, oír historias de espectros y fantasmas en plena noche.
El estilo de Washington Irving brilla por una prosa profusa, rica y elegante a través de la cual concatena largas subordinadas y por una tendencia a la descripción llena de detalles. Y es que, si hay algo que llama poderosamente la atención al leer este cuento es la abundancia de descripciones. Párrafos y párrafos que se convierten en páginas nos detallan las peculiares del entorno de Sleepy Hollow o la casa y las propiedades de los Van Tessel. Lo mismo hace con el protagonista principal que curiosamente no es el jinete sin cabeza. De Ichabod Crane hace una disección minuciosa, describiendo su aspecto físico, su estilo de vida, su personalidad y carácter. En menor medida, aunque también con bastante generosidad, hará lo mismo con otros personajes. Es probable que esta abundancia descriptiva que predomina por encima de los hechos y se prolonga hasta casi la mitad del texto, pues el plato fuerte del argumento aparece muy avanzada la lectura, puede llegar a abrumar pero la prosa del autor es tan minuciosa, tan rica, tan sumamente detallista que se disfruta tanto o más que la historia. De hecho él mismo llega a justificar esa obcecación por lo descriptivo en un punto concreto de la narración aunque también, y quizá advirtiendo que está alargando mucho la historia sin llegar al nudo, él mismo se recrimina por tardar en entrar en materia.
Poco más os puedo decir. Desde luego, si te acercas a este relato en busca de un terrorífico jinete sin cabeza que se le aparece a los aldeanos en plena noche y los persigue sin tregua aterrando a todos los vecinos, te vas a llevar una decepción porque precisamente el jinete tiene poco protagonismo. La historia que se recoge en La leyenda de Sleepy Hollow es bien distinta a lo que Tim Burton nos muestra en el cine, es un relato con una importante dosis de humor que a mí me ha gustado mucho leer.